lunes, 2 de noviembre de 2020

Las palabras del Papa sobre los homosexuales: su sentido y su peso

La reciente intervención del Sumo Pontífice acerca de la cuestión de la eventual "cobertura legal" de las uniones homosexuales, las así llamadas "uniones civiles", necesita ante todo esclarecer cual es el punto de partida en el que se basa el papa Francisco, tal como hice en la nota de ayer, contraponiendo los fundamentos antropológicos y éticos manifestados en la encíclica Fratelli tutti con la postura del padre James Martin, SJ, uno de los más conocidos exponentes de la desviación ideológica pro-LGBTQ.

----------Las palabras del Papa, hayan sido o no, y en mayor o menor medida, manipuladas sobre su original expresión, tergiversando o no su sentido, a partir de una entrevista en mayo de 2019 concedida a la cadena Televisa, para editarlas en ese docufilm presentado la semana pasada en un festival cinematográfico, manifiestan sin embargo indudablemente un núcleo expresivo: el Papa da su parecer favorable acerca de la cuestión de la eventual "cobertura legal" de las uniones homosexuales, las así llamadas "uniones civiles". Pero, para poder ser comprendida en su justa luz y nivel de autoridad, la declaración del Papa debe ser encuadrada en el horizonte de algunas premisas que trataré de explicar a continuación de modo breve. Pero ante todo hago la aclaración de que no me estoy refiriendo al caso particular de la legislación que sobre las uniones civiles entre homosexuales pueda existir en un determinado país, sino que hablo en general, como parece habló el Papa.
----------Ante todo, debemos tener presente que el papa Francisco repetidamente ha condenado la sodomía; aunque es vivamente notoria en él la preocupación de que las personas homosexuales puedan vivir una vida como hijos de Dios, no, como algunos han malinterpretado, en el sentido de "formarse una familia", lo cual es imposible para una pareja así, dado que la familia requiere el padre y la madre, sino de "vivir en una familia", es decir, disfrutar de un ambiente familiar, social o eclesial, propicio para un sabio acompañamiento, que pueda ayudarles a valorizar sus buenas cualidades y a corregir su mala tendencia.
----------En segundo lugar, hay que tener en cuenta que el papa Francisco con esta su intervención a favor de una ley del Estado en apoyo a las uniones civiles ha tomado una posición opuesta a aquella expresada por un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 2003: Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, en el cual precisamente se condena como irrazonable y contraria a la ley natural una eventual ley civil que por entonces se proyectaba en Italia a favor de las parejas homosexuales. Ciertamente una materia de este tipo no es de carácter doctrinal, sino pastoral, de modo que, en principio, un Papa puede cambiar lo que haya decidido un predecesor suyo, incluso cercano en el tiempo, como lo ha sido el papa san Juan Pablo II.
----------Esto es necesario aclararlo bien, y no simplemente decir, por ejemplo, como recientemente se dijo en varios blogs, refiriéndose a este documento del 2003, que esta es "la postura oficial de la Iglesia". Quienes así lo han afirmado se refieren en particular al párrafo final del n.5 de aquellas Consideraciones de la CDF, que dice: "Ante el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, o la equiparación legal de éstas al matrimonio con acceso a los derechos propios del mismo, es necesario oponerse en forma clara e incisiva. Hay que abstenerse de cualquier tipo de cooperación formal a la promulgación o aplicación de leyes tan gravemente injustas, y asimismo, en cuanto sea posible, de la cooperación material en el plano aplicativo. En esta materia cada cual puede reivindicar el derecho a la objeción de conciencia".
----------Decir simplemente que ésta es "la postura oficial de la Iglesia", es doblemente impreciso: por un lado se usa la categoría "postura oficial" que no significa nada a nivel de valoración dogmática ni jurídico-canónica, y por otro lado, no se aclara debidamente que no es una postura en materia infalible, sino meramente pastoral y, por lo tanto, reformable; vale decir, pudo haber sido la postura pastoral "oficial" (para usar el impreciso adjetivo usado por algunos) en un momento, que puede cambiar en otro momento; como, por ejemplo, cuando en otros tiempos la postura pastoral "oficial" de la Iglesia era negar a los suicidas los ritos exequiales, postura pastoral "oficial" sobre los suicidas que actualmente ha cambiado.
