miércoles, 7 de octubre de 2020

Triste estado de quienes niegan al Papa ser Vicario de Cristo

Finalicemos hoy nuestra reflexión teológica sobre el título de Vicario de Cristo que el Magisterio de la Iglesia aplica al Papa. Con lo ya visto, los lectores cuentan con suficientes elementos como para discernir la extensión y los límites del significado de esas dos palabras, Vicarius Christi, que implican un consuelo para la Iglesia peregrina en la tierra, y virtudes que para el cristiano encierran valor salvífico.

----------Terminábamos nuestra segunda nota, la de ayer, explicando a los lectores la extensión divina y las limitaciones humanas del vicariato del Papa, particularmente en su aspecto de  ministerio doctrinal, oficio que, tradicionalmente, debe estar preparado por el trabajo de teólogos y biblistas, quienes proponen al Papa nuevas interpretaciones, que tienen la intención de hacer conocer mejor la Palabra de Dios, pero quedando luego enteramente al juicio del Papa aprobarlas o rechazarlas.
----------Precisamente esto era lo que debía haber hecho Martín Lutero [1483-1546], el pseudo "reformador" de la Iglesia, en lugar de tener la presunción y temeridad de sustituir al Papa, como si el Papa se equivocara, como si pudiera equivocarse en el creer y en el enseñar la Palabra de Quien es vicario. En particular, al interpretar a san Pablo, Lutero habría debido disipar el lenguaje equívoco de Pablo, en vez de agravar la confusión cayendo en la herejía de la sola fe y de la sola gracia sin las obras ni los méritos.
----------Aclaro ahora lo que estoy diciendo. Cuando san Pablo, habla de la "ley", que parece conducir al pecado, no siempre se entiende si se está refiriendo a la ley mosaica del Decálogo o al legalismo farisaico. Cuando san Pablo habla de la inutilidad de las "obras de la ley" para alcanzar la salvación y de la gratuidad de la gracia y de la suficiencia de la fe sin las obras, Lutero habría debido aclarar que Pablo no se está refiriendo aquí al Decálogo de la ley mosaica, Decálogo que se mantiene siempre necesario para la salvación, sino al legalismo farisaico, superado por el advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
   
Las limitaciones y defectos humanos del Vicario de Cristo
   
----------Cabe señalar otra diferencia entre un vicario humano de un superior humano y el Papa como Vicario de Cristo. Todo vicario terreno puede actuar con sus propias fuerzas sin recurrir al superior que le ha encomendado un oficio. En cambio, el Papa ciertamente representa a Nuestro Señor, pero no tiene, como cualquier vicario humano, una fuerza humana por cuenta propia, suficiente para poder representar dignamente a Nuestro Señor Jesucristo, sin su gracia: y esto no solo en la enseñanza doctrinal, donde su especial gracia de estado no puede fallar (gracia pontificia magisterial), sino también en su conducta moral y en el gobierno de la Iglesia, donde él necesita una gracia santificante, aparte de la gracia de estado, para cumplir bien sus deberes. Pero en tal caso el Papa puede rechazar la gracia y caer en el pecado (gracia pontificia pastoral).
----------También debe considerarse que si el Papa no se equivoca cuando enseña como maestro de la fe y de la moral la Palabra de Dios, no obstante el modo con el cual se expresa, los estados de ánimo en los cuales habla, el lenguaje más o menos adecuado que usa, la actitud que puede tener hacia los justos o los pecadores, el condenar o no condenar, el corregir o no corregir, todo eso, constituye sus elecciones, son actos morales, en los cuales él, según la intención por la que es movido, puede pecar o no pecar.
   
El Papa: infalible en la doctrina, pero pecable en la conducta práctica
   
----------Por lo tanto, el Papa es infalible en la doctrina, pero es pecable en la conducta práctica y moral y, por consiguiente, también en el uso del lenguaje. Si utiliza un lenguaje ambiguo, confuso, doble o equívoco, al impartir una enseñanza que en sí misma es cierta y verdadera, esta enseñanza se mantiene en sí misma válida, pero el modo por el cual es transmitida carece de honestidad y de lealtad.
----------Incluso en un Papa, por lo tanto, aunque asistido por el Espíritu Santo en el conocimiento y en la enseñanza (infalible en el creer y en el enseñar la Palabra de Dios), que pone de por sí en juego el intelecto, sin embargo, este acto, en cuanto querido, es causado por la voluntad, por la cual asume una connotación moral, por la cual el Papa puede pecar de varios modos, ya sea por duplicidad o por oportunismo o por timidez o por imprudencia o por precipitación o por reticencia o por descuido y cosas por el estilo.
   
