sábado, 5 de febrero de 2022

Breve historia de un cisma y de sus herejías (2/2)

Es necesario hacer siempre una clara distinción: hay cismas y hay cismáticos, hay herejías y hay herejes. El cisma y la herejía son objetivamente identificables con relativa facilidad, no tan así los cismáticos y los herejes. Pero la dificultad (o incluso a veces la imposibilidad) de calificar a determinado fiel católico como hereje, no nos impide el derecho a individuar con absoluta certeza como herejía a determinado error contra la fe. Aún más, es nuestro deber como católicos identificar las herejías y alertar sobre ellas.

El infructuoso camino de acercamiento a partir del cisma
   
----------El día siguiente a la sanción de excomunión a los lefebvrianos, san Juan Pablo II emanó la carta apostólica Ecclesia Dei afflicta, diciendo que: "la Iglesia de Dios con gran aflicción ha tenido conocimiento de la ilegítima ordenación episcopal que el arzobispo Marcel Lefebvre confirió el pasado 30 de junio, de forma que han resultado inútiles todos los esfuerzos realizados desde hace años para asegurar la comunión de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, fundada por el mismo reverendísimo monseñor Lefebvre, con la Iglesia. En efecto, para nada han servido esos esfuerzos, tan intensos de los meses pasados, con los que la Sede Apostólica ha manifestado paciencia y comprensión hasta el límite de lo posible", con lo que el Santo Pontífice expresa el estado de no-comunión con la Iglesia del prelado francés y de sus seguidores.
----------Con la misma carta Ecclesia Dei afflicta san Juan Pablo II a la vez instituyó la Pontificia Comisión Ecclesia Dei en la Santa Sede, con el objetivo de favorecer la plena reinserción de aquellos sacerdotes que, si bien se mantenían celebrando la Misa con los textos litúrgicos del Misal de 1962, sin embargo no tenían intención de romper la comunión con Roma. El papa Wojtyla recuerda que, además, se habrá de respetar en todas partes, la sensibilidad de todos aquellos que se sienten unidos a la tradición litúrgica latina, por medio de una amplia y generosa aplicación de las normas emanadas hacía algún tiempo por la Sede Apostólica, para el uso del Misal Romano según la edición típica de 1962, promulgada por el papa san Juan XXIII.
----------Por cierto, no era esta la primera vez que la Iglesia autorizaba la aplicación de Misal de 1962. Ya en 1965 san Pío de Pietrelcina [1887-1968] había obtenido la autorización del mismo papa san Paulo VI para utilizarlo, y más de veinte años después el papa san Juan Pablo II, movido por la preocupación pastoral respecto a estos fieles, en el año 1984, con el indulto especial Quattuor abhinc annos, emitido por la Congregación para el Culto Divino, había concedido la facultad de usar el Misal Romano de 1962 editado por san Juan XXIII, como recuerda el papa Benedicto XVI en el texto de su motu proprio Summorum Pontificum, en 2007.
----------Tales medidas disciplinarias eran indudablemente señales que indicaban la constante y benevolente comprensión de la Sede Apostólica por tener en cuenta la sensibilidad litúrgica de aquellos fieles (sacerdotes y laicos) apegados al Misal de 1962. En otros términos, los Romanos Pontífices del post-concilio, sin jamás dejar de expresar que la única lex orandi de la Iglesia del Rito Romano no podía ser otra que el novus ordo Missae promulgado con posterioridad al Concilio Vaticano II, sin embargo, se mostraban solícitos para quienes deseaban celebrar la Santa Misa, aunque más no fuere a modo de indulto personal, o de indulto comunitario, o al menos como permiso extraordinario para casos especiales, según el anterior Misal de 1962.
----------Ahora bien, este constante respeto de la Santa Sede hacia la sensibilidad litúrgica de aquellas minorías de fieles, por minúsculas que fueren, de ningún modo significa la aprobación de actitudes de rechazo hacia el Misal de 1969, o hacia el magisterio del Concilio Vaticano II o hacia el magisterio de los Romanos Pontífices del postconcilio. Tales rechazos jamás fueron manifestados por un san Pío de Pietrelcina, por ejemplo. Y de ningún modo puede pensarse que en 2007, cuando el papa Benedicto XVI liberó la posibilidad para celebrar según el Misal de 1962, su medida permitiera a la vez el rechazo al Misal de 1969 y al magisterio del Concilio o de los Papas del postconcilio. De ahí que lejos de entenderse el motu proprio Traditionis Custodes del papa Francisco como una ofensa a lo resuelto por Benedicto, en realidad debe entenderse como defensa de las intenciones que había tenido Benedicto al emanar el motu proprio Summorum pontificum.
----------Pues bien, la actividad de aquella pontificia comisión Ecclesia Dei creada por el papa san Juan Pablo II, contribuyó a la formación de los primeros grupos que, aunque manteniendo la liturgia de 1962, eran reconocidos por Roma. Es el caso principalmente de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro, fundada canónicamente el 18 de julio de 1988 como sociedad de vida apostólica e inicialmente compuesta por sacerdotes y seminaristas guiados por el padre Joseph Bisig, y procedentes de la FSSPX, que sin embargo no quisieron tomar el camino del cisma lefebvriano. Después de la Fraternidad de San Pedro, volvió a entrar en comunión con la Santa Sede la Unión Sacerdotal de Campos (que había sido fundada por el obispo De Castro Mayer), la cual se convirtió en el año 2002 en la Administración Apostólica personal San Juan María Vianney.
   
