lunes, 28 de septiembre de 2020

El papa Francisco, los dos cismas, y Catalina de Siena (4/4)

Al emprender la redacción de ésta, la última de la pequeña serie de notitas que he dedicado estos días a lo que santa Catalina de Siena le diría hoy al papa Francisco, no puedo menos que sugerir a mis lectores que no pasen por alto la lectura del sugestivo artículo de Sandro Magister de hoy en su blog, refiriéndose a "Todos los “no” del papa Francisco a los progresistas", de alguna manera en línea con lo que yo he venido llamando "señales" de un cambio en la actitud pastoral y de gobierno de la Iglesia por parte del Santo Padre. El artículo de Magister hace referencia, también, a la más reciente de esas "señales", la Carta de la CDF Samaritanus bonus; pero a la vez, termina refiriéndose brevemente a la renuncia del card. Becciu.

----------Para poner las cosas en su lugar y no confundir el vuelo de la perdiz, repito que lo mío es sólo una opinión personal (y supongo que Magister también afirma lo que afirma a título de opinión personal), y solo el tiempo o los historiadores que vean estos años con mejor perspectiva que nosotros, podrán hacer el correcto juicio histórico de lo que advertimos quienes somos contemporáneos del actual pontificado. En todo caso, se trate o no de un verdadero cambio en su gobierno pastoral, lo que resulta claro en la actitud del papa Francisco como Pastor Universal en estos siete años es su falta de justicia en el modo de enfrentarse al doble cisma, lefebvriano y modernista, oficial el primero, clandestino el segundo, que afecta desde hace cincuenta años a la Iglesia, y que viene causando tantas heridas y tanto dolor.
----------Pues bien, para retomar nuestro tema, y para poder comprender lo que santa Catalina de Siena le diría hoy al papa Francisco, debemos comparar el tiempo en que vivió la Santa con el tiempo de la Iglesia que vivimos nosotros. Algo hemos dicho ya al respecto, pero ahora focalicemos algo más nuestra atención. No existen noticias de que bajo el papa Urbano VI [1378-1389] hayan surgido en el seno de la Iglesia particulares herejías. Al respecto, el magisterio de Bartolomeo Prignano [n.1318] es de escaso interés (más allá de ser poco conocido) y no presenta problemas. Ahora bien, todo lo que causa problemas en el papa Urbano VI se agota en su conducta moral y en el gobierno de la Iglesia.
----------El papa Urbano nunca tuvo que pronunciar importantes condenas doctrinales, dada la situación de la Iglesia en aquellos tiempos, una época en la que estaba extendida de manera general la recta doctrina, excepto quizás por algunas cuestiones en comparación menores, como la propagación del nominalismo de Guillermo de Ockham [1287-1347], o la difusión de las doctrinas estatistas anti-papales de Marsilio de Padua [1275-1342] y el misticismo pan-cristiano de Meister Eckhart de Hochheim [1260-1328], doctrinas todas que, por otra parte, ya habían sido condenadas por los Papas anteriores a Urbano VI.
----------Claro que no debemos pasar por alto que el papa Urbano debió enfrentarse a un Antipapa, Clemente VII [Roberto de Ginebra, 1342-1394], elegido al papado por los cardenales franceses que se oponían a Urbano VI, convirtiéndose de esta manera en el primer antipapa del Cisma Occidental. Hábil y prestigioso, logró sustraer a Roma la mitad de Europa. Ciertamente, fue una prueba muy dura para el legítimo Papa, traicionado por sus propios Cardenales electores. Por lo demás, sobre esta cuestión, Urbano VI no pudo evitar sentir graves cargas de conciencia por la excesiva dureza con que había tratado a aquellos cardenales.
