miércoles, 4 de noviembre de 2020

El cardenal Robert Sarah y los riesgos del Twitter

El cardenal Robert Sarah reaccionó inmediatamente en su cuenta de Twitter al atentado del 29 de octubre en una iglesia de Niza. Su mensaje completo, escrito a las 7:45 a.m. de ese día, vertido del francés, fue: "El islamismo es un fanatismo monstruoso que debe combatirse con fuerza y ​​determinación. No detendrá su guerra. Lamentablemente, los africanos lo sabemos demasiado bien. Los bárbaros son siempre enemigos de la paz. Occidente, ahora Francia, debe entender esto. Recemos".

----------"L’islamisme est un fanatisme monstrueux": Es comprensible que el Cardenal estuviera emocionalmente golpeado y cristianamente compadecido por lo ocurrido esa mañana en Niza. ¿Pero acaso moderó por un momento de modo racional su reacción antes de publicarla, tomando conciencia de que iba a ser leída por varios miles de personas? ¿Cómo interpretar de modo católicamente ortodoxo sus palabras? "El islamismo es un fanatismo monstruoso" ¿Acaso no se refería a todos los musulmanes sino sólo a los fanáticos musulmanes? En todo caso, debió aclararlo, por la gravedad de su afirmación, que estoy suficientemente seguro no repetiría en una declaración formal o una conferencia o ni siquiera en una homilía.
----------Instrumentos como el Twitter, el Facebook, o el Blogger, junto con otras herramientas, todas ellas económicas, de difusión mundial instantánea, fácilmente utilizables por todos y accesibles para todos como nunca antes había sucedido en la historia de la técnica de las comunicaciones, permite que el anuncio evangélico, la doctrina católica, la verdad cristiana, sean transmitidos a enorme cantidad de personas, más allá de las diferencias de edad, de cultura, de condición social y de religión, y por lo tanto permite más que otros medios técnicos del pasado favorecer y difundir la Fe y los principios de la Caridad y la Moral natural y cristiana, que constituyen la más alta expresión del alma humana y el más alto y poderoso principio de la paz, de la justicia y de la fraternidad entre los pueblos. Y tengo la impresión de que los medios que nos proporciona internet, las técnicas digitales, son sólo a medias utilizados por nosotros, los cristianos, que no les sacamos todo el partido posible a estas herramientas. Sin embargo, son sólo herramientas, instrumentos. El contenido y los fines los pone quien usa los instrumentos, que pueden ser bien o mal usados, que pueden servir al bien o al mal, a la verdad o al error, a la paz o a la discordia.
   