Divisiones, luchas intestinas y hemorragias entre los lefebvrianos
   
----------La Fraternidad San Pedro no fue, sin embargo, la primera hemorragia sufrida por la FSSPX; pues ya en 1977, había salido de ella el padre Michel Guérard des Lauriers OP [1898-1988], autor de la llamada tesis de Cassiciacum, según la cual un Papa que no actúe por el bien de la Iglesia es pontífice sólo a nivel material pero no a nivel formal. En 1981, el padre Pietro Cantoni (hermano de Giovanni Cantoni, fundador de la asociación italiana Alleanza Cattolica) había salido de Écône por razones bien diversas; y, en 1985, lo habían hecho tres sedevacantistas italianos, los cuales, apoyándose en aquella tesis de Cassiciacum, habían propugnado que el Papado estaba vacante desde el Concilio Vaticano II: los italianos padre Curzio Nitoglia (quien más tarde abandonó el sedevacantismo para volver a una posición análoga a la de la FSSPX), el padre Francesco Ricossa y el padre Franco Munari. Por su parte, todos los sedevacantistas estadounidenses ya habían dejado la FSSPX en 1983. En septiembre de 2006 algunos presbíteros franceses salieron de la FSSPX para fundar el Instituto del Buen Pastor, sociedad de vida apostolica que utiliza el Misal de 1962.
----------El día 21 de enero del 2009, el papa Benedicto XVI levantó la sanción de excomunión que pesaba desde 1988 sobre los cuatro obispos ordenados por Lefebvre, deseando el papa Ratzinger a través de este gesto: "Consolidar las recíprocas relaciones de confianza e intensificar y brindar estabilidad a las relaciónes de la Fraternidad San Pío X con esta Sede Apostólica" y confiando en que "a este paso siga pronto la realización de la plena comunión con la Iglesia por parte de toda la Fraternidad San Pío X, ofreciendo así testimonio de verdadera fidelidad y reconocimiento del Magisterio y de la autoridad del Papa con la prueba de la unidad visible". Nótese que, en línea con lo expresado por su predecesor, Benedicto habla aquí nuevamente de la situación de la FSSPX como de no plena comunión con la Iglesia, modismo benévolo y misericorde para expresar la efectiva separación cismática, sea cual sea el grado de alejamiento de la Sede Apostólica.
----------En definitiva, con semejantes expresiones, de que "a este paso siga pronto la realización de la plena comunión con la Iglesia", el Papa señalaba que, más allá del levantamiento de las excomuniones, la situación de la FSSPX seguía siendo la no-plena comunión con la Iglesia, vale decir, el cisma. Y no le faltaron ocasiones al papa Benedicto para repetir que tal plena comunión con la Iglesia y, por ende, regularización de la situación canónica de la FSSPX, sólo se alcanzaría cuando los lefebvrianos dejaran de rechazar las doctrinas del Concilio Vaticano II y el magisterio de los Romanos Pontífices del postconcilio, postura claramente refrendada por el papa Francisco, como no puede ser de otro modo, ya que el rechazo al Magisterio de la Iglesia implica de por sí el error contra la fe, es decir, la herejía, situación en la que se encuentra actualmente la FSSPX.
----------El 2 de julio de 2009 Benedicto XVI emanó el motu proprio Ecclesia Unitatem para reformar la pontificia comisión Ecclesia Dei, estableciendo que su presidente debía ser también el Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, si bien la comisión mantenía una estructura orgánica propia (vale aclarar que hoy ha desaparecido la comisión Ecclesia Dei, por decisión del papa Francisco, mientras que sus funciones han sido asumidas por la Congregación para la Doctrina de la Fe).
