En su viaje apostólico de principios de noviembre al Estado islámico de Baréin, el Santo Padre volverá a encontrarse también con el Gran Imán de El Cairo, con quien firmó el acuerdo del 2019 en Abu Dhabi: un hecho que refuerza la esperanza, en modo particular porque en dicho acuerdo el Papa obtuvo del Gran Imán de Al-Azhar el reconocimiento del valor de la fraternidad universal de los hombres, todos hijos de un Dios Padre, superando de ese modo la estrecha visión coránica del hermano en sentido religioso. [En la imagen: fragmento de "Muerte de Mansûr al-Hallaj". Ilustración de un manuscrito mughal, India, c.1600].
¿Cómo creer en Cristo?
----------Pero en este punto surge otro problema para la evangelización de los musulmanes: ¿cómo hace Jesús, un simple hombre, para presentarse como Dios Hijo de Dios Padre? Aquí el Corán acusa a Jesús de intolerable presunción y de ser un impostor. El propio Mahoma afirma de sí, claramente, que no se considera absolutamente Dios, sino que es un simple hombre, a quien, sin embargo, le ha sido confiada por Dios la Revelación divina a comunicar a la humanidad para practicar el verdadero culto a Dios.
----------Sólo que Mahoma tiene un concepto de Revelación divina que se detiene en la profecía y por tanto en un acto humano, por sobrenatural que sea, y no llega a la altura de la revelación evangélica de Cristo, el Cual no es sólo hombre que revela los misterios del Padre, como podría hacer un profeta, sino que es él mismo Revelación subsistente, Logos, Palabra y Verbo del Padre, la Verdad hecha persona. En base a estas consideraciones se comprende que la tesis de Mahoma se invierte: no es Mahoma quien completa la profecía de Cristo, sino que es Cristo, Revelación subsistente, la cual, en cuanto tal, supera y completa toda profecía, comprendida la profecía de Mahoma.
----------Mahoma, por tanto, se presenta, sí, como poseedor de la Verdad, pero no pretende en absoluto, como ha pretendido Cristo, ser la Verdad. Jesús se ha entendido a sí mismo como Verdad subsistente, por tanto Dios, porque sólo Dios es verdad subsistente. ¿Pero, qué quiere decir también Verdad subsistente? Verdad hecha Persona, por tanto Persona divina. Y estamos de nuevo. Por la simple razón humana, la verdad o bien es una relación o es una sustancia. Ella es relación si es concebida como adecuación del intelecto y lo real. En Dios, en cambio, ella coincide con la Sustancia divina, es Dios mismo en cuanto Intelecto o Pensamiento subsistentes.
----------¿Pero, cómo hace esa relación para ser subsistente? ¿Cómo hace para ser persona? He aquí otra verdad sublime, que a la razón humana nunca le habría venido en mente, si no le hubiera sido revelada por Jesús, cuando dijo: "Yo soy la Verdad". Con esas palabras, en efecto, Jesús vino a decir no sólo ser Dios, sino también ser el Logos, el Verbo divino, el Pensamiento del Padre, Hijo del Padre.
----------Pero he aquí otro misterio divino que nos ha sido revelado por Jesús con esas palabras: el misterio de la encarnación del Verbo. Jesús implícitamente afirma no ser sólo hombre, sino también Dios y precisamente el Hijo y el Verbo del Padre. Afirma no sólo ser Dios, tener una naturaleza divina, sino también ser una Persona divina. Por consiguiente afirma tener dos naturalezas: una humana y otra divina en una sola Persona divina, la del Logos o Verbo del Padre. También esta verdad de que un hombre pueda ser Dios no en sentido panteísta, sino en la distinción de las dos naturalezas y en la unidad de una sola persona nunca le habría venido en mente al hombre, si no le hubiera sido revelada por Jesús.
----------La credibilidad humana de la doctrina de nuestro Señor Jesucristo está dada por sus altísimas virtudes humanas, por la perfecta inocencia de sus costumbres, por su perfecta obediencia a Dios a costa de subir a la cruz, por la honestidad y lealtad de su pensar, por la paciencia con la cual ha soportado sus enemigos y sus perseguidores, por la persuasividad de su argumentar, por su extraordinaria y sublime sabiduría, por el coraje de su testimonio en favor de Dios, hasta el martirio, por su entrega al bien del prójimo, por su justicia y por su misericordia, por su ofrecerse al Padre en nuestro lugar como víctima inocente para la remisión de los pecados, por la sabia guía de las almas, por el modo sabio con el cual ha fundado y organizado la Iglesia, por su lucha eficaz contra Satanás, por sus milagros y por sus profecías, por el hecho de que ha cumplido las profecías veterotestamentarias acerca de la venida del Mesías.