El Islamismo, una cuestión que divide a los católicos
   
----------La breve y probablemente impulsiva intervención del cardenal Sarah, plantea una cuestión que desde hace años divide a los católicos. La Iglesia, aunque siempre permanece en sí misma una y santa por esencia, sin embargo es ensuciada e invadida por tal cantidad de pecadores y herejes, que de hecho se encuentra hoy dolorosamente dividida entre dos partidos contrapuestos. En referencia al tema que ha vuelto a plantear el tweet del cardenal Sarah en las redes sociales, la división intra-eclesial podría ser definida en los siguientes términos: los dos partidos contrapuestos son el de los buenistas, que sostienen que el infierno no existe y que todos se salvan, y los anticonciliares, que sostienen que los musulmanes van al infierno.
----------Los buenistas se consideran la Iglesia del progreso, preparadores de un "punto de inflexión epocal", un "giro epocal", iluminados por un "nuevo paradigma". Sostienen que la modernidad debe ser aceptada in toto y sin reservas. Exoneran a los modernistas condenados por el papa san Pío X, consideran que el Vaticano II es demasiado conservador y se inspiran en la reforma luterana.
----------Los anticonciliares, en el lado opuesto, se consideran la Iglesia de la tradición, de los valores "no negociables" y de la Misa "de siempre". Rechazan en bloque la "modernidad". Quisieran retornar a la Iglesia de Pío XII y quisieran anular como falsas las doctrinas innovadoras del Concilio Vaticano II.
----------Los primeros en nombre de lo diverso descuidan la oposición entre lo verdadero y lo falso y reducen toda idea a opinión. Los segundos solo se preocupan de la oposición entre lo verdadero y lo falso, y se niegan a apreciar la diversidad y la pluralidad de las opiniones. Para los primeros, toda religión es buena y querida por Dios; para los segundos, es verdadera solo la religión cristiana y todas las demás son falsas y diabólicas, verdaderos "monstruos". Los unos y los otros pretenden ser la verdadera Iglesia.
----------Es cierto que en el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha reconocido la validez del monoteísmo islámico, estableciendo una base para el diálogo con los musulmanes. Sin embargo, el papa Benedicto XVI, hoy Papa emérito, en un famoso discurso de hace quince años, precisó que este monoteísmo contiene un elemento irracional, que contradice la sabiduría divina, por otra parte proclamada por el propio Corán.
----------Por lo demás, el Concilio confirma el llamado dirigido a todos los hombres a buscar su salvación en Nuestro Señor Jesucristo. Esto significa que la evangelización requiere que los cristianos anuncien a Cristo también a los musulmanes, quienes también están llamados a entrar en el Reino de los Cielos. Los que profesan su fe en el Islamismo también son merecedores del anuncio del Evangelio; ni ellos ni la religión que profesan son monstruos; los monstruos no pueden ser evangelizados ni salvados.
   