----------El levantamiento de las excomuniones, recibido positivamente por los líderes de la FSSPX (quienes habían solicitado tal medida), fue contestado, a veces muy duramente, por parte de algunos fieles, sobre todo por los del ala progresista extrema (más bien modernista). Y esta contestación se agravó cuando en noviembre de 2008 el obispo de la FSSPX Richard Williamson (residente en ese momento en la comunidad lefebvriana en Argentina) hizo declaraciones negacionistas del holocausto judío por parte de los nazis.
----------Sin duda, el papa Benedicto XVI no conocía estas declaraciones antes de levantar las excomuniones a los obispos lefebvrianos, pero el Santo Padre creyó oportuno escribir, el 10 de marzo de 2009, una carta para dar explicaciones sobre su decisión de revocar las excomuniones: "¿Acaso no debe la gran Iglesia permitirse ser también generosa, siendo consciente de la envergadura que posee; en la certeza de la promesa que le ha sido confiada? ¿No debemos como buenos educadores ser capaces también de dejar de fijarnos en diversas cosas no buenas y apresurarnos a salir fuera de las estrecheces? ¿Y acaso no debemos admitir que también en el ámbito eclesial se ha dado alguna salida de tono? A veces se tiene la impresión de que nuestra sociedad tenga necesidad de un grupo al menos con el cual no tener tolerancia alguna; contra el cual pueda tranquilamente arremeter con odio. Y si alguno intenta acercársele -en este caso el Papa- también él pierde el derecho a la tolerancia y puede también ser tratado con odio, sin temor ni reservas".
----------Las expectativas que había puesto Benedicto con su motu proprio Summorum Pontificum y con el levantamiento de las excomuniones, de ver recompuesto el cisma de la FSSPX, fueron defraudadas por las actitudes de los propios lefebvrianos en los coloquios que siguieron, llegándose a un estancamiento tal que la situación no evolucionaría durante todo su pontificado. De hecho continúa sin solución, pese a los gestos de magnanimidad hacia la FSSPX implementados por el papa Francisco, quien ha manifestado a través de sus representantes en la Congregación para la Doctrina de la Fe, la imposibilidad de continuar el "diálogo teológico" con representantes de la FSSPX. Al fin de cuentas, no se trata aquí de cuestiones teológicas, en las que se discutan meras opiniones, sino del Magisterio dogmático, el cual debe ser aceptado.
----------Como ya se ha mencionado anteriormente, debe tomarse nota de otra división interna a la FSSPX, la separación del obispo Richard Williamson, en marzo de 2015, quien consagró obispo al padre Jean-Michel Faure en el monasterio benedictino de la Santa Cruz en la diócesis brasileña de Nova Friburgo. La FSSPX, sin embargo, tomó en seguida distancia respecto de este nuevo acto cismático. Téngase en cuenta que el ahora obispo Faure había fundado en 2014 la Unión Sacerdotal Marcel Lefebvre (USML) en el convento dominicano de Avrillé (Francia), compuesta principalmente por sacerdotes franceses salidos de la FSSPX, a causa precisamente de su rechazo a los diálogos de la FSSPX con Roma.
----------En marzo del 2016, el obispo Williamson consagró obispo también el padre francés Thomas d’Aquin. Posteriormente también confirió el episcopado al padre Miguel Ferreira da Costa, monje benedictino de Le Barroux, y prior del Monasterio de la Santa Cruz en Brasil; poco después volvió a consagrar un nuevo obispo, el mexicano Gerardo Zendejas, antiguo miembro de la FSSPX. Naturalmente, por el mero hecho de haber llevado a cabo estas consagraciones episcopales sin mandato pontificio, el obispo Williamson así como todos los obispos que él consagró han quedado ipso facto excomulgados.
   
