lunes, 21 de febrero de 2022

¿La Misa de san Paulo VI intrínsecamente mala? (3/3)

En el conjunto de la crítica que hoy hacen las variadas corrientes del pasadismo a la Misa actual existen diferentes matices, pero también elementos comunes que se resumen en un rechazo herético a la que es hoy única lex orandi, normal y ordinaria, de la Iglesia de Rito Romano. Pero al individuar esta herejía debemos tener presente que los exponentes de estos errores contra la fe no son por lo general conscientes de ellos. Debemos preguntarnos, entonces, por los motivos de la difusión de estas doctrinas no católicas en los diversos ámbitos pasadistas que, aunque minoritarios, también dañan la unidad y la paz en la Iglesia.

Las críticas al novus ordo Missae o Misa de san Paulo VI
   
----------Es frecuente que no pocos exponentes de las actuales corrientes pasadistas se refieran a la Misa actual como "malvada", y no es la primera vez que la califiquen de "intrínsecamente mala", como lo ha hecho el padre Joaquín Cortés, en su comunicado del pasado 8 de febrero, en su calidad de administrador de las comunidades sudamericanas de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, actualmente separada de la Iglesia católica. Pues bien, en esta última parte de nuestro trabajo le será fácil al lector, bien fundado en los presupuestos filosóficos y sobre todo teológicos indicados en las dos notas anteriormente publicadas de esta serie, concluir que tal expresión es absolutamente contraria no sólo a la recta fe sino también a la sana razón.
----------Naturalmente, nada personalmente tengo contra quienes eventualmente quieran debatir con argumentos razonables, incluso aunque lo hagan de modo enérgico y apasionado, por ejemplo acerca de los eventuales claroscuros del proceso histórico por el cual ha surgido el Novus Ordo Missae en 1969, o quieran analizar las frecuentemente confusas y obscuras corrientes históricas del inmediato post-concilio que acaso hayan influido en su elaboración, y mucho menos puedo estar en contra de quienes quieran criticar con toda razón los habituales abusos con que ha llegado a celebrarse en la actualidad la Misa. Me parece correcto que se hagan críticas, incluso severas críticas, sobre la forma en que se suele celebrar hoy la Misa.
----------Al fin y al cabo dialogar con espíritu crítico sobre los temas indicados, es discutir sobre lo discutible, es intercambiar opiniones sobre lo opinable; por ejemplo sobre cuestiones fácticas, como son los datos históricos, o cuestiones que dependen del parecer personal más o menos fundado en argumentos razonables, como puede ser debatir sobre la conveniencia mayor o menor de recurrir al canto gregoriano o a la polifonía o a las melodías modernas en la liturgia, o debatir sobre el uso de determinados signos y símbolos estéticos en las vestiduras litúrgicas y en los vasos sagrados, o en el mobiliario o en la arquitectura de los templos.
----------Todo es opinable en lo que acabo de mencionar a modo de ejemplos que todos los lectores pueden fácilmente entender, y gozamos del derecho y de la libertad de opinar, al menos si honestamente se tiene alguna competencia para ello. E incluso, en el nivel más elevado de lo opinable, también pueden avanzarse críticas hacia una determinada ley litúrgica emanada por el Romano Pontífice (lex orandi eclesiástica) porque, como ya lo hemos visto anteriormente, allí el Papa no es infalible, y sus disposiciones son siempre mutables, contingentes o abrogables por el mismo Papa a posteriori, o por otros Papas, que cuentan con su misma autoridad (potestas clavium) de sumo sacerdote y supremo moderador de toda la praxis litúrgica y de la disciplina de los sacramentos. Claro está que se tratará siempre de una crítica o instancia respetuosa, hecha en las debidas condiciones de prudencia y oportunidad, y mantenida sólo a nivel teórico porque, a nivel práctico, se trata de una ley eclesiástica, la cual ordinariamente siempre obliga a todo fiel católico.
----------Sin embargo, habiendo dicho eso, hay que decir también, aunque luzca una perogrullada, que no se puede opinar sobre lo no opinable, no se puede discutir sobre lo indiscutible. Cualquier fiel católico (sacerdote, religioso o laico), como he dicho, puede discutir (a nivel teórico y en las debidas condiciones) las decisiones de orden pastoral o disciplinar o de gobierno del Romano Pontífice, porque en esas decisiones el Papa no es infalible y puede actuar con mayor o menor tino, perspicacia o sabiduría, y puede equivocarse moralmente, pecando de imprudencia e injusticia. Pero el Papa no puede pecar contra la fe en su oficio de Maestro de la Fe, consignado como ha sido por Nuestro Señor Jesucristo para confirmar a su grey.