El nudo del problema: la cuestión del monoteísmo
   
----------Según la teología islámica, Dios es el "Ser absoluto" (Wujûd al-Mutlaq, transcribiendo de modo simplificado del árabe). Para Ibn Arabi [1165-1240] Dios es "Esencia absoluta" (Dhat mutlaq). Es la Verdad absoluta (al-Haqq). Y sobre esto obviamente estamos de acuerdo. Podemos pensar en el ipsum Esse subsistens de santo Tomás de Aquino [1225-1274]. Sin embargo, errada y no conforme al Corán, es la tesis de algunos gnósticos islámicos, según la cual "sólo Dios existe" (tesis que también se encuentra en el panteísmo hegeliano), donde la unicidad del ser divino (Tawhîd) -que es sacrosanta verdad- se entiende sin más a la manera unívoca parmenídea como unicidad del ser, confundiendo Dios y mundo o anulando el ser del mundo. El monoteísmo es confundido con el monismo. Pero esto, como dije, no está en el Corán.
----------Por el contrario, la verdad indudable del Corán, la "sustancia" (haqiqat) del Corán, confirmada por la razón y por la Biblia, es (como lo reconoce el Concilio Vaticano II) que existe un único verdadero Dios. Pero no faltan problemas. Porque debemos preguntamos: ¿Quién es este Dios? Obviamente la respuesta es: es Alá (Al-Lāh). Pero de nuevo: ¿Cuáles son los atributos de Alá? El nombre deriva de la raíz El, que en hebreo significa efectivamente "Dios". Pero el hecho es que los atributos coránicos de Dios no son todos convenientes o correctos, por lo cual, como veremos, surge una concepción incoherente.
----------Hay quienes sostienen que el Dios coránico es un Dios "de paz", que quiere la paz entre todos los hombres. Sí, pero ¿en qué condiciones? De hecho, está claro que toda religión busca la paz con Dios y con el prójimo; pero donde el concepto de Dios no es del todo puro y coherente, como es el caso del Corán, esta religión no está completamente libre de la violencia, porque la violencia depende de la contradicción. Y es evidente que un Dios violento no puede ser pacífico. En efecto, como reconoce el Concilio, es cierto que "los musulmanes adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres" (Nostra aetate n.3). Pero aquí el Concilio, con mucha y quizás excesiva benevolencia, reconoce solo los aspectos buenos del monoteísmo islámico.
----------El Concilio está sobre todo preocupado de hacernos saber que el Dios del Corán no es "otro Dios" respecto al cristiano, como si estuviéramos frente a dos dioses, sino que es el único verdadero Dios, nuestro y de ellos (y esto es muy alentador), con la diferencia que nosotros los cristianos lo conocemos mejor e insuperablemente, por el hecho de haber recibido la revelación cristiana. Pero lo conocemos mejor también en su unidad; por lo cual hay que disipar el prejuicio según el cual el monoteísmo islámico sería más riguroso que el bíblico. En absoluto, eso no es cierto. Lo contrario es verdad.
----------De hecho, el monoteísmo islámico, a diferencia del monoteísmo bíblico, que es perfectamente coherente y por lo tanto unitario, adolece de una contradicción interna, que fue destacada por el papa Benedicto XVI, hoy papa emérito, en su famoso discurso en la Universidad de Ratisbona del 12 de septiembre de 2006, cuando mostró el lado negativo del teísmo islámico, de un Dios irracional, voluble y despótico.
----------Así, para el Corán, el castigo infernal no depende del pecado del hombre, sino de la voluntad divina. Dios no castiga a quien lo merece, sino que "castiga a quien quiere" (Sura 29,21). Es decir, el Dios coránico no parece efectivamente un Dios sabio, bueno y justo, no obstante todas las afirmaciones y las alabanzas en sentido contrario. No existe ninguna relación entre la conducta humana y la sanción divina, aunque Dios prometa el premio a los buenos y el castigo a los malvados.
----------También hay que decir que la concepción coránica de Dios no es coherente, en cuanto por un lado denota la influencia del Dios bíblico, dando espacio al libre albedrío del hombre y por tanto a un Dios justo que premia y castiga (y respecto a ello, vale el discurso del Concilio Vaticano II), pero por otro lado, como señaló el papa Benedicto en la mencionada ocasión, se trata de un Dios despótico; y esto ciertamente deriva de una influencia politeísta pagana, en particular la idea griega de la Moira y la latina del Fatum. No debemos confundir la oscuridad del misterio con la absoluta oscuridad de lo irracional.
----------El papa Benedicto, al respecto, comparó (siempre en aquel famoso discurso de Ratisbona) la idea coránica de Dios con la del beato Juan Duns Scoto [1266-1308]: "Por honradez, sobre este punto es preciso señalar que, en la Baja Edad Media, hubo en la teología tendencias que rompen esta síntesis entre espíritu griego y espíritu cristiano. En contraste con el llamado intelectualismo agustiniano y tomista, Juan Duns Escoto introdujo un planteamiento voluntarista que, tras sucesivos desarrollos, llevó finalmente a afirmar que sólo conocemos de Dios la voluntas ordinata. Más allá de ésta existiría la libertad de Dios, en virtud de la cual habría podido crear y hacer incluso lo contrario de todo lo que efectivamente ha hecho. Aquí se perfilan posiciones que pueden acercarse a las de Ibn Hazm y podrían llevar incluso a una imagen de Dios-Arbitrio, que no está vinculado ni siquiera con la verdad y el bien".
----------Es decir, el papa Benedicto comparó allí la idea coránica de Dios con la de Duns Scoto, como de un Dios entendido como pura voluntad, independientemente de consideraciones del bien o del mal, ligadas a lo verdadero y lo falso. De ahí una separación de la voluntad de la verdad. Para el Corán, la voluntad divina puede ser buena, incluso si es contraria a la verdad. La voluntad, por lo tanto, no depende del intelecto, sino de sí misma (cf. el principio hegeliano, por el cual "la voluntad se quiere a sí misma"). Lo que Dios quiere es bueno no porque sea bueno, sino porque lo quiere. De esto se puede deducir que también puede querer el mal -por ejemplo la condenación de alguien o el pecado-, que sin embargo "a sus ojos", como también diría Lutero, es bueno. Pero esto es un falso monoteísmo.
