lunes, 5 de octubre de 2020

El Vicario de Cristo ha publicado una nueva Carta Encíclica

El papa Francisco, en la ciudad de Asís, junto a la tumba de san Francisco, ha firmado este sábado 3 de octubre, vigilia de la fiesta del Poverello, la Carta Encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social. Ayer domingo, después del Angelus, le ha dado publicidad.

----------Corresponde ahora, entonces, que todos los católicos, como devotos hijos de un mismo padre común, nos entreguemos a la recepción y meditación del texto, de obligada lectura, por cierto. Se trata de un largo escrito, que, a primera vista, no parece del todo fácil de asimilar, y que, por su temática, podría agradar más o menos a sus lectores. Por mi parte, habiendo hecho una primera lectura superficial y rápida, dedicaré toda la semana (pero no en este blog) a un repaso y un análisis más serenos. Por cierto, una buena sugerencia que puedo dar a mis lectores es que, contando el documento con 8 capítulos, se puede dedicar muy bien a cada uno de ellos un día de la semana, subrayando las frases importantes, consultando las fuentes, comparando textos magisteriales precedentes, anotando preguntas y dudas al margen..., en fin, sacando buen provecho y fruto de esto que ha sucedido. ¿Y qué ha sucedido? Pues, precisamente, lo que dice el título: que el Vicario de Cristo ha publicado una nueva Carta Encíclica. Que no es poca cosa.
----------Por consiguiente, en este blog nada diremos de la tercera encíclica del papa Francisco sino, por lo menos, hasta dentro de una semana. Pero, mientras tanto (mientras hago lo que acabo de decir, una lectura personal, un estudio detenido, un análisis, una valoración), me dedicaré en el blog, si no salta ninguna otra necesidad, a reflexionar junto a los lectores sobre las dos palabras del título: Vicario de Cristo y Carta Encíclica. Porque son dos expresiones que se dicen rápido, pero que también muy rápido se pueden malinterpretar. ¿Qué significa Vicario de Cristo? ¿Qué significa, que valor tiene, una Carta Encíclica?
----------De ambas cosas ya he tratado largamente, por separado, en otras ocasiones, de manera que será inevitable que repita conceptos ya vertidos en este blog, pero entiendo que será útil recordarlos como presupuesto para la lectura de esta nueva encíclica del Papa. Preguntarnos por el significado de la expresión Vicario de Cristo es un modo de preguntarnos acerca de quién es el Papa, un tema del que venimos tratando repetidamente. Preguntarnos por el significado y el valor de una Carta Encíclica, es preguntarnos por el diverso valor de los documentos pontificios. Dos temas que deben estar muy claros para todo católico.
  