----------La credibilidad divina de la doctrina de Cristo está dada por el hecho de que todo cuanto Él nos revela de Dios supera ciertamente la capacidad de comprensión de nuestra razón, y es lógico que así sea, porque de otro modo no podrían ser verdades divinas. Pero al mismo tiempo se trata de proposiciones que son creíbles porque al menos son posibles, lo cual quiere decir que no contrastan con la razón, no son absurdidades o proposiciones contradictorias. Por eso es una estupidez la famosa frase de Tertuliano "credo quia absurdum". No. Credo quia credibile. Lo absurdo es simplemente para refutar. Y así el lenguaje de la fe es el lenguaje de la honestidad y no el de la doblez; no es lenguaje del sí y no, sino lenguaje de sólo el sí (cf. 2 Cor 1,19). Las contradicciones aparentes se disuelven por obra de la teología o del Magisterio de la Iglesia.
----------Misteriosos y suprarracionales son los contenidos de la fe cristiana; pero evidentísimas e irrefutables son las razones para creer en Jesús como Dios, son las pruebas de su divinidad. El acto de fe en Él no es, por tanto, el simple creer en un hombre, no es la simple conclusión de un razonamiento, no es un entregarse ante una evidencia racional, sino que es acto de fe en Dios, es aceptación de una revelación divina. Ahora bien, el musulmán sabe lo que quiere decir creer en Dios y escuchar su palabra. Es necesario que se pregunte: ¿pero quién entre Cristo y Mahoma es más digno de fe, cuando me asegura revelarme la voluntad de Dios?
----------Por ejemplo, es ciertamente de por sí correcta la severa intimación que el Corán nos hace a los cristianos de no decir a propósito de la esencia de Dios "uno y tres", porque efectivamente esa frase, dicha así, sin precisar, es ciertamente una absurdidad blasfema. Pero precisamente para evitar el absurdo nosotros distinguimos naturaleza y persona y hablamos de unidad de la naturaleza divina y trinidad de las personas.
----------Y así también de Jesús no decimos simplemente y absurdamente que Él es uno y dos, ni elegimos entre el uno y el dos, por lo cual evitamos ya sea el monofisismo docetista, que, para salvar el uno, absorbe lo humano en lo divino, hablando de "una sola naturaleza divina", ya sea el nestorianismo, que, para salvar la distinción entre naturaleza humana y naturaleza divina, divide a Jesús en dos personas.
----------Ciertamente, Jesús fue perentorio al afirmar su ser enviado por el Padre y ser el único Salvador de la humanidad, al afirmar su divinidad y su autoridad absoluta sobre toda la humanidad, intimando a todos a escucharlo, a creer en él, a obedecer sus mandatos de vida eterna, so pena de condenación eterna.
----------Hay que decir que el Corán tiene perfectamente razón cuando afirma que es una necia presunción para un hombre frágil y mortal hacerse dios y es intolerable impostura que él, para tener crédito y obtener gloria entre los hombres como Salvador de la humanidad, se haga pasar por una divinidad, exigiendo que todos crean en él como a Dios, bajo pena de condenación eterna.
----------Pero el hecho es que Jesús, con sus palabras, su conducta y sus milagros, dio pruebas certísimas de ser efectivamente Dios, por lo cual no se equivocó el Concilio de Nicea del 325 al declarar que Jesús es "consustancial" (omoùsios) al Padre, es decir, que Jesús es Dios. Por eso, que Jesús sea Dios es no solamente una conclusión cierta de la indagación histórica y racional, sino que al mismo tiempo es fundamental verdad de la fe cristiana. Yo creo en nuestro Señor Jesucristo no porque he tomado partido ni por conveniencia personal ni por ventajas terrenas ni por conformismo, sino por libre convicción interior. Y esta convicción no es porque tengo fe que Él sea Dios, de lo contrario sería un círculo vicioso, sino porque sé por certeza histórica y racional que es Dios. "Scio cui credidi" (2 Tim 2,12).
----------Mahoma, por lo tanto, se equivocó al considerar a Jesús un megalómano, ya que Jesús tenía todos los derechos y también el deber, un deber pagado a costa de su vida, de presentar claramente su grandeza ante el mundo, precisamente para que el mundo se salve creyendo en Él como verdadero Hijo de Dios. Y así también los títulos divinos con los cuales sucesivamente la Iglesia lo adoró, y lo sigue adorando hasta el presente, no son exageraciones, sino la pura verdad acerca de su ser Hijo del Padre.
