miércoles, 12 de agosto de 2020

Notas sueltas en la Novena de la Asunción (7/9)

Con lo que llevamos visto acerca de la Asunción de María, estamos en condiciones de ubicar en sus justos límites conceptuales la escueta definición dogmática hecha por el venerable papa Pío XII en la constitución apostólica Munificentissimus Deus; y para ello buena ayuda nos ha proporcionado el papa san Juan Pablo II en su Catequesis del 25 de junio de 1997. En tal sentido, podríamos estar inclinados a disentir con lo que dice el "Curso de Liturgia", tan popular en décadas pasadas, del benedictino Manuel Garrido [1925-2013], cuando afirma: "Después de la definición dogmática del misterio de la Asunción de la Virgen en cuerpo y alma a los cielos por Pio XII, con el entusiasmo de toda la cristiandad, se redactó un nuevo formulario litúrgico para la misa y el oficio, en el que la verdad dogmática es manifestada con mayor claridad".

----------Por cierto,el padre Garrido habla de "mayor claridad de la verdad dogmática" no en la propia formal definición del Papa, sino en el nuevo formulario litúrgico para misa y oficio. Pero lo que digo es que si buscamos mayor claridad de la verdad dogmática sobre la Asunción de María entonces debemos hacer teología, porque ni la estrecha formulación dogmática del papa Pío XII ni la liturgia nos proporcionan hoy esa claridad. Pero la teología es para la cátedra que corresponde, no para las notas sueltas de un humilde blog. Aún así, algo podremos seguir diciendo, para enriquecer nuestra Fe en los privilegios de María Santísima, en estos días previos a la conmemoración de su Asunción a los cielos.
----------Y respecto a la Liturgia, es interesante observar los cambios producidos en las lecturas bíblicas en la Misa de la Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen. Hasta agosto de 1951, el Evangelio para la Misa era el de Lc 10,38-42, el relato de la visita de Nuestro Señor Jesucristo a Marta y María en su casa: "Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Al fin, se paró y dijo: 'Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude'. Le respondió el Señor: Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada". Sin embargo, en su origen, ese texto venía con el añadido, al final, del pasaje de  Lc 11,27-28: "En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: 'Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron'. Pero él repuso: Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen". Esta combinación de perícopas todavía se utiliza como Evangelio para la Misa del 15 de Agosto en los ritos bizantinos y mozárabes (y también para otras fiestas marianas).
----------No han faltado los intérpretes que han entendido que ese pasaje evangélico aplicado a las fiestas marianas y, en concreto, a la Asunción, es una referencia a María como la verdadera Hesiquiasta, o sea, la que escucha en silencio a Cristo; la hija perfecta de Israel que escucha a YHWH.
----------Unas palabras sobre el hesicasmo: divulgado por Evagrio Póntico en el siglo IV dC, el hesicasmo es una tradición inicialmente eremítica de plegaria que se mantiene dentro del rito bizantino practicada para ἡσυχάζω/ hesykazo ("mantener la quietud") por los monjes hesicastas (en griego, los: Ἡσυχαστής/ hesykastes). La práctica del hesicasmo se mantiene aún en el Monte Athos y otros monasterios ortodoxos. En el Monte Athos recibió un impulso decisivo a partir de Gregorio Palamás ya en el siglo XII y luego con Filoteo Kokkinos y Nicolás Cabasilas, y así en siglos posteriores mediante los escritos de místicos y teólogos recopilados en el corpus de textos llamado Filocalia. El hesiquiasmo tuvo gran difusión en los monasterios de Constantinopla (siglo XI) y los del monte Athos (siglo XIV), los religiosos eslavos (siglo XVIII, Rusia). Su espiritualidad tuvo gran influencia en la teología ortodoxa, impregnándola hasta nuestros días con la mística del corazón.
----------Podríamos decir que María es la Señora del Monte Athos, modelo por antonomasia de Hesychia. Si uno recorre los capítulos 10 y 11 del Evangelio de San Lucas, prestando atención a las conexiones establecidas por el verbo akouein (escuchar) en su sentido mejorado de escuchar obedientemente, esa combinación de las perícopas Lc 10,38-42 y Lc 11,27-28, unidos para la Misa, se comprenden muy bien y claramente.
----------Dom Prosper Guéranger [1805-1875], para interpretar esos textos, cita a san Bruno de Segni [1045-1123], quien sugiere que María Santísima, como Marta en el evangelio de Lucas, "recibió" a Jesús, y no sólo en su casa, sino en su vientre; y que también ella (como la María del evangelio de Lucas) escuchó en silencio y reflexionó todo en su corazón. Por cierto, sería interesante esclarecer el modo como los Padres de Oriente u Occidente relacionaban en sus comentarios sobre estos pasajes evangélicos lo que dicen esas perícopas con el misterio de la Dormición o Asunción de María y, quizás con su ministerio de Intercesión Universal en los Cielos. Sugiero que esclarecer esas conexiones nos ayudaría a dar mayor claridad al dogma de la Asunción.
----------Antes de poner punto final a estos apuntes de hoy, no quiero olvidarme de algo que encontré en mis lecturas de estos días. Parece ser que la razón decisiva para el uso en la Liturgia de la Asunción de María Santísima (antes de la reforma de 1951) de la combinación de los pasajes evangélicos de Lc 10,38-42 y Lc 11,27-28, primeramente en Oriente y luego (a partir de la década del 650) en Roma, fue claramente la frase: "María ha elegido la mejor parte, que no se le quitará". Vale decir, la liturgia de la Asunción utilizó el honor que Cristo dio a María de Betania, que había decidido no actuar como sierva en otros menesteres, sino escuchar la palabra del Señor, como analogía para el mayor honor que, precisamente en la Asunción, fiesta de su entrada en el cielo, el Señor dio a su propia Madre, la sierva del Señor cuya libre elección de llevar en sí misma la Palabra (el Verbo eterno de Dios) haría que todas las generaciones la llamaran bendita. Este uso litúrgico de la lectura del pasaje de Marta y María en Betania, permite hacer hincapié en que la Santísima Virgen María ha sido "bendecida entre todas las mujeres": un tema central en las cuatro grandes fiestas marianas.

