Tomás de Aquino suele ser un Santo que inquieta, perturba, suscita polémicas, es signo de contradicción incluso en lo interno de la Iglesia católica y hoy más que nunca. ¿Por qué motivo? Intentemos ver el por qué de este hecho y cómo solucionar este problema. [En la imagen: detalle de "Santo Tomás de Aquino", óleo sobre tabla de 1474, obra de Justo de Gante y Pedro Berruguete, actualmente en el Museo del Louvre].
El error de Lutero y sus consecuencias
----------El culto de tantos santos de la Iglesia católica, santos que vivieron incluso en los primeros siglos, suele desarrollarse por lo general tranquilamente con ceremonias, conmemoraciones y gestos rituales repetitivos y tradicionales, que a veces se remontan a siglos de antigüedad, sobre todo a nivel popular. Cada santo tiene su fama indiscutida, su mensaje propio, distribuye gracias a su círculo de devotos más o menos amplio, compuesto de fieles satisfechos con la propia devoción y con las gracias recibidas.
----------En cada recurrencia de la fiesta del Santo, se repiten los mismos ritos y las mismas ceremonias religiosas, liturgias o bien formas personales de devoción, que se han prolongado a lo largo de los siglos. Hay quien prefiere este Santo y hay quien prefiere aquel otro, pero siempre en un clima de respeto recíproco, sin problemas y sin disputas o a lo máximo en la indiferencia de los demás.
----------Pero a ningún católico normal y equilibrado, de fe recta y sencilla, le sucede que pueda darle fastidio un determinado Santo o estar escandalizado o sentirse ofendido por sus ideas o por el culto que le viene tributado, sobre todo si la Iglesia periódicamente le rinde elogios y lo recomienda como ejemplo y como maestro. Este destino, sin embargo, ha caído sobre santo Tomás de Aquino [1225-1274] a lo largo de los siglos por obra de muchos y sobre todo por obra de Lutero y de sus seguidores hasta nuestros días.
----------Tomás, a diferencia de muchos otros Santos populares, que dejan a todos tranquilos, felices y contentos, como un san Antonio de Padua o un san Cayetano o una santa Rita o un san Francisco o una santa Lucía, no es un distribuidor de gracias y favores materiales, salvo que se trate de aquellos más preciosos, que atañen al intellectus fidei, donde el Doctor Angélico es abundante en protección, consuelo y guía.
----------Sin embargo, Tomás es muchas veces un Santo que inquieta, perturba, suscita polémicas, es signo de contradicción incluso en lo interno de la Iglesia católica y hoy más que nunca. ¿Por qué? Intentemos ver el por qué de este hecho y cómo solucionar este problema.
----------Retomemos a tal efecto el discurso sobre el ex-monje Lutero, uno de los más acérrimos enemigos del Aquinate dentro del propio cristianismo. No han sido pocas las veces que hemos tratado aquí sobre Lutero y sus ideas. El "reformador" alemán, haciéndose pasar por agustiniano, rompió en seco con santo Tomás de Aquino, precisamente en nombre de esa Palabra de Dios, que era el supremo amor de Tomás, de modo que el Aquinate ha sido y es completamente olvidado por los luteranos y por la filosofía alemana influida por Lutero hasta nuestros días. Si algún lector se ha preguntado por las causas de fondo, las más radicales, de lo que está sucediendo hoy con la enorme crisis de la Iglesia católica en Alemania, probablemente podrá encontrar algunas pistas seguras en esa antipatía de Lutero y de sus seguidores hacia santo Tomás.
----------Sucedió así que los alemanes en los siglos siguientes a Lutero, y hasta hoy, han mostrado ciertamente un espíritu religioso y de hecho místico, un gran amor por la Biblia, altas aspiraciones espirituales, un fuerte vigor especulativo y robustos sentimientos, pero, en la total ignorancia de la secular sabiduría tomista, se midieron con problemas filosóficos fundamentales, que Tomás ya había resuelto, y tuvieron la presunción y la imprudencia de querer rehacer al modo propio una labor que ya había sido hecha por los Escolásticos, yendo a inspirarse en antiguos autores paganos, creyendo encontrar quién sabe qué sabiduría, como Parménides, Heráclito, Platón, Plotino y Proclo, hasta gnósticos y herejes como Arrio, Eutiques, Escoto Eriúgena u Ockham, o místicos inseguros como Meister Eckhart o Nicolás de Cusa, o incluso falsos místicos como los cátaros y Böhme, o magos como Giordano Bruno, o incluso buscaron en la India. De este método desordenado, temerario y descriteriado, surgieron las aberraciones del empirismo, del racionalismo, del Iluminismo, de la masonería esotérica, del idealismo, del panteísmo, de la teosofía y del ateísmo.
