Los dos discursos del papa Francisco del pasado 22 de septiembre, constituyen un gran acontecimiento para la Iglesia y reconfirman a Santo Tomás de Aquino como Doctor Communis Ecclesiae, reproponiéndolo como modelo de teólogo, en plena línea con cuanto enseña el Concilio Vaticano II. [En la imagen: fragmento de "Santo Tomás de Aquino confortado por los ángeles", óleo sobre tela de 1631, obra de Diego Velázquez, actualmente en el Museo Diocesano de Arte Sagrado de Orihuela, España].
----------Cuando Cristo ha encargado a Pedro el confirmar a los hermanos en la fe, ha extendido esta potestad a la facultad de indicar todas aquellas cosas o valores que motivan la fe, conducen a la fe, facilitan, protegen y condicionan la fe, la hacen posible o imposible o permiten la fe, impiden u obstaculizan la fe, ilustran, interpretan o derivan de la fe, refuerzan y desarrollan la fe, difunden la fe, aplican la fe en la conducta humana.
----------Ahora bien, es evidente que es necesario distinguir cuidadosamente y claramente, por un lado, aquello que es la doctrina de la fe y, por otro lado, aquello que es la teología. La doctrina de la fe es la misma doctrina de Cristo, objeto de la fe teologal y sobrenatural, interpretada por la Iglesia en el dogma, doctrina divina y por tanto absolutamente verdadera e infalible, necesaria para la salvación.
----------La teología es un simple saber humano, indudablemente capaz de certeza y de universalidad, un saber que se sirve de la razón y de la filosofía para interpretar y profundizar las verdades de la fe sobre la base de la fe; pero se trata de una doctrina falible, como falible es toda doctrina humana.
----------La teología, sin embargo, presta un preciosísimo servicio con respecto a aquellos puntos mencionados anteriormente, que tocan a lo que compete al Papa como consecuencia del encargo que Cristo le ha confiado para confirmar a los hermanos en la fe. Por este motivo los Papas siempre han prestado una particular atención a la obra de los teólogos, aprobando, recomendando, animando, protegiendo, defendiendo, sosteniendo y canonizando a los buenos y desaprobando o amonestando o corrigiendo o castigando o excomulgando a los malos a la luz de esa fe de la cual precisamente los Papas son maestros en el nombre de Cristo.
----------Lo que he señalado líneas arriba, explica un hecho que en la historia de la teología parece sorprendente, a saber, el hecho de que los Romanos Pontífices, desde hace ya ocho siglos a esta parte, tanta es la distancia en el tiempo que nos separa de santo Tomás de Aquino, insistan incansablemente en el presentar a Tomás como modelo de teólogo, prefiriéndolo a todos los demás Santos Doctores de la Iglesia.
----------Los dos discursos que el Santo Padre ha pronunciado en el XI Congreso Tomista Internacional, el 22 de septiembre, se ubican, por lo tanto, en esta línea y deben ser interpretados en base a los criterios expuestos anteriormente. En efecto, en la historia de la teología, desde los tiempos de Tomás, ha habido varias veces episodios de teólogos, como Guillermo de Ockham, Lutero, los teólogos anglicanos y cartesianos, Jansenio, los teólogos idealistas y los ontologistas del siglo XIX, los modernistas del siglo pasado y los de hoy, como por ejemplo Schillebeeckx y Rahner, los cuales han considerado que la doctrina de Tomás y la teología escolástica nacida de él fuera falsa o superada o contraria a la Escritura o paganizante.
----------De ahí la oposición de ellos al Aquinate. O bien otros, como algunos del siglo XIX (por ejemplo Günther, Hermes y Frohschammer), Maréchal y Rahner, han considerado que Tomás había sido superado por la filosofía moderna, en cuanto ligado al ingenuo realismo medieval, por lo cual era necesario, según ellos, utilizar a Tomás corrigiendo su concepción del saber según el enfoque idealista, el cual, partiendo de Descartes, pasa de Kant a Fichte y a Hegel hasta llegar a Husserl, Heidegger, Gentile y Severino.