----------En relación a la cuestión concreta sub examine, el Papa puede equivocarse al emanar una norma referida a la lex orandi eclesiástica, pero aún en tal caso, aún eventualmente fallando en ello, no haciéndolo con la debida prudencia y justicia, no puede fallar como Maestro de la Fe, o sea (siempre en la cuestión nos ocupa) no puede establecer una reforma de la Misa, una nueva lex orandi eclesiástica que no tenga esencial relación con la lex orandi divina. La lex orandi eclesiástica por él emanada, siempre será esencial y substancialmente lex orandi divina, y no puede no serlo, porque en ello está afectado su carisma de infalibilidad. Por tanto, el Papa puede equivocarse al establecer tal o cual ceremonia o fórmula o gesto litúrgico, pero incluso en tales casos, la Misa nunca podrá llegar a ser un intrinsece malum como ha dicho el sacerdote lefebvriano Cortés, porque en eso está en juego la indefectible misión que tiene el Papa de confirmarnos en la fe.
----------Por consiguiente, para decirlo en otros términos, como sea que se celebre la Misa, ella es siempre: "rito cultual de la Nueva Alianza, con el cual y por el cual, en la persona del sacerdote celebrante en comunión con la Iglesia y en el nombre de la Iglesia, Cristo en el Espíritu Santo se ofrece a sí mismo incruentamente en sacrificio al Padre por la salvación del mundo". La Misa es siempre el Sacrificio de Cristo Nuestro Señor y Redentor; la Misa es Su Sacrificio, representado aquí en la tierra y ante la Faz del Eterno Padre. Por su inherente naturaleza e intrínseca esencia, la Misa es un intrinsece bomun, es siempre esencial y substancialmente intrínsecamente buena, es una maravilla ante la cual los ángeles caen en adoración y los demonios tiemblan. En el Sacrificio de la Santa Misa, el Señor de los siglos sale a nuestro encuentro, con los brazos extendidos, marcados con las heridas de su amor. De modo que ninguna celebración válida de la Misa podría considerarse "intrínsecamente mala" como lamentablemente afirman ciertos pasadistas.
----------Por otra parte, en lo que se refiere a los requisitos de validez de la Misa, se trata de un tema conexo, el cual ya hemos considerado en repetidas ocasiones en este blog, aunque no está demás señalar brevemente lo esencial, pues es frecuente que, en las actuales circunstancias, con tantos abusos litúrgicos, haya fieles que pregunten si la Misa celebrada de tal o cual manera es o no "válida".
----------Pues bien, hay que volverlo a afirmar claramente: la enseñanza tradicional de la Iglesia en este punto es muy firme y clara. Es extremadamente difícil para un sacerdote hacer que su Misa sea inválida. Si él está ordenado válidamente, si usa pan verdadero, y vino verdadero, si usa palabras que claramente hacen referencia a las declaraciones del Señor: "Este es mi cuerpo", "Esta es mi sangre", y si tiene la intención de "hacer lo que hace la Iglesia", entonces su Misa es válida. Aunque su forma de celebrar puede ser profundamente poco edificante, y aún más, aunque de tal manera abuse en la forma del rito que pueda poner en peligro la recta fe de la comunidad a su cargo, aún así, ningún pecado, ninguna herejía, ningún abuso litúrgico por parte de cualquier celebrante, por malvado que sea, o por meramente tonto que sea, puede cambiar esto en un milímetro: ninguna celebración válida de la Misa podría ser "malvada" o "intrínsecamente mala".
----------La Misa, ya sea la Misa actual, promulgada por san Paulo VI, o la Misa que se celebraba con anterioridad a 1969, o la Misa que se celebraba con anterioridad a la reforma de san Pío V, cualquier Misa, es en todos los casos la Misa de siempre, y no puede dejar de serlo. Ella es siempre la Misa católica, la Misa de Nuestro Señor Jesucristo, que no es esencial y substancialmente edificación moral, arte y recta doctrina, pues aunque, ciertamente, también debe ser edificación moral, arte y recta doctrina, es esencial y substancialmente el Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo. Y es muy difícil que cualquier sacerdote, por malvado o por tonto que fuere, pueda impedir que la Misa siga siendo el Sacrificio del Señor.
   