El benévolo acercamiento del papa Francisco hacia los cismáticos
   
----------Como se ha dicho, tras levantar las excomuniones infligidas a los cuatro obispos consagrados en 1988 por Lefebvre de manera ilícita, el mismo papa Benedicto XVI juzgó preciso aclarar en su carta apostólica Ecclesia Unitatem, que los problemas de carácter doctrinal desde luego quedaban aún sin solución y, mientras no se corrigiera de sus errores doctrinales, la FSSPX no tiene un estatuto canónico en la Iglesia y sus ministros no pueden ejercer de manera lícita ministerio alguno. Lo cual significa que la FSSPX sigue sin posición canónica dentro de la Iglesia Católica y que el cisma persiste, implicando ello la ilicitud de la celebración de los sacramentos por parte de los sacerdotes miembros de la FSSPX.
----------Por lo que se refiere a los sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sagrado celebrados por los obispos y sacerdotes lefebvrianos, no cabe duda que son sacramentos válidos, aunque ilicitos, mientras en los casos de la Confesión y del Matrimonio la validez resulta discutible: estos sacramentos requieren la potestad de jurisdicción, y no solamente la de orden, y por esta razón según algunos no son válidos, mientras que según otros sí lo son, equiparándolos al caso de los sacramentos celebrados por los ortodoxos orientales. La controversia en cierto modo fue resuelta por el papa Francisco en 2016, al declarar que por su personal decisión las confesiones administradas por los sacerdotes de la FSSPX son en adelante válidas y lícitas.
----------La participación en la Misa celebrada por un sacerdote de la FSSPX resulta ser lícita, para el fiel católico, sólo en el caso de extrema necesidad, como, por ejemplo, la falta de otra Misa dominical en la zona donde reside el fiel. De cualquier modo, hay que distinguir entre los que participan en Misas de la FSSPX de vez en cuando por el simple deseo de asistir a un rito celebrado con el Misal del 1962 y sin querer con ello adherirse a la actitud cismática (si bien, para esto, al menos teóricamente, no haría falta asistir a una Misa lefebvriana, puesto que también existen liturgias celebradas con el Misal del 1962 por parte de sacerdotes en plena comunión con la Iglesia católica) y los fieles que, en cambio, lo hacen compartiendo las posiciones de la FSSPX, ya que en la Nota explicativa del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos con fecha 24 de agosto 1996 se lee que una "adhesión formal al cisma" comportaría la excomunión establecida en el derecho universal de la Iglesia (según el Código de Derecho Canóni, c. 1354, §1), aún considerando lo que sigue.
----------En el caso de los otros feligreses no es suficiente, para que se pueda hablar de adhesión formal a los principios cismáticos de la FSSPX, la participación ocasional en actos litúrgicos o actividades del movimiento lefebvriano sin adoptar la postura de desviación doctrinal y disciplinar de dicho movimiento. En la práctica pastoral puede resultar más difícil juzgar su situación. Hay que tener en cuenta sobre todo la intención particular del fiel y de como esta intención se traduce en acciones exteriores. Cada situación ha de ser juzgada, según el caso, por las sedes competentes de foro externo y de foro interno.
----------Por lo tanto, debe decirse que claramente incurren en acto formal de cisma aquellos fieles que se adhieren al movimiento lefebvriano con plena conciencia de la situación cismática de tal movimiento y con plena voluntad individual; si bien parece que debemos distinguir entre la situación de la FSSPX y del movimiento como tales y la situación de sus miembros, ya que no todos los miembros de la FSSPX y del movimiento serían propiamente cismáticos al menos según el parecer expresado en 2009 por el difunto cardenal Dario Castrillón Hoyos [1929-2018], quien fuera