¿Desobedecer al Papa para obedecer a Cristo?
   
----------Aquí tenemos otra cuestión, que sin duda puede preocupar a muchos católicos, clero y laicado. Si juzgamos que un Papa no representa dignamente a Nuestro Señor, ¿podemos apelar directamente a Cristo? ¿Puede darse la necesidad o el deber de desobedecer al Papa para obedecer a Cristo? Es necesario por norma suponer que el Papa actúa con prudencia. Pero la cosa puede pasar. Sin embargo, digamos en seguida que esto puede estar justificado en relación a su conducta práctica, no en relación a los contenidos de sus enseñanzas de Fe, sobre todo aquellas de alto nivel, como son por ejemplo las Encíclicas, por no hablar de las Definiciones Dogmáticas o de las doctrinas de un Concilio ecuménico.
----------En tales casos se tratará de una decisión prudencial individual del católico, a cuenta, riesgo y responsabilidad de cada fiel católico. En tales casos, para expresar un parecer, una opinión, en esta delicada y compleja materia (como es la de desobedecer al Papa para obedecer a Cristo), son necesarias algunas condiciones. Estas: 1) Debemos estar ciertos, seguros, de que se trata de una cuestión pastoral o jurídica o de conducta personal. 2) Es necesario poseer una suficiente preparación concerniente a la materia sobre la cual se va a juzgar. 3) Es necesario tener una información cierta del hecho. 4) Debemos escuchar eventualmente también el parecer de otros juicios autorizados e imparciales. 5) Es necesario tener el ánimo libre de pasiones o prevenciones (prejuicios), con propensión a interpretar in bonam partem. 6) Es necesario saber aplicar un justo criterio de juicio al caso concreto. Esta es la condición más difícil, porque supone todas las condiciones anteriores. Pero es la decisiva. Al formular el juicio, se debe usar modestia, con tendencia o preferencia a sentirse en el ámbito de la opinión más que en el de la certeza.
----------Una vez que se ha expresado la valoración (o sea el parecer personal), luego es necesario ver qué cosa hacer. En principio, si la cosa fuera posible, si se tratara de una cuestión verdaderamente importante, algo de interés común, si vale la pena y no hay riesgo de consecuencias peligrosas o desagradables, entonces, valiéndose quizás de algún buen mediador, y si hay esperanza de ser escuchado o de obtener algo, se puede hacer, según la oportunidad, las circunstancias y la ocasión, ya sea personalmente o colectivamente, una respetuosa observación, una declaración, un llamado, un reclamo o una súplica al Santo Padre. Estas condiciones no son usualmente fáciles de conseguir, y todos conocemos las ocasiones en que no han sido respetadas: reclamos de viva voz al Papa en plena recorrida entre el público en la plaza San Pedro, o impertinentes "correctio filialis" firmadas incluso por obispos cismáticos. 
   
La herejía de negar al Papa como Vicario de Cristo
   
----------Es de notar también que en la historia los herejes odian al Papa como Vicario de Cristo. Pero cuando menciono aquí a "los herejes", el lector no debe pensar que hablo de algo del pasado, sino actual: hoy los herejes existen, extendidos en el seno de la Iglesia, más manifiestamente o más clandestinamente, e incluso en medios de comunicación, páginas webs y blogs que pasan por ser "católicos".
----------De modo que efectivamente, lo repito, los herejes odian al Papa como Vicario de Cristo, ya sea: 1°) manifiestamente, con desprecio, insultos, injurias, calumnias, difamaciones, maledicencias, críticas, acusaciones y ofensas de todo género, declarándose abiertamente enemigos, negando su autoridad, hasta a veces para maltratarlo y para martirizarlo, como tantas veces ha ocurrido en la historia de la Iglesia, o bien 2°) subdolamente, solapadamente, o secretamente, con hipocresía y engaño, aislándolo de los buenos y comprometiéndolo con los malvados, malinterpretando o exagerando su autoridad, fingiéndose amigos y colaboradores, fieles devotos o incluso entusiastas, aconsejándolo mal o recurriendo al servilismo y a la adulación, y en realidad sustrayéndose con astucia o prepotencia a la obediencia al Vicario de Cristo y trabajando secreta y pérfidamente por la destrucción del Papado y de la Iglesia.
----------A lo largo de la historia han existido y siguen existiendo hoy católicos, o mejor dicho sedicentes católicos, que afirman en principio aceptar el Papado y por tanto, repito, a nivel de principios, aceptando al Papa como el Vicario de Cristo, pero... ¡no precisamente al Papa efectivamente reinante!, a quien consideran indigno, hereje, masón, modernista, o inválidamente elegido, o considerando vacante el trono de Pedro ("sedevacantistas") o contraponiéndolo a otro Papa u otros Papas del pasado. No es novedad para el lector que hoy existen quienes consideran verdadero Papa al papa emérito Benedicto XVI y falso al papa Francisco. Todo esto, por supuesto, no se corresponde con la correcta actitud del católico.
----------En efecto, podemos decir que, por muy justas, bien argumentadas  y razonables, que puedan ser algunas críticas a ciertos aspectos de la pastoral y de la conducta del Papa actual, estas tomas de posición, estas posturas, estas actitudes, sobre todo aquellas que consideran hereje a este Papa, acaban por negarle el título de Vicario de Cristo y, si no niegan en principio el Papado, como lo hizo Lutero, sin embargo, negando este título a un Papa válidamente elegido porque es reconocido por el Colegio Cardenalicio que lo ha elegido, es como si negaran el título en sí mismo, lo que los hace caer en la herejía luterana.
   