----------En consecuencia, y en tercer lugar, tratándose de una materia pastoral, el Papa no es aquí infalible, por lo cual no está prohibido plantear objeciones o mostrar reservas. Mi modesta impresión personal es que el Papa, al aprobar una convivencia entre homosexuales, pone a la pareja en la ocasión de pecar más que si los dos residieran en domicilios diferentes, a pesar de tener facilidad de encontrarse.
----------Parece que el Papa, por una excesiva premura o preocupación de que a los dos se les pueda asegurar una vida digna y la posibilidad de poner en común o de integrar mutuamente las cualidades que Dios les ha dado, pasa por alto el hecho que al fin de cuentas ellos tienen como todos el deber de ejercitarse en la templanza sexual. Y considero que no corresponde el parangón con el matrimonio. La convivencia es concedida a los esposos tanto para expresar su amor también con actos sexuales como para permitir el ambiente propicio para la educación de los hijos. Es otra cosa.
----------Por otra parte, el Papa mismo, hablando para los homosexuales de una vida "en familia", parece sugerir la importancia de esta convivencia o con los familiares o en una comunidad de tipo familiar o, en todo caso, en un ambiente acogedor, que tenga la impronta de un clima de familia. Por otra parte se plantea también la cuestión del tipo de contrato o pacto que los dos deberían estipular con una unión legalmente reconocida, y con cuales obligaciones, y con cuales derechos entre sí y ante la comunidad civil y eclesial.
----------Por lo demás, dado el hecho que se trata de un vínculo que, si bien puede tener un aspecto moralmente aceptable y honesto, como pueden ser los intereses y actividades comunes (profesionales o laborales), también presenta un aspecto de deshonestidad o pecaminosidad, si nos preguntamos cómo este segundo aspecto puede entrar a constituir un pacto de carácter jurídico, que comporta evidentemente un compromiso y una promesa de fidelidad. Basta con hacerse algunas preguntas. ¿Se puede concebir, o permitir o prometer ser fieles a una práctica pecaminosa? ¿Será esta un buen propósito? ¿Castigable si se falta? ¿Justifica los celos? ¿Un amor exclusivo? ¿Indisoluble? ¿En base a qué fundamento?
----------Otra consideración que se puede hacer con total justicia, es que quizás el papa Francisco podría citar el caso de esos homosexuales católicos, que no presumen en absoluto de su condición o de su tendencia, sino que la viven con sufrimiento, sabiendo muy bien que se trata de una tendencia al pecado, y por ello se esfuerzan por corregirse. Por citar un ejemplo, menciono el caso del conocido cantautor italiano Lucio Dalla [1943-2012], quien supo dejarse orientar espiritualmente por el conocido biblista Fr Bernardo Luigi Boschi, OP. Dalla y otros seguramente estarían en contra de la legalización de las uniones homosexuales.
----------Por todas estas premisas, y otras consideraciones que podrían hacerse pero en las que no me quiero ahora extender, debemos estar atentos a no dar a las palabras espontáneas del Papa más importancia de la que ellas tienen. Lo más acertado a hacer, en mi opinión, es abrir un debate comparando cuanto ha dicho el Papa con el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 2003.
----------No está en absoluto dicho que el papa Francisco con aquel breve discurso improvisado pronunciado frente a una periodista, intenta invalidar el parecer expresado por las mencionadas Consideraciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 2003, documento sustentado en serias consideraciones de notable importancia, aunque, repito, en sí mismo y en principio un Papa posterior, que podría ser el propio papa Francisco tiene, si lo cree oportuno, la facultad de modificarlo, ya que se trata de disposiciones pastorales y no doctrinales. Pero hoy es demasiado pronto para dar una opinión fundada.
----------En mi modesta opinión, cabría preguntarse si no sería una mejor solución que el Estado concediese a la pareja homosexual un status jurídico, que legalizara de alguna manera su unión, pero al mismo tiempo prescribiera a los dos el vivir en domicilios separados, a fin de moderar este tipo de unión, que si a la larga, como se prevé, pudiera multiplicarse, este tipo de unión infecunda vendría a constituir un verdadero peligro social, por su carácter de freno para el incremento de la población, incremento que, incluso independientemente de la presencia de estas uniones, señala, como está bien a la vista en la mayoría de los países europeos, un preocupante retroceso, por no decir que la población está en franca disminución.
----------Al respecto, hay quienes sostienen que no hay que preocuparse, porque, por ejemplo en Italia, España, o Francia, si la población de italianos, españoles o franceses disminuye, pueden ser sustituidos por inmigrantes africanos. ¿Pero, acaso los italianos, los españoles o los franceses pueden resignarse a convertirse en pueblos en vías de extinción a semejanza de las focas y de los osos polares, o del tatú carreta en Argentina?