----------Ahora bien, los dos discursos del papa Francisco, pronunciados el 22 de septiembre de 2022 en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, a los miembros del Congreso Tomista Internacional que ha sido organizado por el Angelicum, puntualizan al respecto siete cosas:
----------1. El Romano Pontífice insiste en el deber de interpretar a santo Tomás de Aquino en modo respetuoso, objetivo, honesto y correcto, sin hacerle decir aquello que nos gusta, y sin mezclar el pensamiento del Aquinate con los errores del pensamiento moderno.
----------2. El Papa recuerda las directivas del Concilio Vaticano II concernientes al discipulado tomista, donde la magna asamblea ordena servirse del pensamiento del Aquinate para obrar un discernimiento o examen crítico del pensamiento moderno, en diálogo con el pensamiento moderno, a fin de promover el progreso de la teología asumiendo los valores de la modernidad y rechazando los errores.
----------3. El Papa reconfirma la universalidad de la doctrina tomista, que le ha merecido a Tomás el título de Doctor Común de la Iglesia, universalidad de la enseñanza del Aquinate que le ha valido ser recomendada preferentemente entre todas los demás, representando mejor que todas las otras la doctrina de la Iglesia, instrumento elegido, del cual la Iglesia se sirve en su dogmática, y que no excluye en absoluto la importancia del pluralismo teológico, la utilidad de las diversas corrientes o posiciones teológicas allí donde la investigación aún está abierta, o donde juegan diferentes sensibilidades espirituales o no están en juego los dogmas o las verdades de fe y de razón. De ahí la capacidad del tomismo para entrar en diálogo con los hermanos separados, con las diferentes culturas y religiones, hasta el diálogo con los mismos no-creyentes.
----------4. El Papa subraya la universalidad o universal condivisibilidad del pensamiento tomista, basado en la razón natural común a todos los hombres y en la universalidad de la Palabra de Dios, pues tiene un eminente poder para poner en luz los valores de la igualdad humana y de la fraternidad, obrando como poderoso factor de convergencia, unidad y concordia en un tiempo como el nuestro, afligido por tantas divisiones y contrastes, y al borde de una guerra que puede incluso poner en peligro el destino de la humanidad.
----------5. Al reiterar, siguiendo las huellas del Concilio Vaticano II, el valor eminente de Tomás de Aquino como cabal modelo del teólogo, el Papa ha negado implícitamente la tesis relativista, según la cual la doctrina de la Iglesia trasciende la filosofía no en el sentido en que la fe trasciende la razón, sino en el sentido de que no existiendo valores humanos universales teoréticos y morales, no existiría la filosofía como ciencia objetiva y universal, sino que existirían sólo las filosofías, es decir, opiniones filosóficas subjetivas, entre las cuales uno estaría libre de elegir la que prefiriera, mientras que la Iglesia, que vela por la universalidad del saber de fe, no tomaría posición frente a ninguna de estas particulares filosofías.
----------Por el contrario, el papa Francisco, recomendando la filosofía de Tomás, implícita en su teología, nos recuerda que la verdad es una sola, es universal y es de todos, lumen publicum, como decía san Agustín, bien común, y por tanto el Papa se opone al relativismo filosófico, falsa libertad y generador de discriminaciones ideológicas y sociales, deletéreo para la unidad y la verdad de la fe.
----------Aclaremos un poco más este punto. Decir que la verdad es una sola, no significa ignorar que existen muchas verdades. Sólo se trata de distinguir la verdad como adecuación a lo real de la verdad como contenido, es decir, como cosa verdadera. Está claro que en este segundo sentido las verdades son muchas. En cambio, la adecuación veritativa no puede más que ser una. Por ejemplo, si juntamos las dos afirmaciones contradictorias, el alma es mortal y el alma es inmortal, aquí no puede haber dos verdades, dos adecuaciones, sino que la verdad es una sola: el alma es inmortal (sólo aquí hay adecuación veritativa).