----------En cambio, a diferencia de lo que vivió Urbano, nuestro Papa actual, Francisco, no parece demasiado preocupado por sus opositores, a quienes él despacha considerándolos (a la ligera y precipitadamente) como fariseos. Personalmente yo podría estar de acuerdo con Bergoglio en que, ciertamente, algunos de sus opositores, ante todo los más resentidos y pedantes, no merecen la menor atención. Pero a diferencia de él, me doy cuenta que otros de sus opositores, movidos de sincero amor por la Sede de Pedro y por la Iglesia, deberían ser escuchados. Sin embargo, ante ellos, lamentablemente, el papa Francisco muestra una cierta sordera, que en mi opinión, le viene dictada por su orgullo.
----------Hay que reconocer que el papa Francisco, de hecho, además de presentar aspectos criticables relacionados con su conducta moral y el gobierno que ejerce sobre la Iglesia (rechazando por sus defectos y pecados a la gracia pontificia pastoral con la que siempre le asiste el Espíritu Santo), también tiene defectos en su magisterio doctrinal y moral, el cual no siempre es claro, y suscita perplejidad, hace surgir dudas, se presta a ser incomprendido, instrumentalizado y malinterpretado (aunque no, por supuesto, defeccionando de su fe, pues, como sabemos, a la gracia pontificia magisterial no puede libremente rechazar). Y por otra parte, al papa Bergoglio le ha tocado vivir en una situación eclesial que, como ya hemos dicho, viene desde hace tiempo caracterizada por graves conflictos internos, causados por actitudes cismáticas inconfesadas y por el influjo de herejías contrapuestas (cismas y herejías, lefebriano y modernista).
----------De modo que podemos estar seguros de que, si Catalina no había tenido nada que objetar a las enseñanzas doctrinales del papa Urbano VI, apegada ella como estaba, como buena Dominicana que era, a la sana doctrina, en el caso que ella hubiera notado algún defecto de exposición o de lenguaje en las enseñanzas del Papa, no habría dejado de hacérselo notar y de sugerirle el modo de corregirse, obviamente no en los contenidos de la fe o de la moral, donde el Papa no puede engañarse ni engañar (por la ya mencionada gracia magisterial), sino precisamente en el modo de hablar, de expresarse o de comunicar.
----------Invito pues a los lectores a imaginar qué exhortaciones podría hacer Catalina al papa Francisco. Y puestos a esa tarea, podemos imaginar que Catalina, con su habitual parresía, le escribiría también hoy al Papa y le exhortaría y suplicaría que tuviera coraje, que tuviera un corazón amplio y sincero, un lenguaje leal, límpido y claro, dejando de lado ambigüedades y equívocos, para aclarar sus posiciones cuando es mal entendido, para anunciar el Evangelio en su integridad y no solo lo que de él puede agradar al mundo, para advertir a los pecadores soberbios y obstinados que en el infierno hay condenados, y para señalar a los presuntuosos que viven una vana confianza en Dios que no podemos ser salvados sin hacer méritos.
----------Quien ha leído completas y meditado las obras y las cartas de Catalina de Siena, no puede menos que estar absolutamente seguro que hoy Caterina Benincasa le exhortaría al papa Francisco a hablar menos y pensar más, porque en el mucho hablar no falta el pecado. Y lamentablemente al Papa actual no le faltan frases dichas por impulso, que en ocasiones, si no fuera por el hecho de que deben ser consideradas como simples expresiones o exteriorizaciones improvisadas, podrían bordear la verdadera y propia herejía (como de hecho las interpretan a la ligera algunos de sus opositores, sin darse cuenta que por eso mismo, al afirmar herejía en un Papa, caen ellos mismos en herejía, al menos material).
----------También sobre este punto, el de las enseñanzas particularmente menos formales del Papa, Catalina habría exhortado al papa Francisco a prestar más atención a la calidad que a la cantidad. Ciertamente, no tenía necesidad de dirigir la misma exhortación al papa Urbano VI, de cuyas enseñanzas no nos ha quedado casi nada, en comparación con la oceánica producción de palabras del papa Francisco, enormemente favorecido en su extensión por los poderosos medios de comunicación de hoy.
