martes, 22 de septiembre de 2020

El concepto modernista de la Fe según la encíclica "Pascendi" del papa san Pío X y el actual concepto modernista de la Fe (3/3)

Llegamos hoy al final de estas consideraciones sobre las similitudes y diferencias en el concepto de Fe en el modernismo del tiempo de la encíclica "Pascendi" del papa san Pío X y en el actual modernismo, es decir, el que surge de las enseñanzas de teólogos como Karl Rahner y Edward Schillebeeckx, que estoy exponiendo de modo teórico, pero que han tenido sus variadas versiones populares, menos filosóficas, pero más fáciles y accesibles al menos preparado clero y laicado, que las han difundido extensamente en estas últimas décadas.

----------Para comprender hasta donde llegan las dañosas consecuencias prácticas de la actual concepción modernista de la Fe, hay que recordar que Rahner distingue dos niveles de conciencia: 1) un nivel originario, preconceptual, que es el de la así llamada "experiencia trascendental", que implica la autoconciencia entendida como pensamiento del ser como ser pensado; de esta conciencia el sujeto no tiene necesariamente conciencia; y 2) un nivel superficial y explícito de conciencia, a nivel de la conceptualización, "categorial". En el primer nivel se tiene la fe trascendental, común a todos los hombres, mientras que la fe conceptual, propia del segundo nivel, o sea de la conciencia explícita (dogmas de la Iglesia), no es de todos, y de hecho puede ser sustituida por el ateísmo; pero como en todo caso permanece también en el ateo la fe trascendental ("cristianismo anónimo"), según Rahner, también el ateo se salva.
----------En ambos, tanto en Karl Rahner como en Edward Schillebeeckx, falta (en diversa medida) una visión realista del conocimiento. El objeto del conocer, en las visiones de estos dos teólogos, no es independiente del sujeto sino que está más o menos determinado por el sujeto. Es cierto, sin embargo, que Schillebeeckx conserva un cierto realismo al admitir una realidad externa al concepto, pero de tal modo externa que el concepto no la alcanza, acercándose así el teólogo holandés a la gnoseología kantiana. Aunque, al mismo tiempo la realidad no es del todo independiente del sujeto, ya que el interés práctico del sujeto hace que el objeto del conocer venga a ser constituido por el significado que le da el sujeto, que es una idea que tiene su antecedente en Edmund Husserl [1859-1938] y por el interés práctico que el sujeto siente por el objeto, que es una idea que también se encuentra en Jürgen Habermas [1929-....], siendo una aplicación de esta teoría, en el contexto de la Eucaristía, la famosa doctrina scillebeekxiana de la "transfinalización". Por el contrario, Rahner no vacila en abrazar plenamente el inmanentismo hegeliano, llegando a negar la existencia de una realidad exterior al pensamiento, y resolviendo por lo tanto el ser en el ser pensado.
----------Esta ausencia de realismo, tanto en Rahner como en Scillebeeckx, produce graves consecuencias en la concepción de la realidad en general y de la naturaleza humana en especial, tanto en la visión teórica como en la perspectiva moral: no se da una naturaleza humana objetiva, universal e inmutable, sino que la existencia humana está totalmente sometida a la libre elección del hombre, porque el hombre mismo sería algo indefinible e ilimitado, plasmable en los más variados modos según los tiempos y las culturas, y determinable sólo precisamente gracias a la decisión del hombre mismo como individuo y como sociedad. La misma voluntad divina sobre el hombre, objeto de la fe, sería precisamente este mandamiento de plasmarse a sí mismo según las potencialidades y decisiones de su libertad.
----------A partir de estos principios morales, no es de extrañar que hoy asistamos, quizás en nombre de la "fe", de la "caridad" o de la "libertad de los hijos de Dios", a las tentativas o proyectos más disparatados y depravados de construir una humanidad no sobre la base de la ley natural confirmada por la verdadera fe, sino de la pretensión mágica o demiúrgica de moldear al hombre como si fuera un artefacto o un material manipulable, sustituyendo así en la práctica a los derechos del Creador. La perversión de género, que ya algunos formulan como "derecho al género", es la más conocida de estas depravasiones.
