Entre las almas humanas hay diferencia a la vez formal (en cuanto es espíritu) e individual (en cuanto es forma de un cuerpo). Por tanto, cada alma humana es objeto de ciencia porque es una esencia individual y universal a la vez. Sin embargo, esta ciencia del alma individual no puede ser silogística y argumentable, sino sólo intuitiva y descriptiva. Pero es verdadera ciencia porque es ciencia de lo universal y lo universal es precisamente el espíritu. Ella es supremamente la ciencia del sacerdote, guía de las almas. [En la imagen: fragmento de La lechera, óleo sobre lienzo de Johannes Vermeer, del 1660, en el Rijksmuseum, de Amsterdam, Holanda].
Existen dogmas que ayudan a la antropología a esclarecer la constitución ontológica del ser humano
----------Dadas las graves dificultades que se refieren a la cuestión del compuesto humano, el Magisterio de la Iglesia, especialmente a partir del siglo XIII, ha comenzado a iluminarnos sobre el verdadero sentido de las enseñanzas bíblicas referentes a este arduo tema, tomando impulso en aquella época del grave fenómeno del catarismo, difundido sobre todo en el sur de Francia, y que fue uno de los primeros problemas doctrinales afrontados por la naciente Orden de Frailes Predicadores, que posteriormente, con Tomás de Aquino, habría de ofrecer un espléndido patrimonio doctrinal sobre este tema de la antropología, enseñanzas subsecuentemente aprobadas en algunos puntos por el propio Magisterio de la Iglesia.
----------Así el Concilio Lateranense IV de 1215, después de haber dicho que Dios es el creador de las cosas visibles, es decir, de las sustancias corporales, el mundo de la naturaleza física, y de las cosas invisibles, es decir de la criatura espiritual, la criatura angélica, el puro espíritu creado, añade que es el creador de la criatura humana, constituida como común de espíritu y cuerpo (quasi commune ex spiritu et corpore, Denz. 800) o, como se dice comúnmente, de alma y cuerpo.
----------Según el Concilio Lateranense IV, por lo tanto, toda la realidad creada se divide en dos supremos géneros de entes: la sustancia material y la sustancia espiritual. A estos dos supremos géneros se añade una sustancia especial, que resulta de la unión de los dos géneros: el hombre, compuesto de espíritu y cuerpo. Es interesante que el Concilio, al tratar del ente creado en general, dé más importancia a la distinción entre cuerpos y espíritus que entre sustancia y accidentes, distinción que, en cambio, para Aristóteles, es la primera distinción que es necesario hacer en el ente. ¿Por qué esta diferencia?
----------También Aristóteles habla de la forma separada y del compuesto de materia y forma. Sin embargo, él distingue el punto de vista trascendental o metafísico del punto de vista categorial de los géneros y de las especies. En efecto, desde el primer punto de vista, el ente se divide en sustancia y accidente, mientras que la distinción entre espíritu y cuerpo pertenece al plano de los géneros. Pero al Lateranense IV no le interesa tanto hacer un discurso metafísico, sino ante todo un discurso teológico, es decir, situarse en el plano de la existencia del ente y distinguir el ente creado del increado, algo a lo cual Aristóteles no arriba.
----------La distinción sustancia-accidente es fundamental para la creatura material o espiritual, pero es una distinción que no existe en Dios, que es purísima sustancia, porque el accidente supone el ente compuesto de esencia como potencia y ser como acto, donde la esencia es la sustancia y el acto de ser es accidente, mientras que Dios es puro acto de ser sin potencia de ser, por lo cual en Él la esencia coincide con su ser y ningún accidente se añade a la esencia, porque ella es ya por sí misma el ser perfectísimo.
