jueves, 13 de agosto de 2020

Notas sueltas en la Novena de la Asunción (8/9)

Los cambios que ha tenido el Calendario Litúrgico en la Iglesia, son muy destacados en lo que respecta a las fiestas de la Santísima Virgen. Es que a medida que ha ido esclareciéndose la Fe de la Iglesia en los misterios de la Revelación y, en particular, se han ido esclareciendo los misterios y prerrogativas de Nuestra Señora, ha ido evolucionando también la celebración de esos misterios en la Liturgia.
   
----------Por supuesto, este sábado 15 de agosto celebraremos la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, sea que celebremos la Misa según el Vetus o el Novus Ordo. Sin embargo, no será exactamente lo mismo ocho días después, el sábado 22 de agosto. Los sacerdotes podrán celebrar la Fiesta de María Reina en el Rito Romano ordinario, o bien del Inmaculado Corazón de María en el Rito Romano extraordinario. ¿Y por qué celebraremos el 22 de agosto el Inmaculado Corazón de María? Pues simplemente porque el venerable papa Pío XII reemplazó el Día de la Octava de la Asunción por el Corazón Inmaculado, y a su vez ubicó el Reinado de María en el último día del mes de mayo (el mes de María), que el año pasado, 2019, pudimos muy bien celebrar el 31 de mayo, como correspondía, pero que este año, 2020, no pudo celebrarse porque precisamente ese día fue el Domingo de Pentecostés.
----------Sin embargo, hay que recordar que el 31 de mayo, era precisamente un día en el que la Fiesta de Nuestra Señora Mediadora de todas las Gracias se había venido extendiendo, por indulto, siempre a más y más lugares de culto. Por su parte, el papa san Paulo VI ubicó la Fiesta de María Reina en el antiguo Día de la Octava de la Asunción (que, como dije, quienes respeten el Novus Ordo, celebrarán el próximo sábado 22 de agosto). En mi humilde opinión, este cambio ordenado por Paulo VI, es un buen cambio. ¿Por qué razón? Sencillamente porque el Reinado de María en el Cielo es exactamente de lo que se trata el Día de la Octava de la Asunción. Sin embargo, opinar eso no me impide afirmar que cuando el mismo papa san Paulo VI ubicó la Fiesta de la Visitación de la Virgen María el 31 de mayo (que este año, tal como dije, no se celebró por ser Domingo de Pentecostés), cometió un grave error.
----------La idea original era que esta Fiesta de la Visitación de María debería tener como uno de sus temas la Mediación de Nuestra Señora (y uno de los himnos proporcionados por Lentini estaba redactado para expresar ese tema); pero el caso es que esa idea nunca se cumplió.
----------¿Por qué todos esos errores, esos cambios que lucen a veces caprichosos, esas confusiones, esos olvidos?... Por supuesto, estoy refiriéndome aquí a errores solamente disciplinares de los Pontífices, en el ámbito de la disciplina litúrgica, lo cual no afecta a ningún dogma, ni por supuesto a su infalible carisma docente (por cierto, no me malinterpreten: otra cosa distinta es hablar de errores en los Papas o en los Concilios, como lo hacen algunos como Viganò, Schneider, o de Mattei, a una con los lefebvrianos). Repito, ¿cuál es la razón de esos errores de los Papas en cuestiones de disciplina litúrgica?... Expresaré una razón que parece estar en el fondo (o en el mediofondo) de esta cuestión.
----------Ante todo, hay que tener en cuenta que tanto la hermandad sacerdotal creada en 1970 por el arzobispo Marcel Lefebvre [1905-1991], como el motu proprio Summorum Pontificum del papa Benedicto XVI, del 7 de julio de 2007, se basan en la normativa de los libros de 1962 del Rito Romano. Por supuesto, la impresión más generalizada es que el Papa hoy emérito, con su decisión, ha querido confirmar la sabia opción litúrgica del fundador de la FSSPX, también como un gesto más de acercamiento a la hermandad que todavía hoy, a cincuenta años de su fundación, sigue separada de Roma. Sin embargo, creo que habría que expresar algunos matices a esa posición normativa acerca de los libros de 1962.
----------Por ejemplo, se acepta que los prefacios de 1962 podrían ser agregados a la Forma Extraordinaria del Rito Romano (como la llamó Benedicto XVI). Ahora bien, si el papa Pío XI pudo agregar prefacios para el Sagrado Corazón y para Cristo Rey al Misal Romano, no es fácil ver por qué no debería un Papa (cualquiera sea ese Papa, Benedicto, Francisco, o sus sucesores) poder agregar prefacios para la Asunción y la Inmaculada Concepción. Pero creo que la revisión de los detalles en el Ordo Missae (de la Forma Extraordinaria del Rito Romano) no debería detenerse allí. Habría que corregir otros detalles a los libros de 1962 (y, por ende, a la Forma Extraordinaria); pero aquí sólo me voy a referir a los detalles del Calendario Litúrgico en lo que respecta a algunas fiestas de María Santísima, que es de lo que quiero tratar en esta nota.
----------Mi opinión es que lo que necesitamos es un calendario litúrgico en el que el 31 de mayo celebremos la Fiesta de la Santísima Virgen María Mediadora de todas las Gracias; el 22 de agosto (en la Octava de la Asunción) celebremos a María Reina, y que la Visitación de María se reubique el día 2 de julio, que es una antigua datación, que tiene incluso implicaciones ecuménicas. Por su parte, la Fiesta del Inmaculado Corazón de María bien podría pasar a la fecha dada por Annibale Bugnini [1912-1982], a continuación del Sagrado Corazón de Jesús. ¿O es que deberíamos estar en contra de esa fecha sólo porque la indicó Bugnini? No tengo problemas con esto, porque esta datación armonizaría con el instinto (o sentimiento, o piedad) del Pueblo cristiano para con las Misas del Primer Sábado de esta devoción.
----------En fin, lo que intento decir es que esa podría muy bien ser una "orgánica" resolución de las actuales confusiones con las Fiestas de Nuestra Señora. Y con esto estaría todo dicho por hoy, creo, aunque ahora que lo pienso, todavía podrían sugerirse algunos bocadillos...
----------El tema de agregar prefacios... Es una forma en que se pudiera cumplir el deseo de Benedicto XVI en Summorum Pontificum, de que Forma Ordinaria y Forma Extraordinaria del Rito Romano pudieran mutuamente enriquecerse. Incluso, simplemente podría permitirse que los prefacios ambrosianos fueran un regalo para todo el Rito Romano. Parece difícil oponerse a que un calendario universal y standard es algo muy necesario en ambas formas del Rito Romano. En esta línea: ¿la unificación del calendario litúrgico debería implicar como paso ulterior la unificación de ambas formas en una única forma del Rito Romano?... Es lo que ha venido sugiriendo últimamente el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. No me es fácil estar de acuerdo con la postura de Koch, pero tampoco me es nada fácil mostrar serios y convincentes argumentos para estar en desacuerdo.
----------Respecto a la decisión (errónea) del papa Paulo VI de ubicar la Fiesta de la Visitación de María el 31 de mayo, hay que recordar, en contrapartida, que se adujo que esa nueva datación tenía dos ventajas: 1) ante todo, que agrega una fiesta mariana al Mes de María; y 2) que la ubica antes en el calendario de la Natividad de Juan el Bautista. Teniendo en cuenta estos dos argumentos, podría pensarse que la nueva fecha de la Visitación es más satisfactoria. Pero no hay que olvidar la lógica implícita en su datación anterior, el 2 de julio, que (permitiendo la Octava) hace que la fiesta sea similar a una sinaxis ortodoxa.
----------Y hablando de los ortodoxos... todos saben la broma: "¿Cómo hacer que una reunión pan-ortodoxa termine en el caos? -¡Griten la palabra "Calendario"! ¡Resulta sorprendente el cúmulo de pasiones que pueden suscitar tales asuntos! Y seguro que lo mismo es cierto en muchas comunidades occidentales. En fin, da la impresión de que cualquier intento de crear o modificar y producir un calendario único para la Forma Ordinaria y la Forma Extraordinaria del Rito Romano está condenado al fracaso desde su mismo principio. ¡Ni hablar de la sugerencia de mons. Kurt Koch! Aunque el propio Cardenal suizo también estimó que lo que él indica como necesidad llevará mucho tiempo de crecimiento y maduración litúrgica. De modo que se trata de cuestiones que ni yo ni los lectores veremos solucionadas, al menos desde nuestra peregrinación terrena, sino que las verán otras generaciones, sucesoras de la nuestra, si la historia de la Iglesia sigue aún su curso.
----------En cualquier caso, y volviendo a los presupuestos iniciales de la presente nota, contra cualquier falsa creencia de algunos tradicionalistas (y no me refiero a todos los tradicionalistas, sino sólo a los extremistas, abusivos y lefebvrianos o filo-lefebvrianos) la "sacrosantidad" del Misal de 1962, no existe, es una falsa suposición, un mito, como tantos mitos que alimentan el fijismo de tantos cismáticos y herejes.