----------Por lo demás, en estas visiones inmanentistas el concepto bíblico del hombre "imagen de Dios" se convierte indudablemente en el hombre que se percibe a sí mismo como Dios. En esta visión, la cultura no es el desarrollo de la naturaleza, sino por el contrario es la naturaleza la que viene a ser efecto de la "cultura". El hombre no es un ser que quiere en base a lo que es, sino que es en base a lo que quiere ser.
----------Se comprende, entonces, que en esta concepción la "fe" no sea ya la humilde aceptación de una verdad trascendente y reguladora del obrar humano en precisos preceptos dogmáticos enseñados por la Iglesia en su Magisterio, como entendemos la Fe los católicos, sino que es la convalidación advertida en la "experiencia trascendental de fe" de la libertad con la cual el creyente tiene el derecho y la facultad de determinar, "bajo la mirada de Dios", como dice Rahner, su propia naturaleza humana y sus fines en la historia, en la organización de la sociedad y de la Iglesia y en lo concreto de la existencia.
----------Ambos teólogos, pues, ven el concepto dogmático como "interpretación" contingente y mutable de la fundamental experiencia a-temática o "experiencia de fe", que se supone que comprende universalmente la verdad absoluta y universal. De este modo, tanto Rahner como Schillebeeckx rechazan el subjetivismo del modernismo histórico, el condenado por la encíclica Pascendi de san Pío X; sin embargo, para ambos teólogos el concepto dogmático no es más que una verdad que, una vez traducida en las modalidades de las variadas interpretaciones de tiempos, lugares y culturas, se subjetiviza y se particulariza en un pluralismo insuperable y desprovisto de elementos comunes y objetivos.
----------En lógica consecuencia, Rahner niega al Magisterio el derecho-deber de distinguir claramente, absolutamente y definitivamente en la fe lo verdadero de lo falso, porque según él el abanico de las interpretaciones de un pronunciamiento del Magisterio es tan amplio que admite la legítima coexistencia de interpretaciones opuestas y contradictorias. Schillebeeckx, por su parte, niega la continuidad en la historia de un concepto dogmático, por lo cual según él habría una discontinuidad de significado entre los dogmas de la Iglesia antigua y los de la Iglesia moderna. Llegados a este punto, no debe olvidarse que estas aberrantes concepciones del dogma se presentan falsamente como un reflejo de las enseñanzas del Concilio Vaticano II y, por lo tanto, un testimonio de un catolicismo "moderno" adaptado a los tiempos.
----------Con la concepción rahneriana de la fe puede conectarse aquello que algunos llaman "intuitus fidei", como precognición global a-conceptual intuitiva de la verdad de fe. Aparte de la idea errónea de una fe no conceptual, nos podemos preguntar si esta expresión es aceptable. La respuesta parece negativa, porque intuición dice contacto intelectual con un objeto inmediatamente presente y evidente. Ahora bien, el acto de fe ciertamente tiene un aspecto intelectual, pero el intelecto en el acto de fe no intuye un objeto, sino que expresa un juicio acerca de un contenido -el dato revelado- del cual no tiene absolutamente ninguna intuición, sino un conocimiento sólo mediado por el concepto de fe.
----------La fe es un conocimiento inevidente, aunque certísimo, porque el contenido de fe no está presente ni inmediatamente (como sería un principio de la razón o un dato de experiencia sensible) ni mediatamente (demostración científica). Ahora bien, el objeto de la intuición es evidente, por lo que el acto de fe no puede ser una intuición. Pero hay que reconocer que la intuición y la experiencia no son cosas muy distintas: se trata siempre del saber inmediato de una cosa presente. Por eso, quien habla de "intuición" a propósito del acto de fe está muy cerca de la postura de Rahner que habla de "experiencia".