----------Es necesario distinguir potencia pasiva de potencia activa. La potencia pasiva es una imperfección; es el poder ser: así la esencia creada es potencia de ser respecto a su ser en acto, que la actúa en virtud del acto creativo divino. Potencia activa, en cambio, es una perfección, es un cumplimiento; es poder hacer, poder mover o poder actuar, que deriva de la forma de la sustancia agente: así, por ejemplo, el animal actúa como animal; el hombre actúa como hombre y Dios actúa como Dios. Sin embargo, ni siquiera la potencia activa es un cumplimiento último, porque tanto Dios como la criatura están siempre en acción, pero tienen al mismo tiempo un poder de actuar que no siempre ponen en acto.
----------La distinción entre sustancia y accidentes es, en cambio, esencial cuando se trata de los cuerpos y de los espíritus y, por tanto, también del alma humana, compuesta de esencia y potencias o facultades, que son accidentes no ciertamente contingentes sino esenciales a la naturaleza del alma misma. El alma, en efecto, como veremos luego, es pura forma, es solo causa formal, mientras que la causa del movimiento y de la acción en el hombre son las facultades del alma.
----------El Concilio Lateranense IV no niega en absoluto la distinción entre sustancia y accidente, sino que, situándose desde el punto de vista de la existencia de los entes, señala que los entes creados son distinguibles en espíritus y cuerpos -reconocidos también por Aristóteles- con la intención de afirmar que los unos y los otros, comprendido el hombre compuesto de espíritu y cuerpo, son creados por Dios, lo cual a Aristóteles no le vino en mente, porque él se pregunta cuál es la causa del movimiento y del devenir, pero no la del ser.
----------Sin embargo Aristóteles, con su concepto metafísico del ente en cuanto ente, no estuvo lejos de descubrir el concepto de creación, ya que Dios es precisamente la causa del ente contingente. Además, para Aristóteles la materia es imperfección y la forma es sí un algo divino, pero no es Dios, que en cambio, como se sabe, para Aristóteles es el motor inmóvil, pensamiento del pensamiento, vida absoluta, beata e inmortal.
----------Sin embargo, Aristóteles, como Platón, no se pregunta cuál es la causa de la materia y de la forma. Las da por descontadas, como si existieran desde siempre por cuenta propia. Pero Aristóteles hace al menos un progreso con respecto a Platón, porque para él la materia no es ni una simple ausencia de ser, un simple vacío (cora), ni principio del mal, ni hostil al espíritu, sino que pertenece al horizonte del ser, es por lo tanto buena; el mal proviene de la mala voluntad, y por tanto la materia puede y debe conciliarse con el espíritu.
----------Por consiguiente, Aristóteles plantea al menos las condiciones ontológicas para concebir la materia como creada por Dios. La unión de materia y espíritu en el hombre, para Aristóteles, no es unión accidental, sino unión necesaria para constituir la naturaleza humana y fundar su felicidad hecha de acciones espirituales y acciones físicas, de placer espiritual y de placer físico.
----------Como se sabe, para Aristóteles, el hombre pertenece al género sustancia corpórea, y para ser precisos sustancia animal. Para Aristóteles el hombre no es un espíritu encarnado, sino un cuerpo animado. El hombre es una única sustancia, aunque compuesta, de materia y forma, de sustancia y accidentes; no es la conjunción infeliz y temporal de dos sustancias incompatibles entre sí. Sino que es la conjunción de una forma con su materia, materia adecuada a esa forma, forma adecuada a esa materia.
----------Racional, para Aristóteles, no es en el hombre su sustancia o su esencia, racional no es el sujeto, no es el ente completo, sino que es accidente propio y esencial; racional es la diferencia específica, lo que hace, sí, que el hombre sea hombre, aquello por lo cual se da la definición del hombre: animal racional. Aristóteles tiene también la otra definición: animal político (politikón zoon).
----------¿Qué quiere decir? Que la razón es el principio de la sociabilidad humana, en cuanto ella implica un encuentro de pensamientos con el otro, en modo tal que la voluntad apetece el bien común concebido en el dialogar con el otro. Aquí juega un gran papel la famosa dialéctica aristotélica, que se podría definir como el arte del diálogo y de la discusión, de la común búsqueda de la verdad. La razón práctica, traducida en acción por la voluntad, es por tanto el principio de la relación interhumana, social y política.
