sábado, 15 de agosto de 2020

Paulo VI: ¿por qué ha sido declarado Santo?

Han sido varias las notas que he escrito sobre el papa san Paulo VI [1897-1978]. Es que aún no se han cumplido ni dos años de su canonización, y sin embargo no se acallan las voces de sus críticos adversos, muchos de los cuales llegan a límites imposibles de transitar para un católico, sin reparar ni siquiera en la gravedad del pecado de difamación. Lo que ahora agregaré a lo ya escrito, supone la lectura de mis notas anteriores, pues no deseo repetirme, sino cumplir con lo prometido: sacar algunas conclusiones, tratando de aportar algunas razones para comprender la decisión del papa Francisco de llevar a Paulo VI al honor de los altares en octubre del 2018, una decisión que a no pocos les pareció y les sigue pareciendo escandalosa.

----------Lo último que escribí sobre el papa Montini tenía que ver con la traición que sufrió de parte de la Compañía de Jesús y, en particular, del jesuita padre Karl Rahner [1904-1984]. En tal situación, Paulo VI, en lugar de indignarse y golpear con el arma de la justicia, como habría podido y debido hacer, así al menos lo parece, se afligía y se limitaba a lamentarse y a deplorar la desobediencia y el magisterio paralelo, pero siempre de modo vago y genérico, como podría haber hecho cualquier fiel seglar, que no posee la autoridad que por institución divina posee un Romano Pontífice. Al parecer, Paulo VI olvidaba que Dios le había puesto en su mano el "bastón de mando", como de hecho dijo algunos decenios después el papa Benedicto XVI.
----------Pero la pregunta que sugiero ahora a los lectores nos hagamos es la siguiente: si Paulo VI ha sido hecho Santo, debe haber tenido virtudes heroicas; precisamente en el cumplimiento de su misión de estado, es decir, en su oficio de Romano Pontífice; por consiguiente: ¿dónde ha estado la heroicidad del papa Paulo VI durante su pontificado?... Si pensamos en otros santos Papas, es fácil recordar la lucha contra la herejía combatida por un León Magno, por un Gregorio Magno, por un Inocencio III, un Gregorio VII, un Gregorio IX, un san Pío V o un san Pío X. Mas el hecho es que en aquellos días el Papado disponía de un concreto poder coercitivo y de un apoyo en el episcopado universal, de los que careció Paulo VI, contrastado por esos mismos Obispos que deberían haber llevado a cabo las directivas pontificias.
----------Es cierto, la santidad que canoniza la Iglesia es la que se manifiesta en la virtud heroica al cumplir el propio deber de estado. ¿Cuál ha sido, entonces, la virtud heroica de Paulo VI como Papa?... A partir de los hechos vislumbramos la razón: el heroísmo de Paulo VI no ha consistido, por cierto, en la posesión de la fuerza suficiente para reprimir la herejía (particularmente la herejía neo-modernista revivida en el postconcilio), sino que ha consistido en la fidelidad y la tenacidad de su adhesión a la verdad, no obstante los vientos contrarios, en la paciencia, en el soportar y en el aceptar la humillación de ser malentendido, traicionado, contrariado, obstaculizado, impugnado, contestado, insultado, difamado y ridiculizado, precisamente por aquellos que deberían haberle obedecido y apoyado más en la lucha contra el error y la corrupción.
----------El papa Paulo VI ha sido un Pontífice crucificado, un manso cordero inmolado. ¿Por qué no pensar que Paulo VI se ha ofrecido por la conversión de tantos herejes postconciliares (conscientes o inconscientes) como Rahner y sus secuaces e incluso por la herejía de signo extremo contrario que el rahnerismo originó: la del tradicionalismo abusivo? En mi opinión, todo lo hace pensar. ¿Y no es, la que he descripto, verdadera santidad?... "Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron". Lo que le ha pasado a Paulo VI es a imagen de lo que le ha pasado a Cristo. ¿Y acaso no es el Papa el Vicario de Cristo?
----------Los historiadores de la Iglesia se solazan narrando las vidas de Papas que han logrado (nunca totalmente, hay que recordarlo) vencer las herejías, y los fieles disfrutan de esas hagiografías. Efectivamente, estamos habituados a ver Papas vencedores de herejes. Pero ¿por qué no ver un Papa mártir de los herejes? En notas anteriores hemos reflexionado sobre el significado de las enseñanzas de Karl Rahner, traidor del Concilio Vaticano II, en lo cual el jesuita alemán fue cabeza de playa de todas las desviaciones del postconcilio. Eso está bien comprobado. Pero se suele olvidar que el dulce y manso Paulo VI fue un inconmovible bastión contra el rahnerismo, aunque sin jamás hablar de él abiertamente. Esto se ve en sus poderosas enseñanzas doctrinales y dogmáticas, las propias de Paulo VI y las de la Congregación para la Doctrina de la Fe durante su pontificado, claros remedios al rahnerismo, aunque nunca haya sido mencionado el rahnerismo con su nombre propio. Frente a todos los ataques y todas las presiones del magisterio paralelo, sin embargo nadie logró que el papa Montini se rindiera a Rahner. De hecho, en el VII centenario de la muerte de santo Tomás de Aquino, publicó una vigorosa Carta de elogio y de recomendación del gran Aquinate: consulten los lectores la Carta Lumen Ecclesiae al padre Vincent de Couesnongle, Maestro de la Orden de los Frailes Predicadores, del 20 de noviembre de 1974. Sin duda, el Espíritu Santo protegió al papa Paulo VI en su misión docente. Y este es un privilegio de todo Romano Pontífice: su indefectibilidad en la Fe.