Juzgamos acerca de herejías no de herejes
   
----------Para ir dando las puntadas finales a estas notas, señalaré a continuación, con la mayor brevedad que me sea posible, unos pocos comentarios, que son los que en una simple lectura me sugieren las ideas expresadas por el padre Cortés, en el comunicado a las comunidades de la FSSPX a su cargo.
----------El padre Cortés ha declarado que: "...respecto a nuestra posición sobre la Misa Nueva, la postura de la Fraternidad San Pío X sobre la Misa de Pablo VI se mantuvo siempre igual, y fue clarísima: la Misa Nueva es intrínsecamente mala, no es un rito católico, y lleva a perder la fe". Por lo tanto, este sacerdote lefebvriano, al decir que la Misa actual es un intrinsece malum, ha querido decir (según lo que hemos venido considerando en esta serie de notas) que la cualidad moral de "mala" es de tal modo intrínseca o inhererente al acto de celebrar la Misa actual, que no podría existir el acto de celebrar la Misa actual sin esa cualidad: "mala". Vale decir, que la cualidad de "mala" es esencial o substancial al acto de celebrar la Misa actual.
----------Ahora bien, la Misa actual, la promulgada por san Paulo VI, si bien es distinta en cuanto lex orandi eclesiástica, de institución humana y positiva, a la Misa de san Pio V, por ejemplo, o a la Misa anterior a la de san Pío V, o a la Misa de la inicial Edad Media, o a la Misa que se celebraba en los tiempos de los Apóstoles o de los Apologetas o de los Doctores, sin embargo, es esencial y sustancialmente, intrínsecamente, la misma lex orandi divina, instituída por Nuestro Señor Jesucristo. Por lo cual, lo expresado por el padre Cortés es material y objetivamente, una herejía y una blasfemia. ¿Estoy diciendo con esto que el padre Cortés sea un blasfemo o un hereje? No, pues ¿quien soy yo para juzgar algo que sólo puede juzgar Dios y la propia conciencia de Cortés? Yo sólo juzgo su afirmación, objetiva y materialmente considerada.
----------Por otro lado, es evidente que es falso (con falsedad histórica) afirmar que "la postura de la Fraternidad San Pío X sobre la Misa de Pablo VI se mantuvo siempre igual, y fue clarísima" en cuanto a calificar de "intrínsecamente mala" a la Misa actual. Al menos es evidente la falsedad fáctico-histórica de esta afirmación para quien haya seguido, aunque más no sea sino superficialmente, las esperanzadoras tratativas y diálogos de representantes de la FSSPX con la Santa Sede en años recientes, pues jamás los lefebvrianos se expresaron del modo como lo hace ahora Cortés, sino con términos más discretos, moderados y diplomáticos. Lamentablemente aquellas iniciativas, en las que tan esperanzado estaba el papa Benedicto XVI, chocaron contra la obstinación y pertinacia en el error de los lefebvrianos, particularmente cuando la Sede Apostólica les reiteró claramente la posición cismática en la que ellos todavía se encuentran (su situación de no plena comunión en la Iglesia) y les confirmó su condición herética (al recordarles Benedicto la obligación que siguen teniendo de aceptar las doctrinas del Concilio Vaticano II y el magisterio post-conciliar).
