El modus operandi de la Masonería en su ataque secular a la Iglesia consiste fundamentalmente en su vaciamiento por dentro. Intentemos explicar esta afirmación, tratando ya de concretar y ofrecer una suma de conclusiones en el final de estas reflexiones que hemos venido teniendo estos días sobre este mismo tema.
----------Todo sugiere que el plan masónico de destrucción de la Iglesia parece implicar su vaciamiento desde adentro, manteniendo casi inalterados el aparato externo, las estructuras y los comportamientos externos, el lenguaje, los ritos, los lugares y las memorias históricas: operación típica de la hipocresía, como ya dice Yahvé por medio del profeta: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí" (Is 29,13). En la explicación de este aspecto en particular, nos es imposible no aludir una vez más a las enseñanzas de Karl Rahner [1904-1984] y su demoledor trabajo de tergiversar las enseñanzas auténticas del Concilio Vaticano II, presentando a la vez su interpretación neo-modernistas como la auténtica interpretación conciliar. Rahner, por ejemplo, es habilísimo para conservar casi inalterado el lenguaje católico, pero solo para dar a las palabras significados inmanentistas, gnósticos, idealistas, kantianos, heideggerianos o cualquier otro sentido.
----------Todo sugiere que el plan masónico de destrucción de la Iglesia parece implicar su vaciamiento desde adentro, manteniendo casi inalterados el aparato externo, las estructuras y los comportamientos externos, el lenguaje, los ritos, los lugares y las memorias históricas: operación típica de la hipocresía, como ya dice Yahvé por medio del profeta: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí" (Is 29,13). En la explicación de este aspecto en particular, nos es imposible no aludir una vez más a las enseñanzas de Karl Rahner [1904-1984] y su demoledor trabajo de tergiversar las enseñanzas auténticas del Concilio Vaticano II, presentando a la vez su interpretación neo-modernistas como la auténtica interpretación conciliar. Rahner, por ejemplo, es habilísimo para conservar casi inalterado el lenguaje católico, pero solo para dar a las palabras significados inmanentistas, gnósticos, idealistas, kantianos, heideggerianos o cualquier otro sentido.
----------En lugar de mantener los conceptos cambiando eventualmente los términos que los expresan (lo cual es precisamente la verdadera enseñanza del Concilio Vaticano II), en el accionar masónico del cual es ejemplo la obra ideológica de Rahner, se cambian los conceptos manteniendo las mismas palabras (lo cual es precisamente el método de los modernistas). Así, por ejemplo, se continúa hablando de "Dios", de la "verdad", de la "libertad", de la "fe", de la "caridad", de la "gracia", de lo "sobrenatural", de la "persona", de la "Iglesia", etc., pero el significado ya no es el significado católico.
----------Pero esto todavía no es suficiente: también se deben abandonar las verdades absolutas. El plan destructivo modernista-masónico de vaciamiento de la Iglesia desde dentro, también prevé la supresión de palabras que no se pueden reciclar por otras, como por ejemplo "predestinación", "elegido", "purgatorio", "infierno", "mérito", "premio", "castigo", "transubstanciación", "expiación", "reparación", "inmolación", "ascética", etc. Es indudable que al dejar de usar esos términos se abandonan verdades absolutas.
----------Claro que el vaciamiento doctrinal y el trasvase ideológico sólo puede realizarse con agentes que lleven a cabo la tarea. Un método de esta infiltración es la conquista de puestos de dirección en la Iglesia y en las infraestructuras a ella ligadas, como círculos y ambientes religiosos, movimientos de renovación espiritual, casas editoriales, medios de comunicación, instituciones técnicas y financieras, escuelas e institutos académicos, organizaciones burocráticas, obras parroquiales y diocesanas.