presidente de la comisión Ecclesia Dei: "Cuando digo esto no me refiero a los obispos que fueron ordenados sin el permiso del Papa, que era una violación de las normas canónicas, y por lo tanto ameritaba la excomunión. Pero a pesar de lo que dicen, los tradicionalistas y lefebvrianos no son cismáticos. Me refiero a los cientos de fieles tradicionalistas, amantes de la Iglesia tradicional, ligados a esa Iglesia tradicional y que en la doctrina se encuentran en plena comunión. Es por eso que afirmo que no se puede definir a todos los lefebvrianos como cismáticos, es un error de generalización".
----------Monseñor Camille Perl, quien fuera en su momento secretario de la comisión Ecclesia Dei, expresó3, en respuesta a una carta enviada por un fiel que le preguntó si es posible cumplir el precepto dominical asistiendo a una Misa celebrada por un presbítero de la FSSPX, respondió en 2003 que: "...no podemos recomendar a usted de asistir a tal Misa, y ya hemos explicado porqué. Si, asistiendo a esta Misa, su principal razón fuera el manifestar su deseo de separación de la comunión con el Romano Pontifice y con aquellos que están en comunión con el, se trataría de un pecado. Si su intención consiste simplemente en el participar en una Misa celebrada con el Misal de 1962, no se trata de un pecado". 
----------En definitiva, tanto en el caso de la arriba citada declaración del cardenal Darío Castrillón Hoyos como en esta respuesta de mons. Camille Perl, se advierte la necesidad de hacer siempre la distinción que yo también he procurado hacer desde el inicio de este artículo (véase el inicio de la primera parte del artículo, publicada ayer): hay cismas y hay cismáticos, hay herejías y hay herejes. El cisma y la herejía son objetivamente identificables con relativa facilidad, no así los cismáticos y los herejes.
----------El mismo mons. Perl, en diciembre de 2005, declaró que: "Sobre el argumento expuesto (que usted asista regularmente a la Misa del domingo en una capilla de la FSSPX) se puede decir solamente esto: los fieles que asisten a las Misas de dicha Fraternidad no son excomulgados, y tampoco lo son los presbíteros que celebran, que en cambio están suspendidos. Esto porqué sería dificil explicar esta exclusión solo por este motivo, considerando que se intenta reintegrar esta Fraternidad en comunión con la Iglesia".
----------En octubre de 2014, el obispo de la diócesis de Albano Laziale (localidad donde tiene sede el principal priorato de la FSSPX en Italia), mons. Marcello Semeraro (quien actualmente es importante colaborador del papa Francisco, como cardenal Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos) promulgó para su diócesis un documento en el que afirmaba que "cualquier fiel católico que pida y reciba Sacramentos en la Fraternidad San Pío X se pondrá en condición de no estar en comunión con la Iglesia Católica". Una declaración asombrosamente dura (similar a otras que se produjeron en otras diócesis, incluso en diócesis argentinas) y que parece contrastar con las declaraciones que establecen que no se puede hablar simplemente de cisma por parte del fiel que pide los sacramentos en la FSSPX prescindiendo de sus intenciones.
----------Es útil añadir, que el 1° de septiembre de 2015 el papa Francisco, en la carta con la cual concedió la indulgencia en el Año Santo extraordinario, declaró: "Una última consideración se dirige a los fieles que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X. Este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie. Desde diversos lugares, algunos hermanos obispos me han hablado de su buena fe y práctica sacramental, unida, sin embargo, a la dificultad de vivir una condición pastoralmente difícil. Confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad. Al mismo tiempo, movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados".
   