----------Creo que Catalina exhortaría sobre todo al Papa actual a la humildad, como hizo con Urbano VI, aunque hoy ella lo haría por razones muy diferentes. El papa Urbano se sentía herido en el orgullo por los Cardenales que lo habían repudiado, eligiendo otro Papa. El papa Francisco se considera el Papa del punto de inflexión de la época, del "giro epocal" como suele decirse, y en esto ha obtenido mucho éxito, por lo que no escucha (o al menos no parecía escuchar hasta ahora) a quienes lo han exhortado y siguen exhortando a recuperar los valores renegados por el modernismo y a no tratar como fariseos a quienes le recuerdan los valores universales, inmutables y absolutos de la Fe, la Moral y la Tradición de la Iglesia.
----------Catalina le recordaría al papa Francisco, como lo hizo con Urbano, la malicia del amor propio, el cual hace que el hombre centre la realidad sobre el propio yo, haciéndonos así esclavos del mundo y rebeldes a Dios. Catalina, por lo tanto, en esta perspectiva, exhortaría a Francisco a no escuchar a los falsos amigos, a los aduladores astutos e interesados, pero que en realidad son o ilusos o enemigos de Dios, del Papa y de la Iglesia, que lo alaban a él como un Papa "revolucionario", "transformador del mundo", un "Papa profético nunca visto en toda la historia de Papado", iniciador de un "giro epocal" y un "nuevo paradigma" y siga principalmente el luminoso ejemplo de los Papas Santos que le han precedido, sobre todo Pablo VI y Juan Pablo II, pero también Benedicto XVI, porque son ellos quienes han abierto el camino de la verdadera reforma conciliar, camino por el que él debe continuar y no cambiar para contentar al mundo.
----------Supongo que santa Catalina de Siena le reconocería al Papa, al menos por lo que él hacía antes de declararse la pandemia de Covid-19, una actividad prodigiosa, pese a su avanzada edad; una actividad en continuo movimiento y viajes por el mundo. Sin embargo, creo que le invitaría a preguntarse si a la cantidad de esta grandiosa acción corresponde una verdadera calidad evangelizadora misionera, en consonancia con su oficio de Apóstol del Evangelio y Pastor universal de la Iglesia.
----------Ciertamente, Catalina también estaba en continuo movimiento. Pero comparando su acción con la del papa Francisco, se nota una gran diferencia, pues ella persuadía y exhortaba a los pecadores a arrepentirse, a convertirse y a retornar a la comunión con el Papa y con la Iglesia, mientras amenazaba a los obstinados con la pena del infierno, a costa de recibir ataques e insultos que incluso llegaban a poner en peligro su propia vida. En cambio, el papa Francisco giraba siempre antes de la pandemia entre multitudes entusiastas que lo animaban y vitoreaban, y ahora, en tiempos de restricciones y confinamientos, si bien no lo puede hacer como lo hacía antes, sigue con sus encuentros con unos y otros, y audiencias, recepciones y entrevistas virtuales, dialoga aquí, dialoga allí, con católicos y no católicos, con amigos y enemigos; pero todos los enemigos de la Iglesia con los que se encuentra, después de los besos y los abrazos, y del "diálogo fraterno" ¡permanecen exactamente con su idea y le alaban por haberlos dejado en paz!
----------Catalina exhortaría al papa Francisco a hacer presente a todo el mundo que la fraternidad humana encuentra su salvación en la fraternidad cristiana; que el hijo del hombre está destinado a convertirse en hijo de Dios, a no tener respetos humanos, a recordar el primado del cristianismo sobre otras religiones; a invitar a los hermanos separados a entrar en la plena comunión con la Iglesia católica y con el Papa.