----------Si entonces Paulo VI no ha podido disponer de colaboradores y fuerzas suficientes para detener o castigar a los rahnerianos, pienso que no ha sido culpa suya. Por lo demás, ¿Jesucristo no se ha encontrado en una situación similar? ¿Cuánto le hubiera costado a Nuestro Señor dejar caer fuego del cielo sobre esos hipócritas, impíos y malvados que lo conducían al suplicio? Jesús hizo una elección libre. Paulo VI tuvo que hacer de la necesidad, virtud, aunque estaba dispuesto para el martirio y faltó poco para que realmente lo sufriera, como sucedió en su viaje apostólico a Manila.
----------Quizás Paulo VI ha tardado un cierto tiempo para darse cuenta qué clase de gente tenía alrededor. Probablemente se imaginó, como tantos, que con un proyecto de reforma tan bello como el elaborado por el Concilio, solo podría encontrarse con colaboradores entusiastas y fieles.
----------En cambio, Dios tenía otros planes para él y para la Iglesia por él conducida. De hecho, tan solo habían pasado diez años de la clausura del Concilio que el Papa comenzó a expresarse con frases amargas y desconsoladas: "estábamos esperando una primavera y en su lugar ha llegado una tempestad". Comenzó a notar que mientras el Concilio daba esperanzas de resolver los contrastes seculares entre cristianos, he aquí que en cambio aparecían por doquier conflictos entre los católicos, lo que llevó al Papa a hablar incluso de "auto-demolición de la Iglesia" y de la difusión en ella de un "pensamiento no católico". Famosísimas son aquellas palabras: "nos parece que desde alguna grieta el humo de Satanás ha penetrado en la Iglesia". Por otra parte, el Papa, al darse cuenta del invasivo y arrogante modernismo, comenzó a hablar de un "magisterio paralelo". ¿Cómo no pensar que estaba aludiendo veladamente a Rahner? Pero, ¿qué habría sucedido si lo hubiera mencionado por su nombre? No lo sintió así. Y tratemos de entenderlo.
----------Cuando, de hecho, Paulo VI notó el renacimiento del modernismo, ya era demasiado tarde para poder remediarlo: los modernistas, disfrazados de progresistas, habían logrado alcanzar tal llegada y tal prestigio en la Iglesia, que el Papa, reprendiéndolos, habría hecho la figura del cerbero preconciliar y no lo sintió así.
----------Sin embargo, hay algunos hechos relacionados con Paulo VI, de aquellos años agitados, sobre todo los posteriores a 1968, que no pueden sino sorprendernos. Es notoria la admiración que el Papa tenía por Jacques Maritain [1882-1973]. Ahora bien, precisamente en 1966 Maritain denunció en un libro famoso (ya citado en este blog), Le paysan de la Garonne, una formidable recuperación del modernismo ¿Por qué el Papa nunca pensó en retomar la denuncia de Maritain? En aquellos años, los lefebvrianos hablaron de modernismo, pero lamentablemente de modo herético: acusando al Concilio. Puede ser que el Papa temiera que al usar aquella palabra, modernismo, pudiera entenderse en el sentido erróneamente usado por los lefebvrianos.
----------Otra cosa que sorprende y maravilla es por qué Maritain, muerto en 1973, cuando todavía estaba lucidísimo, tanto que escribió un libro el mismo año de su muerte, siempre informado sobre los principales autores de la modernidad, nunca prestó la debida atención a Rahner. Supongo que ello pudo haber dependido del hecho de que en ese momento la fama de Rahner todavía era muy escasa en Francia, y que además prefiriera mencionar a los autores paisanos suyos, en lugar de los extranjeros.
----------También en 1966, el cardenal Alfredo Ottaviani [1890-1979], Pro-Prefecto del Santo Oficio, envió a los Obispos una Carta con la cual, en 10 puntos, se les advertía contra ciertos errores que circulaban contra la fe. No es difícil reconocer en esos errores la teología de Rahner. Sin embargo, la Carta no tuvo ningún efecto, porque esos errores permanecieron, y de hecho se difundieron aún más.
----------En 1974, el padre Cornelio Fabro [1911-1995] publicó el libro La svolta antropologica di Karl Rahner, en el cual mostró con abundante documentación y rigurosos argumentos los fundamentos pseudo-tomistas y en gran medida idealistas de la gnoseología y de la metafísica de Rahner.
----------Concluyendo esta breve reflexión, considero, por lo tanto, que debe decirse que Paulo VI, gracias a su fina inteligencia y la límpida fe que poseía, se dio cuenta de los errores de Rahner, pero frente al resurgimiento del modernismo, que involucraba a Obispos y a Cardenales, teniendo en cuenta por otra parte el prestigio del que Rahner disfrutaba en el Episcopado alemán, no contando el Papa suficiente apoyo y comprensión entre sus propios colaboradores, no se sintió con la fuerza para proceder disciplinariamente.
----------Solo contra Hans Küng tuvo el Papa la fuerza para intervenir, por lo demás de una manera muy blanda, simplemente eliminando su enseñanza en cuanto "no católica", pero sin aclarar los errores, especialmente los cristológicos, en los que había caído. No está excluido que Paulo VI temiera repetir la severidad a veces excesiva y con una cierta clausura a lo nuevo simplemente por ser nuevo, propias de Pío XII.
----------El pasado 6 de agosto se cumplieron cuarenta y dos años de la muerte de san Paulo VI. Desde entonces, el rahnerismo se ha vuelto siempre más y más poderoso. Los Papas posteriores han sido cada vez menos capaces de detener este virus del espíritu, ruina de las mentes y, en consecuencia, de las costumbres. Durante cincuenta años, los mejores pastores y teólogos han pedido una intervención curativa de parte del Sumo Pontífice. Ellos no deberían sentirse decepcionados. Los rahnerianos no han podido engañar y nunca podrán engañar al Papa, quien, si en Paulo VI pudo haber aparecido la "piedra que los constructores han desechado" (Sal 118,22), sin embargo será la piedra sobre la cual todo el que caiga "se destrozará, y aquel sobre quien ella caiga, le aplastará" (Lc 20,18). 

