miércoles, 11 de marzo de 2020

¿Qué autoridad tiene la palabra del papa Francisco?

Sucede hoy, como siempre ha sucedido en los dos milenios de historia de la Iglesia, que existen muchos católicos que, si bien quieren estar en comunión con el Sumo Pontífice, sin embargo a la vez se encuentran en una situación de desagrado, confusión, molestia, o incomodidad, por las dificultades que a veces se sufren al tratar de interpretar la palabra y la conducta del papa Francisco.

----------Por eso, los católicos sinceros y devotos de la Cátedra de Pedro, se preguntan cómo discernir en las enseñanzas del Papa aquellas que son vinculantes en cuanto doctrina de fe y vía a la salvación, y cuales, por el contrario, por su carácter opinable o por su falibilidad, conceden espacio y legitimidad a la crítica, o al disenso, o a opiniones diferentes, sin que por ello se comprometa la sincera obediencia y devoción que todo católico le debe al Vicario de Cristo. Se trata de excelentes católicos, que no quieren correr el riesgo ni de despreciar temerariamente el Magisterio de Francisco como Sucesor de Pedro (lo que los podría ubicarlos de facto en el cisma y la herejía), ni de absolutizar las que en realidad son sus opiniones discutibles (lo que los volvería ingenuos papólatras, meros seguidores de un líder por motivos humanos).
----------De hecho, en la densísima y multiforme predicación del papa Francisco, es difícil discernir cuáles son los temas verdaderamente importantes o esenciales, y cuáles son, en cambio, ciertos puntos secundarios, que pueden pasar a un segundo plano o incluso ser dejados de lado sin peligro para la fe o para la moral.
----------Todo lo cual es como decir que para los católicos es necesario conocer los grados de autoridad de las enseñanzas del papa Francisco, y también conocer, de vez en cuando, al surgir de las dificultades, el grado de importancia de sus discursos, para saber cuánto tenerlos en cuenta, o incluso si hay que tenerlos en cuenta. Es necesario tener siempre en cuenta al máximo cada Palabra que sale de la boca de Dios. Pero, aunque el Papa es el intérprete más autorizado de la Palabra de Dios, este carisma él lo expresa en medio de un conjunto de lábiles y fugaces palabras humanas, de las que solo él es responsable.
----------Mientras que de hecho, a veces escuchamos claramente en el papa Francisco la voz de Pedro, en otras ocasiones nos cuesta reconocerla por diversos motivos, especialmente ligados a un lenguaje que no siempre parece apropiado, claro, límpido y coherente. A veces sobreestimamos su voz, a veces la subestimamos. Entonces, se me ha ocurrido proporcionar al lector un esquema aproximativo de los varios grados de autoridad de las enseñanzas del Papa, para poder ofrecer un criterio de valoración. De hecho, en estas cosas delicadísimas del mundo del espíritu no podemos pretender poseer una unidad de medida tan precisa como por ejemplo es la que contamos para medir la temperatura atmosférica; sin embargo, debemos estar ciertos que Dios se contenta en estos casos con nuestra buena voluntad y Él agrega el resto que falta para nuestra perfecta adhesión a sus santísimos deseos.
----------Digamos, en primer lugar, que las enseñanzas pontificias tienen sustancialmente el propósito de darnos a conocer los contenidos de la fe y sus falsificaciones ("confirma fratres tuos", Lc 22,32), que son las herejías. Esta es la finalidad de las enseñanzas papales, un poco como un botánico experto en hongos nos informa acerca de cuales son los comestibles y cuales los venenosos; o bien como el prospecto adjunto a un medicamento nos permite saber cuál es su buen uso y cuál el malo. Esta es la misión magisterial del Romano Pontífice, para la cual recibe una particular asistencia del Espíritu Santo: la gracia magisterial.
----------Pero institucionalmente todo Romano Pontífice también tiene de Nuestro Señor Jesucristo el mandato de mostrar a la Iglesia el modo de poner en práctica el mensaje del Evangelio y la doctrina de la fe, desde el nivel de los principios deben llevarse a la práctica, en el propio tiempo. Son, estas, las enseñanzas prácticas ("pasce oves Meas", Jn 21,17), que incluyen en primer lugar las normas de conducta moral, que enuncian los deberes siempre válidos para todos (ley divina y ley natural); en segundo lugar, las enseñanzas pastorales (leyes positivas), que tienen como contenido su aplicación en la situación histórica en la que vive la Iglesia, ya sea en relación con determinadas categorías de personas o en relación con determinadas cuestiones de moral o en relación con las relaciones de la Iglesia con las comunidades no católicas o con la sociedad civil y la entera humanidad, llamada por Nuestro Señor Jesucristo a la salvación. Esta es la misión pastoral del Papa, para la cual recibe la gracia pastoral o de gobierno.
----------Por lo demás, hay que tener en cuenta que entre las enseñanzas prácticas del Papa se encuentran aquellas que legislan en el campo canónico acerca del gobierno y el buen desempeño de la Iglesia, y aquellas que disciplinan la administración de los sacramentos. Ellas se refieren respectivamente al poder jurisdiccional, que regula en la Iglesia la práctica externa de la caridad y de la justicia respecto de los derechos de cada uno, y el de la santificación de las almas, el así llamado "poder de las llaves" (Mt 16,19; Jn 20,23), para el cual el Papa, Sucesor del Príncipe de los Apóstoles, es el supremo anunciador del Evangelio, mientras que como Vicario de Cristo, Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, es el supremo promotor y moderador de la actividad litúrgica y del culto divino, así como de la recta y conveniente administración de los sacramentos según la necesidad de los tiempos y de los lugares y como Obispo de Roma, Vicario del Buen Pastor, es el pastor universal de la Iglesia, a fin de que el Pueblo de Dios, abundantemente nutrido de la Palabra de Dios y de la gracia santificante, proceda seguro, fuerte y sereno, en el poder del Espíritu Santo, sobre el camino de la salvación, en la lucha contra Satanás y en la edificación del reino de Dios, que es la Iglesia.