El Papa como Vicario de Cristo
  
----------En abril de este año se armó una gran batahola porque algunos entendieron que había desaparecido el título de Vicario de Cristo en la última edición del Anuario Pontificio, o que se lo menospreciaba, al ubicárselo en una nota fuera del texto principal, como título histórico. La cuestión, ventilada por unas y otras corrientes sectarias en el seno de la Iglesia, adquirió, como es frecuente en los actuales mentideros católicos de internet, mayor importancia de la que en realidad tenía. Y fue humo de un día.
----------El título de Vicario de Cristo forma parte del Magisterio de la Iglesia, se lo publique o no en el Anuario Pontificio, en tal o cual encabezado o rincón de una página. Fue el papa León X [1513-1521] quien condenó la tesis de Lutero, según la cual "el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, no fue instituido por Cristo en el bienaventurado Pedro vicario del mismo Cristo sobre todas las Iglesias de todo el mundo" (Denzinger 1475). Se trata de la tesis n.25, condenada en la Bula Exurge Domine, del 15 de junio de 1520.
----------De modo que Vicario de Cristo es, simplemente, o sea, nada más, que un título, pero también nada menos, porque precisamente es un título del Papa. Por consiguiente, es un título explicativo de la condición de Papa, vale decir, explicativo de su autoridad magisterial y pastoral. Por lo tanto, implica la suprema y universal primacía, tanto de honor como de jurisdicción, sobre la Iglesia de Cristo. En los textos para catecúmenos y seminaristas suele decirse que el título de Vicario de Cristo se funda en las palabras de Nuestro Señor Jesucristo, Divino Fundador de la Iglesia, dirigidas a Pedro: "Apacienta mis corderos... apacienta mis ovejas" (Jn 21,16-17), por medio de las cuales lo constituyó Príncipe de los Apóstoles guardián de todo su rebaño en Su propio lugar, convirtiéndolo así en Su Vicario, y llevando a cumplimiento la promesa que le hizo al decirle: "Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos" (Mt 16,18-19).
----------El título de Vicario de Cristo no fue la única designación "vicaria" que le fue aplicada al Papa. Con el paso del tiempo, otras designaciones similares le fueron aplicadas, como la de Vicario de San Pedro e incluso Vicario de la Sede Apostólica (como en el caso del papa Gelasio, I, Ep. VI), pero el título de Vicario de Cristo es más expresivo de su oficio de cabeza suprema de la Iglesia terrenal, oficio que cumple en virtud de la comisión de Cristo, y con poderes vicarios otorgados por Él o derivados de Él.
----------Por citar algunos ejemplos, el papa Inocencio III [1198-1216] fundamenta su autoridad para remover obispos sobre el hecho que él es Vicario de Cristo (cap. Inter corporalia, 2, De trans. ep.). También declara que Cristo ha dado tal poder sólo a Su Vicario Pedro y a sus sucesores (cap. Quanto, 3, ibid.), y afirma que el Pontífice Romano es "el sucesor de Pedro y el Vicario de Jesucristo" (cap. Licet, 4, ibid.). El título de Vicario de Dios usado al parecer por primera vez por el papa Nicolás III [1277-1280] (c. Fundamenta ejus, 17, De elect., in 6) es empleado como un equivalente al de Vicario de Cristo.
----------Ahora bien, comenzando por lo más simple, la terminología, nos preguntamos: ¿Qué es ser vicario? ¿Quién es vicario? Precisamente el que actúa en nombre de un superior, en cuanto que, por encargo de este superior, desarrolla en todo o en parte las funciones del mismo superior, por lo cual el vicario hace las veces de un superior y actúa en su lugar, de modo tal que lo que decide el vicario, suponiendo que desarrolle fielmente el encargo, viene por esto mismo aprobado y ratificado por el superior; y por consiguiente vale, o sea, es válido, y tiene vigor como si lo hubiera decidido el propio superior.
----------Ahora bien, aplicar al Papa el concepto de Vicario es una operación precisa, legítima y necesaria, lo cual quiere decir también que es un deber para todo católico; si no fuera por nada más, al menos lo sería porque de lo contrario el papa León no habría reprobado la tesis de Lutero. Sin embargo, esta acción de aplicar al Papa el concepto de Vicario de Cristo, debe hacerse con las debidas precauciones, con una precisión conceptual muy bien delimitada, y cierta cautela, que ahora intentaré explicar.
----------El problema de fondo, en este concepto de Vicario de Cristo aplicado al Papa, como en todos los conceptos de fe, es que nosotros, por la fuerza de las cosas, para hablar de cosas de fe, estamos obligados a partir de conceptos que nos aplicamos a los seres humanos, y cuyo contenido, por tanto, se resiente de nuestras limitaciones, por no hablar de nuestros defectos, como seres humanos. Hablamos de las cosas de Dios con conceptos humanos, y esto tiene sus pormenores.
----------Pero esta operación (la de aplicar al Papa el concepto de Vicario de Cristo) es posible, correcta, lícita, necesaria y salvífica, porque para hacerla estamos autorizados por el mismo Nuestro Señor Jesucristo, quien precisamente, para explicarnos los misterios del Reino de Dios y del Plan de la Salvación del Padre, ha utilizado nuestros conceptos y se ha expresado en nuestro lenguaje humano, de por sí hecho para expresar nuestras cosas humanas. Mientras aquí están en juego realidades sobrenaturales, divinas, trascendentes y misteriosas, para expresar adecuadamente las cuales, se necesitaría un lenguaje proporcionado, adecuado, divino, que nosotros, como criaturas, no poseemos.
----------Ahora bien, hay que tener en cuenta que ha sido la Iglesia, y no Cristo, quien ha decidido usar el concepto de Vicario de Cristo para expresar un dato de fe: la autoridad del Papa. Sin embargo, si Nuestro Señor Jesucristo y en su nombre la Iglesia -y este es el caso del término "vicario"- usan un determinado término para expresar el dato de la fe, esto querrá decir, en principio, que el término está bien, es correcto; solo que después dependerá de nosotros tratar de comprender en qué sentido, de qué modo, dentro de cuáles límites y bajo cuáles condiciones el término se adapta para expresar el dato revelado. Lo que hay que hacer entonces es separar, en el concepto, generalmente analógico y en ocasiones metafórico, lo que se adapta a lo divino de lo que, en cuanto humano, no puede ser atribuido a lo divino.
----------Por lo tanto, llegamos ahora a formularnos nuevas preguntas, más precisas: ¿En qué sentido, entonces, el Papa es vicario de Cristo? ¿En qué sentido hace sus veces? ¿En qué sentido y dentro de cuáles límites el que a él le escucha, escucha a Cristo? ¿Posee los mismos poderes de Cristo? ¿Hace todo aquello que puede hacer Cristo? ¿Lo sustituye? ¿Puede prescindir de Él? ¿Es infalible e impecable en éste su vicariato?
----------A partir de todas estas preguntas, a las cuales evidentemente no podemos responder en modo detallado aquí, ni hoy, ni menos en la brevedad de este post, como buenos católicos ya intuimos que entre el ser vicario en modo humano de un superior humano es muy diferente, aunque no del todo diferente (pues de lo contrario no se usaría el mismo término), de cómo el Papa es y debe ser Vicario de Cristo. Vale decir: existen similitudes y existen diferencias entre ser vicario en modo humano de un superior humano, de ser vicario del modo en que todo Papa es vicario de Nuestro Señor Jesucristo.
----------Dios mediante, en nuestra nota de mañana examinaremos esas similitudes y esas diferencias. Para seguir luego examinando el contenido doctrinal implicado en el título de Vicario de Cristo. Y supongo que esta misma semana pasaremos al otro tema que nos hemos propuesto: el de examinar el significado y valor de una Carta Encíclica pontificia, en el contexto del variado valor de los diversos documentos y formas de expresión utilizados por el Papa. Todo lo cual nos permitirá disponernos a recibir, con la debida devoción a la Cátedra Petrina, esta nueva expresión del papa Francisco: su Carta Encíclica Fratelli tutti.