Sutil astucia verdaderamente demoníaca
   
----------Se podría decir, entonces, por cuanto respecta al momento presente, que el demonio, sabiendo bien que el Papa, como Vicario de Cristo, es el supremo maestro de la fe en la tierra y por lo tanto el supremo baluarte contra las herejías, es contra el Papa que está concentrando todas las fuerzas de su sutil astucia, sus mentiras y sus engaños, en el intento siempre repetido en la historia, y siempre fallido a lo largo de los siglos, de hacerle caer en el error y arrastrar así a la Iglesia al error, al pecado y a la perdición.
----------Personalmente estoy suficientemente convencido que hoy, quizás como nunca antes en la historia, el Papado, en la persona del papa Francisco, estando como está así tan ferozmente bajo los golpes del demonio, nunca el Papa y el Papado han sido más probados y tentados por Satanás, nunca como hoy el poder de las tinieblas, con el permiso de la Providencia, ha sido empleado con tantas fuerzas en el vano pero siempre repetido intento de abatir al Papado y con ello a la Iglesia, suscitando todo género de sutiles y solapadas herejías, desde las más antiguas hasta las más recientes y también inventando nuevas. Son los herejes y cismáticos que hoy sostienen que el Papa ha fracasado, ha sido derrotado por el demonio, para tener de ese modo el pretexto de fundar una contra-Iglesia, esta vez sí inspirada por Satanás.
----------Y he aquí un dato que no puede pasar por alto el lector: el Santo Padre -y al papa Francisco me estoy refiriendo- parece estar plenamente consciente de este ataque contra la Iglesia y contra su persona como Vicario de Cristo. Lo podemos recabar, estoy convencido, de sus frecuentes referencias al demonio, que son una novedad respecto a las enseñanzas de los Papas precedentes. De como se expresa el papa Francisco, se diría que se refiere a ataques recibidos personalmente. Al respecto, el lector recordará que entre las muchas y variadas circunstancias en que el papa Francisco se ha referido a la acción demoníaca (enseñanza inusual en los últimos papas), una circunstancia que ha llamado la atención ha sido en sus homilías coloquiales en la capilla de Casa Santa Marta en la época en la que arreciaban las críticas del arzobispo Carlo María Viganò. Tras aquella oportuna intervención de mediados del 2018, del ex nuncio en USA, referida al dramático problema de la corrupción moral y pedofilia en el clero, pasando los meses las críticas del arzobispo se volvieron cada vez más fuera de lugar, cada vez menos filiales, hasta llegar a la actualidad, en la que el ex nuncio comparte las mismas posturas heréticas y cismáticas de quienes niegan la infalibilidad de los Papas y de los Concilios Ecuménicos en cuestiones doctrinales. ¿Cómo no ver, entonces, coincidencia entre aquellas circunstancias y las palabras del papa Francisco a la acción demoníaca?
   