----------En siglos pasados, los documentos pontificios recibieron diferentes denominaciones, que hoy ya no están en uso. La denominación que ha tenido mayor éxito en los últimos siglos, sobre todo como designación de enseñanzas doctrinales atinentes a la fe, es la de Carta Encíclica.
----------Por otra parte, la proclamación pontificia más solemne y explícita de un nuevo dogma definido, cosa que ocurre muy raramente, o la promulgación de un decreto o de un conjunto de decretos legislativos que fueran considerados de máxima importancia, son encomendados a la Constitución ApostólicaEn otro tiempo fue llamada también "Bula", aunque las bulas podrían haber tenido también menos importancia.
----------Notemos que la palabra "con-stituere" implica la idea de establecer, hacer sólido y estable, la idea de algo bien fundado, firme y fijo, inamovible, por consiguiente definitivo, inmutable y perenne. La palabra status viene de aquí. De ahí el status jurídico o canónico. De ahí el verbo italiano "stare" (quedarse), "estar" en español, pero en el sentido de permanecer firme y estable. De ahí que se denomina Estado, a la organización jurídica de la sociedad. Fruto de la constitutio es la institutio, de ahí el término "instituto", "institución". Por lo demás, la regla de un instituto se llama "estatuto": "lo-que-ha-sido-establecido".
----------Algunos ejemplos de estos documentos son la Bula Ineffabilis Deus del beato Pío IX de 1854 sobre la doctrina dogmática de la Inmaculada Concepción de María y la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus del venerable Pío XII de 1950 sobre la doctrina dogmática de la Asunción de María al cielo.
----------De hecho, el Dogma es una proposición sin errores (tradicionalmente llamada "infalible", aunque con un término poco apropiado, por más que sea absoluta y perennemente verdadero e irreformable) que es solemnemente definida y proclamada en modo definitivo por el Sumo Pontífice a toda la Iglesia en su calidad de Sucesor de Pedroex cathedra Petri, como interpretación o clarificación o explicación o explicitación de una verdad de fe contenida en la Escritura o en la Tradición. El error contrario es la herejía.
----------Los mismos decretos de los Concilios, dogmáticos o pastorales o jurídicos o disciplinarios, aunque sean elaborados y preparados y votados colegialmente por el cuerpo episcopal, deben en último análisis ser reconducidos para su misma validez y operatividad canónica a la suprema autoridad doctrinal pontificia, la cual los confirma y los promulga y sin los cuales su mencionado valor sería nulo.
----------Por debajo de estos documentos, aquellos que han tenido la mayor importancia desde los primeros siglos son las Cartas Encíclicas, que así se empezaron a llamar con el papa Benedicto XIV. Anteriormente se les llamaba simplemente "Cartas". Son llamadas "Encíclicas" del griego en-kyklo, en círculo: podríamos decir "cartas circulares", porque deben ser hechas "circular" por toda la Iglesia universal, desde el momento que tratan de valores y deberes de interés común. En particular, tratan de las más importantes doctrinas de fe y de moral, con la anexa condena de los errores contrarios y las disposiciones pastorales para su observancia y aplicación. Se distinguen de las llamadas Cartas particulares, que son las dirigidas por el Papa a pastores individuales o a grupos particulares. Por otra parte, no queda excluído que estas misivas particulares también puedan contener enseñanzas que sean extensibles o iluminantes para toda la Iglesia.
----------Generalmente las Cartas Encíclicas son sin duda los documentos pontificios de mayor peso y valor doctrinal. Pero este valor o peso doctrinal no es algo "automático" en la Encíclica. Incluso aquí, como en casi todos los documentos públicos de un Papa dirigidos a la Iglesia o a los fieles católicos, debe hacerse un atento examen para establecer los grados de autoridad, que, dejando el primer grado a las rarísimas definiciones dogmáticas solemnes, se refieren siempre al segundo y al tercero. De hecho, incluso en una encíclica puede muy bien existir datos, contenidos o tesis discutibles o históricamente superados.
----------Inmediatamente debajo de las encíclicas, tenemos las Exhortaciones Apostólicas. Esta clase de documentos pontificios ciertamente contienen datos de fe y, a veces, incluso dogmas ya definidos. Sin embargo, como lo dice la propia palabra "exhortación", exhortan o aconsejan sobre todo en el plano de la moral o de la espiritualidad o de la disciplina eclesiástica, canónica o litúrgica y no dan órdenes o mandamientos taxativos o sancionados; no legislan sino en el plano positivo y contingente de la pastoral y la concreta vida eclesial, históricamente contextualizada (atinente a tiempo y lugar). Lo que no quiere decir que no contengan también normas morales absolutas y universales. Pero corresponde al prudente exégeta distinguir lo absoluto de lo relativo, lo vinculante de lo discutible, lo obligatorio de lo facultativo.
  