----------La Iglesia no se compromete con ninguna particular filosofía o cultura, es cierto. Pero el hecho es que, por reconocimiento mismo de la Iglesia, la filosofía de Tomás no es una filosofía entre las otras, sino que es la filosofía ejemplar, que todos los filósofos deben seguir, si quieren caminar en la verdad y poder acoger la fe, porque la fe no se basa en la falsedad, sino en la verdad. Al cumplir con lo mandado por el Papa acerca de servirse del Aquinate como guía en filosofía y teología, no se trata naturalmente de hacer un acto de obediencia como si se tratara de verdad de fe, sino simplemente de corresponder con confianza a la indicación autorizada que nos llega de quien en nombre de Cristo es pastor de nuestros almas.
----------6. Con sus palabras en favor del primado de Tomás, el Papa ha desbaratado el plan que los rahnerianos han estado llevando adelante desde el inmediato postconcilio para sustituir por Rahner a santo Tomás en la guía de la teología, con la pretensión de hacer pasar a Rahner por el "protagonista del Concilio", creando presión sobre el Papa y llegando recientemente a la audacia de presentar al Papa como rahneriano.
----------7. El papa Francisco ha destacado en modo particular la santidad de Tomás de Aquino. El Papa nos dice que para comprender y apreciar su pensamiento es necesario ser amantes de la santidad, porque su pensamiento nace, sí, del amor por la verdad, pero ante todo por la santidad. Para comprender a Tomás, ha dicho muy bien, es necesario ser contemplativos y hombres de oración, así como el Aquinate extraía sus más altas inspiraciones de la contemplación y de la oración. El papa Francisco nos ha dejado entender que Tomás, antes de ser un especulativo, fue un místico, ardiente de amor por Dios y por el prójimo.
----------Las verdades que Tomás nos enseña, nos dice el Papa, antes que de su inteligencia, dependen de su caridad. Tomás nos enseña que si el teólogo no practica ante todo la humildad, corre el riesgo de ceder a la tentación de la soberbia, que es la máxima desgracia que nos puede pasar.
----------De ahí la importancia de la humildad, que nos otorga ese discernimiento y ese ojo crítico que nos defienden de las insidias del demonio, el cual ha conducido a la humanidad a la ruina cegándola con la soberbia. Tomás de Aquino nos indica en la unión afectuosa con Cristo Verdad el camino para desbaratar las redes del demonio y para encontrar en la verdad del Evangelio los caminos de la salvación.
----------En conclusión y para resumir de algún modo lo dicho, los dos recientes discursos del papa Francisco acerca de santo Tomás de Aquino, especialmente el segundo, constituyen un acontecimiento grande y luminoso para la Iglesia. Lo que más llama la atención y agrada es la recomendación de santo Tomás como modelo de filósofo y teólogo en plena línea con cuanto enseña el Concilio Vaticano II. Estos discursos proporcionan mucho ánimo a los tomistas, los cuales, a decir verdad, en las últimas décadas se han sentido una pequeña minoría en una atmósfera de asfixiante tendencia modernista, dominada por los rahnerianos.
----------Estas palabras del Papa nos hacen entender que el Romano Pontífice no aprueba la tentativa de los rahnerianos de sustituir por Rahner a Santo Tomás en la guía de los estudios filosóficos y teológicos y en la promoción de la teología, sino que confirma el primado de santo Tomás de Aquino, contrariamente a cuanto precisamente sostienen los rahnerianos, quienes se hacen pasar por intérpretes del mensaje conciliar, mientras que los verdaderos intérpretes son los tomistas, que acogen fielmente la interpretación del Concilio Vaticano II hecha por el Magisterio pontificio y por el Catecismo de la Iglesia Católica.
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