----------Y tan obstinada y pugnaz ha sido esta oposición a Tomás en nombre de una falsa adhesión a la Biblia, que esta hostilidad ha acabado por producir a principios del siglo pasado, el fenómeno del modernismo, que ha penetrado en la misma Iglesia católica. Pero lo paradojal es que al menos Lutero, reconociendo el apoyo que desde siempre la Iglesia ha dado a santo Tomás de Aquino, abandonó la Iglesia, mientras que los modernistas, en cambio, hoy más redivivos que nunca, pretenden considerarse la avanzada, la punta de lanza del catolicismo, y los protagonistas de un "giro epocal" en el desprecio por santo Tomás.
----------Un reproche constante que se le hace al Aquinate desde los tiempos de Lutero es el de haberse servido del pagano Aristóteles para la interpretación del dato revelado. Una de las acusaciones más frecuentes es aquella de haber falseado o tergiversado el sentido de la Escritura, enredándose, en antropología y en moral, en aquello que viene denominado "dualismo griego", una expresión propagandística, genérica, mal definida e imprecisa, que se viene transmitiendo acríticamente de exégeta a exégeta, donde la ignorancia del verdadero pensamiento griego marcha pareja a la ignorancia del verdadero sentido de la Biblia, de la verdadera doctrina tomista, así como a la ignorancia de la doctrina de la Iglesia.
----------Notabilísimo es el actual fastidio por la metafísica que se observa en muchos Obispos y sacerdotes católicos, fastidio estrictamente asociado a un irrazonable desprecio por la abstracción y al terror por la supuesta "rigidez" de los principios, porque para los modernistas, hijos de Lutero, todo deviene, todo cambia, todo fluye en la historia, todo es móvil, mutable y renovable, todo debe ser "concreto" y "pastoral".
----------Tomás de Aquino da fastidio también por su inflexible moral, que se deriva de su antropología, la cual se funda en la metafísica y conduce a la teología. La de Tomás, es una razón que conduce a la fe, una gracia que perfecciona la naturaleza y que mueve al libre albedrío, una justicia que conduce a la caridad, un humanismo que conduce a Cristo, un vivir civil que introduce a la vida eclesial.
----------Ciertamente, los modernistas, para no hacer las cosas tan evidentes, o como se suele decir, "demasiado sucias", no han puesto del todo a santo Tomás en el desván de los trastos inútiles y olvidados; algunos incluso se profesan tomistas, otros afirman estar haciendo lo que precisamente haría santo Tomás si viviera hoy, otros garantizan que es posible poner de acuerdo a santo Tomás con Lutero, con Descartes, con Kant, con Hegel, con Marx, con Freud, con Heidegger; otros aseguran haber finalmente descubierto al verdadero Tomás contra la falsa interpretación que desde siglos hacen los llamados "tomistas", por lo cual, para diferenciarse de ellos, se declaran "tomasianos"; otros proclaman a los cuatro vientos que han comprendido finalmente que el esse tomista está fundado en el esse parmenídeo reinterpretado por Severino.
----------Otros, los seguidores de Rahner, para quienes el ex-jesuita alemán es superior a santo Tomás y mucho más apto que el Aquinate para una confrontación o cotejo con el pensamiento moderno, se limitan a citar de vez en cuando alguna frase de santo Tomás interpretada a favor de las tesis heréticas de Rahner. Todos ellos ignoran o malinterpretan la calurosa recomendación del pensamiento de Tomás hecha por el Concilio Vaticano II y por todos los Papas hasta la actualidad, incluyendo el papa Francisco, con repetidas alabanzas al Aquinate.
¿Un santo para unos pocos o un santo para muchos?
----------No hay duda de que Tomás de Aquino no ha sido, no es, y no será nunca un Santo popular a las masas de creyentes cristianos, con sus sutiles distinciones escolásticas, con sus citas de Autores no fácilmente rastreables, con la abstracción de sus conceptos, con la tecnicidad de sus términos, con la sublimidad extraordinaria y difícilmente comprensible de su pensamiento especulativo.