Pero las potencias del infierno no prevalecerán
   
----------A nadie se le escapan las limitaciones humanas, incluso los defectos humanos, que pueden presentar quienes han sido elegidos como Vicarios de Cristo. El conocimiento de la historia de la Iglesia, y la visión del actual pontificado, son una prueba irrefutable de ello.
----------Pero la promesa de Nuestro Señor Jesucristo es siempre válida: "las potencias del infierno no prevalecerán" (Mt 16,18). Sin embargo, el lector debe estar cierto de que esto vale sólo para la verdadera Iglesia guiada por el Papa y no para las falsas Iglesias inventadas por los herejes, que son más bien "sinagogas de Satanás" (Ap 2,9). O bien, para decirlo más benévolamente, como se expresa el Concilio Vaticano II en la Unitatis Redintegratio (n.3), no están "en plena comunión" con la Iglesia Católica.
----------Es cierto, el papa Francisco parece más preocupado por renovar que por conservar. Puede esto agradar más o menos, puede esto ser considerado prudente o imprudente, puede incluso ser considerado un error en las presentes circunstancias de la Iglesia. Pero estamos siempre a nivel de la acción pastoral de gobierno del Papa. Al fin de cuentas, renovar la Iglesia es la intención del Concilio Vaticano II, el Concilio de nuestro tiempo y, en tal sentido, no podemos menos que reconocer que el Papa continúa la obra verdaderamente reformadora del Concilio.
----------Por lo tanto, el papa Francisco hace bien en oponerse a un cierto conservadurismo, que todavía hoy rechaza las doctrinas del Concilio y lo acusa de "modernismo" y de ser el origen de todos los males de la Iglesia desde hace cincuenta años a esta parte. En esto no expreso ninguna opinión personal. He expresado varias opiniones personales en esta nota, pero no es una opinión lo que acabo de decir, pues un Concilio Ecuménico, como extensión del Magisterio Pontificio (un Concilio Ecuménico con y bajo Pedro) no puede estar equivocado en lo doctrinal, aunque ciertamente puede contener defectos en sus puntuales directivas pastorales. Esto es verdad de fe, y quienes lo niegan caen en herejía.
----------Habiendo dicho eso, creo, sin embargo, que el papa Francisco debe tener cuidado con la acción solapada de un efectivamente renacido modernismo, disfrazado de "progresismo", que ha malinterpretado el Concilio y que está causando graves daños a la Iglesia. Al mismo tiempo, debería, a mi humilde juicio, insistir más en la recuperación de algunos valores tradicionales y perennes, que forman parte del depósito revelado o están con él conexos, y que son reclamados, también, por tantos sectores sanamente tradicionalistas.

5 comentarios:

  1. Toda la vida, sea como Bergoglio que como Francisco se refirió al demonio, especialmente en lo que se refiere a los ataques a su persona. Siempre le gustó hablar del demonio de la murmuración y del dinero.

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  2. Gracias, Padre, por estas reflexiones. Esperamos su análisis de la encíclica del papa Francisco, por favor.
    Interesante su opinión sobre las referencias del Papa al demonio.
    Por un lado, es a mi parecer claramente demoníaco el ataque sistemático hacia el Papa de algunos medios y blogs, haciendo se altoparlantes de personajes que lamentablemente se han desviado seriamente de la verdad y de la postura católicas (Viganó, De Mattei). Por otro lado, la manipulación argumental de que los ataques se basan en la defensa de la ortodoxia católica es verdaderamente satánico: el padre de la mentira manipulando a los que se autoproclaman como defensores de la verdad.
    Si es cierto que Bergoglio ha tenido desde siempre esa inclinación a hablar del demonio, se nota entonces mejor un aspecto de la Providencia al elegir a este Papa, tan difícil de comprender y de aceptar por otras razones, como guía de la Iglesia en el momento presente.
    Sea como sea, es el Vicario de Cristo.
    Al respecto, en algún momento de su nota menciona el valor "salvífico" del Papa como Vicario de Cristo. Por favor, si pudiera aclarar ese aspecto, se lo agradecería.

    Nadia

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  3. Fr Filemón, Ud. dice: " hoy los herejes existen, extendidos en el seno de la Iglesia, más manifiestamente o más clandestinamente, e incluso en medios de comunicación, páginas webs y blogs que pasan por ser "católicos"."
    No nombra a ninguno.
    Sin embargo, me extraña que haya eliminado enlaces que existían en este blog. Sobre todo me extraña que haya eliminado algunos como los de Infovaticana, o Infocatólica, o incluso las páginas relacionadas con la Santa Sede.
    ¿A qué se debe?
    ¿Acaso para Ud. Infovaticana o Infocatólica no cumplen con "parámetros católicos"?

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  4. Bergoglio siempre ha hablado del demonio. De modo que no es nada nuevo que siga hablando del demonio siendo Papa.

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  5. Anónimo de las 8:47:
    No se trata simplemente del "demonio de la murmuración" o del "demonio del dinero".
    Me parece que en el post del padre Filemón se habla de otra cosa, de una acción propia y específicamente satánica.

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