miércoles, 2 de noviembre de 2022

Apuntes sobre el hombre como alma y cuerpo (5/5)

Un conocimiento preciso de las relaciones que deben existir entre alma y cuerpo, hace tomar conciencia del método que debe emplearse para eliminar los puntos de contraste y conducir alma y cuerpo a esa armonía que corresponde a la voluntad divina protológica en vistas a realizar la escatológica. [En la imagen: detalle de Autorretato, de Vincent van Gogh, óleo sobre tela de 1889, en el Musée d'Orsay, París].

La distinción entre alma y cuerpo. Análisis teórico
   
----------Al distinguir cuerpo y alma, se debe tener cuidado y estar atentos, por un lado, de no acentuar demasiado la distinción y, por otro lado, de no subestimarla. Quien exagera por exceso confunde al hombre con el ángel y no explica qué es el cuerpo humano y para qué sirve. Quien exagera por defecto rebaja al hombre al nivel del animal y no explica cómo hace el hombre para entender las cosas espirituales.
----------Por una parte tenemos a Descartes, que niega la existencia del alma sensitiva; por otra parte tenemos a Hume, que reduce el alma humana al alma sensitiva. Los cartesianos confunden la psicología con la lógica, reduciendo el pensar a lo pensado, como ha hecho Husserl; los segundos reducen la psicología racional a la psicología animal. Los primeros se debaten en un irresoluble dualismo, que oscila entre rigorismo y laxismo; los segundos son el pleno retrato del hombre carnal, del cual habla san Pablo.
----------El alma sensitiva, como veremos, emanación del alma espiritual, hace de mediadora entre alma racional y cuerpo, porque ella es inmaterial pero no espiritual, es decir, no del todo inmaterial. En estas condiciones está a las órdenes del espíritu y puede volverse interesante para el espíritu.
----------Pero dado que la vida sensitiva tiene una raíz material, esa vida sensitiva es una sublimación de la materia corporal que, sin embargo, logra modificar la naturaleza misma y el modo de actuar del espíritu, de modo que el espíritu deviene sexuado y el sexo deviene espiritual, como intuyó de alguna manera Sigmund Freud, aunque lamentablemente en clave atea y materialista.
----------Esto permite al sexo introducir a la comprensión del espíritu y al espíritu expresarse en el sexo. Este ascenso de lo sensible a lo espiritual y este descender del espíritu a lo sensible, en el fondo ya había sido descubierto por Platón, bajo forma de experiencia estético-erótica.
----------Se pierde de vista la concreción de la experiencia sensible cuando se pretende sostener, como lo hace Descartes, que el alma racional mueve directamente el cuerpo como si fuera un objeto material externo a disposición de la voluntad, se carece así de la percepción de la conveniencia y de la proporción ontológica entre espíritu y cuerpo, se acentúa demasiado la diferencia entre espíritu y cuerpo, y ya no se llega a explicar cómo el espíritu pueda actuar sobre el cuerpo. De ahí las absurdas teorías de la glándula pineal de Descartes, del ocasionalismo de Malebranche y de la armonía preestablecida de Leibniz.
----------Se siente halagador ser un espíritu libre y de mente abierta, cuando en realidad se deviene esclavos de la propia soberbia; faltos de humildad, se deviene ciegos a la realidad, confundidos por las propias ideas y, así como el demonio sabe enmascararse de ángel de la luz, se acaba por confundir el espíritu con la carne y, como Narciso, se termina por ahogarse en la contemplación de la propia propia vanidad.
----------Si uno se encierra en lo concreto y en lo particular, si se deja sumergir en los sentidos, en la imaginación, en los instintos, en las inclinaciones sensibles, en las emociones y en las pasiones, no se puede levantar la mirada a las "cosas de arriba", uno no se libera así de los lazos de la carne, se permanece siendo esclavos de la tierra, prisioneros de placeres animales y se fracasa en alcanzar el destino eterno de la vida humana.
----------Incluso aquellos que, como Husserl, resuelven la realidad del espíritu y de la conciencia en el ente de razón, por mucho que se eleven por encima de la mera ciencia física, no se elevan sin embargo al verdadero nivel metafísico del espíritu, porque tanto la lógica como las matemáticas tienen al fin de cuentas por objeto los entes mentales, que no abstraen del todo de la realidad material, y permanecen al menos en el ámbito de la imaginación y de la cantidad, que son entidades todavía ligadas a la sustancia material.
----------A propósito del influjo del alma sobre el cuerpo, comencemos por hacer una observación elemental al alcance de todos: el alma es el principio y la causa de la vida del viviente; ella hace que un cuerpo sea viviente, porque cuando se dice "cuerpo" no necesariamente se entiende que sea viviente. Dando vida a todo el cuerpo, ella está presente toda en todo el cuerpo; no está colocada en el cuerpo como si fuera un órgano del cuerpo, aunque ella actúe en modo privilegiado y directivo en el cerebro y en el corazón.
----------El nivel-base de la vida, común a todos los vivientes corpóreos incluído el hombre, es la vida vegetativa, que ya se encuentra en las plantas. Aquí tenemos el plano meramente biológico de la auto-conservación y defensa, de la motilidad, del crecimiento, de la auto-nutrición y de la auto-reproducción de la especie.
----------El sistema neurovegetativo o nervioso autónomo es potencia vital del alma sensitiva del animal, la cual emana de sí la potencia cognitiva sensitiva, con los sentidos externos e internos, así como la potencia afectiva o apetitiva sensitiva, el complejo de los instintos, de las emociones y de las pasiones. El sistema neurovegetativo animal viene enriquecido y potenciado en el hombre por el sistema nervioso voluntario, en dependencia de la voluntad, la cual utiliza la fisiología cerebral para ejercer la actividad del pensamiento y de la comunicación humanos, para ejercer la vida de relación, para la conquista de las virtudes intelectuales y morales, para la promoción de la actividad artística y laborativa, para moderar las pasiones, regular los movimientos del cuerpo, los instintos y la afectividad, excitar y calmar las emociones.
----------La distinción entre alma y cuerpo debe ser hecha sin romper la unidad de la persona humana, sin contraponer espíritu y cuerpo y sin confundirlos. Se trata de una distinción real y no sólo modal, porque se mantendría el monismo; no se trata de dos modos de ser de un mismo sujeto o de dos puntos de vista bajo los cuales considerar el mismo sujeto, sino que se trata de dos realidades que tienen un ser diferente. Por tanto una distinción real, como entre dos realidades, y no sólo de razón o modal, tan real que los dos componentes se separan efectivamente con la muerte del sujeto.
----------Sin embargo, no se trata de una distinción perfecta, sino sólo imperfecta, porque el mismo término (alma) se encuentra en el término opuesto (cuerpo) agregado a la materia del cuerpo. De hecho, el cuerpo está animado; no puede ser concebido como una mera res extensa a la manera cartesiana. El alma es, por lo tanto, distinta del alma-cuerpo. Una distinción perfecta la tenemos si distinguimos el alma como forma sustancial de la materia prima. Pero he aquí que solo que demos forma a esta materia, esta forma es el alma.
----------Naturalmente, en el momento de la muerte, el alma no se separa de la materia prima, la cual no puede existir sin alguna forma. Es claro que el cadáver, que se constituye cuando el alma abandona su acción vivificante, no es la materia prima, sino que es una materia, como hemos visto, informada por una pluralidad de formas químicas, es decir, un conjunto de sustancias químicas que ya no están conectadas entre sí por la información animal, sino por las leyes de la química y de la física, no influenciado por el ambiente físico.
   