Un caso de Exhortación Apostólica: la Querida Amazonia del papa Francisco
  
----------Un ejemplo de Exhortación Apostólica, que ha producido gran discusión, y que incluso ha sido analizado con cierto detalle en este blog, es la Exhortación Apostólica postsinodal Querida Amazonia del papa Francisco. En este documento, junto a la referencia a valores de fe, del primer nivel, como por ejemplo el tratamiento sobre la esencia del sacerdocio o del sacramento de la Eucaristía, con la nota adjunta de que el sujeto del sacramento del Orden es exclusivamente el varón, el Papa recuerda algunas enseñanzas magisteriales de segundo nivel, según la graduación indicada en la Carta Apostólica de san Juan Pablo II Ad tuendam fidem (Nota ilustrativa de la CDF en apéndice a la Carta Apostólica de san Juan Pablo II de 1998 Ad tuendam fiudem), como la doctrina de las cualidades propias de la mujer o el método de la inculturación o el deber de la evangelización o la función del laicado en la Iglesia o el deber de respeto a la naturaleza o el derecho de los pueblos a la autodeterminación, con referencia a los pueblos indígenas.
----------En toda Exhortación Apostólica también se contienen verdades de índole práctico, valorables en el tercer nivel, verdades que son propuestas por el Magisterio auténtico, no necesariamente definitivas y por tanto reformables, que pueden contener directrices pastorales, para ser recibidas, siempre según la Ad tuendam fidem, con religioso obsequio de la inteligencia. Entre estas, en Querida Amazonia, digna de destacar es la exhortación hecha a los Obispos de enviar sacerdotes misioneros a la Amazonía.
----------Como ya lo he mencionado cuando traté más detalladamente esta Exhortación Apostólica, me parece pastoralmente dañosa en cambio, la ausencia de un serio análisis de los cultos idolátricos y chamanísticos tradicionalmente practicados por los indígenas, con la necesaria indicación de los caminos más oportunos a seguir para remediar esta superstición y para educar a los indígenas no solo en el monoteísmo, sino en el culto del Dios cristiano. Demasiado apresurada e insuficiente es, por lo tanto, la referencia a la idolatría al limitarse a señalar, por otra parte con razón, que de hecho las imágenes no deben considerarse necesariamente idolátricas, y que en cambio pueden expresar, debidamente adaptadas, el monoteísmo.
----------Por lo demás, otras opiniones o valoraciones del papa Francisco en la exhortación Querida Amazonia, en cambio, no me parecen atendibles o al menos me parecen criticables. Entre estas, menciono los juicios severamente negativos acerca de la política forestal de los gobiernos de los países amazónicos, que el Papa acompaña de un apoyo sistemático de las oposiciones al gobierno en relación a la conducta a tomar frente a las poblaciones indígenas y a la gestión de la cuestión ecológica, tesis que parecen dictadas por una toma de partido, privada de esa independencia y ecuanimidad de juicio, que debería caracterizar la imparcialidad del Padre común. Además del hecho de que la cuestión de evaluar las causas del desorden climático divide a los estudiosos, por lo que no parece prudente que un Papa, de por sí incompetente en estas complejas materias, tome posición por una parte contra la otra con el riesgo de equivocarse.
----------Por otra parte, parece exageradamente optimista el retrato de las poblaciones indígenas hecho por el Papa, las cuales parecen estar exentas de las consecuencias del pecado original y vivir una vida feliz y virtuosa, similar a la de nuestros progenitores en el paraíso terrenal.
----------He querido volver a tratar algunos contenidos de la exhortación Querida Amazonía, a fin de que el lector tenga de mi parte un ejemplo de cómo puede discernirse en un documento papal lo que es vinculante (al menos en cierto grado) y lo que no lo es.
   