4 comentarios:

  1. Fr Filemón: Hay datos interesantes referidos al tema de la relación del Evangelio de Maria y Marta de Betania, en el Sermón 19 de Elredo de Rieval, cuando dice, por ejemplo:
    "Y la Virgen María, cuya gloriosa Asunción hoy celebramos, aunque fue dichosa por recibir en su cuerpo al Hijo de Dios, lo fue mucho más por acogerlo en su alma. Así nos lo dice San Lucas en su Evangelio: Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron. Y el Señor le contestó: Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen. Hermanos, hemos de preparar, un castillo espiritual para que pueda venir a nosotros el Señor. Si María no hubiese preparado en sí esta morada fortificada, Jesús no hubiese venido a morar ni en su cuerpo ni en su espíritu, ni se leería hoy en esta solemnidad de María este Evangelio".
    Elredo habla de "castillo" haciendo pie en la versión latina de la Vulgata de ese Evangelio de Betania, y por eso luego usa la metáfora del castillo para indicar en su sermón cómo debemos preparar un castillo en nuestra alma.

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  2. ¿Alguien podría recordarme cuáles son las "cuatro grandes fiestas marianas" que dice el padre Filemón?
    Padre Filemón:¿podría ud recordármelas?

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  3. En la Liturgia Romana, por lo que tengo entendido, la historia de la progresiva incorporación de las cuatro grandes fiestas marianas se puede resumir así: comenzando por la Anunciación del Señor, se adoptaron luego las otras tres fiestas orientales que celebran el papel de María en la Encarnación, introducidas desde Roma a Constantinopla en el transcurso del siglo VII.
    1) La primera de las cuatro había sido la Presentación del Señor en el Templo (Fiesta de la Candelaria) el 2 de Febrero, registrada ya en el pontificado del papa Honorio (625–638).
    2) La siguiente en ser introducida en la liturgia fue la Fiesta de la Muerte de María o de la Dormición, el 15 de Agosto, registrada a partir de alrededores del 650, más o menos durante la crisis monoteleta: los santos eran conmemorados generalmente el día de su muerte, y por eso el 15 de Agosto pasó a ser la fiesta de María por excelencia, 'Sollemnitas Sanctae Mariae'. A medida que se extendía la creencia de que María no había sido sepultada, sino que su cuerpo había sido asumido en el cielo, el título de esta fiesta rápidamente fue cambiado: de 'Natale Sanctae Mariae' pronto se convirtió en 'Dormitio Sanctae Mariae y, en el transcurso del siglo VIII, pasó a ser 'Assumptio Sanctae Mariae'.
    3) La tercera fiesta fue la de la Anunciación, celebrada en Roma desde quizás alrededor del año 660.
    4) La cuarta y última en ser introducida (a partir de alrededor del 670), fue la Natividad de la Virgen, es decir, su cumpleaños, celebrada el 8 de Septiembre.
    Estas cuatro fiestas, que reflejan la nueva devoción en Oriente, oriental, fueron introduciéndose en diferentes períodos en las diversas basílicas de Roma. A finales del siglo VII, el papa Sergio I (687–701) unificó las cuatro en un conjunto de fiestas relacionadas. Beda tenía conocimiento de cómo el papa Sergio había unificado las fiestas en un complejo unitario de fiestas marianas, y parece haber registrado los cuatro en su Martirología.

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  4. Según el Catecismo Mayor del papa san Pio X hay cinco fiestas solemnes de la Santísima Virgen María: 1) Inmaculada Concepción; 2) Natividad; 3) Anunciación; 4) Purificación; y 5) Asunción.

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