Cómo se une el alma al cuerpo
   
----------En la sustancia material, la forma sustancial se une inmediatamente a la materia prima, porque no se necesitan otros principios explicativos para la transformación sustancial, es decir, el hecho de que una sustancia cambie de forma y se transforme en otra. Al momento de la muerte del compuesto humano, su materia prima pierde esa forma sustancial que es el alma y asume la forma del cadáver, que sin embargo propiamente no es una sustancia, sino un agregado de sustancias químicas, como hemos visto antes, mantenidas juntas por un cierto tiempo de acuerdo a un orden, que correspondía al impuesto por el alma. Pero, a medida que este orden falla, es gradualmente sustituido por un nuevo orden espacio-temporal, que es impuesto por el desarrollarse de los procesos químicos y de las influencias del ambiente.
   
El conflicto y la paz entre espíritu y carne. Las consecuencias del pecado original
   
----------Es digna de notarse la oposición paulina de carne, sarx, y espíritu, pneuma. A ella corresponde la oposición entre hombre carnal y hombre espiritual, entre hombre viejo y hombre nuevo, entre hombre terrenal y hombre celestial. Se trata de un contraste interior propio de la naturaleza caída. Las fuerzas de los instintos y de las pasiones son rebeldes a las del espíritu. Esto genera el laxismo, el hedonismo, el sensualismo. Pero también las fuerzas del espíritu pueden aplastar las energías psicoemotivas. Tenemos entonces la rigidez, el rigorismo, el puritanismo, el origenismo, el maniqueísmo, el hinduismo.
----------El conflicto entre la carne y el espíritu es consecuencia del pecado original, el cual, al poner al hombre en contraste con Dios, ha creado en consecuencia un conflicto en todas las dualidades creadas que antes estaban de acuerdo: del hombre consigo mismo, del alma contra el cuerpo y del cuerpo contra el alma, contraste entre intelecto y sentido, contraste entre voluntad y pasiones, conflicto entre hombre y mujer, contraste entre individuo y sociedad, conflicto del hombre con la naturaleza, sujeción del hombre al poder de Satanás.
----------¿Qué es lo que propone san Pablo? Un camino de transformación, de penitencia, de conversión, de purificación, de iluminación, de renuncia, de sacrificio, de renovación, de rejuvenecimiento, de liberación, de renovada obediencia, de autodominio, de acogida de la gracia de Cristo y del Espíritu. Es necesario hacer morir progresivamente y paulatinamente al hombre viejo rebelde a Dios y esclavo de las pasiones y sustituirlo progresivamente con el hombre nuevo, el hombre libre y resucitado, nacido del bautismo.
----------Este camino dura toda la vida presente. Pero ya desde ahora, para aquellos que se empeñan en este camino, es posible pregustar, como se expresa Pablo, de las "primicias del Espíritu" o de la "caparra del Espíritu", que no significa necesariamente pura espiritualidad, sino que es el estilo de vida, que puede ser también físico o sexual, que será propio del hombre resucitado, de lo que Pablo llama el cuerpo glorioso (1 Cor 15,43), "cuerpo espiritual" (v.45) o "espíritu dador de vida" (ibid.), "hombre celestial" (v.49), cuerpo inmortal (v.53).
----------¿Cuáles son las condiciones en las cuales ha permanecido la naturaleza humana herida por el pecado? Son condiciones miserables, efecto del castigo divino por haber desobedecido el mandato divino. Esas condiciones se arrastran a lo largo de la vida de cada persona y de la historia. La obra de la gracia divina, en el curso de la vida de cada uno y de la historia, las remedia progresivamente; pero ellas en su fondo permanecen hasta desaparecer por completo en la tierra de los resucitados.
----------La naturaleza humana con el pecado original ha perdido el estado de inocencia, de justicia y de gracia que le permitía vivir confiadamente con Dios en el Edén (Gn 3,8); ella ha perdido los dones preternaturales de la inmortalidad, de la impasibilidad y del pleno dominio sobre la naturaleza, adquiriendo una invencible inclinación al pecado y a la rebelión contra Dios cayendo bajo la esclavitud del demonio.
