martes, 11 de agosto de 2020

Notas sueltas en la Novena de la Asunción (6/9)

Me pregunto a qué responde la actual impopularidad que se nota en la Iglesia en Argentina por celebrar la Novena de la Asunción de María, y si preferir en cambio acentuar estos días la devoción, por ejemplo, a san Cayetano, dador de "pan y trabajo", o de san Lorenzo, patrono de los diáconos (malentendidos como "servidores de las periferias existenciales", en línea con ciertas orientaciones pastorales provenientes de Roma), tendrá algo que ver con la actual tendencia a convertir la Iglesia Católica en una ONG?...
   
----------Pero no acentuemos las tintas sobre el punto, tan sólo es una de las líneas que he anotado en estos desordenados apuntes que voy haciendo, a modo de notas sueltas con oportunas o inoportunas ideas que me vienen a mente estos días previos al 15 de Agosto. Por caso, otro dato que me ha llamado la atención: leyendo una y otra vez la constitución apostólica Munificentissimus Deus (aquí en español), en la que el venerable papa Pío XII definió el dogma de la Asunción en cuerpo y alma de nuestra Santísima Señora, noté una frase particular en el umbral mismo de la propia definición formal. El Papa explicó que una de las razones de la definición era personal: deseaba dejar un "monumentum aere perennius" de su ardiente amor por los Theotokos. Literalmente: "monumentum relinquere aere perennius incensissimae Nostrae in Dei Matrem pietatis" (dejar un monumento perenne de nuestra ardiente piedad hacia la Madre de Dios).
----------Las palabras "aere perennius" que usa Pío XII constituyen la exacta famosa frase utilizada por Horacio al concluir los tres primeros libros de su Carmina (Odas III, 30, 1). "Aere prennius" se traduce literalmente: "más duradero que el bronce". La frase completa de Quinto Horacio Flaco es: "Exegi monumentum aere perennius", o sea: "He levantado un monumento más duradero que el bronce".​ En ella Horacio afirma que, con sus poemas, ha levantado un monumento que le dará fama inmortal, y que perdurará a través de los siglos más que una obra en bronce, metal que en su tiempo era sinónimo de dureza y por tanto durabilidad. Y no le faltaba razón al poeta romano, ya que muchas esculturas y objetos de bronce de su época se fundieron en distintos momentos de la historia posterior para reaprovechar el metal y han desaparecido, en tanto que sus poemas se conservan intactos y siguen siendo leídos y apreciados. Pero, aplicando esto a nuestro tema: 70 años después de la definición de la Asunción de Nuestra Señora, ¿ha tenido la misma suerte que los poemas de Horacio el "monumentum aere perennius" que quiso levantar el papa Pío XII con su definición mariana?
----------Pasando a otra de mis notas sueltas sobre el tema, y en referencia a la discusión días atrás acerca de lo que dijo y lo que no dijo el papa Pío XII en su definición, antes que me lo reclame algún avispado lector, no debo omitir referirme a la magnífica catequesis de san Juan Pablo II, el miércoles 25 de junio de 1997, precisamente sobre el tema de la dormición de la Madre de Dios. Con autoridad magisterial, el Papa nos esclarece allí que su predecesor no pretendió negar la muerte de María en su definición dogmática de1950: "Sobre la conclusión de la vida terrena de María, el Concilio cita las palabras de la bula de definición del dogma de la Asunción y afirma: 'La Virgen inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo' (Lumen gentium, 59). Con esta fórmula, la constitución dogmática Lumen gentium, siguiendo a mi venerado predecesor Pío XII, no se pronuncia sobre la cuestión de la muerte de María. Sin embargo, Pío XII no pretendió negar el hecho de la muerte; solamente no juzgó oportuno afirmar solemnemente, como verdad que todos los creyentes debían admitir, la muerte de la Madre de Dios". Es decir, Wojtyla diferencia aquí Magisterio extraordinario de ordinario.
----------En referencia, pues, a todo lo que hemos venido reflexionando y debatiendo, con enriquecimiento mutuo estos días, encarezco a los lectores la lectura completa de esa Audiencia del papa Juan Pablo II.
----------Las palabras del  Papa son claras: "En realidad, algunos teólogos han sostenido que la Virgen fue liberada de la muerte y pasó directamente de la vida terrena a la gloria celeste. Sin embargo, esta opinión era desconocida hasta el siglo XVII, mientras que, en realidad, existe una tradición común que ve en la muerte de María su introducción en la gloria celeste". Y Juan Pablo II no elude la directa cuestión: "¿Es posible que María de Nazaret haya experimentado en su carne el drama de la muerte?" y responde enseguida: "...parece legítimo responder afirmativamente", citando a varios Padres de la Iglesia, incluyendo a san Juan Damasceno, citado en este blog en notas anteriores.
----------En referencia a las dificultades que en notas anteriores encontrábamos para conciliar el dogma de la Asunción de María con lo que san Pablo afirma de la muerte como "salario del pecado", o con el dogma de la Inmaculada Concepción, Juan Pablo II afirma en el tercer punto de su Audiencia: "Es verdad que en la Revelación la muerte se presenta como castigo del pecado. Sin embargo, el hecho de que la Iglesia proclame a María liberada del pecado original por singular privilegio divino no lleva a concluir que recibió también la inmortalidad corporal. La Madre no es superior al Hijo, que aceptó la muerte, dándole nuevo significado y transformándola en instrumento de salvación. María, implicada en la obra redentora y asociada a la ofrenda salvadora de Cristo, pudo compartir el sufrimiento y la muerte con vistas a la redención de la humanidad. También para ella vale lo que Severo de Antioquía afirma a propósito de Cristo: «Si no se ha producido antes la muerte, ¿cómo podría tener lugar la resurrección?» (Antijuliánica, Beirut 1931, 194 s.). Para participar en la resurrección de Cristo, María debía compartir, ante todo, la muerte".
----------Con sutil sabiduría y espíritu docente, condescendiente incluso con nuestra curiosidad de discípulos que quisieran saber algún detalle sobre las circunstancias de la muerte de Nuestra Señora, el Papa nos ofrece una interesante indicación: "El Nuevo Testamento no da ninguna información sobre las circunstancias de la muerte de María. Este silencio induce a suponer que se produjo normalmente, sin ningún hecho digno de mención. Si no hubiera sido así, ¿cómo habría podido pasar desapercibida esa noticia a sus contemporáneos, sin que llegara, de alguna manera, hasta nosotros?".
----------Con autoridad magisterial, también el Papa es explícito acerca de las supuestas causas de la muerte de Nuestra Señora:. "Por lo que respecta a las causas de la muerte de María, no parecen fundadas las opiniones que quieren excluir las causas naturales. Más importante es investigar la actitud espiritual de la Virgen en el momento de dejar este mundo...", citando oportunamente a san Francisco de Sales en uno de sus bellísimos pasajes de su Tratado del Amor de Dios.
----------"Cualquiera que haya sido el hecho orgánico y biológico que, desde el punto de vista físico, le haya producido la muerte, puede decirse que el tránsito de esta vida a la otra fue para María una maduración de la gracia en la gloria, de modo que nunca mejor que en ese caso la muerte pudo concebirse como una 'dormición'..." termina diciendo el Papa, concluyendo su Audiencia con una referencia que también esclarece otra de las cuestiones que aquí hemos debatido: la relación de la Asunción de María con su condición de Intercesora Universal de la Gracia para todos nosotros: "La experiencia de la muerte enriqueció a la Virgen: habiendo pasado por el destino común a todos los hombres, es capaz de ejercer con más eficacia su maternidad espiritual con respecto a quienes llegan a la hora suprema de la vida".
----------Cierto tradicionalismo extremista y abusivo ha exacerbado de tal modo las críticas a la obra de gobierno eclesial del papa san Juan Pablo II, convirtiéndolo en algo así como un monstruo modernista. En este blog continuamente hemos recibido en el foro delirantes críticas ofensivas hacia el papa Wojtyla, provenientes de sectores lefebvrianos o filo-lefebvrianos y sede-vacantistas teóricos y prácticos. Tales actitudes cismáticas y heréticas llevan, por supuesto a dañosas consecuencias y, sin duda, una de ellas es que esos fieles quedan absolutamente imposibilitados de apreciar las gracias de la docencia pontificia que emana de intervenciones de Juan Pablo II como la que acabo de reseñar en esta breve nota.