¿Recomponer el cisma lefebvriano sin corregir sus herejías?
   
----------En abril de 2016 se produjo en el Vaticano una entrevista informal, pero constructiva según lo que fue revelado a la prensa, entre el papa Francisco y el obispo lefebvriano Bernard Fellay, por entonces superior general de la FSSPX. Y a fines del mismo mes de abril de 2016, se divulgó en los medios de comunicación la version de una posible oferta de la figura canónica de la prelatura personal para la FSSPX ¡sin pedirle la aceptación de los documentos del Concilio Vaticano II! decían tales versiones periodísticas.
----------Por cierto, desde hace ya mucho tiempo a nadie le causa ningún asombro que frente a los medios de comunicación seamos testigos de los rumores y las versiones más inverosímiles y alocadas, incluso más allá del simple buen sentido común. La mencionada versión de que pueda solucionarse el actual cisma lefebvriano permitiéndole a la FSSPX mantener su actual obstinado rechazo al novus ordo Missae, al magisterio del Concilio Vaticano II y al magisterio de los Papas del postconcilio, es una de esas alocadas versiones.
----------Decir que tal rumor sea sorprendente, es decir más bien poco, porque todos los Papas anteriores al papa Francisco, desde san Paulo VI hasta Benedicto XVI, señalaron como condición necesaria para la reconciliación la previa aceptación de las doctrinas del Concilio Vaticano II por parte de la FSSPX. Pensar algo distinto es imposible. Recordemos que el papa Benedicto llegó hasta retirar las excomuniones, pero las negociaciones se encallaron en el nudo del rechazo lefebvriano a las doctrinas del Vaticano II.
----------En los primeros años del pontificado de Francisco, puede decirse que la posición vaticana ha sido muy benévola hacia los lefebvrianos, estableciendo la licitud de sus confesiones sin exigir nada a cambio e, incluso, circuló, como hemos dicho, el rumor de que se les concedería la erección de una prelatura personal parecida a la que actualmente tiene el Opus Dei. Pero es inconcebible tal concesión sin que la Santa Sede pretendiera a la vez una adhesión formal íntegra a todas las enseñanzas doctrinales (no a las pastorales) del Concilio Vaticano II. También podríamos enumerar en este punto, que el Vaticano autorizó una gran peregrinación al santuario de Lourdes organizado por la FSSPX y que la Congregación para la Doctrina de la Fe nombró al obispo Fellay juez en primera instancia de los casos graves conectados con presbíteros lefebvrianos. Pero nada de esto implica que en absoluto haya cambiado el estado de la FSSPX de no-plena comunión con la Iglesia, vale decir, estado formal de cisma, como siempre desde 1988 ha declarado Roma.
----------No obstante, el 29 de junio de 2016 Mons. Bernard Fellay escribió un comunicado en el cual declaró que: "la Fraternidad San Pío X, en el actual estado de grave necesidad que le concede el derecho y el deber de proporcionar los auxilios espirituales a las almas que recurren a ella, no busca ante todo un reconocimiento canónico, al que tiene derecho por ser una obra católica. Lo único que desea es llevar fielmente la luz de la Tradición bimilenaria que señala el único camino que debe seguirse en esta época de tinieblas, en la que el culto del hombre reemplaza el culto de Dios, tanto en la sociedad como en la Iglesia".
----------Frente a esta declaración hecha por la que en ese momento era la máxima autoridad de la FSSPX, huelga decir que el futuro de las relaciones entre Roma y la FSSPX está marcado, más que por la incertidumbre, más bien por negativos pronósticos. Lo que Fellay pidió a Benedicto XVI en las últimas negociaciones durante el pontificado del Papa Ratzinger, o sea de obtener un estatuto canonico en la Iglesia sin tener que aceptar las nuevas doctrinas del Concilio Vaticano II, pareció a algunos ilusos soñadores que podría hacerse una realidad bajo el pontificado de Francisco. Sea como sea la entidad de tales fantasías, en todo caso los hechos indican que la respuesta de la FSSPX ha sido simplemente la de un rechazo total de cualquier acuerdo con la Santa Sede. Por esta razón, el camino hacia la recomposición de la fractura cismática producida en 1988 por Lefebvre sigue presentando un horizonte complejo, incierto o más bien negativo.
----------Pero, a pesar de esto y como arriba se ha mencionado, en la carta apostólica Misericordia et misera del 20 noviembre de 2016, el papa Francisco ha declarado que: "en el Año del Jubileo había concedido a los fieles, que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, la posibilidad de recibir válida y lícitamente la absolución sacramental de sus pecados. Por el bien pastoral de estos fieles, y confiando en la buena voluntad de sus sacerdotes, para que se pueda recuperar con la ayuda de Dios la plena comunión con la Iglesia Católica, establezco por decisión personal que esta facultad se extienda más allá del período jubilar, hasta nueva disposición, de modo que a nadie le falte el signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia".
----------Creo que es útil recordar aquella decisión de hace seis años del papa Francisco, para conocer quizás el núcleo de su actitud hacia los lefebvrianos. Se trata de una declaración que deja abierta la posibilidad de una plena reconciliación de los actualmente cismáticos y que, por otro lado, ofrece indirectamente una posibilidad de legitimación o al menos de comprensión a las posiciones más moderadas dentro de la FSSPX.