----------Respecto a cuanto he indicado líneas arriba, acerca de considerar a Jesús un megalómano, como hizo Mahoma: una interpretación similar la encontramos en la cristología de Edward Schillebeeckx [1914-2009], para quien Jesús no es Dios, sino simplemente un hombre, una "persona humana", "profeta escatológico", en el cual estaba activo el Verbo de Dios. La muerte de Cristo no ha sido según él un sacrificio expiatorio y redentor querido por el Padre para la salvación de la humanidad, sino simplemente el testimonio del mártir de la verdad y de la justicia. Por tanto Schillebeeckx no dice: "Jesús es Dios", porque según él sería panteísmo, sería confundir las dos naturalezas, sino: "Dios está en Jesús". Una tesis que huele a nestorianismo. Y de hecho parece que Mahoma haya elaborado su concepto de Jesús en contacto con monjes nestorianos (cf. E.Schillebeeckx: Jesús. La historia de un viviente, Cristiandad, Madrid 1981).
La comparación entre Cristo y Mahoma
----------La figura moral e intelectual de Jesús hombre, confrontada con la figura de Mahoma (aún reconociendo a éste notables dotes de piedad religiosa, de devoción a Dios, de sabiduría, de inteligencia, de capacidad de síntesis, de conocimiento de la Escritura, de notable animador de las multitudes, de gran organizador, de eficaz comunicador y de orador, de estratega, de líder militar y de hombre de gobierno), emerge inmensamente, y más bien deberíamos decir inconmensurablemente por sobre la problemática figura moral e intelectual de Mahoma, que quedó manchada por graves delitos.
----------El islamismo chiita persa se ha esforzado en ver en Mahoma y en el Corán una manifestación sensible del Logos o Espíritu de Dios, así como en buscar significados místicos en el Corán más allá de su significado literal, que en todo caso para el musulmán es obra divina, palabra por palabra, materialmente tomada. Sobre esto insisten aún más los sunitas. Esta consideración fetichista del texto materialmente tomado, induce al fiel a tomar todo al pie de la letra, incluso las afirmaciones más improbables y absurdas, incluso las fábulas y las falsedades históricas, cuando en cambio una sana exégesis histórico-crítica, que desgraciadamente está prohibida por las autoridades, pondría en luz el oro liberándolo de la ganga.
----------El Corán no le permite al fiel musulmán un acercamiento místico-afectivo a Dios, porque, faltando el dogma de la filiación divina presente en el cristianismo en virtud de la Encarnación del Verbo, es imposible una comunión de gracia con Dios, sino que Dios sigue siendo el Señor trascendente y temible, benévolo, sí, y misericordioso, pero que no da ni recibe confianza.
----------Sin embargo, desde los inicios del Islam ha nacido una fuerte corriente de místicos, los llamados sufíes, probablemente por influencia cristiana, los cuales durante mucho tiempo permanecieron al margen del Islam y fueron legalizados recién en el siglo XI por el gran filósofo y místico Al-Ghazali [1058-1111]. Uno de ellos, un tal Al-Hallaŷ [857-922], fue ejecutado en el siglo IX, precisamente porque sustentaba la comunión con Dios.
Y nosotros ¿qué hemos hecho y qué podemos hacer para acercar a los musulmanes a Cristo?
----------Ahora bien, nos preguntamos finalmente: ¿qué han hecho los cristianos hasta ahora, qué iniciativas ha tomado la Iglesia en estos catorce siglos para llamar de nuevo a los cristianos desviados o desorientados, para impedir que se pasaran al Islam, para refutar o convertir a los islámicos o para detener su invasión. ¿Se han equivocado? Y si es así, ¿dónde se han equivocado? ¿Y cómo corregir los errores cometidos? ¿Que hacer hoy? ¿Qué esperanza tenemos? ¿Cuáles son los obstáculos?
----------Lo que hoy para nosotros, hombres de nuestro tiempo, es motivo de estupor, habituados como estamos sobre todo desde el siglo XVIII al diálogo y a las discusiones religiosas, a la argumentación y al escrutinio crítico, o a la convivencia entre religiones diferentes, así como al arte de persuadir y a la libertad religiosa, es por una parte la agresividad y celeridad de la expansión islámica, a menudo promovida por la fuerza de las armas, pero también por el lado cristiano, lo que hoy nos puede parecer una cierta complacencia y una cierta reticencia al diálogo, con una pronta tendencia para la respuesta militar.