----------Esta penetración se produce de forma gradual y silenciosa pero completamente determinada y sistemática, sin llamar la atención, sin alterar mayormente el desarrollo normal de las actividades eclesiales, y mostrando actitudes liberales y tolerantes; pero a medida que el poder va siendo conquistado, se hace sentir cada vez más pesada la prepotencia y el acoso hacia quienes se mantienen tradicionalmente fieles a la Iglesia, recurriendo a la calumnia, a la denigración, a la marginación, a la intimidación, a las amenazas, a la exclusión de funciones directivas y de gobierno, a pesar de los méritos adquiridos.
----------Gradualmente se marcha hacia una Iglesia deformada, pero sin que se note la deformación. Al respecto, la sutil penetración masónica en la Iglesia se produce, de hecho, al poder actuar de modo disfrazado, sin revelar abiertamente el plan subversivo, negando más bien desdeñosamente cualquier sospecha en tal sentido, y esto es lógico desde su punto de vista, a fin de poder engañar mejor a los ingenuos.
----------Dirigida hacia esa meta, la Masonería se sirve de eclesiásticos desviados, corrompidos sobre todo de neo-modernismo; miembros del clero que actúan con extrema prudencia, astucia y habilidad en esta obra de sistemática deformación de la Iglesia, que, en las intenciones finales de este diabólico propósito, debería implicar su destrucción como sociedad sobrenatural y su reducción a una entidad meramente sociológica, para poder ser plenamente dominada y controlada por los poderes públicos y por el Estado, por un Estado que, por otra parte, se erige en fuente absoluta de la ley y del derecho según el tradicional esquema totalitario, bien descrito por mons. Luigi Negri [1941-....] en sus libros.
----------En esta obra de demolición se pone sumo cuidado por evitar que surjan contrastes o conflictos abiertos, sobre todo a gran escala, vale decir con repercusión internacional, con el fin de dar la apariencia de que todo marcha siempre con normalidad y que todo se desarrolla pacíficamente, en el respeto de las opiniones de todos. Las autoridades eclesiales comprometidas con la Masonería nunca o rara vez recurren a sanciones canónicas (también porque no tendrían suficientes motivos jurídicos) pero se esfuerzan en la medida de lo posible de intervenir sin demasiada publicidad, para preservar la reputación de ser espíritus magnánimos y comprensivos, respetuosos para con todos sus adversarios.
----------Supongo que los estimados lectores, conociendo por sí mismos los niveles de corrupción a que se ha llegado en el interior de la Iglesia, no se sorprenderán si menciono aquí, aunque más no sea sino brevemente, los rasgos de la criminalidad en el poder eclesiástico actual.
----------Las autoridades eclesiásticas comprometidas con la Masonería no llegan, es cierto, a la desvergüenza de falsificar procesos canónicos (al menos eso parece), pero igualmente encuentran el modo de frenar la acción de los verdaderos católicos mediante desleales y abominables métodos psicológicos basados, como ya he dicho antes, en la calumnia, la intimidación, la prepotencia y el acoso.
----------Estos verdaderos criminales en el poder (uso aquí el término "criminales" en el sentido preciso utilizado por el Código de Derecho Canónico) logran dominar sutilmente y engañar a grandes sectores del pueblo de Dios, ambientes atontados por sus imposturas, fieles católicos que llegan a estar así dispuestos a fuertes compromisos con el espíritu mundano. Muchos fieles indudablemente están desorientados, desconcertados, aturdidos, casi incrédulos ante tanta inmundicia, pero también entre ellos tiende a difundirse una amarga y desencantada resignación, que a veces ellos confunden con un espíritu de tolerancia o apertura mental, pero que en la práctica los va empujando a un cristianismo al menos cada vez más tibio, no convencido e indiferente. En casos extremos, en último término, estos fieles se dejan conducir al escepticismo y a la pérdida total de la fe y al abandono de las prácticas y costumbres cristianas.
