El Santo Padre ha enviado el día 24 de mayo una Carta al Maestro General de la Orden de Predicadores, Fr Gerard Francisco Timoner, en ocasión del VIII centenario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán. Considero útil hacer algunas consideraciones sobre este documento, pues el texto incluye no pocos puntos que son de interés no sólo para los Dominicos, sino también para toda la Iglesia universal.
----------Con motivo de las celebraciones en torno al VIII centenario de la Fundación de la Orden de los Frailes Predicadores, el papa Francisco ha enviado al Maestro General de la Orden, Fr Gerard Francisco Timoner una Carta que seguramente ha llevado a todos los Dominicos esparcidos por el mundo, alegría, consuelo y aliento en el cumplimiento de su misión de anunciadores del Evangelio en pro de la salvación de las almas.
----------En efecto, como lo había querido el Santo Fundador, Domingo de Guzmán [1170-1221], la razón de la existencia de la Orden de Frailes Predicadores, ha sido y sigue siendo la de ayudar al Papa en el cumplimiento de su oficio de Vicario de Cristo, de Sucesor de Pedro, de Maestro de la Fe y de Pastor universal de la Iglesia. Y fue el propio papa Honorio III [1216-1227], en una bula del año 1216, quien definió a los hermanos dominicos como "pugiles fidei et vera mundi lumina".
----------Sin embargo, el papa Francisco, en su Carta, no se refiere a este aspecto combativo, que queda sobreentendido, sino que prefiere subrayar la actitud de santo Domingo hacia la misericordia, o sea el aspecto terapéutico de la acción dominicana, por lo cual el fraile dominico, siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo, que no ha venido para los sanos, sino para los enfermos, está capacitado para curar sobre todo las enfermedades del espíritu con particular referencia al conocimiento de la verdad de fe.
----------Por eso, el lema dominicano es, como bien se sabe, Veritas. En tal sentido, una tarea particularmente cualificada del sacerdote dominico es el ministerio de la penitencia, por el cual se dedica a la cura de las almas infectadas por el pecado y les restituye la vida del espíritu.
----------Precisamente por ello, en el normal desarrollo de la formación dominicana esta previsto un especial conocimiento del magisterio y de la doctrina de la Iglesia y de su arte médico, en particular un especial empeño en sostener, interpretar, explicar, difundir y defender las enseñanzas del Romano Pontífice y sus directrices en la guía de la Iglesia hacia el Reino de Dios.
----------Siendo así las cosas, la característica predicación de los frailes dominicos es el fruto de una larga preparación de estudio de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición en la interpretación del Magisterio de la Iglesia, en un trabajo asiduo y metódico de actualización y de renovación, para dar respuesta a las nuevas y diversas necesidades de las almas, y por una profundización continua de la Palabra de Dios.
----------En diversas ocasiones, el papa Francisco ha subrayado repetidamente cuál es la característica misericordia dominicana. Sin descuidar la atención a las miserias del cuerpo, ella se vuelve preferencialmente a curar los males del espíritu. Si por una parte el dominico se inclina a socorrer a los pobres y a aliviar las penas de los que sufren, por otra parte es un guía hacia la sabiduría elevando el alma de los oyentes desde el apego a este mundo hacia el amor por las cosas celestiales, desde la agitación terrena al deseo de la divina contemplación, desde una mirada mezquina que ve sólo sus propios intereses hacia una mirada generosamente amplia, que hace suyas las necesidades de la Iglesia y los intereses del Reino de Dios. Dice el Papa: "La gran vocación de Domingo era predicar el Evangelio del amor misericordioso de Dios en toda su verdad salvadora y su poder redentor... Su testimonio de la misericordia de Cristo y su deseo de llevar el bálsamo que cura a los que vivían en la pobreza material y espiritual inspirarían más tarde la fundación de vuestra Orden y darían forma a la vida y al apostolado de innumerables dominicos en diferentes tiempos y lugares".
----------El papa Francisco ha recordado acertada y oportunamente cómo una tradicional especialidad de la predicación dominicana es la de poner la razón en relación con la fe y de saber guiar a los hombres mediante el recto uso de la razón para acoger la luz sobrenatural de la fe. A tal respecto, el Papa ha recordado la ineludible relación de la filosofía con la teología. En efecto, es obvio que al cultivo de la razón corresponde la filosofía y al cultivo de la fe corresponde la teología.
----------Dice el Romano Pontífice en su Carta al Maestro General: "En el jubileo del nacimiento de santo Domingo a la vida eterna, quiero expresar de manera especial mi gratitud a los Frailes Predicadores por su extraordinaria contribución a la predicación del Evangelio a través de su exploración teológica de los misterios de la fe. Al enviar a los primeros frailes a las nacientes universidades de Europa, Domingo reconoció la importancia vital de dar a los futuros predicadores una sólida y sana formación teológica basada en la Sagrada Escritura, respetuosa con las cuestiones planteadas por la razón y preparada para entablar un diálogo disciplinado y respetuoso al servicio de la revelación de Dios en Cristo".
