martes, 18 de agosto de 2020

Fe cristiana e iniciación esotérica (1/2)

Me ha alegrado mucho saber que el tema de ayer lunes, o más bien de los dos días anteriores, domingo y lunes, haya interesado a un crecido número de lectores. Entiendo este blog como una bitácora personal, del viaje de mi propio aprendizaje diario a través de viejos y nuevos libros, viejas revistas, artículos, ideas, noticias, que no necesariamente tienen un orden ni una temática unitaria; y sé que a veces ha sucedido que ha habido lectores a quienes no les han gustado los temas elegidos, reclamándome que trate cuestiones según ellos más urgentes: lo que dijo ayer el Papa, o lo que ha decidido tal o cual obispo, o lo que enseña tal o cual sacerdote... Entendido. Pero el caso es que este es un simple blog personal, y no pretende ser otra cosa. De modo que hoy, habiendo lanzado ayer un guijarro a la tranquila superficie del agua del lago, las ondas circulares excéntricas que se generan me llevan a tratar hoy otro tema relacionado a los anteriores.

----------Bien sabemos lo muy extendidas que están en la actualidad las prácticas de iniciación esotérica y ocultista, las ideas de la New Age, la mediumnidad, el espiritismo, los cultos mistéricos paganos, las prácticas mágicas y supersticiosas, la llamada "magia blanca", la nigromancia, y también los maleficios y las sectas satánicas. En cualquier gran ciudad del mundo, pero también en las urbanidades provincianas, no faltan las tiendas esotéricas, o las santerías, donde pueden encontrarse artículos de todo tipo, desde populares o lujosas ediciones de los Santos Evangelios, o imágenes de la Virgen María, o de San Cayetano, o de San Expedito, hasta las de san La Muerte o el Gauchito Gil, o la Difunta Correa, y las más variadas colecciones de cartas de Tarot, o bolsillas de runas mágicas, o amplias colecciones de inciensos asiáticos de todos los aromas y para todas las finalidades, o candelas de todos los colores y también para todas las finalidades, y una vasta bibliografía consistente en grandes y pequeños volúmenes para saciar el apetito intelectual de lectores de todas las edades que, sea que se trate de simples curiosos o bien hombres y mujeres seriamente intencionados, desean imbuirse de la sabiduría oculta y convertirse en nuevos magos o brujas.
----------Por supuesto, en estos tiempos de catolicismo light (quiero decir: carente de esencialidad) no faltan jóvenes o adultos sedicentes "católicos" entre los adictos consumidores de esta "sabiduría esotérica". De modo que supongo que los lectores comprenderán que no carece de importancia tratar este tema con la debida seriedad, en el contexto de la actual crisis de la Iglesia católica.
----------Algo ya hemos dicho ayer acerca del concepto de magia, y de su malicia e inmoralidad intrínsecas, y hasta hemos dejado en claro que no tiene ningún sentido la usual distinción entre magia blanca y magia negra, pues ambas son maléficas e inmorales, en cuanto que implican la usurpación por parte del ser humano del lugar y status que sólo le corresponden a Dios. Pues bien, una pregunta inicial que podemos hacernos es acerca de cuáles pueden ser las raíces y las razones profundas de similares aberraciones del espíritu, que frecuentemente conducen a comportamientos morales ilícitos o provocan enfermedades mentales y en algunos casos ni siquiera se detienen ante el crimen y el homicidio.
----------Sabemos que las prácticas esotéricas u ocultistas, en las formas más variadas y dispares, a veces contradictorias entre sí, se han podido encontrar entre todos los pueblos y culturas del planeta y desde la más remota antigüedad, con la práctica de ritos tradicionales, o sea transmitidos y recibidos de generación en generación, en una cadena ininterrumpida que se pierde en las brumas del tiempo. Una conducta tan universalmente difundida, incluso en las civilizaciones aparentemente más avanzadas en otros aspectos, no puede dejar de corresponder a una necesidad profunda, aunque mórbida, del alma humana.
----------En otras palabras, la pregunta inicial que podemos hacernos es: ¿A qué se debe la difusión de estas prácticas? La respuesta no es difícil: se debe a dos factores.
----------1°) En primer lugar, la difusión de las prácticas esotéricas se debe al hecho de que causan realmente efectos sorprendentes, inusuales, y hasta maravillosos, o podríamos decir (si se entiende mi expresión en el preciso sentido que deseo darle) efectos estupefacientes, pues parecen conferir al hombre una felicidad, un saber y un poder superiores a lo que saben y pueden los comunes mortales.
----------2°) En segundo lugar, la extensión del esoterismo se debe al hecho que estos fenómenos testimonian en el hombre el deseo desmesurado e ilusorio de un saber o de un poder absoluto o, en todo caso, de un contacto con un mundo sobrenatural o con el Absoluto. Sin embargo, constituyen una corrupción de la virtud de religión, la cual, de modo opuesto al esoterismo, al mismo tiempo que hace al hombre consciente de sus límites y de sus pecados, sin embargo le otorga los medios para esperar obtener la benevolencia del Absoluto divino y participar de algún modo de su naturaleza, de su saber y de su poder.
----------Efectivamente, la iniciación esotérica es una corrupción de la religión, causada por la soberbia que ha turbado la vida del hombre desde el pecado original, el cual, como bien sabemos, fue precisamente un pecado de soberbia: el querer ser "como dios". Por el contrario, la verdad cristiana es que el hombre alcanza su verdadera grandeza solo en la humildad y en la obediencia a Dios enseñadas por la religión.
----------Aunque la teología sacramental del ex opere operato pudiera equivocadamente sugerirlo a algunos católicos confundidos, es deletéreo y podemos decir que es un engaño del demonio confundir, por un lado, la magia y sus prácticas, con, por otro lado, los sacramentos, los milagros, las profecías, el misticismo y los carismas de la religión cristiana. Sin embargo, hay que aclarar con firmeza que también es un engaño confundir la magia con ese poder misterioso que son las facultades parapsicológicas, que de por sí son naturales, aunque excepcionales, pero del todo innocuas, y de hecho beneficiosas.
----------Como este punto me lleva a detalles y precisiones que harían que me extienda aquí más de lo que deseo por hoy, dejo la cuestión para mi nota de mañana. Por ahora, creo que los lectores interesados cuentan, en lo que acabo de escribir, con algunos puntos como para reflexionar con fruto.

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