----------Nacen así generaciones de "pseudo-católicos", motorizados por aquellos agentes "pseudo-católicos". Los infiltrados se quieren llamar a sí mismos y ser llamados "católicos", con el resultado de que a estas alturas la palabra ha perdido todo sentido para muchos, aunque en sí misma conserva naturalmente un sentido preciso establecido por el Magisterio de la Iglesia y por la Tradición. Ellos se consideran católicos en el sentido "atemático" y "trascendental" (para usar la terminología de Karl Rahner); pero desde el punto de vista conceptual-dogmático hacen las más tremendas e impías mescolanzas con las ideologías más contrarias al verdadero catolicismo. De modo que hoy en el "catolicismo" hay de todo y de todo lo contrario, invocando quizás la coincidentia oppositorum de cusana memoria.
----------La tergiversación de las enseñanzas y orientaciones ecuménicas del Concilio Vaticano II es una tarea de primer orden en este vaciamiento interior de la Iglesia. Sin duda, un instrumento muy útil de la penetración masónica es un cierto falso ecumenismo sobre todo con el protestantismo liberal alemán, por lo cual no se dirige ninguna invitación a los protestantes a renunciar a sus errores, sino que por el contrario son los católicos los que asumen los errores protestantes, confundidos con los valores del catolicismo "crítico" y "avanzado". Por otra parte, también hay una tendencia a abandonar el nombre de "católico" para limitarse simplemente al apelativo de "cristiano", porque el nombre "católico" ya se considera hoy demasiado "confesional" y demasiado poco "ecuménico" para los estandares actuales.
----------Este es precisamente el rostro del cristianismo masónico-neo-modernista. Como en la época del modernismo del papa san Pío X, también el modernismo masónico de hoy, mucho más fuerte, más destructivo, hábil y difundido que el de aquellos tiempos, está dado por una poderosa y compleja organización internacional de intelectuales, que opera desde hace décadas, que ve ligados entre sí en una colaboración común a historiadores, escritores, arqueólogos, filólogos, filósofos, teólogos, biblistas, liturgistas, moralistas, sociólogos, cineastas, operadores televisivos, científicos y “místicos”.
----------Es sorprendente cómo, más allá de circunscriptas disensiones entre ellos, los neo-modernistas aliados con la Masonería han logrado formar una especie de anti-Iglesia que tiene en sí una notable coherencia interna, coherencia por la cual impresiona tanto más a los incautos en la misma medida que, habiendo hecho surgir tal masa de personajes, dando la apariencia de estar autorizados por su saber y su influencia sobre la gente, han logrado que la concepción que ellos proponen tenga la apariencia de la verdad.
----------Una vez más: como el modernismo de los tiempos del papa san Pío X, también este modernismo masónico puede por tanto ser brevemente descrito con caracteres que tienen una cierta precisión, aunque los infiltrados sostienen que el verdadero cristianismo es "atemático" y "preconceptual". Pero ellos en realidad sacan a relucir esta excusa para combatir el dogma católico. Sin embargo, en realidad ellos tienen conceptos muy precisos para proponer como verdad absoluta, y ¡ay de quienes los contradicen!
----------Uno de esos conceptos, uno de esos super-dogmas sostenidos por la Masonería neo-modernista en la Iglesia, es la auto-trascendencia. Comienzo por este concepto, que nos ayuda a ver esta caricatura del cristianismo que tanto fascina hoy a los tontos o a la gente que quiere servir a dos señores.
----------1) En primer lugar, la figura de Nuestro Señor Jesucristo. Para ellos es un simple hombre. Aunque aquí hay una primera dificultad, pues ¿qué es el hombre para ellos? El hombre es un mono que evolucionando por fuerza interna se ha convertido en un "espíritu", que se "autotrasciende" hasta convertirse en Dios, Dios, por lo tanto, que no trasciende al hombre, sino que es el "horizonte" de la auto-trascendencia humana, de modo que Dios no es Dios sin el hombre, ya que Dios es la plenitud del hombre.
