jueves, 17 de septiembre de 2020

Antonio Spadaro y su exégesis sobre el actual pontificado

En mi nota de ayer hice referencia al padre Antonio Spadaro. El sacerdote jesuita, director de La Civiltà Cattolica, publica en el número de septiembre de la afamada revista, un artículo titulado Il governo di Francesco: È ancora attiva la spinta propulsiva del pontificato? Como decía ayer, este artículo es un buen ejemplo del modo como los modernistas evalúan estos siete años de gobierno del papa Francisco. El padre Spadaro intenta responder a la pregunta de si en el gobierno de Francisco sigue o no todavía activo el impulso propulsivo de su pontificado. No será difícil a los lectores advertir que la cuestión está mal planteada, de modo grosero y absolutamente inadecuado a la manera como es necesario interrogarse de manera honesta y respetuosa acerca de la delicadísima cuestión de la obra de un Romano Pontífice.
   
----------Las consideraciones generales que hice ayer acerca del modo como los analistas de tendencias cripto-modernistas evalúan el pontificado de Francisco, se aplican plenamente a este artículo del padre Spadaro. Pero ahora, para excusarme de antemano de algún eventual reproche de estar criticando de modo general, tras la evaluación global de ayer, me detendré en algunos puntos del artículo.
----------1°) Hablando de la reforma liderada por el Papa, Spadaro se refiere a "estructuras", que deberían cambiar. Dice así: "La reforma es un proceso verdaderamente espiritual, que cambia -ora lentamente, ora rápidamente- incluso las formas, aquellas que llamamos 'estructuras' ". Spadaro introduce también una cita con palabras del Papa: "La mirada mundana ve estructuras para hacerlas más eficientes; la mirada espiritual ve hermanos y hermanas suplicando misericordia".
----------Tal como indiqué ayer, el progresismo católico influenciado por las enseñanzas rahnerianas, tiene sumo cuidado en no aclarar nunca con precisión los términos que se emplean. ¿Qué quiere decir Spadaro con "estructuras"? Podríamos nosotros preguntarnos: ¿Acaso no constituyen las estructuras de la Iglesia su sustancia o esencia inmutable? Spadaro identifica las "estructuras de la Iglesia" con las "formas". Ahora bien, esforzándonos por comprenderlo: ¿Intenta Spadaro distinguir las "estructuras" de la "sustancia" o esencia de la Iglesia? No nos hagamos ilusiones: por más que busquemos en su texto y nos esforcemos en tratar de comprenderlo, la conclusión es: Spadaro no lo explica. Pero a nosotros nos queda entonces planteada una grave cuestión: si las estructuras también cambian, ¿qué es lo que no cambia? Pues bien, contra todo lo que se podría esperar de un autor católico, Spadaro no habla de nada inmutable que debería permanecer en este proceso de reforma que según él ha iniciado Francisco en su pontificado.
----------Ahora bien, si las estructuras de la Iglesia son, como por ejemplo señala el padre Yves Congar [1904-1995] en su famoso libro Verdaderas y falsas reformas de la Iglesia, los sacramentos, la doctrina y el poder de las llaves, ¿por qué razón fortalecer las estructuras sería una visión mundana? ¿Acaso no son las estructuras de la Iglesia los caminos al cielo instituidos por Cristo? Sin duda, aquí el discurso del papa Francisco (en la cita que trae a colación el padre Spadaro) cae mucho de tono, de altura, se hace en cierto modo equívoco y ambiguo, y ¿qué hace el bueno de Spadaro?... El director de La Civiltà, que se muestra tan adulador de su cofrade pontífice, en realidad está recogiendo las sobras del Papa, y se siente feliz de arrojárselas en la cara.
----------Ya lo dije ayer: es evidente como, estos aduladores, que en realidad son falsos seguidores del Papa, con sutil complacencia, poca inteligencia y mucha astucia, una y otra vez van a mordisquear y pellizcar con deshonesta actitud en esas infelices expresiones del papa Francisco, quien desgraciadamente tiene muchas. Pero es verdadera y deshonesta crueldad ir a pescar precisamente aquellas infelices expresiones dejando de lado el rico contenido positivo del magisterio del Santo Padre.