----------Catalina exhortaría al papa Francisco a gobernar la Iglesia con sabiduría y prudencia, a no confundir a la Iglesia con el mundo, a elevarla por encima de la consideración de las demás instituciones y autoridades humanas y a no mantenerla por tierra; una Iglesia que procure acompañar la misericordia con la justicia, fomentando y fortaleciendo la unidad en la pluralidad; tendiendo puentes hacia quien busca a Dios, pero levantando muros contra los lobos, acogiendo a los hombres que manifiestan buena voluntad, y excluyendo a los que dan señales de ser mal intencionados; una Iglesia sí "en salida" a conquistar el mundo para Nuestro Señor Jesucristo, pero también una Iglesia que entre en ella misma, pues es en ella donde encuentra a su Señor y Esposo; una Iglesia "hospital de campaña" para curar los enfermos, pero Iglesia también inicio del Reino de Dios y anticipo del paraíso para los que viven en la gracia.
----------Catalina de Siena le propondría al papa Francisco una Iglesia con una sola fe y, por tanto, le exhortaría a hacer limpieza de los escándalos y de las herejías, que manchan el rostro de la dulce Esposa de Cristo; a ser el primero en dar un ejemplo de arrepentimiento y de reforma de las costumbres, llevando a cabo esa limpieza moral, que le exhortaba hacer Mons. Viganò con su memorial del 2018, sobre todo para extirpar de la Iglesia el horrible vicio de la sodomía. ¡Qué lejos está aquel Viganò de hace dos años de este Viganò de hoy, plegado a los mismos errores de lefebvrianos y filolefebvrianos, cayendo en sus mismas herejías fijistas, llevado por los extremos de un tradicionalismo que desconoce la autoridad pontificia y conciliar!
----------Con respecto a la reforma de la Iglesia, Catalina le recordaría al papa Francisco que la Iglesia no es solo Iglesia pueblo, sino también Iglesia jerárquica; que no solo debe ser una Iglesia terrena, sino también vivir en comunión con la Iglesia celestial; que la Iglesia es señora del mundo y no debe estar sometida al mundo; una Iglesia que está por encima de los partidos políticos; una Iglesia religiosa y no una Iglesia politizada; una Iglesia sí abierta a todos, pero cerrada a los que quieren destruirla; una Iglesia de la libertad, porque es Iglesia de la verdad; una Iglesia del amor, porque observa los mandamientos de Cristo; una Iglesia diversificada pero unida en una sola fe, porque no existen muchas "fedes", sino una sola, porque la verdad es una sola; una Iglesia del Espíritu Santo, pero que se expresa en el derecho canónico; una Iglesia de la santidad, porque está arrepentida y perdonada de sus pecados; una Iglesia de la resurrección porque es Iglesia de la Cruz. No cambia su esencia, pero la realiza siempre mejor en el curso de los siglos.
----------En conclusión, he tocado en esta serie de notas uno solo de los aspectos de la actualidad del mensaje de Catalina. Muchos otros podrían ser reseñados. He elegido esta actitud de Catalina en lo referente a la cuestión de la reforma de la Iglesia de su tiempo y en particular frente al Pastor universal de la Iglesia, el Papa, porque me parece que también hoy se necesita una voz humilde, sabia, franca, valiente, animada por una ardentísima caridad, una voz similar a la de ella, que podría ser escuchada por el Papa actual.
----------De hecho, creo que la necesidad más urgente de la Iglesia de hoy es la de poder dar testimonio de la verdad en la caridad, con un corazón leal y generoso, dispuesto al sacrificio, abierto a la esperanza, artífice de reconciliación, constructor de paz y de concordia, que una la justicia a la misericordia, un alma orante, disponible a las sorpresas del Espíritu Santo, dones todos gracias a los cuales una mujer de Dios, sintiendo las necesidades de la Iglesia de su época, pudo remediar los daños hechos por el hombre.