----------Si fuera histórica y fácticamente cierto que la postura de la FSSPX haya sido siempre considerar como "intrínsecamente mala" la Misa de san Paulo VI, vale decir, si fuera cierto lo que dice el padre Cortés de que respecto a ese tema "la postura de la Fraternidad San Pío X sobre la Misa de Pablo VI se mantuvo siempre igual, y fue clarísima", entonces deberíamos concluir que las expresiones de los máximos exponentes de la FSSPX en décadas anteriores y sobre todo en el contexto de los diálogos con la Santa Sede, han sido expresiones hipócritas, ocultando en realidad "la postura de la Fraternidad San Pío X sobre la Misa de Pablo VI" que "se mantuvo siempre igual", aunque en tal caso no ha sido "clarísima" como dice Cortés, sino una expresión de hipocresía. Esta conclusión es lógica según la premisa de Cortés, pero yo no me atrevo hoy a sostenerla. No entra en mi cabeza que todos y cada uno de los lefebvrianos sean consciente y explícitamente herejes. Juzgo solamente acerca de las herejías de la FSSPX, no de eventuales herejes.
----------Ni siquiera hoy, cuando aparentemente el diálogo con Roma está interrumpido, los principales líderes de la FSSPX se expresan del modo como se ha expresado el padre Cortés. Como prueba de ello bastaría con remitirnos a las reciente declaraciones del obispo Bernard Fellay en una entrevista que se le realizó a principios del mes de enero. Lo que allí dice Fellay (quien fuera durante casi un cuarto de siglo superior general de la hermandad y aún hoy es uno de sus líderes) contradice lo expresado por el padre Cortés. Por supuesto, tanto este sacerdote como el obispo, comparten el mismo error contra la fe que está implicado en el rechazo doctrinal a la Misa actual, pero uno y otro manifiestan públicamente ese rechazo de modos bien diferentes. ¿Por qué razón Cortés, siendo superior del distrito sudamericano se ha manifestado de tal manera? ¿Por qué ha "abierto el cajón" de tal modo? ¿Por qué ha "salido así del closet"? ¿Es sólo algo motivado solamente por los rasgos de su temperamento personal, o acaso debido a carencias en su formación filosófico-teológica, o se trata de una nueva postura, más pertinazmente combativa, litigante y explícita de la Fraternidad en este tiempo en que la Sede Apostólica ha reiterado la condición cismática y herética de la FSSPX?... No lo sé.
----------Otros pasajes del comunicado de Cortés a las comunidades bajo su "mando" (sic), me parece que transparentan lo que podríamos llamar cierta ingenuidad o una casi infantil franqueza, a tal punto que el bueno de Cortés ni siquiera parece darse cuenta de estar usando expresiones que el pudor o la humildad o el recato, aconsejarían no usar y rechazar de inmediato. Dice el padre Cortés: "en nuestra congregación los sacerdotes no actúan de manera autónoma, expresando opiniones privadas, sino que son eco de la posición de la Fraternidad San Pío X, que, en definitiva, es la posición católica pura".
----------No me imagino ni siquiera a las más venerables órdenes religiosas, que tanto servicios doctrinales y pastorales han aportado a la Iglesia en su historia, ni siquiera en los momentos más gloriosos y dorados de tales órdenes, por ejemplo los Dominicos o los Franciscanos, por citar sólo dos de las más excelsas, tener la osadía de afirmar que su familia religiosa proponga "la posición católica pura". No me imagino ni siquiera al Papa, el único ser humano que en esta Iglesia terrena y peregrina no puede jamás pecar contra la virtud de la fe, el Romano Pontífice, Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro, quien no puede engañarse ni engañar a la grey universal como Maestro de la Fe, expresando semejante declaración.
   