----------Ciertamente, no corresponde al Estado, sino a la Iglesia, educar a las personas y a los jóvenes en la castidad. Sin embargo, el Estado, que no puede dejar de encontrar la célula de la sociedad en la familia, ciertamente tiene el deber de tomar cuidado de todos los ciudadanos, incluidos aquellos que en variada medida obstaculizan o perturban el bien común, pero es evidente que no puede otorgarle a ellos condiciones de vida que les favorecen en esta conducta y es necesario en cambio promover su reeducación y su sensibilización, su conciencia, mediante un oportuno sistema escolar, adecuado a las exigencias del bien común.
----------En esta delicada tarea, el Estado puede contar con la preciosa e insustituible colaboración de la Iglesia. Por eso, en mi opinión, sería bueno que el papa Francisco, antes de insistir en su posición, también tuviera en cuenta las sabias consideraciones del documento de la CDF.
----------A mi parecer, la Iglesia debería proponer una solución diferente a la de las uniones civiles que propone o establece el Estado. Porque la Iglesia conoce mucho mejor que el Estado ya sea tanto la dignidad de la persona, como sus miserias y también sus recursos. Por eso, por un lado, siempre le ha pedido a la persona más de lo que el Estado puede pedirle, y por otro lado, siempre se ha manifestado más misericordiosa que el Estado, atenta a las necesidades a las cuales el Estado no ha estado en capacidad de poder satisfacer. Precisamente, esto lo ha hecho la Iglesia, gracias a los institutos religiosos, siempre en continuo florecimiento y renovación, por los que ha podido salir siempre al encuentro de las siempre nuevas exigencias y las nuevas necesidades, a veces dramáticas, que emergen de la sociedad. Casi se podría decir que hoy sería necesario fundar un instituto religioso especialmente dedicado a la asistencia a los homosexuales.
----------No veo ningún problema en que la Iglesia tenga iniciativas propias, junto a aquellas que tiene el Estado: asistencia, por supuesto, cuando y si es posible, a las parejas de facto o legalmente reconocidas; pero en mi opinión la Iglesia debería acercarse también y sobre todo a aquellos homosexuales, que todavía no conviven, sino que viven en familia o en todo caso con personas con las cuales no practican la sodomía.
----------Es necesario hacer presente al homosexual y persuadirlo de que su tendencia más natural, absolutamente irreprimible e insustituible, que le ha dado Dios, tendencia, por tanto, en la cual solo él puede encontrar el verdadero placer, el verdadero amor y la verdadera felicidad, es la heterosexualidad. Por este hecho no existe el homosexual puro, del todo insensible al otro sexo.
----------Es fundamental tener en cuenta que, de hecho, y en definitiva, la tendencia homosexual, por fuerte que sea, es un hecho accidental, sobrevenido con el pecado original, y destinado a desaparecer en la futura resurrección, en la que será restablecida en plenitud aquella comunión entre hombre y mujer, que ha sido rota con el pecado original. No en vano el lenguaje tradicional habla del pecado "contra natura", se entiende, contra la naturaleza animal del hombre. Se podría decir "contra-biológico".
----------En el campo de la teología ascético-mística, en el campo de la práctica del confesonario y de la guía espiritual, lo que hay que recordar siempre es que la tendencia a la sodomía no es otra cosa que una de las tantas tendencias de la lujuria, que empuja a buscar el placer sexual por si mismo, fuera del orden de la razón, sin importar los medios o el modo para obtener ese fin, ya se trate de la masturbación, de la fornicación, del adulterio, de la prostitución, de la pedofilia, o lo que sea. Las prácticas ascéticas y los procedimientos prácticos para curar la lujuria y alcanzar la templanza sexual son, por lo tanto, sustancialmente iguales en la sodomía que en todos los demás vicios sexuales.
----------Deber del educador católico, sacerdote o laico, es el de magnificar los valores del matrimonio y de la familia, mientras que es bueno que él instruya al sujeto sobre el proyecto divino del Génesis y de la resurrección, destacando la reciprocidad psicológico-espiritual entre hombre y mujer.
----------En el caso de la sodomía, debe reconocerse que también puede ser útil un acompañamiento de tipo psicológico, como para poder estimular el interés heterosexual con oportunos incentivos psicoterapéuticos y farmacológicos, para el caso de que existiera también un componente neurológico u hormonal, de modo similar a aquel con el cual se trata la frigidez sexual o la impotentia coeundi.
   