1 comentario:

  1. Católico conciliar13 de agosto de 2020, 10:13

    Me parece que la elección de la edición de los libros litúrgicos de 1962 fue una conveniencia. De hecho Lefebvre había usado reformas posteriores durante algunos años. Luego notaron que hacía falta una cierta uniformidad, pues algunos seguían libros anteriores a esa edición. Creo que hubo dos razones fundamentales:
    1. Última edición "completa" del rito de la Misa (desde el salmo 42 hasta el último evangelio), respecto al ordo publicado por San Pío V.
    2. Porque no se frenaba en el Papa Pío XII.
    Esa decisión trajo enormes divisiones entre sus seguidores.
    Luego, el primer indulto de 1984 autorizó esos libros. El motu proprio Ecclesia Dei también. Y en esa línea siguió el de Benedicto.
    Sin embargo en los monasterios "tradicionalistas" aún bajo el régimen de la FSSPX seguían las reformas de 1965.
    Respecto a las fiestas manianas, hay que decir que fuera de las clásicas enunciadas en los comentarios al post anterior, algunas surgieron por eventos históricos ajenos a ellas y recibieron diversas fechas.
    La de la Visitación por el cisma de occidente, el Smo Nombre de María por la vitoria contra los turcos, etc.
    Hay diversas razones para mantener una u otra fecha.
    La idea de Bugnini respecto al Corazón de María es buena y respeta un criterio que se usó anteriormente para para introducir fiestas: típico, el nombre de María que era el sábado dentro de la octava de la Natividad.
    Igualmente (esto es un capricho mío), luego de tantos cambios sería bueno disfrutar de un poco de serenidad por algún tiempo.

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