----------Hoy está muy en uso la expresión "experiencia de fe", y es cierto que esa expresión se puede entender bien, en buen sentido, con buen significado, si se refiere a una fe vivida o practicada, pero entonces, no se trata en realidad de la fe, sino que se trata de la caridad. En cualquier caso, permanece el hecho de que la fe en sí misma como virtud teologal no es en absoluto una experiencia, sino un juicio del intelecto.
----------Otra expresión muy usada para referirse a la Fe es la de "encuentro personal con Cristo" (concepto "personalista" de la fe). Pero quien habla de la Fe usando esa expresión, en realidad usa un lenguaje que, sin ser abiertamente equivocado, se presta no obstante al equívoco, porque el encuentro personal involucra todas las potencias de la persona, espirituales, psicológicas, físicas y sensibles, cognoscitivas y afectivas, mientras que la virtud de la fe se limita a poner en acto la voluntad que impulsa a creer sobre la base de las pruebas proporcionadas por la autoridad revelante y el intelecto que "toma por verdadero", como dice la definición del Concilio Vaticano I, cuanto Cristo revela a la Iglesia.
----------Ciertamente, se entiende que, al fin de cuentas, el sujeto que cree es la persona, pero la persona cree mediante sus potencias espirituales (voluntad e inteligencia) y no otras potencias, las cuales conciernen a otras funciones vitales distintas de la fe. La Fe actúa mediante la voluntad y la inteligencia, no mediante otras potencias. Como suele decirse: la fe no es un movimiento del intestino.
----------Por último, no es equivocado considerar la fe como una "convicción", como lo hace Enzo Bianchi, de quien hemos hablado hace poco. Sin embargo, él se equivoca al negar a la fe el estatuto de saber. Ciertamente no es un saber científico, pero si por "saber" entendemos la posesión conceptual cierta de la verdad, no hay duda de que la fe es un saber y si lo negamos recaemos en la fe a-temática de Schillebeeckx y Rahner.
----------Llegados al final de esta serie de tres notitas, vuelvo al punto de referencia de la primera: la lectura de la carta encíclica Lumen fidei, del papa Francisco es utilísima y muy iluminadora acerca de la concepción católica de la Fe como virtud teologal, pero creo que hay que integrarla con estas consideraciones, a fin de aceptar en plenitud la enseñanza pontificia y no creer, como hacen algunos, que los errores de los dos teólogos mencionados sean simplemente un modo "diferente" de concebir la fe: no, es un modo equivocado que se opone frontalmente a cuanto enseña el papa Francisco acerca del dogma y de la tradición en continuidad con el Magisterio precedente, aún cuando el Papa en su magnanimidad no menciona, al menos explícitamente, estos perniciosos errores que están en el origen de la extendida crisis de fe que sufrimos hoy y que ciertamente el Pontífice con este importante documento contribuye notablemente a resolver.
----------Es probable que a algunos lectores les haya resultado penoso adentrarse en las consideraciones filosóficas realizadas en estas tres notas. Es comprensible, pero son las ideas las que han cambiado el mundo, y los filósofos los que hacen las revoluciones con la ingenua complicidad de quienes no hacen filosofía y aceptan  sin discernimiento las consecuencias de las ideas filosóficas. Es lo que explica que así como existen sólo en pocos consciente y explícitamente las ideas neo-modernistas, ellas se hayan difundido en muchos de modo inconsciente e implícito. En mis tiempos de seminario y primeros años de sacerdocio se alzaban voces que partían lanzas contra la aceptación de un clero de doble standard: intelectual y no intelectual; erróneo doble standard que era aceptado por la mayoría de los obispos, necesitados de cubrir la necesidad de sacerdotes en las parroquias. Mucho me temo que hoy este error pastoral y de gobierno se haya agravado en la Iglesia, incluso con la desaparición de profundos estudios filosóficos en los seminarios (incluso en los que se autodenominan "tradicionales"). Es otro de los engaños del demonio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios sin debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados. Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.