4 comentarios:

  1. Católico conciliar15 de agosto de 2020, 11:03

    Fr Filemón, feliz día de la Virgen.
    Quisiera aportar algunas precisiones e impresiones sobre este interesante post:
    1. Inocencio III no ha sido canonizado.
    2. San Pío X no disponía de ningún poder coercitivo.
    3. La Iglesia no canoniza la santidad que se manifiesta en la virtud heroica al cumplir el propio deber de estado, sino dice que "tal persona" sea inscripta en el libro de los santos. Así queda expresado en la fórmula de canonización.
    4. Amén del juicio sobre la oportunidad o no de Pío XII de censurar a algunos teólogos (no impedía que se los leyera, sino que pudieran ser citados en clases, libros y estudios teológicos), queda claro que Paulo VI no lo hizo y Rahner siguió siendo citado en clases de teología como autoridad.
    5. El deber de estado de los Papas, según el mandato de Cristo, es confirmar en la fe a los hermanos. Con esas omisiones, no parece haberlo cumplido en modo heróico.
    6. La comparación con Cristo camino a la cruz es impropia, porque allí Nuestro Señor cumplía la volutad de Dios, en el caso de Paulo VI su silencio significaba si no una cierta aprobación, claramente una "no desaprobación", con riesgo para los fieles. En el caso de Nuestro Señor, Él mismo se lo aclara a Pilatos.
    7. Seguramente fue muy meritorio el sufrimiento en silencio de Paulo VI, pero eso era más propio para un ermitaño que para un Papa.
    8. El tema del magisterio paralelo: aparentemente Paulo VI prefirió no censurar, sino enseñar. Así lo expresa en el cambio de denominación del Santo Oficio a Doctrina de la Fe. El efecto fue que el "magisterio paralelo" terminó siendo el del Papa, siendo menos enseñado que los otros aún en las universidades pontificias y en los seminarios. Y los que enseñaban aclaraban que esas doctrinas no habían sido censuradas.
    9. En las canonizaciones de los Papas (fuera la de los Papas de los 3 primeros siglos), siempre se trató de "marcar" una posición. Así la de Gregorio VII o la de Pedro Celestino. Incluso la de San Pío X por parte de Pío XII. También ciertamente con las últimas de Juan XXIII, Paulo VI. Parece que con Juan Pablo II más bien se debió a una verdadera devoción popular.
    Esta es mi opinión sobre el tema.
    Nada de todo eso quita que Paulo VI esté en el Cielo y que interceda por la Iglesia.