----------Y sin embargo y al mismo tiempo, para quien es capaz de apreciarlo, ¡qué limpidez de elocuencia en Tomás, qué claridad, sobriedad y propiedad de expresión, qué orden de exposición y de clasificación, qué utilidad de distinciones, qué amplitud y profundidad de mirada, qué sentido de la trascendencia, qué fuerza de argumentación, qué exactitud en las definiciones, qué rigor en la demostración, qué ayuda nos da en el discernir y en el refutar los errores, qué caridad, objetividad y serenidad de juicio, qué honestidad y lealtad de lenguaje, qué genio innovador, que audacia como investigador, qué modestia en las opiniones, qué precisión de informaciones, qué sentido de la historia, qué capacidad de síntesis, qué atención a lo existente y a lo concreto, así como a los diferentes casos de moralidad, qué sabias sentencias morales, qué respeto por la doctrina de los Santos, qué obediencia al Magisterio de la Iglesia, qué fidelidad a la Tradición y a la Palabra de Dios!
----------Desde hace siglos santo Tomás de Aquino ha sido el formador de múltiples generaciones de sacerdotes, de maestros, de pastores y de teólogos. Les compete precisamente a ellos explicar con palabras sencillas al pueblo la doctrina de Tomás hasta donde la gente del pueblo cristiano o no-cristiano pueda entender, y eso en el fondo no es difícil, porque las bases de la doctrina tomista no son otras que la razón natural, que todos los sanos de mente desde niños poseen y son los Artículos del Credo, valores universales, que todos, niños y adultos, doctos o indoctos, intelectuales y hombres de acción, hombres de cualquier cultura, pueblo o religión, creyentes o no-creyentes, iluminados por la gracia, aceptan o pueden aceptar.
----------La metafísica de santo Tomás de Aquino no parte, como la de René Descartes, de ideas filosóficas propias del sujeto adulto (teoría de la idea, veracidad del sentido, idea del yo, de la conciencia, del pensamiento, de la razón, del infinito, del espíritu, del alma, de Dios y de sus atributos), sino de palabras originarias y elementales, que también hasta los niños saben usar y comprenden, como el verbo "ser", la palabra cosa, algo, sí, no, esto, aquello, uno, verdadero, bueno, bello, etc.
----------Es una cosa absolutamente normal, por otra parte, preferir la teología afectiva o incluso la teología mística a la teología especulativa o dogmática, en la que santo Tomás sobresale. De hecho, en el campo de la mística, la Iglesia ha recomendado más bien a otros Doctores, como santa Teresa de Ávila, el Pseudo-Dionisio, san Juan de la Cruz, san Buenaventura, santa Catalina de Siena y san Bernardo. Así, entre los biblistas, la Iglesia tiene sus preferencias, y entre ellas no está santo Tomás.
----------Es cierto que no se debe extender demasiado la autoridad de Tomás de Aquino en las ciencias sagradas. Sin embargo, lo cierto es que, en cuanto a las otras formas de teología distintas de la teología dogmática, como la teología bíblica, la sistemática, la narrativa o la teología moral y pastoral, ellas no pueden dejar de hacer referencia a la teología dogmática, donde Tomás es maestro.
----------También es necesario, o por lo menos es oportuno, mantener la expresión "teología escolástica" como un valor lingüístico, cultural y formativo siempre actual y vigente, y por tanto no en un simple y mero sentido histórico ya superado, referido a la teología católica que va del siglo XII al siglo XIX, mayoritariamente influenciada por santo Tomás. En efecto, "teología escolástica" no quiere decir más que "escuela de teología", es decir, la teología que se enseña y se aprende en las escuelas superiores de la Iglesia, en definitiva, la teología académica o científica autorizada, aprobada y supervisada (epi-skopeo = supervisión) por la Iglesia.
----------A propósito de lo que acabo de decir, ha sido por lo tanto perfectamente razonable que en el año 1964 la autoridad eclesiástica destituyera a Emanuele Severino [1929-2020] de la docencia en la Universidad Católica de Milán por haber comenzado a enseñar un sistema gnóstico en pleno contraste con la filosofía católica. El padre Cornelio Fabro [1911-1995] declaró en su momento que nunca había conocido en toda la historia del pensamiento una doctrina tan anticristiana como la de Severino. A la inversa, el teólogo Andrea Grillo dió hace dos años una prueba más, si es que hacía falta esa prueba, de su total falta de juicio sapiencial al tomar la defensa del filósofo bresciano, con motivo de su muerte, contra el procedimiento de la Iglesia.
----------En suma, la teología escolástica es la teología que corresponde a aquellas que son hoy las Facultades de Teología. Esto significa que el patrimonio doctrinal y el método de estudio y de enseñanza, así como el vocabulario técnico, elaborados por los teólogos católicos en estos siglos pasados, mantienen en la sustancia, o sea esencialmente, su valor expresivo, formativo y científico, aun cuando naturalmente tal patrimonio deba ser renovado, actualizado y enriquecido con las nuevas conquistas de la teología contemporánea.
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