9 comentarios:

  1. Hay una analogía que puede hacerse para entender el dinamismo de esta situación. Todos los expertos coinciden en que hasta que no pase una gran cantidad de años no habrá posibilidad de recuperar las Islas Malvinas. Hay todavía gente que vivió la guerra habitando en esas islas, que tal vez perdió un ser querido, y no se le puede decir: "saben qué? En realidad son argentinas".
    Con respecto al CVII todavía hay vivos protagonistas de ese evento. Están los hiperprogresistas que quien llevarlo adelante hasta sus últimas consecuencias y están los que "salvaron la ortodoxia" a pesar las las propuestas loquísimas que se daban en el aula conciliar. Eso por un lado. Y por el otro, están todavía las primeras generaciones de la FSSPX.
    Hasta que muera el último "protagonista" del CVII no va a poder darse el status canónico de la FSSPX. Hay demasiada vivencia para renunciar a ella. De las dos partes.

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    1. Estimado Anónimo,
      tal supuesta por usted "analogía" en realidad no puede hacerse. Le menciono al menos dos razones:
      En primer lugar, una razón epistemológica. Usted aplica una hipotesis histórica (no importa todo lo fantasiosa que sea) y la quiere aplicar a la Iglesia, como si la Iglesia fuera un territorio como las Fakland o Malvinas que un buen día pudieran contingentemente estar en manos de los españoles, otro día en manos de los argentinos y otro día en manos de los ingleses, y otro día en manos norteamericanas, que son meras situaciones históricas, es decir todas contingentes y absolutamente posibles. Usted se ubica en el plano histórico (y además, fantaseando hipótesis) y hace un salto indebido al plano de la fe. Uno es el plano histórico, y otro es el plano de la divina Revelación: la Iglesia no es un territorio en el Atlántico sur, sino que es la comunidad de creyentes que tienen fe en Jesucristo y en su divina Revelación.
      En segundo lugar, una razón dogmática. Su analogía supone, o bien el relativismo del dogma (modernismo) o bien su opuesto, la falsa concepción de una tradición dogmática fija, arbitrariamente clausurada en el tiempo (pasadismo). En este punto, en realidad, modernismo y pasadismo son congruentes y concuerdan. El Concilio Vaticano II es un estadio más reciente de una única tradición dogmática que ha venido explicitando cada vez mejor en el curso de la historia la divina Revelación cerrada con la muerte del último apóstol, a través de la infalible enseñanza del Magisterio de la Iglesia desde san Pedro hasta el Papa actual. Paradójicamente, las dos posturas heréticas del modernismo y del pasadismo consideran irrelevante el Concilio Vaticano II. Lo mismo que usted, sea que usted se ubique en una u otra postura. Rechazar las enseñanzas doctrinales del Concilio Vaticano II como las enseñanzas doctrinales de los papas del postconcilio, son errores contra la fe, herejías.
      En definitiva, aunque pasen siglos todavía, la Iglesia nunca podrá aceptar en su seno en plena comunión ni a los protestantes en sus múltiples sectas, ni a los ortodoxos orientales, ni a la FSSPX, ni a ninguna de las comunidades cristianas no-católicas, mientras ellas no se conviertan y rechacen las herejías (errores contra la fe) en las que han incurrido.
      Se trata de una cuestión de fe, no de una cuestión histórica.

