lunes, 7 de noviembre de 2022

El viaje a Baréin y la confrontación sobre Dios

El viaje apostólico a Baréin ha permitido al papa Francisco desarrollar una actividad que se ha repetido a lo largo de su pontificado: el encuentro y el diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural con cristianos no católicos, con creyentes de otras religiones e incluso con no-creyentes. ¿Es posible hablar de un "espacio neutral" para este diálogo? [En la imagen: una instantánea del viaje apostólico del papa Francisco a Baréin: Encuentro con los miembros del Consejo Musulmán de Ancianos, el 4 de noviembre de 2022].

----------¿Se puede hablar de un "espacio neutral", obviamente intelectual y no físico, sobre el cual confrontarnos, cada uno a sus anchas y en el respeto del derecho de cada uno, sobre el gravísimo problema de la existencia y de la esencia de Dios? ¿Se puede conocer a Dios, o acaso Dios permanece desconocido?
----------Me viene ahora a la mente la edición 2012 del tradicional encuentro interreligioso y cultural de Asís, presidido en aquella oportunidad por el cardenal Gianfranco Ravasi, y que contó con muchos ilustres invitados, incluyendo la presencia del entonces presidente de Italia, Giorgio Napolitano. Aquel encuentro tuvo por tema: "Dios este desconocido", retomando una expresión que había sido usada por el entonces Romano Pontífice, Benedicto XVI, al dar cuerpo a la estructura permanente de esos encuentros. En las reuniones de aquel encuentro se consideró el arduo problema de la cognoscibilidad o incognoscibilidad de Dios. Sin embargo, el tema de la existencia y de la esencia de Dios es un tema que subyace a todo encuentro cultural o interreligioso que lleva a cabo el Papa, como ha ocurrido también en su viaje apostólico a Baréin
----------¿Cuál podría ser ese espacio neutral, ese "campo de juego" (si me permiten los lectores recurrir a una metáfora o imagen muy popular), donde las dos escuadras o equipos (los creyentes y los no-creyentes o, si se quiere, los que tienen dudas y los que cuentan con certezas) podrían jugar sin que los fanáticos hinchas influyan o condicionen a uno o a otro equipo? Si volvemos a referirnos a ese encuentro de Asís del 2012, habría que decir que los católicos parecían ser los favoritos, dado que el campo de juego (no quisiéramos decir el campo de batalla) fue el Santuario universalmente amado y conocido del Poverello de Asís.
----------¿En aquel encuentro de Asís de hace diez años, se podría decir que los católicos jugaron en casa, de locales? ¿Por lo tanto, nuestros hinchas influyeron o condicionaron el partido a nuestro favor? En realidad, no lo sé. Hubo, sin embargo, quienes creyeron que en aquella oportunidad los católicos partíamos en desventaja. Y son los que todavía, obstinadamente, siguen pensando lo mismo, cada vez que la Iglesia organiza un encuentro interreligioso o intercultural. Pero no quiero entrar en este tema. Quiero, en cambio, abandonar este tono algo irónico y jovial, inconveniente a la gravedad de la cuestión, y hablar seriamente.
----------Retomemos, por lo tanto, la pregunta: ¿cuál puede ser ese "espacio neutral", expresión que hace una década incluso se le atribuyó al papa Benedicto precisamente para el encuentro de Asís del 2012? A primera vista, se podría tener la impresión de que significara una invitación a abstenerse del pronunciarse, a no tomar posición. Pero si se trata del Papa, no podemos ciertamente interpretarlo en este sentido. Sería absurdo y ridículo ver en el Santo Padre, aquel que por mandato de Cristo nos confirma en la fe, un promotor del abstencionismo o de la duda o de la igualdad de condición del ateo y del creyente o, peor aún, de la indiferencia ante el problema de Dios, cualquiera que sea la solución que se diera.
----------Por cierto, tras aquel encuentro de Asís, en el primer año de su pontificado, el papa Francisco retomó aquella expresión de su predecesor, pero fue muy claro al respecto de ese "espacio neutral", y dijo el 28 de noviembre de 2013 en la reunión plenaria del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso: "Dialogar no significa renunciar a la propia identidad cuando se sale al encuentro del otro, y tampoco ceder a componendas sobre la fe y sobre la moral cristiana [...]  Está generalizado el pensamiento según el cual la convivencia sería posible sólo escondiendo la propia pertenencia religiosa, encontrándonos en una especie de espacio neutral, carente de referencias a la trascendencia. Pero también aquí: ¿cómo sería posible crear verdaderas relaciones, construir una sociedad que sea auténtica casa común, imponiendo dejar a un lado lo que cada uno considera parte íntima de su ser? No es posible pensar en una fraternidad 'de laboratorio'. Ciertamente, es necesario que todo se haga con respeto de las convicciones de los demás, incluso de quien no cree, pero debemos tener la valentía y la paciencia de salir al encuentro el uno del otro por lo que somos."
----------De modo que el papa Francisco se refiere aquí a un mal entendido "espacio neutral", o sea, un incorrecto significado, que no tiene por qué excluir un sentido positivo de la expresión. ¿Qué cosa, en cambio, pudo haber querido decir el papa Benedicto XVI con la expresión "espacio neutral", suponiendo que verdaderamente la haya pronunciado? Muy simple: se trata del terreno de la razón. Bien sabemos cuánto insistió Benedicto en la importancia de la sana razón, de la cual es necesario "ampliar los espacios", para dar lugar a Dios.
----------La sana razón es el campo de juego sobre el cual todos podemos y debemos jugar. Sobre este terreno debería tener lugar el diálogo y la confrontación, la argumentación y, si queremos, también la refutación, la pregunta y la respuesta, la duda y la certeza, la búsqueda investigativa y el descubrimiento, el interrogante al cual se puede responder y aquel al cual no se puede responder.