----------De la Sagrada Escritura y de la historia de las religiones se podría extraer también la definición del hombre como animal religioso. Pero también aquí la definición-base, la definición que es punto de partida es la de animal racional, porque la inclinación a reconocer la existencia de Dios y a rendirle culto, que es propia de la religión, surge precisamente sobre la base de la actividad racional.
----------Sujeto del ser humano es el sujeto material, el cuerpo, cuya forma sustancial es el alma. El hombre, para Aristóteles, no es, como para Descartes, una res cogitans, una razón subsistente. Sólo Dios es Razón subsistente. El hombre no es una razón, sino que tiene la razón como propiedad o facultad de la naturaleza humana y accidente propio de la persona humana. El hombre razona por medio de la razón, no por medio de su esencia. La esencia del hombre no se resuelve en el razonar, sino en el ser un animal dotado de la capacidad de razonar. También quien no pone en acto esta capacidad, conserva su esencia y dignidad de hombre.
----------Aunque especificante de la esencia humana, el razonar no agota todas las actividades del hombre, sino que es una actividad entre las otras actividades, que tal vez tiene en común con los animales o las plantas, por lo cual uno sigue siendo hombre también aunque no razone, como por ejemplo cuando está en las condiciones del embrión o está en edad infantil o es un demente o está ebrio o drogado o está vencido por la pasión o está en un estado comatoso o duerme o está bajo anestesia.
----------Desde el punto de vista lógico, la razón, para Aristóteles, es la diferencia específica del género animal, que es el verdadero sujeto subsistente, mientras que racional es un simple predicado, aunque sea esencial, del sujeto. La especie humana está dada por la diferencia específica racional añadida al género animal. El género está del lado de la materia, la diferencia, de la forma, así como la forma determina la materia, así la diferencia específica determina el género y constituye la especie.
La persona como individuo de la especie humana
----------Para Aristóteles no el individuo concreto, sino lo universal, es decir la esencia específica, es objeto de la ciencia. Es necesario abstraer lo universal de lo particular. Se razona o silogiza y se obran demostraciones trabajando sobre esencias, no sobre individuos o casos concretos.
----------Se puede definir científicamente la especie o la esencia universal pero no el individuo, no la esencia individual, porque en este caso no es posible componer un juicio en el cual se pueda predicar la diferencia respecto al género, dado que el individuo por su naturaleza está por debajo de la especie y disfruta de una pura unidad numérica. El individuo es diferente de otro individuo.
----------El individuo puede ser percibido, puede ser experimentado, pero no puede ser definido, no es conceptualizable científicamente. La especie se puede subdividir en subespecies. Pero el individuo es in-dividuo, no se puede ulteriormente dividir en individuos como la especie. Es él y solo él.
----------El individuo no se diferencia de otro individuo en algo que pueda ser determinado y separado de aquello que tiene en común con él. No. El individuo difiere en todo de otro individuo. Los dos pueden ser semejantes, pero nunca idénticos, así como es idéntica en ellos su esencia humana específica. Yo puedo decir que el hombre se diferencia del animal por la posesión de la razón. Pero no puedo definir, sino solo señalar con un dedo o con otros signos o describir narrativamente, exhibiendo simples datos de hecho, noticias biográficas y características concretas o una serie de fotografías, la diferencia entre Biden y Putin.
----------El individuo humano no se diferencia de otro por una diferencia formal, como ocurre entre dos esencias específicas, sino sólo materialmente, según diferencias empíricas constatables caso por caso. El alma humana individual, en cambio, se diferencia de otra por una diferencia formal porque es espiritual. Es éste el aporte de la Escritura respecto a la psicología de Aristóteles. Para él, el individuo es sólo objeto del sentido. Para la Escritura, en cambio, el individuo humano, la persona, es objeto de una intuición intelectual, como lo es, por lo demás, la propia alma mediante la autoconciencia (Quaestio disputata De Veritate, q.10, a.8).
