----------La charla de este domingo se desarrolló exclusivamente sobre un solo tema: las acusaciones de herejía a dos Papas, ambos primos: Honorio I y Francisco, también I. Por supuesto, falsas acusaciones de herejía, porque todo católico cabal sabe que acusar de herejía a un Papa es en sí mismo cabal herejía.
----------Curiosamente, nunca me había tocado hablar de papa Honorio I [625-638], pontífice número 70° de la Iglesia. El asunto lo sacó Paolo a raíz de algunos comentarios deschavetados en el blog, que yo no publiqué durante su ausencia, y que criticaban afirmaciones mías, coincidiendo dos de esos comentarios en citar el caso del papa Honorio I como ejemplo histórico de la imposible figura de un Papa hereje. En realidad, ese par de críticas en el foro (que se hubieran publicado si venían educadas y respetuosas) vinieron a cuento de lo que yo escribí acerca del profesor Roberto de Mattei, en el sentido de ser lamentable su actitud, mantenida durante años, que sin acusar formalmente al papa Francisco de herejía, se esfuerza por demostrar la posibilidad de un Papa hereje con ejemplos históricos, que en realidad no logran sostenerse.
----------Precisamente, uno de esos ejemplos históricos que De Mattei cita es el caso del papa Honorio, sobre el que dedicó una nota en su agencia de noticias Corrispondenza Romana allá por fines del 2015, en los meses inmediatamente previos a la exhortación apostólica Amoris laetitia. La nota fue vertida a varios idiomas y publicada en diversos sitios lefebvrianos y filo-lefebvrianos que seguramente los lectores conocen (y si no los conocen, mejor). Por ese tiempo también fue mons. Athanasius Schneider el que elaboró un ensayo histórico-teológico sobre la hipótesis del papa herético, y cita también el ejemplo de Honorio. Ambos, De Mattei y Schneider, se equivocan con similares argumentos. Incluso por la misma época Schneider y el cardenal Raymond Burke dieron una conferencia conjunta acerca de los errores que ellos le achacan al papa Francisco, y allí Burke también se acerca a la misma falsa posición, aunque no del todo.
----------Por mi parte, no voy a entrar aquí en detalles históricos, ni tampoco en una crítica puntual a los errores de De Mattei y Schneider. El domingo, con Paolo, repasamos las fuentes históricas, y los argumentos que ellos manejan. Pero aquí, lo único que haré será resumir en tres breves puntos las conclusiones que le transmití a mi sobrino al final de la charla, que espero también les sirvan a mis lectores, para el caso que quieran iniciar por su cuenta una investigación sobre este tema histórico y teológico.
----------1°) El caso del papa Honorio ha vuelto estos años a la discusión pública precisamente porque algunos (De Mattei, Schneider, etc.), como dije, para dar plausibilidad a la acusación de herejía hecha al papa Francisco, afirman que en la historia ya se han verificado casos de Papas heréticos, y citan sobre todo el caso del papa Honorio, cuyo pontificado se extendió desde el 625 al 638. Ahora bien, es cierto que este Papa, en el año 633 pareció ceder, bajo la presión del Emperador, al monotelismo ("unum operatorem Jesum Christum", Denz. 488), herejía que confundía en Cristo la voluntad humana con la divina; pero el papa Juan IV ya lo exoneró con una interpretación benévola (Denz. 496-498).
----------2°) Es cierto que el papa Honorio I resultó condenado en el 681 por el III Concilio Constantinopolitano (Denz. 550-552). Pero la compleja, prolongada, sumamente debatida y muy dolorosa disputa, fue definitivamente cerrada por el papa san León II en el 682, quien no acusó a Honorio de haber sido un hereje, sino de no haber extinguido la incipiente llama de la herejía, por lo cual con su negligencia, la alimentó ("incipientem flammam haeresis negligendo confovit", Denz. 560).
----------3°) Finalmente, debemos ser lo suficientemente honestos y leales en reconocer que una cosa es ser hereje y otra cosa bien distinta es favorecer la herejía con una pastoral negligente. Lo primero es un pecado o ceguera de la inteligencia, que no puede afectar al Papa en su rol docente; lo segundo es una injusticia pastoral, que en cambio el Papa puede cometer, porque aquí el Papa no es impecable. De modo que, en todo caso, el papa Francisco podría ser acusado de negligencia, lo mismo que su lejano antecesor, Honorio.
existe un libro sobre el tema. "un Papa excomulgado, por su negligencia en combatir la herejía. Honorio I°", y hay una edición más o menos nueva (creo que del 2017).
ResponderEliminarEs interesante este caso, así como el de Juan XXII. Ambos enseñaron de diverso modo errores teológicos (monotelismo y escatología intermedia) y ambos fueron enfrentados por diversos personajes. No sé si llamarlos herejes, porque la herejía implica pertinacia. Luego Juan XXII dijo que era una opinión privada. Pero lo cierto es que habló de ese tema en unos sermones de Navidad. No en una rueda de mate con 3 cardenales.
ResponderEliminarLo que no hicieron ninguno de los dos fue proponer y definir esos errores para ser creídos por la Iglesia.
Estimado anónimo de las 14:42: Debiera corregir los términos de su última proposición. En la hipótesis -y tan solamente en la hipótesis- de un papa herético (el cual jamás ha existido ni existirá en la Iglesia) no haría falta proponer y definir errores para caer en herejía, sino tan sólo enseñarlos a la Iglesia públicamente como verdades evangélicas tradicionales o dogmáticas, según lo que indica la Nota doctrinal ilustrativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe a la Carta Apostólica Ad tuendam fidem de san Juan Pablo II, del 18 de mayo de 1998.
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