----------Por ello, conviene señalar claramente que el Evangelio presenta un monoteísmo más puro que el del Corán, en el cual, sin embargo, encontramos un elenco de atributos divinos, que se acercan a los bíblicos, magistralmente ilustrados por santo Tomás de Aquino en sus obras y por san Francisco de Asís (por ejemplo en aquella famosa oración de alabanza compuesta en el Monte della Verna en septiembre de 1224). Sin embargo, la unidad del Dios coránico es rota por el contraste entre el Dios bueno y el Dios despótico.
----------Esta íntima contradicción es insinuada por el proverbio popular "ninguna hoja se mueve si no lo quiere Dios", de origen coránico (cf. Sura 6,59), que también puede recibir una interpretación aceptable. Expresa el concepto de que todo lo que sucede es querido por Dios y con ello mismo es bueno, porque Dios es bueno y no puede no suceder, porque Dios es omnipotente. La Biblia tiene algo similar: "Si abre, nadie cerrará; si cierra, nadie abrirá" (Is 22,21). "¿Quién puede resistir a su voluntad?" (Rm 9,19).
----------¿Pero entonces, el dolor, el pecado y la condenación del réprobo son queridos por Dios? Sobre esto, desafortunadamente, el Corán no es claro y parece que también le da a Dios la responsabilidad del mal (Sura 6,65; 7,186; 13:11), aunque admitiendo la existencia del libre albedrío de la criatura y por lo tanto su responsabilidad en la realización del mal.
----------Ciertamente, Job también acoge de buen grado el sufrimiento y la existencia del pecado como venidos de parte de Dios, pero porque sabe que Dios puede obtener un bien mayor de ellos. En cambio, parece que del Dios coránico es necesario esperar todo y siempre inclinar la cabeza. Se debe obedecer por fuerza. No existe la libre obediencia de Cristo al Padre, de la cual habla la Carta a los Hebreos (10,9). De hecho, no existe el sacrificio del hombre-Dios que perdona los pecados. Así, para el Corán, sucede que lo que para nosotros es malo, es bueno para Dios y viceversa. De aquí nace la doctrina averroísta de la "doble verdad". La voluntad divina no siempre responde a la verdad, sino que la verdad es en última instancia lo que esta voluntad quiere.
----------Al fin de cuentas, por consiguiente, tal Dios es un absoluto déspota, que puede en un momento ser bueno, y en otro momento ser malo, como le place. Es un Dios en quien no se puede confiar. Él apela al libre albedrío del hombre, promete el premio a los obedientes y devotos (islam), y amenaza con el castigo a los rebeldes, pero el hecho es que al final decide en contra de toda expectativa, de modo impredecible y absolutista a quién llevar al cielo y a quien enviar al infierno. ¿Cómo se puede esperar con certeza en un Dios así? Es el famoso fatalismo islámico. Quizás se trata de una influencia maniquea.
----------Con todo esto -y esta es la paradoja- el Corán afirma la bondad, la providencia, la fiabilidad y la amabilidad de Dios. Este es el aspecto desconcertante de la teología del Corán. Con todo aquello horrible y descorazonador que hemos dicho sobre el Dios coránico, Él, a través de repetidas declaraciones del Corán, es un Dios que ama al hombre y quiere salvarlo de la miseria, del sufrimiento, del pecado y de la muerte. El Corán, en sustitución del Evangelio, que ha tenido su tiempo, se presenta, por lo tanto, como el verdadero mensaje de la salvación. Aplicando los preceptos del Corán, todo hombre se salva. Por tanto, el Corán está dirigido a todos los pueblos. Todos deben convertirse al Islam para ser salvados.
----------Debo hacer una breve aclaración sobre el párrafo anterior. He dicho que para el Corán, paradójicamente, Dios ama  al hombre. El hombre, sin embargo, según el Corán, es el musulmán. Adán y Eva eran musulmanes. Con el pecado original, la humanidad ha caído de ese estado de perfección originaria. El Corán enseña a la humanidad a retornar a aquella perfección. Esta antropología muestra por lo demás la dificultad de los Estados islámicos para aceptar las Declaraciones Internacionales de los Derechos del Hombre, en cuanto no dependen del Corán, que en cambio para el musulmán es indispensable para saber cual es la dignidad humana.
----------El monoteísmo islámico en algunos autores, debido a una forma de univocismo parmenideano, desborda en la herejía monista, como ya hemos mencionado anteriormente. Pero el Corán no justifica ningún panteísmo. En cuanto a la cuestión de la relación del hombre con Dios, está en perfecta sintonía con la Biblia y la teología natural, precisamente en nombre del monoteísmo, al considerar al hombre criatura (khalq) de Dios, similar a Él, pero a la vez muy diferente, infinitamente debajo de Él, Quien permanece inconfrontable, incomparable e incomprensible en su misteriosa trascendencia (ghayb).
----------Por lo demás, la doctrina coránica de la bondad y providencia de Dios, de la Palabra de Dios, de su amabilidad, de su clemencia y misericordia, de su amor por nosotros y del nuestro por él, son aspectos sublimes, perfectamente compatibles con el Evangelio y la sana razón, principios de virtud, de santidad y de experiencia mística. Dios es el Misericordioso por excelencia (Al-Rahman, cf. el hebreo rahamìm = víscera materna). Detrás de estas enseñanzas está el Espíritu Santo, aún en el caso en que Mahoma no lo conociera. Pero aquí siempre vale el áureo dicho de san Ambrosio: "quidquid verum dicitur, a quocumque dicatur, a Spiritu Sancto est", "Todo lo que se dice de verdadero, por quienquiera que sea dicho, proviene del Espíritu Santo".
   