2 comentarios:

  1. Padre Filemón, muy prometedora su nota, espero con ansias la de mañana.
    La inclusión del término de Vicario de Cristo por parte del Papa León X en las condenas de las tesis de Lutero parece muy confirmativa del título. Creo que no puede ponerse en duda que el título de Vicario de Cristo pertenece al Magisterio infalible. Expresa la realidad, claro que habrá que saber entender los términos. Espero su ayuda para ello en las próximas notas.
    A la par, los términos de "Vicario de San Pedro" y "Vicario de la Sede Apostólica", por el contrario, me parecen mucho menos expresivos y exactos.

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  2. Fr Filemón,
    Ud. ha recordado la tesis 25 de Lutero, condenada en la Bula Exurge Domine por el papa León X: "el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, no fue instituido por Cristo en el bienaventurado Pedro vicario del mismo Cristo sobre todas las Iglesias de todo el mundo".

    Creo que en esa condena podríamos encontrar uno de los errores lefebvrianos por los cuales podemos hablar con toda justicia de "herejía lefebvriana" (lo cual es, por cierto, más grave que el cisma en que se ellos se encuentran).
    En efecto, creo que por más razonables y justas que puedan ser las críticas que se le puedan hacer a un Papa, a cualquiera, se llame Benedicto o Francisco, o incluso como los lefebvrianos hacen con total arrogancia, criticando de modernistas a Papas Santos como Pablo VI, Juan XXIII y Juan Pablo II, por más justificadas que puedan quizás ser esas críticas, incluso críticas a ciertos aspectos de la pastoral y de la conducta del papa Francisco, por ejemplo, estas actitudes, sobre todo cuando ellos, los lefebvrianos, o los sedevacantistas, o los ultraconservadores, consideran hereje a estos Papas, y en concreto al Papa actual, acaban por negarle el título de Vicario de Cristo. En tal caso, que es la realidad, no hace falta indagar mucho, pues está a la vista de sus homilías, sus discursos, sus notas y artículos en Internet, sus conferencias, si bien no niegan el Papado a nivel de principios (en el discurso de los lefebvrianos) como sí lo negó Lutero, sin embargo, negando el título de Vicario de Cristo a un Papa válidamente elegido, como el actual, es como si negaran el título en sí mismo. Esto es para mí es una evidencia. En la práctica, los lefebvrianos niegan el título de Vicario de Cristo a Francisco. Pues bien: esto los hace caer en la herejía luterana.
    ¡Qué paradoja!
    Además de ser herejes por otras razones, son aquí también herejes ¡por la misma razón que por los luteranos!
    Recemos por ellos y por su conversión. Son nuestros hermanos, aunque separados.

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