----------Nota: A sólo minutos de publicar esta nota, he conocido el comunicado de la Secretaria de Estado de la Santa Sede a todos los Obispos de la Iglesia, dando algunas aclaraciones sobre este tema.

6 comentarios:

  1. "Ante todo, debemos tener presente que el papa Francisco repetidamente ha condenado la sodomía"...podría decirme dónde? Gracias

    ResponderEliminar
  2. Querido Anónimo,
    En realidad, que yo sepa, el Papa no parece haber usado la palabra "sodomía" en sus discursos y otras expresiones, al menos no lo he podido encontrar. Sin embargo, lo que he afirmado es cierto, pues son muchas sus intervenciones, de las que deducimos con seguridad que el Papa condena la sodomía:
    a) La condena del "gender", o sea, de la ideología del género, en cuanto implica la manipulación de la sexualidad; y sabemos que la sodomía, es precisamente una manipulación de la sexualidad.
    b) La condena de la pedofilia. De hecho, la pedofilia, en multitud de casos, no es otra cosa que la sodomía agravada por el hecho de que se abusa de un menor.
    c) El comentario que en varias ocasiones ha hecho el Papa a las palabras de Jesús contra Sodoma. Ahora bien, el término "sodomía" deriva precisamente de Sodoma.
    d) Finalmente, la condena de la sodomía resulta indirectamente del hecho de que el Papa ha recordado repetidamente que Dios ha creado al hombre y a la mujer. De aquí resulta claramente que las relaciones homosexuales son contra natura.
    Como fundamento de estas razones, le proporciono documentación con enlaces, sólo a modo de citar un puñado de ejemplos:

    1) "La crisis de la familia es una realidad social. Luego están las colonizaciones ideológicas sobre las familias, modalidades y propuestas que existen en Europa y vienen incluso desde el extranjero. Luego ese error de la mente humana que es la teoría del gender, que crea tanta confusión. Así la familia se ve atacada". http://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/march/documents/papa-francesco_20150321_napoli-pompei-giovani.html

    2) "Quisiera concluir aquí con este aspecto, porque detrás de esto hay ideologías. En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas —lo digo claramente con 'nombre y apellido'— ¡es el gender! Hoy a los niños —¡a los niños!— en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. (...) Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible. Hablando con Papa Benedicto, que está bien y tiene un pensamiento claro, me decía: 'Santidad, esta es la época del pecado contra Dios creador'. Es inteligente. Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creado al mundo así, así, y nosotros estamos haciendo lo contrario". http://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/july/documents/papa-francesco_20160727_polonia-vescovi.html

    3) "Ante todo, yo he acompañado en mi vida de sacerdote, de obispo —también de Papa—, he acompañado a personas con tendencia y también con prácticas homosexuales. Las he acompañado, las he acercado al Señor, algunos no pueden, pero las he acompañado y nunca he abandonado a nadie. Esto es lo que se debe hacer. A las personas hay que acompañarlas como lo hace Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición se presenta ante Jesús, seguramente Jesús no le dirá: '¡Vete de aquí porque eres homosexual!'. No. Lo que yo he dicho se refiere a esa maldad que hoy se siembra con el adoctrinamiento de la teoría del gender". http://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/october/documents/papa-francesco_20161002_georgia-azerbaijan-conferenza-stampa.html

    4) "También Jesús se queja de las ciudades que ha visitado (...) y se lamenta de la falta de tino que tienen para darse cuenta de que el cambio que les venía a proponer era urgente, no podía esperar. Hasta llega a decir que son más tercas y obcecadas que Sodoma (cf. Mt 20-24)". http://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2018/september/documents/papa-francesco_20180925_giovani-tallinn-estonia.html

    Finalmente, gracias por su pregunta, porque la respuesta puede ser útil a otros lectores que puedan tener dudas al respecto.