----------Con el pecado las facultades humanas han perdido su vigor, se han debilitado y corrompido, las fuerzas morales se han vuelto insuficientes para realizar perfectamente las virtudes. El hombre ya no ha sido capaz de remediar por sí solo el mal que él mismo se ha procurado, ya no puede recuperar lo que ha perdido y, por tanto, no puede perseguir eficazmente el fin de su propia vida, Dios.
----------Con el pecado, el hombre ha sido precipitado a una situación de la cual no alcanza ya a salir fuera y que, en efecto, inclinado como está a pecar, ni siquiera le importa del todo salir de ella, engañado como está por las pasiones y por el demonio. Así las obras del hombre se han vuelto vanas e inútiles; las buenas obras se mezclan con las malas obras, en modo tal que no alcanzan la suficiencia en orden a la consecución de la felicidad. A la muerte, el hombre precipita en el infierno.
----------Ciertamente, la naturaleza no se ha corrompido en sus componentes esenciales. El hombre se ha mantenido siendo un animal racional. Pero la naturaleza se ha debilitado en sus facultades. Por lo tanto, Lutero se equivoca al creer que la razón ha quedado permanentemente ciega y ha perdido el libre albedrío. Si así hubiera sido, el hombre habría perdido la naturaleza humana y se habría degradado al nivel de la bestia; habría quedado irrecuperable, ya que es imposible salvar lo que está totalmente corrompido. El médico cura al enfermo, cura al herido, pero no hace resucitar al muerto.
----------Por lo tanto, lo que hay que decir es que, incluso después del pecado, la razón nos permite ver, pero no lo suficiente. La voluntad quiere el bien cuando lo quiere, pero no puede alcanzarlo. La razón, para el apóstol san Pablo, sigue siendo capaz de demostrar la existencia de Dios y de conocer la ley moral natural. Pero la razón opone resistencia a los misterios de la fe. La voluntad ha permanecido libre, pero sujeta a la concupiscencia. Si Pablo habla de esclavitud, con ello él quiere subrayar esta debilidad de la voluntad, y la afirmación no debe ser tomada al pie de la letra, porque en otros lugares habla con claridad del libre albedrío y de las obligaciones morales necesarias para alcanzar la salvación.
----------La resurrección del pecado, de la cual habla san Pablo, es efectivamente por él presentada como una resurrección de la muerte. El hombre viejo es sepultado en el bautismo, que hace nacer al hombre nuevo. Si san Pablo dice que el pecador está "muerto" (Rom 7,10), lo que entiende decir es que el pecador, privado de la gracia, se ha hecho mortal. Sí, vive una vida natural, pero ella no es suficiente, porque para salvarse es necesario vivir en Cristo. Es necesario ser sanados por Cristo. Ahora bien, uno que es sanado evidentemente todavía está vivo. Lo que quiere decir que para Pablo la gracia tiene una función curativa y medicinal, lo que supone que la naturaleza está herida y no totalmente corrompida.
----------Si san Pablo también dice que el bien no habita en él (Rom 7,18), con esa expresión no quiere decir que todas sus acciones sean pecado, como lo supuso Lutero, sino que el mal se mezcla con el bien, de modo que la conducta moral no es suficiente para la salvación. Sin embargo, Pablo admite una gracia elevante, que es la gracia de los hijos de Dios, la cual sin embargo supone que nuestra naturaleza está sanada, es decir, que la gracia nos conduce desde una vida enferma hacia una vida sana.
----------El conflicto entre la carne y el espíritu viene sanado de dos modos: un modo represivo, la vida según el espíritu, por la cual no se satisfacen los deseos de la carne; y un modo conciliativo, es decir, una obra enérgica, sabia y paciente del espíritu, tendiente a sujetar la carne para conducirla a la condición que corresponde a la originaria voluntad de Dios y sobre todo a su voluntad escatológica, porque Dios ha creado tanto el espíritu como la carne, tanto el alma como el cuerpo y quiere que sean una sola cosa.
----------La renuncia a la carne es sólo una medida de emergencia y de replegamiento en la vida presente en aquellos casos en que la carne hace resistencia y estorba la vida del espíritu. Pero un conocimiento preciso de las relaciones que deben existir entre alma y cuerpo, hace tomar conciencia del método que debe emplearse para eliminar los puntos de contraste y conducir alma y cuerpo a esa armonía que corresponde a la voluntad divina protológica en vistas a realizar la voluntad divina escatológica.