----------Por lo tanto, respecto a las palabras que Spadaro cita del Papa, deberíamos preguntarnos: ¿no es bueno reforzar las estructuras sin por esto venir a menos en la misericordia? Es grave que Spadaro no aclare este punto, porque un católico, al tratar de este tema, no puede eludir la pregunta: ¿qué puede cambiar en la Iglesia y qué no puede cambiar? Para el gran eclesiólogo dominico Yves Congar, las estructuras de la Iglesia son sus elementos constitutivos e inmutables. Pero quizás la idea de estructura recuerde algo de mecánico, mientras que la Iglesia es un organismo viviente. Entonces, podríamos preguntarnos con todo derecho: ¿No sería quizás más sencillo hablar de "esencia" o "naturaleza" de la Iglesia, como lo hace el mismo Magisterio de la Iglesia? En todo caso, sea cual sea la opción teológica que tomemos sobre el asunto, se necesita un término que indique aquello que en la Iglesia no puede cambiar porque ha sido querido por Nuestro Señor Jesucristo, aquello que es signo manifestativo, expresión, de su institución divina.
----------Por cierto, sabemos bien que el papa Francisco es devotísimo del Espíritu Santo, y habla a menudo y de diversos modos de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, alma de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, y lo hace tanto en relación con la Iglesia como en relación con la vida personal. Ahora bien, fijémonos en lo que se le ocurre hacer al respecto al bueno de Spadaro: ¿Era precisamente necesario ir a pescar esas infelicísimas frases escapadas de boca del Papa, ocurrencias fuera de lugar en realidad: el Espíritu Santo, que "provoca desorden con los carismas, pero en ese desorden crea armonía" y la "tensión entre el desorden y la armonía provocados por el Espíritu Santo"? Otra vez se trata de un discurso del papa Francisco que desciende considerablemente de tono, porque sabemos que si existe un Espíritu que crea orden a partir del desorden, ese es precisamente el Espíritu Santo. Mientras que es otro espíritu, precisamente el espíritu del demonio el que crea desorden. Es por todos recordado como san Buenaventura habla correctamente del "Espíritu jerárquico", porque es quien fija los grados del sacramento del Orden Sagrado.
----------Hablando con franqueza, se nota cada tanto en el hablar del papa Francisco una irritante simpatía por la conflictividad, lo que explica en mi opinión el hecho de que él no parece preocuparse demasiado no sólo por el riesgo provocativo y potencialmente escandaloso de sus frases circunstanciales, sino también por el estallido o la existencia de contrastes, contradicciones y discordias en el seno de la Iglesia, casi complaciéndose como de cosas normales, en lugar de esforzarse con empeño y activamente hacia su solución. Da la impresión de querer conciliar lo inconciliable. Massimo Borghesi, dedicando un documentado estudio a propósito del modo de pensar del Papa, se refiere también a este problema.
----------2°) Spadaro es uno de los que creen falsamente que el papa Francisco, a la manera del praxismo marxista, quiere hacer brotar la verdad de la praxis, en lugar de basar la praxis en la verdad, cree que él es incapaz de elevar su pensamiento al mundo de los valores absolutos, cree que desprecia el poder especulativo y abstractivo del pensamiento en nombre de un concretismo inmerso en lo contingente. Todo lo cual es como decir, en esencia, que el papa Francisco no sería capaz de comprender los artículos del Credo o los conceptos de la metafísica tomista porque son demasiado abstractos. Pues bien, en los siguientes pasajes notamos cómo -para Spadaro!- el Papa no deriva su acción concreta de un plan elaborado conceptualmente, de una "mirada teórica", de una visión intelectual practicable, aplicada a la realidad, sino al contrario de una "experiencia interior" o una "visión" evidentemente atemática y preconceptual, posteriormente "explícita": evidente interpretación rahneriana de la actividad intelectual del Papa.
----------Nadie puede negar que se nota en el papa Francisco una inconveniente antipatía hacia la actividad abstractiva del pensamiento teórico y especulativo; y esa actitud (que es indudablemente defectuosa) está en la base de las siguientes preguntas de Spadaro: "¿Pero cuál es el 'proyecto' de Ignacio, tal como lo lee Bergoglio? ¿Una visión teórica lista para ser aplicada a la realidad para constreñirla en sus límites? ¿Una abstracción para hacer bajar a lo concreto? En realidad, nada de todo esto. El proyecto ignaciano de Francisco 'no es una planificación de funciones, no es un surtido de posibilidades. Su proyecto consiste en hacer explícito y concreto lo vivido en su experiencia interior' ".