Un puñado de modestas propuestas operativas
   
----------El Concilio Vaticano II ha dado a la Iglesia una nueva esperanza, ha ofrecido un nuevo punto de partida misionero. Los principios de la apologética cristiana, inspirados en la enseñanza del mismo Nuestro Señor, son universales y han convertido, con las debidas adaptaciones, a todos los pueblos. Los musulmanes también están llamados a salvarse en Cristo. Cristo les ha dado a los apóstoles el mandato de hacer discípulos del Evangelio a todas las naciones. Si Cristo ha dado tal mandato, quiere decir que puede ser realizado.
----------Quisiera hacer una propuesta. La Iglesia lleva ya cincuenta años organizando sínodos mundiales de obispos, en los cuales se abordan y estudian problemas pastorales emergentes o urgentes de interés mundial. Pues bien, ¿por qué no dedicar un sínodo (cuando el momento adecuado llegue, y las condiciones de la actual pandemia ya no lo impidan) para profundizar, a la luz del Concilio y de las enseñanza del papa Benedicto XVI y del papa Francisco, los resultados obtenidos en el diálogo cristiano-islámico, las relaciones con el Islam, a fin de poder responder a las siguientes preguntas: ¿Cuáles podrían o pueden ser las vías, los modos, los tiempos, los métodos y los medios naturales y sobrenaturales para presentar a Cristo al Islam o para acercar el Islam a Cristo? ¿Cómo defender a los cristianos de los errores doctrinales islámicos por nuestro propio bien y por el de ellos? ¿Cómo mejorar las relaciones concretas entre nosotros en términos de mutua colaboración humanitaria, cultural, social y política? ¿Cómo afrontar e implementar juntos el derecho a la libertad religiosa en los Estados donde conviven los cristianos con los musulmanes?
----------No nos escandalicemos de Jesús, por mucho que Él parezca blasfemar haciéndose Dios (Jn 10,33), por mucho que su Cruz pueda parecer escándalo (1 Co 1,23) y locura (1 Cor 1,18) y por muy "duro" que pueda parecer su lenguaje (Jn 6,60), sino ante todo escuchemos sus palabras a los discípulos de Juan el Bautista, quienes en su nombre, es decir, en nombre de la humanidad, le preguntan si es Él Quien ha de venir o debemos esperar a otro: "Id y referid a Juan lo que habéis oído y visto: los ciegos recobran la vista, los cojos caminan, los leprosos son sanados, los sordos recuperan el oído, los muertos resucitan, los pobres reciben la buena noticia y bienaventurado el que no se escandaliza de mí" (Mt 11,2-6).

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