    ResponderEliminar
  3. Al momento de escribir esto, son 64 los países que han incluido en su respectiva ley civil nacional la unión de las parejas del mismo sexo (como matrimonio 29 países; como uniones civiles 18; como simple ley: 1; como reconocimiento mínimo 16) de un total de 196 que son Estados soberanos en el mundo. Me pregunto: ¿Habla el Papa en nombre de la fraternidad humana por los 132 países restantes?
    No sabía que ese documento de la Congregación de la Fe del 2003 fuera pastoral. Yo creía que era doctrinal.

    ResponderEliminar
  4. Querido Angel, el Papa ha expresado una simple opinión personal suya, la cual, considerando el lugar donde la expresó (una simple entrevista televisiva), no constituye un auténtico magisterio. Entonces, debe ser para todos bien claro que esta declaración del Papa puede ser eventualmente discutida, criticada, y puede ser valorada por los fieles cristianos con criterios diferentes a los criterios que manifiesta el Papa.
    En lo que respecta al documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 2003, no es de carácter doctrinal, sino pastoral. Vale decir: el documento implica o sobreentiende la doctrina moral católica, contraria a la sodomía y, en relación con este principio moral, desaprueba las uniones civiles, y lo hace a través de una opción pastoral. Respecto al papa Francisco, independientemente de esa entrevista, y en otras varias ocasiones, siempre ha enseñado que la sodomía es pecado mortal.

    ResponderEliminar
  5. Estimado Fr Filemón,
    Sobre la intervención del Papa a favor de las uniones civiles entre homosexuales, usted escribió: "Ciertamente una materia de este tipo no es de carácter doctrinal, sino pastoral, de modo que, en principio, un Papa puede cambiar lo que haya decidido un predecesor suyo, incluso cercano en el tiempo, como lo ha sido el papa san Juan Pablo II".
    En el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe citado se dice: "Ante el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, o la equiparación legal de éstas al matrimonio con acceso a los derechos propios del mismo, es necesario oponerse en forma clara e incisiva. Hay que abstenerse de cualquier tipo de cooperación formal a la promulgación o aplicación de leyes tan gravemente injustas..." (n.5) "...todos los fieles están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales..." (n.10).
    Ante afirmaciones tan obligatorias para nosotros los fieles, que no parecen dejar abierta ninguna apertura a posibles futuros cambios, si surgiera un documento magisterial que afirmase exactamente lo contrario, ¿podríamos tranquilizarnos diciéndonos simplemente que "es un cambio sólo a nivel pastoral"? ¿Es acaso posible que el Espíritu Santo hubiera inspirado de modo tan diferente a cada uno de los dos Pontífices?
    En el Ángelus del 20 de febrero de 1994, el papa san Juan Pablo II dijo: "Lo que no es moralmente admisible es la aprobación jurídica de la práctica homosexual". ¿Puede también contradecirse posteriormente el juicio de un Papa sobre la inmoralidad de una norma jurídica?

    ResponderEliminar
  6. Querido Rubén, sobre el principio de que la sodomía es pecado, todos los Papas están de acuerdo, porque es una contravención a la ley natural. Sobre este punto, el Magisterio no cambiará jamás.
    Pero la cuestión que ha planteado el papa Francisco se refiere al poder del Estado, el cual puede hacer uso del principio de tolerancia.
    Por consiguiente, la opinión que ha expresado el papa Francisco a este respecto no pone en discusión la ilicitud de la sodomía (ilicitud ante la ley natural), sino que sugiere una modalidad de tolerancia: por supuesto, esta opinión del Papa es una opinión cuestionable.
    Parejamente, la directiva del documento de 2003 de la CDF es de carácter pastoral, porque se refiere a una eventual ley del Estado.
    Lo que eventualmente podría suceder en el futuro es que el Papa, con un documento oficial (y no con una simple entrevista), declare que la unión civil es una ley injusta, como en el pasado ha juzgado la Iglesia, por ejemplo la ley del aborto, una ley injusta, y como más recientemente ha sido juzgada como tal la ley de la eutanasia.

    ResponderEliminar

En ciertas horas del días se permitirán comentarios sin moderación. Los comentarios no cónsonos con el blog serán removidos. Igualmente los que falten a las normas del respeto personal.