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  2. "La Iglesia no canoniza la santidad que se manifiesta en la virtud heroica al cumplir el propio deber de estado, sino dice que "tal persona" sea inscripta en el libro de los santos. Así queda expresado en la fórmula de canonización." Es lo que ha comentado Católico conciliar, cuyos demás comentarios son muy certeros y convincentes.
    Respecto al punto que señalo, tenía entendido que la Iglesia, al canonizar a un santo, al declarar a un cristiano Santo, lo propone como modelo de virtudes heroicas. Creo recordar varias intervenciones del profesor Roberto de Mattei en ese sentido. Por ejemplo, refiriéndose al papa Juan XXIII y su canonización, decía en 2014: "Cuando la Iglesia canoniza a un fiel, no sólo quiere asegurarnos que el difunto está en la gloria del Cielo, sino que nos lo propone como modelo de virtudes heroicas. Dependiendo del caso, será un perfecto religioso, pastor, padre de la familia y así sucesivamente. En el caso de un Papa, para ser considerado santo debe haber ejercido las virtudes heroicas en el cumplimiento de su misión como Pontífice, como lo fue, por ejemplo, para san Pío V o san Pío X. Bueno, en lo que se refiere a Juan XXIII, tengo la consciente convicción de que su pontificado ha representado..." y continuaba De Mattei expresando sus conocidas críticas hacia el pontificado de Juan XXIII, y a su canonización.
    Sin embargo, sobrevaloro quizás demasiado estas apreciaciones de De Mattei.

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  3. Católico conciliar15 de agosto de 2020, 17:12

    Estimado Ernesto: en los hechos, seguramente es así como usted y De Mattei dicen, pero en los papeles (o sea, leyendo la fórmula de la canonización) nada se dice de proponerlos como modelos de virtudes. Pero es cierto que en todo lo que rodea la canonización, es como usted bien afirma.
    De todos modos, en lo que respecta a los Papas canonizados, la repercusión sería poca pues serían modelos de santidad para los futuros Papas y éstos son uno cada tantos años. Por eso decía yo que las canonizaciones de los Papas tienen que ver más que nada con buscar otro efecto y éste es marcar o reafirmar un cierto rumbo en la Iglesia. Ciertamente que de estos últimos Papas tenemos mucho que aprender todos los cristianos. No son los Papas del siglo de hierro comprando el Sumo Pontificado. Luego la historia o más que nadie otros Papas podrán juzgar con autoridad en detalle los aciertos o no de su gobierno pastoral.
    Y por otra parte, nadie está obligado a ser devoto de un santo en particular. De allí a la frase "no es santo de mi devoción".

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  4. Es realmente una muy clara explicación. Al fin de cuentas, ¿para quién otro que para otro Papa podría ser modelo un Santo Papa?
    ¿Para quién es modelo san Pío X? Para otro Papa (probablemente lo ha sido para Pio XII, que lo canonizó).
    Ciertamente, san Juan Pablo II ha sido considerado modelo de Papa para Benedicto XVI.
    Y es probable que Francisco, queriendo llevar a su definitiva aplicación el Concilio Vaticano II, se haya propuesto poner de modelo para su sucesor los Papas Juan XXIII y Pablo VI.

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