----------Observa Spadaro siempre sobre esta línea:  "El camino que el Papa se propone tomar está verdaderamente abierto para él, no hay una hoja de ruta meramente teórica: se hace camino al andar. Por tanto, su 'proyecto' es, en realidad, una experiencia espiritual vivida, que va tomando forma paulatinamente y que se traduce en términos concretos, en acción. No un plan que hace referencia a ideas y conceptos que él aspira a realizar, sino una experiencia que hace referencia a 'tiempos, lugares y personas', según una expresión típica de Ignacio; por tanto, no a abstracciones ideológicas, a una mirada teórica sobre las cosas".
----------Aún más: "No existe un plan abstracto de reforma para aplicar a la realidad. Por tanto, 'los Apóstoles no prepararon una estrategia; cuando estaban encerrados allí, en el Cenáculo, no hicieron una estrategia, no, no prepararon un plan pastoral' ". Y nuevamente: "Francisco crea las condiciones estructurales para un diálogo real y abierto, no preconcebido y estudiado estratégicamente en escritorio". Evidentemente, para Spadaro, el trabajo intelectual en un escritorio de estudio es peligroso.
----------Spadaro interpreta la actividad intelectual del Papa de este modo: "Y sobre todo, no se hace discernimiento sobre ideas, incluso entre las ideas de reforma, sino sobre lo real, sobre historias, sobre la concreta historia de la Iglesia, porque la realidad es siempre superior a la idea. Por eso el punto de partida es siempre histórico y consiste sobre todo en reconocer que 'Dios se empeña y obra por mí en todas las cosas creadas sobre la faz de la tierra' ".
----------Como si la atención a lo real no requiriera formación de ideas sobre la realidad y, consiguientemente reflexión metódica, lógica y ordenada sobre estas ideas, para hacerlas siempre más conformes a la realidad.
----------3°) La debatida cuestión del orden sagrado para hombres casados también es tocada en el artículo de Spadaro; y según él el Papa no está interesado en establecer si es o no el caso de ordenar sacerdotes viri probati y esto no debe interesarnos: "No se trata aquí de resolver la cuestión entre quién tiene razón y quién no, ni menos de decir si el Papa está de acuerdo o no con el tema de la ordenación sacerdotal de viri probati". De esto se interpreta que, para Spadaro, el Papa, en su exhortación apostólica postsinodal Querida Amazonia, no ha zanjado por la negativa la cuestión disciplinar tan debatida acerca de los viri probati.
----------Spadaro afirma que el Papa "no cree en un idealismo rígido ni en un 'eticismo' ni en un 'abstraccionismo' espiritualista". ¿Comprendieron de inmediato los amables lectores lo que quiere decir Spadaro con las raras expresiones que usa en esa frase? Pues bien, las normas dictadas por la buena elocuencia es que cuando se usan palabras inusuales o neologismos, lo correcto en la comunicación exige que los términos se expliquen, lo que Spadaro no hace. Son términos equívocos, ambiguos, que deberían ser explicados.
----------Spadaro cita luego una frase del Papa que sigue siendo famosa: "Yo veo la Iglesia como un hospital de campaña después de una batalla. ¡No tiene sentido preguntarle a una persona gravemente herida si tiene colesterol alto y azúcares altos! Se deben curar sus heridas. Después podremos hablar de todo lo demás. Curar las heridas, curar las heridas…". Nuevamente, se trata de otra expresión muy escasamente feliz del papa Francisco, de la que Spadaro saca leña para el fuego. Observamos que es correcto y adecuado curar las heridas. Sin embargo, también debemos preguntarnos quiénes son los heridos y, en la medida de lo posible, intentar detener la acción criminal. La misericordia debe ir acompañada de justicia.
----------4°) A continuación, Spadaro toca la grave cuestión de los conflictos que desgarran a la Iglesia, y ayer indiqué el principal, y que se ha venido prolongando en estos cincuenta años: el honesto debate entre conservadores y renovadores en la Iglesia, y la heterodoxa disputa entre modernistas y lefebvrianos. Ya he dado al respecto mi apreciación general de fondo sobre ese conflicto, y sobre lo que el papa Francisco ha hecho (o mejor, no ha hecho) para traer paz y serenidad a la Iglesia. Pues bien, sobre este tema, Spadaro observa: "Tampoco debemos tener miedo de los conflictos, que a veces sacuden y atemorizan. Francisco ha usado una bella imagen hablando a los superiores de las Ordenes religiosas masculinas en noviembre de 2013: 'acariciar los conflictos' ". No hay duda: ¡Spadaro ha sabido buscar muy bien las frases en el cesto de papeles desechables del papa Francisco, para usarlos a su antojo!