Una esclavitud ideológica que se asimila a la idolatría
   
----------Como he explicado en la primera nota de esta serie, los pasadistas, a juzgar por ciertas expresiones de muchos de sus exponentes, suelen manifestarse tan relativistas y tan subjetivistas como los modernistas (claro que seguramente sin darse cuenta). Es lo que podríamos llamar el modernismo de los pasadistas, y no sería difícil demostrarlo (algo que acaso haré en algún próximo artículo).
----------Como ya he explicado, en el caso de los modernistas, ellos juegan con un concepto cartesiano relativista de la conciencia, concepto que en los modernistas depende de haber asumido explícitamente, en mayor o menor grado, filosofías relativistas o racionalistas o historicistas o existencialistas o evolucionistas o idealistas. En cambio, en el caso de los pasadistas, quienes rechazan con horror todas estas filosofías modernas, y aunque sostengan ellos generalmente la filosofía tomista (aunque con una impostación preconciliar) igualmente juegan con un concepto cartesiano relativista de la conciencia, concepto que en ellos, en cambio, depende frecuentemente de su esclavitud ideológica e idolátrica (que debemos suponer inconsciente) a las ideas que pueden ser, por ejemplo, del fundador de la corriente, o de un líder actual o histórico, o de otros personajes del pasado que ellos suelen idealizar, al mismo tiempo que dogmatizan sus ideas, lo que frecuentemente les impide individualizar en su idealizado prócer los errores contra la razón o contra la fe.
----------Pues bien, tal parece ser el caso del padre Cortés, que dice que ningún sacerdote de la FSSPX expresa "opiniones privadas", sino que expresan "lo que cualquiera de nosotros, sacerdotes, diría, siendo además lo que ya dijo nuestro venerado Fundador, monseñor Marcel Lefebvre, y después de él todos los que quisieron guardar el tesoro de la Tradición católica". Respecto a que ningún sacerdote expresa opiniones privadas, si eso fuera cierto, sería bueno que el papa Francisco llamara a Roma al superior lefebvriano y le pidiera la receta para aplicarla con los sacerdotes de la Iglesia católica. Pero eso supondría que los sacerdotes debieran ser algo así como robots o autómatas que cumplan puntual, exacta e indefectiblemente las órdenes del "mando", y fueran meros altavoces o fotocopias de lo dictado. Bromas aparte, el modo como el padre Cortés cita las frases de Lefebvre, tal como si fueran magisterio pontificio, son indicio de lo aquí afirmado.
----------Dicho sea solo de paso, convendría que un experto en historia de la Iglesia demostrara que, de hecho, no se podría elaborar ni siquiera una ideología con fundamento cierto sobre las ideas de Lefebvre, quien es evidente que no ha tenido en su vida un pensamiento constante y monolítico acerca de muchos temas de razón y de fe. Para no tener ninguna duda de ello, es suficiente para mí haber leído sus principales libros, conferencias y homilías. Demostrarlo sería tarea de algún historiador que le interese el tema. De hecho, podría tener un indicio de lo que estoy diciendo en el modo como los líderes de la FSSPX han trado de sacar de circulación pública cierto textos y expresiones de Lefebvre, que contradicen el "relato oficial" de la hermandad.
----------La ideología e idolatría que se viven, se profesan, se propagan, y se retroalimentan constantemente en muchos círculos pasadistas (por supuesto no sólo en los lefebvrianos), y que se manifiesta en variados aspectos de su vida (que no es ahora el caso detallar) no son más que consecuencia de los errores contra la sana razón y contra la recta fe que han terminado asumiendo. En el caso de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, porque de ella en este artículo se trata a raíz del análisis del comunicado del padre Cortés, sabido es que los tres errores contra la fe, vale decir, las tres herejías que se sustentan obstinada y pertinazmente desde hace décadas, son las siguientes: 1) rechazo de la Misa actual, promulgada por el papa san Paulo VI; 2) rechazo del magisterio doctrinal del Concilio Vaticano II; y 3) rechazo del magisterio pontificio postconciliar.
----------Esas tres herejías lefebvrianas (y compartidas por otros pasadistas) se interrelacionan y, en su raíz, implican erróneos conceptos de la Santa Misa, de la institución y competencias del Romano Pontífice, de la divina Revelación, de la Tradición, de la Iglesia, de los Sacramentos y de la relación de la Iglesia con el mundo. La pervivencia de estos errores en la FSSPX es la razón que explica su actual condición cismática o, para decirlo más benévolamente, su actual situación de no plena comunión en la Iglesia.