----------Todo esto nos asombra y nos lleva a sospechar que los propios cristianos de algún modo han subestimado el hecho de que, al fin de cuentas, se trataba siempre, incluso para los musulmanes, de creyentes en Dios, por muy fanatizados, agresivos e intolerantes que ellos fueran.
----------Indudablemente, no ha sido necesario el Concilio Vaticano II para que desde la cristiandad desde el inicio de la aparición del Islam surgieran varias tentativas de iniciar acuerdos de paz o de llevar el Evangelio a los musulmanes. Fueron iniciadas transacciones comerciales por parte de las Repúblicas marítimas. Pero tales intervenciones son bastante tardías. La primera reacción a la invasión islámica, fue de tipo militar y fueron las famosas Cruzadas, la primera de las cuales fue impulsada por el propio papa Urbano II en 1095.
----------Para tal ocasión, con el llamado a las Cruzadas, fue fundada en el 1128 por Ugo de Payens la Orden religioso-militar de los Templarios. Todavía a fines del siglo XIV, santa Catalina da Siena solicita lo que ella llama el "santo passaggio". No le pasa ni siquiera por la mente, a ella, una ferventísima predicadora del Evangelio, como pocos, propugnar una misión evangelizadora entre los musulmanes.
----------Santo Tomás de Aquino, al tratar de los diversas finalidades de las Órdenes religiosas, justifica el hecho de que una Orden pueda hacer uso de las armas "para la conservación del culto divino" (Sum.Theol., II-II. q.188, a.3), "para la defensa del culto divino" (ibid.), "por el respeto de Dios" (ad 2m), y pone el ejemplo de los Templarios, que combatían contra los musulmanes en Tierra Santa (ad 3m).
----------Pero el caso de los Templarios ha sido un experimento aislado, que terminó trágicamente, y cuando fueron suprimidos en el 1305 por Clemente V, nunca más ha sido repetido ese experimento en la historia de la Iglesia. En realidad, se percibe que la idea de un religioso, que hace uso de las armas, aunque sea por una nobilísima causa, como puede ser la defensa del honor y del culto divino, como por ejemplo los Santos Lugares de Jerusalén, desentona con el Evangelio, y con el ejemplo de Cristo.
----------Por el contrario, como es bien sabido, el Corán prevé la licitud o incluso la obligación por ley divina de una guerra librada contra los infieles para someterlos al Islam: la llamada yihàd. La idea de la "guerra santa" (Jl 4,9) o "guerra del Señor" (Núm 21,14) se encuentra en el Antiguo Testamento. Maritain sostiene que se puede dar una guerra justa, pero no una guerra santa. Tiene razón. Ciertamente, se equivocan los buenistas al sostener que toda guerra es injusta, como si todo combatiente, aunque se ganara la medalla de oro, fuera una persona violenta, mala y cruel. En la Biblia, sin embargo, probablemente nos encontremos en una etapa arcaica de la conciencia moral, que ha servido de inspiración para la yihad islámica.
----------En efecto, mientras que por un lado la acción santa es poner todos los medios posibles para hacer descender la gracia sobre el prójimo, se trate de las obras de misericordia o de la plegaria o de la administración de los sacramentos, y en tal caso el agente debe estar en gracia o conviene que esté en gracia, por otro lado, la acción justa, que retribuye según el mérito, no tiene necesariamente como destinatario a una persona en gracia, incluso puede no estar en gracia también el que cumple la acción.
----------En el siglo XIII los Dominicos y los Franciscanos sintieron el deber de evangelizar a los islámicos. Famoso ha seguido siendo el encuentro de san Francisco con el Sultán. Los Dominicos también llegaron muy temprano a Palestina y fundaron un convento en San Juan de Acre, pero del cual lamentablemente fueron expulsados en 1291. Allí los Templarios combatieron heroicamente contra los musulmanes, pero los Dominicos no pudieron regresar. Actualmente ellos pueden tener contacto con los musulmanes gracias a la Escuela Bíblica de Jerusalén, fundada por el padre Joseph-Marie Lagrange en 1890.
----------Fue muy importante en los siglos XIII y XIV el interés de los teólogos católicos, como santo Tomás y el beato Juan Duns Scoto, por los filósofos musulmanes, como Averroes, Avicena, Algazzali, Alfarabi, Alkindi, Avempace. Ellos hicieron conocer a los católicos las obras de Aristóteles, que estudiaban porque también en el Corán Dios aparece como sumo ente, sumo bien, fin último, causa primera, motor inmóvil, creador y gobernador del mundo, y el hombre aparece dotado de un alma inmortal, de intelecto y de libre albedrío.