----------Ahora bien, ¿Cómo se le pudo ocurrir al Papa una expresión de tal género? ¿Qué quiere decir el Papa con esa frase? Se acaricia a un niño, se acaricia a un enfermo, se acaricia a la persona amada. ¿Pero cómo se puede acariciar un conflicto? ¿Algo que suscita dolor, indignación, escándalo, desconcierto? Probablemente con esa expresión (es tan sólo mi opinión) el Papa intenta referirse no tanto a los conflictos en sí mismos, sino a quienes son víctimas de los conflictos. Vale decir, los conflictos deben extinguirse en la Iglesia, pero las víctimas de los conflictos deben ser consoladas y acariciadas. Disculpen los amables lectores si no los conformo del todo, pero no he podido encontrar mejor explicación.
----------Esforzándome por interpretar las palabras de Spadaro sobre este tema, parece haberse filtrado un cierto modo de conducirse del Papa, que no puede dejar de suscitar cierta preocupación y que a estas alturas, tras siete años de pontificado, se ha revelado con cierta claridad, que nos lleva a las siguientes consideraciones. La impresión que recabamos de estas palabras es la de un cierto descuido frente a los conflictos, sobre todo aquellos más graves y dolorosos que afligen hoy a la Iglesia, como el de los lefevrianos y los modernistas. Quien ha vivido de cerca estos conflictos (soy un humilde testigo de ellos), no puede menos que sacar la conclusión de que en este tipo de conflictos existe presunción, desobediencia, soberbia, arrogancia, obstinación, violencia, hipocresía, herejía, y a menudo odio y envidia. Si los lectores reflexionan brevemente sobre el listado de defectos que hice, advertirán que se trata de pecados fáciles de advertir, diagnosticar, y cuyas soluciones, o al menos su terapéutica, debería ser clara para cualquiera, y con mucha más razón para un Papa. Sin embargo, en Francisco es un área que claramente ha estado descuidada.
----------Spadaro continúa: "Pero para Bergoglio la característica misma de la Compañía de Jesús es 'hacer posible armonizar las contradicciones', algo que ciertamente no se ve favorecido por la rigidez, frente a la cual el Papa pide a menudo estar atentos. Las contradicciones forman parte de una historia fecunda. Además de los problemas, en realidad. Hasta tal punto que no siempre es oportuno resolverlos, escribe Bergoglio. Nadie ha dicho que un problema tenga siempre que resolverse, inmediatamente. Existe un discernimiento que implica la historia y verifica los tiempos y los momentos".
----------Sin embargo, el simple sentido común nos indica que debemos hacer aquí algunas distinciones. Los contradictores o las contradicciones son, por definición, inarmonizables e inconciliables. Contradicción y desarmonía son la misma cosa. Es armonizable lo que puede ser armonizado. ¿O queremos conciliar a Cristo con Belial? La contradicción es una enfermedad, una vergüenza, un tormento del espíritu, así como un cáncer es la desgracia del enfermo. Eso simplemente necesita ser eliminado. ¿O queremos armonizar la enfermedad con la salud? Las contradicciones forman parte de una historia fecunda, sí, ¡pero sólo en cuanto se superan y se eliminan! El gran arte de la sabiduría y de la caridad es saber disolver o resolver las contradicciones, que bloquean el pensamiento en su camino hacia la verdad.
----------En conclusión, me remito a la evaluación general que hice ayer acerca de este modo de evaluar el pontificado del papa Francisco. En suma, este modo de mordisquear en las frases más infelices del Papa revela en definitiva la propia ideología del evaluador.

2 comentarios:

  1. Tienen el artículo completo en español publicado en La civiltà cattolica? Saludos.

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  2. Estimado "Unknown": he leído directamente del original el artículo del padre Spadaro en italiano. Lamento no poder ayudarlo al respecto. Sugiero que Ud. haga un esfuerzo, porque no es tan difícil entenderlo, aún para quien no sepa hablar con soltura el italiano; o ayúdese con algún traductor en internet, que hay varios y buenos.
    Que Dios le bendiga.

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