5 comentarios:

  1. Católico conciliar11 de agosto de 2020, 8:34

    Fray File, querido. Si desde su lugar en los confines de la tierra le parece más relevante un discurso (entre más de 1500) que todos los actos de gobierno del Papa Juan Pablo II... No podemos analizar un pontificado, desde el Obervador Romano semanal, sin tomar en cuenta sus actos de gobierno.

    Para analizar el pontificado de Juan Pablo II hay dos factores que no se pueden obviar:

    1. Fue ciertamente un alivio con respecto a Paulo VI. Trajo discurso en el que se volvia a hablar de Jesucristo, aunque muy centrado en el hombre y muy en la línea de Gaudium et spes 22.

    2. Que no tuvo un buen gobierno pastoral se demuestra por una razón muy sencilla: los Obispos que él nombró no se comportaron como él esperaba. Y esto no en los primeros años producto del envión anterior o de la inexperiencia, sino durante todo su pontificado.

    El tema de los abusos sexuales le pasó por arriba sin que pudiera reaccionar a los hechos. Una prueba de esto fue el caso Maciel y los Legionarios de Cristo. Pero no fue el único caso ni mucho menos.

    Eso no quita ni la fe ni la santidad de Karol Wojtila, pero como Papa... la verdad es que no parece haber estado a la altura.

    Muchos oponen a esto que el Papa se manifestó claramente en contra del aborto. Faltaría más que estuviera a favor!!!

    Lo cierto es que la elección de Juan Pablo II pudo ser una gran oportunidad de revertir el proceso negativo de fines de los '60 e inicio de los ´70. No habían pasado tantos años desde la reforma litúrgica. Lamentablemente no se hizo, sino que se consolidó la reforma así como los abusos litúrgicos que Juan Pablo II jamás pudo ordenar.