----------Santo Tomás de Aquino, a propuesta de san Raimundo de Peñafort, escribió un voluminoso tratado, el famoso Contra Gentes, dedicado a los evangelizadores, rebosante de sabiduría teológica, pero lamentablemente sin citar nunca pasajes del Corán para un examen crítico ad hoc. Ahora bien, si había entonces un teólogo que refutaba a los adversarios citando sus tesis, para hacer un trabajo científico, ese era precisamente santo Tomás. Si está visto que el Aquinate, contra su costumbre, no cumplió una apropiada labor científica en el Contra Gentes, figurémonos entonces lo que hacían los demás en esa época.
----------Muy diferente ha sido el método aplicado por el Concilio Vaticano II, el cual, no sólo entra en el fondo de la materia, sino que incluso destaca aspectos positivos, algo que los teólogos de la época ni siquiera soñaron con hacer. La esperanza, por tanto, suscitada por el Concilio Vaticano II es que, después de catorce siglos de sangrientos conflictos, el Espíritu Santo quiera tocar los corazones de cristianos y musulmanes a fin de que cesen las recíprocas contraposiciones frontales, incomprensiones, hostilidades e intolerancias y finalmente se inicie un encuentro o confronte serio, profundizado y sereno entre las respectivas concepciones religiosas, en modo tal que nosotros, los católicos, bajo la guía de nuestros pastores y del Sumo Pontífice, finalmente encontremos el modo para atraer a los musulmanes a Cristo.
----------El acuerdo del 2019 de Abu Dabi entre el papa Francisco y el Gran Imán de El Cairo ha sido ciertamente un hecho que refuerza esta esperanza, en modo particular por el hecho de que en dicho acuerdo el Papa ha obtenido del Gran Imán el reconocimiento del valor de la fraternidad universal de los hombres, todos hijos de un Dios Padre, tema que está muy en el corazón del Pontífice, y que parece haber sido aceptado por la contraparte, superando la visión coránica del hermano en sentido religioso, que no viene entendido como simple exponente de la especie humana, sino como hermano de fe, que comparte la misma fe coránica. Como he señalado en el inicio de este artículo, el Santo Padre volverá a encontrarse con el Gran Imán de El Cairo en su viaje apostólico a Baréin, a comienzos del próximo mes de noviembre.
----------Al respecto de a fraternidad humana y del diálogo interreligioso, sin embargo, hay un grave equívoco que es necesario aclarar: cuando el Papa a este propósito ha dicho que las religiones, en su diversidad, son queridas por Dios, evidentemente no ha entendido hacer profesión de relativismo o indiferentismo religioso ni afirmar que todas las religiones están a la par como vías de salvación ni negar el primado del cristianismo sobre las demás religiones ni negar la universalidad de la verdad religiosa rebajándola al nivel de la simple opinión; no ha pretendido afirmar que las religiones no-cristianas no contengan errores, como algunos han malinterpretado, alarmándose a despropósito, sino que ha entendido referirse al hecho innegable de que efectivamente toda religión monoteísta, incluso no cristiana, que no sea idolatría o superstición o magia, posee peculiaridades humanas, históricas y concretas, así como diversos modos de ser apreciables, dones por lo tanto de Dios, que pueden ponerse al lado de los que Dios ha concedido a la religión cristiana no para perfeccionarla ni completarla, cosa imposible, dada su divinidad, sino como humanas, contingentes y particulares modalidades de ser dependientes de la variedad de las iniciativas humanas.
----------Por ejemplo, y sólo para hacer un breve listado de lo que todos pueden constatar, es innegable la belleza de las iglesias ortodoxas, de las sinagogas, o de las mezquitas o de los templos budistas, complementarias a la belleza de los templos católicos. ¿Cómo negar la mayor riqueza y sacralidad o al menos la fascinante y sugestiva diversidad de la liturgia bizantina en comparación con la católica? Cómo no ver la complementariedad con la plegaria católica de la plegaria hesicastica del Monte Athos o de la meditación yóguica o de los Gospel singers protestantes afroamericanos o la danza india o la ondulante plegaria salmódica de los piadosos Judíos en el Muro de los Lamentos o la postración con el rostro en tierra de los musulmanes? ¿No proceden acaso de Dios todas estas bellezas, sin que ello implique en absoluto la negación de los defectos o insuficiencias doctrinales y morales de las religiones no-católicas y el primado del catolicismo sobre ellas?
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