----------Por lo tanto, la Encarnación no implica la distinción de "dos naturalezas" (como afirmó el Concilio de Calcedonia), sino el devenir hombre de Dios y el devenir Dios del hombre mediante la negación de sí mismo (según las enseñanzas de Hegel). El Logos no preexiste al hombre Cristo, para "descender del cielo" (que es una imagen mitológica), sino que Cristo, el hombre, deviene Dios porque el hombre ya originariamente es Dios: es lo que se ha denominado una "Cristología desde abajo".
----------Por lo tanto, Nuestro Señor Jesucristo no es propia e inmediatamente "Dios"; sino que es mejor decir que Dios está en él, en cuanto Cristo es hombre que deviene Dios o que progresivamente descubre ser Dios. O bien se puede decir que Cristo es Dios, pero en cuanto el hombre mismo es últimamente Dios.
----------2) En segundo lugar, hay que hacer mención a la idea de Dios, o mejor dicho a: Dios como idea. Concebir un "Dios" que está "en el cielo" es una imagen pueril y arcaica. Dios es inmanente en la conciencia del hombre, donde el ser coincide con el ser pensado. Dios por lo tanto no es un ser "fuera" del sujeto pensante, sino que es un "ser de conciencia". Dios, como decía Kant, es un "Dios-Idea".
----------Por consiguiente, Cristo es ese hombre que mejor que ningún otro ha hecho al "hombre", es decir, ha entendido que el hombre es Dios que en el hombre toma consciencia de sí. Todo hombre, por tanto, es potencialmente Cristo y debe volverse Cristo, es decir, debe llegar a ser plenamente hombre, lo que significa llegar a ser Dios. Cristo, por tanto, salva al hombre no con mitológicas expiaciones, sino haciendo al hombre consciente de esta su esencia divina a priori, inconsciente y preconceptual, esencia que él debe explicitar y de la que debe tomar conciencia precisamente imitando a Cristo. El hombre se convierte en Dios negándose a sí mismo. Y he aquí que nos encontramos con la "muerte ritual" masónica. No la expiación, sino la negación es el principio de la salvación (cf. la dialéctica hegeliana).
----------En nuestra última nota (así lo espero) continuaremos mañana desgranando sucintamente los elementos conceptuales de esta caricatura del cristianismo.
----------En nuestra última nota (así lo espero) continuaremos mañana desgranando sucintamente los elementos conceptuales de esta caricatura del cristianismo.
Absolutamente de acuerdo con el artículo. Seguramente mañana se completará el cuadro, pues faltaría decir que esto se hizo con el permiso e impulso de Paulo VI.
ResponderEliminarAnónimo 23:47,
ResponderEliminarSe ve que Ud. tiene un pobre juicio sobre el papa san Pablo VI. Debería procurar que su opinión no le conduzca a falsear la historia de lo sucedido desde 1963 a 1978-
Podrá opinar con algún fundamento los defectos del temperamento del papa san Pablo VI, que frecuentemente le inclinaron -pueden opinar algunos- a defectos pastorales y de gobierno. En tal sentido, mi posición se acercaría a la suya, pero yo diría que los defectos del gobierno débil de la Iglesia por parte del papa san Pablo VI facilitaron el extenderse de los errores masónicos-modernistas.
Sin embargo, yo procuraría aclarar de inmediato (cosa que Ud. no hace) que el pontificado de san Pablo VI es un ejemplo más de la indefectibilidad docente de los Pontífices de la Iglesia Católica: el Magisterio de la Iglesia contra los errores mencionados en la nota del padre Filemón se mantuvo incólume en la boca del papa Montini, que luchó hasta el último momento con las armas de la Verdad Católica frente a lo que él llamaba el "magisterio paralelo", fundamentalmente las doctrinas rahnerianas, las principales en las que se manifestaron las doctrinas masónicas modernistas en el interior de la Iglesia.
Capitán: de acuerdo con Ud en que Paulo VI sufrió el magisterio paralelo.
ResponderEliminarQue lo combatió... ciertamente no de modo eficaz.