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  2. Su respuesta es la prueba: cuando mueran los que -como usted- están obsesionados por el CVII va a ser todo mucho más fácil.
    En unos años nadie se va a acordar de quienes fueron JXXIII, PVI y JPII. Todos canonizados y todos para el olvido en una lista de 264 papas.
    Va a pasar la moda y listo.

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    1. Estimado desconocido,
      Dios y su divina gracia me libren de ninguna obsesión, que no sea la de servirLo sirviéndolo en mis prójimos.

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  3. Una excelente explicación de los sucesos entre los lefes y la Santa Sede aquí [...] Muy parecido a lo que fr Fileón dice en este escrito: [...]

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    1. Estimado desconocido,
      ya veré de qué tratan los enlaces.
      Gracias.

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    2. Estimado desconocido,
      respecto al primer enlace por usted indicado, ya conocía la reciente entrevista realizada al obispo Fellay, y publicada en enero pasado (de hecho cito algo de ella en mi artículo). Es probable que me refiera a esa entrevista en algún próximo artículo.
      Respecto al segundo enlace, por usted indicado, laudatorio de la FSSPX, no ha sido escrito por mi mano, como otros artículos que han circulado en la red, incluso en este y en otro blog anterior a este. Fueron escritos por otra persona. Mis habituales lectores ya conocen esto, y lo he explicado debidamente. Afortunadamente, la persona que utilizó mi nombre para tales textos, ya se ha corregido de los errores de los cuales se hacía eco.

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  4. No existe ningún cisma. La Fraternidad Sacerdotal San Pío X está formada por obispos y sacerdotes que forman parte de la Iglesia católica, apostólica y romana, y los fieles que asistimos a sus Misas somos católicos, apostólicos romanos. Monseñor Marcel Lefebvre no ha formado ninguna iglesia separada de Roma. Además, no existe ninguna declaración de la Santa Sede que indique que la FSSPX sea una comunidad cismática; todo lo contrario indican muchas expresiones y gestos del papa Francisco incluído.

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    1. Estimado Anónimo,
      el que los lefebvrianos sean cismáticos, es bien sabido por todos, desde el momento en que mons. Lefebvre ordenó a cuatro obispos sin el permiso de Roma, en 1988.
      Pero si queremos ser exactos, sería necesario decir que, además de cismáticos, también son herejes, porque Lefebvre cayó al menos en dos herejías fundamentales: rechazaba las doctrinas del Concilio Vaticano II y juzgaba el novus ordo de ser semiluterano. Ahora bien, las doctrinas del Concilio son infalibles, por lo cual acusar a un Concilio de herejía quiere decir, a su vez, caer en la herejía. Por consiguiente, Lefebvre no sólo se convirtió en cismático a partir de 1988, sino que también cayó en herejía, sin desdecirse que yo sepa de sus errores contra la fe hasta el final de sus días.

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