----------Para Aristóteles, el principio de individuación del hombre es la materia signada o fijada por la cantidad (materia signata quantitate): por ejemplo, la nariz de don José de San Martín es diferente de la nariz de don Manuel Belgrano porque la nariz de José de San Martín es aguileña, mientras que la de Manuel Belgrano es fina. Pero es necesario decir que en realidad el criterio de fondo para distinguir a José de San Martín de Manuel Belgrano es la diferencia de su alma, que no está suficientemente determinada por la diferencia de la nariz, sino por la diferencia formal o espiritual entre las dos almas.
----------En otras palabras, de la Sagrada Escritura se deduce que la diferencia entre dos personas humanas no depende tan sólo de la diversidad de los cuerpos, sino también y sobre todo de la diversidad de sus almas, creadas diferentes por Dios en vista a animar esos cuerpos determinados, mientras que es indudable que la diversidad material influye sobre la diversidad espiritual.
----------Así el alma masculina es diferente de la femenina, de tal modo que se puede suponer al alma racional como un género, cuyas diferencias son lo masculino y lo femenino. Suponiendo entonces el género animal, cuyas diferencias son lo racional y lo irracional, lo racional es a su vez un subgénero, cuyas subespecies son lo masculino y lo femenino (véase más detalles sobre este tema en otro artículo de este blog).
----------En la sustancia material el individuo es distinto de la especie. Pero la especie comprende debajo de sí una pluralidad de individuos entre sí distintos por diferencias individuales: Sócrates no es la humanidad, sino sólo un individuo de la especie humana. Sin embargo, entre dos almas humanas existe una diferencia no sólo individual, sino también formal, porque son formas espirituales y la forma espiritual es de por sí una especie inteligible. Cada alma humana puede ser objeto de una intuición intelectual. Cada alma es diferente de las demás no sólo porque es forma de un cuerpo dado, sino que lo es por sí misma, y esto a tal punto es verdad que ella mantiene su identidad aun cuando está separada del cuerpo.
----------Aristóteles no llegó a comprender que la ciencia no es sólo ciencia de lo universal a lo cual subyacen los individuos materiales, sino también de lo universal, que es en sí mismo un individuo inmaterial, y éste es precisamente la sustancia espiritual, la persona, el alma y el ángel. De tal modo el ángel es una especie en sí misma en la cual el individuo coincide con la especie. Entre un ángel y otro existe una diferencia específica.
----------Miguel y Rafael son dos diferencias específicas del género ángel. Sin embargo, aquí el género no hace la parte de la materia en sentido físico, sino sólo en sentido lógico, porque los ángeles no están compuestos de materia y forma, sino que son puras formas sin materia.
----------En el caso del alma humana, se da una diferencia a la vez formal e individual: formal, en cuanto el alma es espíritu; individual en cuanto es forma de un cuerpo. Quien reduce la diferencia entre dos almas humanas a una diferencia puramente individual, las rebaja al nivel del alma del animal, como ha hecho Hume. Quien las ve distintas sólo formalmente las confunde con el ángel, como ha hecho Descartes. Hume, en cambio, ignora que son formas del cuerpo. Cada alma humana es, por lo tanto, objeto de ciencia porque es una esencia individual y universal al mismo tiempo: individual en cuanto forma de ese cuerpo dado; universal en cuanto espíritu.
----------Sin embargo, esta ciencia del alma individual no puede ser silogística y argumentable demostrativamente, porque es imposible el uso de los géneros y de las especies, sino que es sólo intuitiva y descriptiva. Pero es verdadera ciencia porque es ciencia de lo universal y lo universal es precisamente el espíritu, como también lo entendió Hegel. Es, para decirlo en palabras de Husserl, una wesenschau, una visión de la esencia similar a la visión platónica de la idea. Ella es supremamente la ciencia del sacerdote, guía de las almas.
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