    Lamentablemente el concepto de colegialidad (en todo tipo de acciones) se lo comío. Seguramente esto tiene razones. Puede ser que la política de relaciones de la Santa Sede durante el pontificado de Paulo VI con los gobiernos comunistas sin esuchar a los obispos locales es lo que motivó en Juan Pablo II a escuchar y acontentar demasiado a los episcopados locales.

    En fin, el Papa Juan Pablo en línea con Pío XII buscó un contacto con la feligresía, pero los Obispos (su gran responsabilidad) no acompañaron y él en tantos años de su pontificado no pudo revertirlo. Es complicado ser "párroco del mundo". Allí se pueden encuadrar el evento de Asís de 1986 y otros actos del pontificado de efecto mediático.

    Parece simplista reducir todo a filo-lefebvrianos. Es una cuestión de analizar hechos.

    Y le aseguro que notar estas cosas no implica negar la sujeción al Romano Pontífice. Recordemos que leer discursos pontificios en tiempo real es un fenómeno del siglo XX. No tiene tanto arraigo en la vida de la Iglesia.

    ResponderEliminar
  2. Católico conciliar: Me da la impresión que Ud. no considera a san Juan Pablo II un "monstruo modernista" como dice Fr Filemón que es la opinión de los sedevacantistas, lefebvrianos y filo-lefebvrianos. Pero me quedan dudas acerca de su opinión de san Pablo VI. ¿Lo considera otro "monstruo modernista" a pesar de todo su incuestionable magisterio anti-modernista?
    Por otra parte: según sus argumentos en contra del nombramiento de obispos por parte de Juan Pablo, ¿qué piensa Ud de los nombramientos de Pío XI, Pío XII y san Juan XXIII, eligiendo en gran medida a los fautores del otro "monstruo" lefebvriano y filo-lefebvriano: el Concilio Vaticano II?

    ResponderEliminar
  3. Católico conciliar11 de agosto de 2020, 9:59

    Don Rubén: nadie me parece un monstruo.

    No creo que mi opinión sea relevante, pero con permiso de Fray Filemón le paso algunos pensamientos a lo que usted pregunta.

    Sobre el Papa Paulo VI, como sobre cualquier Papa, hay que distinguir la persona del Papa. Giovanni Battista Montini era en mariteniano. Él tradujo al italiano "El humanismo integral".

    Creo que ciertamente era un moderno que apreciaba la modernidad. Sin embargo no creo que fuera simpático al común de la gente. Quien circulara por Roma en los '70/'80 podía ver en muchos bares la estampita de Juan XXIII. No así de Paulo VI. Los devotos del Papa Montini fueron los Obispos, especialmente los nombrados por él.

    La Curia Romana la conocía perfectamente. De eso no hay dudas.

    Si miramos los escritos tenemos por una parte la Nota Explicativa Previa a Lumen Gentium, Mysterium Fidei, Humanae Vitae, el Credo del Pueblo de Dios, Sacerdotalis Coelibatus...

    Por el otro una visión muy "buenista" del mundo moderno como Populorum progressio.

    Sobre sus acciones de gobierno hay que decir que manejó un modo de relación con el mundo comunista detrás de la cortina de hierro. Los obispos clandestinos no la apreciaron.

    Sobre la reforma litúrgica qué decirle? A mi humilde modo de ver excedió ciertamente lo que el Concilio Vaticano II pidió. Echarle la culpa a Bugnini me parece una ingenuidad. Todos los documentos llevaron la firma del Papa. Que fue una reforma de laboratorio/escritorio no caben dudas. Basta leer el libro de Bugnini.

    Aunque le cause gracia, creo que la formación conservadora de Paulo VI fue lo que no le permitió no ser menos riguroso en admitir la "experiencia tradicional" en el seno de la Iglesia. Él veía todo como una contestación al Concilio. No lo vio así Benedicto XVI con su visión de continuidad.

    Sobre los Obispos nombrados por Pío XII no cabe duda que son los que empujaron el "cambio", pero no solos. No se puede negar que la rehabilitación de parte d Juan XXIII de los teólogos silenciados por Pío XII fue fundamental. De ahí a pensar que las medidas me Pío XII fueron las mejores es otro cantar.

    Volviendo al nombramiento de los Obispos, lo que me parece importante diferenciar es que los designados por Pío XII, durante su pontificado, le respondían (por miedo, convicción, conveniencia o por lo que sea), a Juan Pablo II, no.

    ResponderEliminar
  4. Católico conciliar: ¿Conciliar del Vaticano II, del Vaticano I, o del Tridentino?...

    ResponderEliminar
  5. Católico conciliar11 de agosto de 2020, 11:41

    Es cierto que el adjetivo conciliar durante muchos años significó tridentino. Por ejemplo se solía decir "seminario conciliar". En los años '60 pasó a significar del Vaticano II, pero en oposición a lo anterior. Así se escuchaba decir "pre-conciliar" como un estigma y conciliar se usaba como elogio.

    En mi caso el adjetivo se refiere a todos los concilios.

    ResponderEliminar

Comentarios sin debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados. Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.