8 comentarios:

  1. Todo el artículo es fantástico. Lo que le diría Santa Catalina a Francisco y la mayor fantasía que es ese invento de la gracia pontificia magisterial por la cual “el Papa no puede engañarse ni engañar”, equiparándolo a Dios

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  2. Estimado Anónimo. Al ver su comentario tan inmediatamente de publicada la última nota de mi serie, se lo respondo enseguida.
    Por favor, lea las cuatro notas últimas, pero también lea mi explicación de (a) la gracia pastoral y de gobierno, y (b) la gracia magisterial, en todo Sumo Pontífice. No se trata de una idea mía (no me arrogo semejante mérito ni honra) sino que se trata de una distinción que brota del propio Magisterio de la Iglesia, interpretado en sana teología (consulte los artículos que ya he publicado al respecto en este mismo blog).
    Me animo a invitarle a reflexionar sobre este tema, para su bien, porque en su breve opinión, si bien se mira, está negando Ud. el lugar y la autoridad magisterial del Papa y, en definitiva, del propio Magisterio.
    Reflexione y ore.
    Con mi sinceras bendiciones. Rezo por Ud.

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  3. Querido Padre Filemón: Gracias por las últimas cuatro notas. Verdaderamente las he disfrutado. Ayudan a comprender la actitud "católica" ante el Papa.

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  4. Fr Filemón, gracias por sus notas. Las últimas sobre Catalina y el Papa son maravillosas.
    Respecto a ciertas críticas, considero que Ud. podrá saberlo hacer mejor que yo, y yo no soy quien para aconsejar; pero me animo a decirle que distinga aquellos comentarios que brotan de un humilde cuestionar lo que no se entiende, de lo que sólo brota de soberbia y pedantería ¿cismática? ¿herética?... Así lo parece el primer comentario.

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  5. La verdad que poner en el platillo de la balanza y comparar los sodomitas pro aborto ,matrimonio desviado ,aborto ,ley de genero,marxismo,desfalcos economicos escandalosos,colosal alteracion doctrinaria. etc con un Santo como Lefebre que en su tumba dice:Predique lo que me enseñaron:::::me indican una especial inquina de su parte ha pesar de la sabiduria que emanan sus escritos
    Dejemos a Lefebre en Paz y dediquemonos a contener a la Santa Madre Iglesia del desmadre MODERNISTA ACTUAL que vivimos y sufrimos los laicos y los Curas.

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  6. Estimado anónimo de las 17:03.
    En la presente nota no he mencionado a Mons. Lefebvre, sino al cisma lefebvriano, por cierto el único cisma formal y oficial que se ha producido con posterioridad al Concilio Vaticano II. También menciono al cisma clandestino, el modernista. Creo haberme explicado suficientemente bien, en esta nota y en anteriores.
    Es claro que Ud. tiene una opinión personal sobre Mons. Lefebvre. A Ud. le debo mi respeto, pero no le debo el mismo respeto a su opinión, que parece desconocer que Mons. Lefebvre es el iniciador de un cisma formal, que se ha agravado con sus continuadores, pese a los numerosos esfuerzos hechos por la Santa Sede, en especial por el papa Benedicto XVI.
    En base a lo que Ud. afirma en su última frase, que indica en Ud. un claro "desbalance", me animo a sugerirle que Ud. reflexione particularmente en el hecho de que en la Iglesia hoy no sólo existe lo que Ud. llama el "desmadre modernista" sino también el "desmadre del tradicionalismo extremo" y fijista, del cual es una manifestación el lefebvrismo. Si no se logra advertir ese núcleo del problema, no se comprende nada de lo que sucede hoy en la Iglesia. Lamentablemente, ni el papa Francisco, en mi opinión, tal como lo indico en mis notas, parece comprender este doble aspecto de la crisis, nacida del mencionado doble cisma, formal uno, clandestino otro.

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  7. Estimado Fray Filemón: he leído todas sus notas y sé bien que en ellas habla de lo que usted llama la "gracia pontificia magisterial". Esos términos no los encontré en otros teólogos. Pero en este artículo usted dice que por esa gracia “el Papa no puede engañarse ni engañar”. Eso es lo que dicen los documentos pontificios y los catecimos refiriéndose a Dios, especialmente en lo que respecta al don de la fe.
    Usted se cita a usted mismo, y dice que es la sana teología que brota del magisterio, pero ningún documento magisterial ni teólogo lo sustenta y menos aún cuando -como hoy- lo formula diciendo del papa lo que los documentos dicen de Dios.
    Allí viene mi objeción.

    El anónimo de las 10:57

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  8. Estimado Anónimo:
    Si Ud. también ha leído mi nota "La gracia particular que recibió San Pedro y reciben sus sucesores" (https://linumfumigans.blogspot.com/2020/04/la-gracia-particular-que-recibio-san.html) entonces pensaré en hacer alguna nueva para profundizar el tema.
    Repito: le aseguro que no soy el creador de ninguna tesis teológica, aunque probablemente otros que piensan y enseñan lo mismo que yo no usan los términos que sí uso yo (gracia magisterial y gracia pastoral).
    Le agradezco su interés. Su manifiesta buena voluntad me mueve a profundizar en el tema y ofrecer alguna explicación algo más esclarecedora del tema.
    Que Dios le bendiga.

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