4 comentarios:

  1. La verdad que hablar de herejías en los sacerdotes de la FSSPX a mí me parece absolutamente ridículo y sobre todo fuera de lugar existiendo actualmente en la Iglesia tal difusión de la herejía modernista en tantos sacerdotes y obispos e incluso en cardenales.

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    1. Estimado Anónimo,
      1) En cuanto a que a usted le parezca "ridículo" que se hable de enseñanzas heréticas en las enseñanzas difundidas oficialmente por Marcel Lefebvre y la Fraternidad por él fundada, supongo que tiene su explicación por el ámbito ideológico en el que usted se mueve o en el que suele usted informarse. Y esto porque lo "ridículo", hablando en general, es algo que provoca risa o burla por resultar muy extraño, grotesco, o extravagante, por ejemplo, en un determinado ambiente social.
      Sin embargo, basta con que usted haga el pequeño esfuerzo de examinar con objetividad y sin prejuicios ideológicos, los simples y claros argumentos esgrimidos para identificar las herejías lefebvrianas, para darse cuenta de que no son ni extraños, ni grotescos ni extravagentes.
      Por lo demás, hay un motivo fundamental para el católico: los mismos Romanos Pontífices han indicado el alejamiento de la doctrina de la fe por parte de los miembros de la fraternidad lefebvriana.
      2) En cuanto a que a usted le parezca "fuera de lugar existiendo actualmente en la Iglesia tal difusión de la herejía modernista en tantos laicos, sacerdotes y obispos e incluso en cardenales", respondo diciendo que una cosa no quita la otra. El hecho de que haya herejías hoy más difundidas que otras, no justifica que se combata sólo las más difundidas y nos olvidemos de las menos difundidas. El hecho de que hoy haya muchos católicos atrapados en los errores modernistas, y a los que hay que ayudar a liberarse de ellos, no quiere decir que nos tengamos que olvidar del deber de misericordia hacia los católicos atrapados en los errores pasadistas, como son por ejemplo los errores sustentados por los lefebvrianos, varios de ellos errores contra la fe divina, es decir, verdaderas y propias herejías. A este respecto creo que mi blog, modestamente, da pruebas de actuar tanto en un flanco como en el otro.

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  2. Estimado padre Filemón de la Trinidad:
    Me considero un fiel católico leal al Papa y el Magisterio de la Iglesia. No me cuento entre los que usted llama "pasadistas".
    Sin embargo, sin sentirme apegado como muchos tradicionalistas a la Misa anterior, la tridentina, y sabiendo reconocer la validez y belleza del rito nuevo de la Misa, no por eso desconozco que existen muchos sacerdotes (bueno, no sé si muchos, o si pocos, o lo que sea, lo importante es que existen), que, siendo de orientación modernista, hacen como que aparentan aceptar la Nueva Misa, pero la rechazan en cuanto sacrificio de Cristo, por lo cual la Misa que ellos celebran, y que celebran además con graves abusos litúrgicos e infracciones de las leyes litúrgicas, es inválida.
    Indíqueme, por favor, si me equivoco.

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    1. Estimado Anónimo,
      sus pensamientos están bien orientados.
      Resulta difícil juzgar cada caso concreto de sacerdotes que celebran la Misa, tanto del novus ordo, como del vetus ordo.
      Pero existen algunas pautas que son objetivas.
      Existen mchos sacerdotes que podríamos llamar de modo general "de orientación modernista" (aunque sin especificar grados o niveles de su modernismo), que dan la apariencia de aceptar el novus ordo, pero el caso es que o niegan el sacrificio de Cristo o niegan la Misa como sacrificio, o bien niegan la esencia del sacerdocio como ofrenda de sacrificio. Por lo cual, en tales casos, la Misa que ellos celebran (y que, como usted dice, suele ser celebrada con graves abusos litúrgicos e infracciones de las normas eclesiásticas) es inválida.
      Por otra parte, si esos sacerdotes comparten la concepción rahneriana equivocada del sacerdocio, probablemente ellos ni siquiera hayan sido ordenados válidamente.

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