----------"El apostolado intelectual de la Orden, sus numerosas escuelas e institutos de estudios superiores, su cultivo de las ciencias sagradas y su presencia en el mundo de la cultura han estimulado el encuentro entre la fe y la razón, alimentado la vitalidad de la fe cristiana y promovido la misión de la Iglesia de atraer las mentes y los corazones hacia Cristo. También en este sentido no puedo sino renovar mi gratitud por la historia de la Orden de servicio a la Sede Apostólica, que se remonta al propio Domingo". En base a estas observaciones, el Papa hace comprender a los Dominicos que a ellos se les ofrece un inmenso campo de acción en todo el mundo. Y por eso él ha insistido tanto sobre la evangelización y sobre la misión, por lo cual los Dominicos deben estar siempre prontos y dispuestos a dar la vida hasta el martirio.
----------Sin embargo, hay un punto particular sobre el cual el papa Francisco ha insistido, incluso con su ejemplo de predicador, y es que, dado el hecho de que hoy la humanidad está perdida y desorientada en el mismo plano de los fundamentos metafísicos y teológicos de los universales y no negociables derechos y deberes del hombre, acerca del valor mismo absoluto de la verdad, de la razón, de la moral, de la ley natural, de la fraternidad, de la igualdad y libertad humanas, de la justicia y de la paz entre los pueblos, en la variedad y en el respeto de las diferentes culturas, es necesario insistir sobre todo respecto de aquella humanidad que no tiene la gracia de creer en Cristo, en el proponer incansablemente los citados valores humanos que son el presupuesto y la introducción a la posesión de la fe y a la práctica de la vida cristiana.
----------Dice el Santo Padre: "El mensaje evangélico de nuestra inalienable dignidad humana como hijos de Dios y miembros de la única familia humana reta hoy a la Iglesia a reforzar los vínculos de amistad social, a superar las estructuras económicas y políticas injustas y a trabajar por el desarrollo integral de cada persona y pueblo. Fieles a la voluntad del Señor e inspirados por el Espíritu Santo, los seguidores de Cristo están llamados a cooperar en todos los esfuerzos para 'parir un mundo nuevo, donde todos seamos hermanos, donde haya lugar para cada descartado de nuestras sociedades, donde resplandezcan la justicia y la paz' (Fratelli tutti, n.278). Ojalá la Orden de Predicadores, hoy como entonces, esté en la vanguardia de un anuncio renovado del Evangelio, capaz de hablar al corazón de los hombres y mujeres de nuestro tiempo y de despertar en ellos la sed de la llegada del reino de santidad, justicia y paz de Cristo".
----------Pero el Papa también les hace comprender a los Dominicos que una de sus tareas más urgentes e importantes, siguiendo el ejemplo de santa Catalina de Siena, es que, dentro de la Iglesia, ser faros de fe, fautores y promotores de reconciliación, de concordia y de paz, aunque en el legítimo pluralismo y en la auténtica sinodalidad, entre los opuestos extremismos, conduciendo a todos los hermanos a la comunión con el Romano Pontífice, de modo tal que puedan ellos, todos, en cuanto frailes predicadores, unidos en la única fe, ser en el mundo auténticos y creíbles testigos de Cristo.
----------Puede sorprender el hecho de que el Papa, en medio del recuerdo de tantos Santos de la Orden de Predicadores, no haya recordado a santo Tomás de Aquino, el Doctor Común de la Iglesia, siempre recomendado por los Papas y por el mismo Concilio Vaticano II. Si de hecho la Familia dominicana, en su maravillosa riqueza y variedad de vocaciones y de carismas, aparece como una reproducción en pequeño de la complejidad de la Iglesia misma, no hay duda de que Tomás es, entre todos los Santos que Dios ha donado a la Familia Dominicana, aquel que mayormente caracteriza la especificidad del carisma dominicano, a fin de que la Orden le hiciera don para la Iglesia, la cual ha utilizado la alta sabiduría filosófica y metafísica del Aquinate para la definición de algunos dogmas, como aquel del alma humana forma sustancial del cuerpo en el Concilio de Viennes de 1312, o el de la Persona divina como Relación subsistente en el Concilio de Florencia de 1442, o el de la inmortalidad del alma en el Concilio Lateranense V de 1513, o el de la transubstanciación eucarística y de la Redención en el Concilio de Trento, y finalmente el de la definición de la naturaleza divina y de los atributos divinos, y de la relación entre razón y fe en el Concilio Vaticano I de 1870.