----------Hay sectores minoritarios en la Iglesia que, desgraciadamente, hoy tienden fácilmente, quizás sin darse cuenta, al fundamentalismo y al fideísmo, rechazando por ejemplo la obra del diálogo ecuménico, o del diálogo interreligioso, o todo tipo de encuentro y diálogo de los católicos con todos los ámbitos culturales de nuestro tiempo. Para ellos sólo es posible hablar desde la fe, desde el dato divinamente revelado. ¿Dónde acaba, por tanto, para esta corriente de pensamiento, la sana razón? ¿Acaso esta minoría de católicos está de acuerdo con la misma posición de Lutero, quien hablaba de la razón como la "ramera del diablo"? Por citar un par de expresiones de Lutero: "La razón es la ramera del diablo, que no sabe hacer más que calumniar y perjudicar cualquier cosa que Dios diga o haga". "La razón es el más grande enemigo que tiene la fe".
----------Es cierto que existe hoy también un mal entendido ecumenismo y un falso diálogo interreligioso, muy difundidos desde hace décadas (por obra, por cierto, de la impostura neo-modernista) que falsifican las doctrinas y directrices que al respecto constan en el Concilio Vaticano II. Pero que existan falsificaciones de la obra ecuménica y evangelizadora no quita que se trate de doctrinas verdaderas y mandatos que nos han venido del mismo Cristo, y que debemos cumplir, porque va en ello nuestra salvación.
----------De modo que no hay lugar aquí para el fundamentalismo y para el fideísmo. Ese que podemos llamar el "espacio neutral" existe, más allá de sus falsificaciones. Porque todos, excepto los menores y los enfermos mentales, ejercitamos la razón. Ciertamente que se la puede usar bien y se la puede usar mal. Pero todos tenemos la posibilidad de usarla bien, al menos en sus principios y en sus evidencias fundamentales, como por ejemplo la noción de la verdad o de la realidad, el principio de no-contradicción, de causalidad o de finalidad. Cuando pensamos, hablamos o nos comunicamos, no podemos evitar usar estos principios.
----------Diferente es el problema de Dios. Su existencia y su esencia no son tan inmediata y universalmente conocidas o evidentes como lo son la existencia de nuestra nariz o de la persona con la que estoy hablando o de la casa que está frente a mí. Sin embargo, como enseña la Iglesia sobre la base de la Sagrada Escritura (Sab 13,5; Rom 1,20), y lo reafirma el Concilio Vaticano II después de lo afirmado por el Concilio Vaticano I, la razón humana puede demostrar la existencia de Dios, lo que significa que la razón humana no puede demostrar lo contrario, como los ateos erróneamente creen.
----------Tampoco el agnosticismo es racionalmente justificable (prescindiendo, claro, de la buena o mala fe del agnóstico), porque supone una razón frustrada en sus principios fundamentales, lo que significaría la pura y simple negación de la razón y la degradación del hombre (animal racional) a nivel de las bestias.
----------Hoy, sin embargo, pocos están dispuestos a seguir llamándose ateos, aunque quizás algunos rechacen la palabra pero mantienen el concepto. Muchos prefieren llamarse "humanistas seculares", casi se diría que con ello quieren decir: hombres en búsqueda. ¿Los podemos conectar con nosotros, los católicos? De algunos considero que sí. ¿Para qué propósito? Para conducirlos a Cristo, naturalmente, con la ayuda del Espíritu Santo y no, ciertamente, para entregarse a un reunirse y un parlotear hasta el infinito, sin llegar a nada, en un "diálogo" equívoco e inconcluyente (como el del ya mencionado falso ecumenismo).
----------Según el Evangelio, en efecto, todos debemos hacer las cuentas con Dios en Cristo, por lo tanto todos, explícita o implícitamente, consciente o inconscientemente, temáticamente o atemáticamente, sabemos que Dios existe. San Juan dice que el Logos ilumina a todo hombre. De hecho, todos están llamados a la salvación. Y bien sabemos que nuestro Señor Jesucristo es el Salvador de todos. Por eso todos pueden entrar en contacto con Cristo (aunque, ciertamente, no está dicho que todos de hecho vayan a entrar en contacto con Él), quizá sólo en lo íntimo de su conciencia, incluso sin haber conocido a la Iglesia visible.
----------Indudablemente, en aquel encuentro de Asís del 2012 que he recordado, como en todos los encuentros ecuménicos o interreligiosos o interculturales, que ha promovido el papa Francisco durante su pontificado, al igual que en estos encuentros en los que él ha participado en Baréin, ha sido imposible lamentablemente, y seguirá siendo imposible, afrontar el problema de Dios de manera profunda y especializada, también porque hoy desgraciadamente hay mucha ignorancia incluso entre nosotros los católicos en cuanto a la metafísica, que sería indispensable para esclarecer con verdadera y sólida fundamentación la gran cuestión. Pero no importa. Este impresionante confluir de tantas personalidades me hace pensar, y de ello los católicos no podemos sino alegrarnos, en una señal de que el problema de Dios sigue siendo todavía muy vivo.
----------¿Seremos capaces de estar a la altura de las circunstancias en las próximas confrontaciones en este campo de juego que nos imponga el programa de desafíos al que se enfrentará la Iglesia en los años y decenios venideros? ¿Seremos capaces de albergar en nuestro pequeño campo de juego de la razón (obviamente apoyada y sostenida por la gran luz de la fe), teniendo a los Santos y Doctores de la Iglesia como árbitros (como lo fue el Poverello de Asís en el 2012) y al Papa en las gradas, un equipo de variados adversarios de no-católicos y no-creyentes? ¿Quién ganará el partido? La conciencia de cada uno, en su soledad con Dios.

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