2 comentarios:

  1. Al leer su artículo, no he podido evitar pensar en ese campo de la ciencia moderna que estudia el origen y la naturaleza de la conciencia en términos deterministas. Tiempo, energía y recursos son gastados en el ambiente universitario por hombres que piensan que la conciencia sea el resultado de fenómenos físicos y químicos a nivel molecular localizados en el cerebro. Todo ello, por supuesto, en el seno de la teoría de la evolución y de los cambios fortuitos que se dan en la naturaleza. En un documental transmitido por TV, escuché de uno de estos científicos, que su vida discurre, a menudo también de noche mientras duerme, elaborando nuevos experimentos científicos que deberían explicar de una vez por todas qué es la conciencia. Supongo que con ello se piensan otras cosas, como el Premio Nobel, los honores e incluso la gloria financiera, por supuesto si se alcanzara ese conocimiento. Todo esto sucede porque hoy, con el desarrollo de las computadoras, se piensa en cómo desarrollar cada vez más y mejor la "inteligencia artificial", que Hollywood ya ha tomado como punto de partida para muchas de sus películas. De hecho, se quiere precisamente crear una auto-conciencia artificial. En todo esto, yo sólo veo el viejo pecado original: el hombre, ebrio de soberbia, que se cree Dios.

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    1. Estimado Silvio,
      su análisis, pleno de preocupación, encuentra mi plena comprensión. Este proyecto de una nueva humanidad guiada por los sistemas telemáticos y la valorización de la Inteligencia Artificial tiene ciertamente sus bases filosóficas en el concepto de hombre-máquina o bien en el concepto materialista darwiniano del hombre.
      En mi artículo he demostrado cómo esta concepción mecanicista y determinista del hombre encuentra su fundamento en la antropología cartesiana, en la cual por un lado tenemos una autoconciencia absoluta, que pretende de manera idealista hacer depender la realidad del pensamiento, y por otro lado tenemos la idea de un cuerpo humano sin alma, autopropulsado de modo determinista y automático, en la convicción de poder reducir la vida humana a los determinismos de la química y de la física.
      ¿Qué debemos hacer en esta situación? Se necesita una gran obra de educación. Se necesita una gran obra de recuperación de los fundamentos metafísicos y teológicos de la antropología, es necesaria una recuperación de la gnoseología realista y el rechazo de la gnoseología idealista-gnóstica, fuertemente condenada por el papa Francisco, quien nos ha recordado repetidamente la importancia del realismo, que es el enfoque de la Sagrada Escritura y que encuentra su mejor interpretación en la antropología de santo Tomás de Aquino.

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