----------No hace falta citar aquí referencias para comprender cuál ha sido y será la reacción de los lefebvrianos y de los modernistas, según un recurrente guión de ambos sectores extremistas, guión que ya llevan usando durante los ocho años del actual pontificado, ante este silencio del Papa sobre santo Tomás de Aquino. Los lefebvrianos, clamando por el escándalo y la traición de la tradición de ocho siglos de recomendaciones pontificias de santo Tomás precisamente en una Carta pontificia a los Dominicos, en la cual en cambio el Papa, más que nunca, según ellos, debería haber recomendado el discipulado tomista.
----------Los modernistas, por su parte, exultantes ante la idea de que el Papa finalmente haya puesto fin a una tradición superada y caduca, y haya terminado definitivamente con la teología escolástica, dando espacio a la sustitución de Santo Tomás por Rahner como modelo de teólogo.
----------Ahora bien, digamos claramente que, una vez más como en tantas otras ocasiones, ni los unos ni los otros han entendido las intenciones y la sabiduría del gesto del Romano Pontífice. El Papa no ha citado a santo Tomás de Aquino por el simple motivo de que no lo ha considerado necesario, precisamente por la clara e indiscutible autoridad oficial, de la cual Tomás de Aquino todavía disfruta en la Iglesia.
----------Por lo demás, citando, como ha citado, a la ilustre escuela teológica de Salamanca, donde reina santo Tomás, citando al gran y famoso fundador del derecho internacional Francisco De Vitoria, así como a los valientes defensores de los Indios, Antonio de Montesinos y Bartolomé De Las Casas, quienes precisamente aplicaron los principios de De Vitoria, ¿qué otra cosa ha hecho el Papa sino recomendar indirectamente la doctrina tomista del derecho y de la ley naturales enseñada por el Aquinate, en la que se basaba precisamente De Vitoria? "La unidad de la verdad y la caridad encontró quizás su máxima expresión en la escuela dominicana de Salamanca, y en particular en la obra de Fray Francisco de Vitoria, que propuso un marco de derecho internacional enraizado en los derechos humanos universales. Esto, a su vez, proporcionó la base filosófica y teológica para el compromiso heroico de los frailes Antonio Montesinos y Bartolomé de Las Casas en América, y Domingo de Salazar en Asia, para defender la dignidad y los derechos de los pueblos nativos".
----------Y cuando el Pontífice recuerda la importancia para el Dominico del compromiso en el diálogo ecuménico e interreligioso, ¿qué principios teóricos supone, si no los de santo Tomás, quien, antecediendo en siete siglos al Concilio Vaticano II, en una cristiandad en lucha armada contra el Islam y aún ignorando la futura herejía protestante, ya aclaraba cómo el diálogo con los herejes debe basarse en la Escritura, aceptada por nosotros y por ellos, mientras que el diálogo con los no cristianos, como por ejemplo con los musulmanes, debe estar basado sobre la razón natural (he aquí el tema de la fraternidad), que nos pertenece a nosotros y a ellos y, por tanto, sobre la religión natural, por la cual el Islam y el cristianismo son dos religiones monoteístas?
----------Debemos reconocer que es cierto que en la actualidad el tomismo es atacado más que nunca por falsas filosofías y por numerosas herejías, o bien se intenta adecuar el tomismo al modernismo imperante mezclando el pensamiento de Tomás de Aquino con el de autores dañinos y engañosos, y por lo tanto indudablemente el tomismo tiene necesidad de ser sostenido y liberado de sus contaminaciones.
----------Sin embargo, hay que tener bien en claro que el tomismo debe ser conservado y debe hacérselo progresar, no ya en el estilo preconciliar de los lefebvrianos, porque ese tomismo, cerrado como está a los valores de la modernidad, es contraproducente y aumenta los conflictos. Es necesario, por el contrario, conservar y desarrollar aquel tomismo abierto que no por esto cede a los errores de la modernidad, un tomismo que fue realizado incluso antes del Concilio por un Maritain o por un Congar y que es promovido por el Concilio y por las Constituciones dominicas de 1968, así como propuesto por los Papas del postconcilio.
----------Por otro lado, lo que es necesario evitar absolutamente es la disolución del tomismo en la licuefacción naturalista y empirista pseudomística de Schillebeeckx, que estuvo en el origen del infame Catecismo Holandés, que san Pablo VI tuvo que hacer corregir por una comisión de Cardenales.
----------Pero el Papa no entra en esta compleja problemática de la renovación del tomismo, que involucra a filósofos y teólogos, pero no ha dejado de denunciar repetidamente los más graves errores filosóficos y teológicos de nuestro tiempo en nombre del realismo gnoseológico y de la metafísica tomista: el gnosticismo, el pelagianismo, el idealismo, el relativismo moral, el subjetivismo, el individualismo.
----------En fin, los dominicos deben estar francamente agradecidos al Papa, que una vez más los confirma y los alienta en su misión y les indica el camino para una fructuosa puesta en obra de su propio carisma según las exigencias de nuestro tiempo y del avance de la Iglesia hacia la conquista del reino de Dios.
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