Los tres grados de autoridad de las doctrinas pontificias
   
----------Para valorar el grado de autoridad de los documentos pontificios, es necesario verificar cual es el grado de autoridad del Magisterio en ellos contenido. Prescindiendo del (1°) grado máximo, es decir, el primer grado, el de la definición dogmática, al cual ya me he referido, los grados de autoridad inferior, según la citada Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe, son dos: el segundo (2°) toca doctrinas de fe o próximas a la fe o conexas con la fe o por motivos históricos o por motivos racionales: doctrinas no dogmáticamente definidas y, sin embargo, definitivas, irreformables y dogmáticamente definibles. El error contrario es el error próximo a la herejía o el error en la doctrina católica.
----------Este Magisterio pontificio de segundo nivel toca verdades que, si bien no son verdades explícitamente definidas, están sin embargo o implícitas en la verdad de fe definida o en el dato revelado, y valores humanos conexos con ellas, tanto que en el futuro la Iglesia podría elevarlas a dogmas. Es el campo del llamado Magisterio ordinario, es decir cotidiano, propio del Papa y de los Obispos esparcidos por el mundo. Se trata de comentarios a la Sagrada Escritura, dogmas ya definidos, doctrinas tradicionales o patrísticas o de santos o teológicamente ciertas, como por ejemplo las de Santo Tomás de Aquino.
----------Puede también contener opiniones personales discutibles del Papa. Aquí el Papa no pretende definir ni proclamar ningún dogma, y sin embargo no se puede sostener que pueda estar equivocado en la doctrina de la fe y que por lo tanto pueda engañarnos, incluso si el lenguaje a veces puede ser imperfecto, impropio, equívoco o ambiguo. Por lo tanto, es necesario interpretar in bonam partem.
----------Según la Carta Ad tuendam fidem, mientras las verdades definidas ex cathedra del primer nivel deben ser creídas con fe divina, las del segundo nivel, en cambio, deben ser creídas con fe eclesiástica, es decir, con fe en la asistencia del Espíritu Santo al Magisterio de la Iglesia.
----------El Magisterio de tercer nivel (3°), llamado por la Ad tuendam fidem "Magisterio auténtico", puede abarcar tanto materia de fe como de moral, derecho o pastoral. Aquí la Iglesia nos enseña siempre la verdad de la Palabra de Dios, pero no especifica si, ni dónde, ni cuándo, se trata o no se trata de verdad de fe o de un dato virtualmente revelado o conexo con la fe. Debemos descubrirlo nosotros mismos con una atenta exégesis de los textos, separando lo que es indiscutible de lo que puede ser discutido, criticado o refutado, lo que evidentemente no toca a la doctrina, sino a la praxis o la pastoral. Los errores contrarios en este nivel son denominados con varios apelativos: error, proposición escandalosa, temeraria, peligrosa, que no debe enseñarse, malsonante, ofensiva para los piadosos oídos.
   
La conducta moral de un Papa no condiciona la doctrina, pero condiciona su pastoral

----------Existe, por otra parte, una relación entre el Magisterio de un Papa y la conducta moral del mismo Papa. Mientras el Papa, en su oficio de maestro de la fe, se beneficia indefectiblemente y a todos los niveles de autoridad (los tres mencionados grados) de la luz de la verdad que Nuestro Señor Jesucristo prometió a Pedro para confirmar a sus hermanos en la verdad. Se trata de la gracia pontificia magisterial, que hace infalible al Papa al enseñar la Fe (repito en todos los tres mencionados grados de su autoridad magisterial). En cambio, en lo que respecta a la rectitud de su conducta moral con particular referencia a su tarea de gobernar la Iglesia ("pasce oves meas"), el Papa dispone por cierto de un socorro especial del Espíritu Santo, la gracia pontificia pastoral; pero, a diferencia del carisma doctrinal petrino, es decir, a diferencia de la gracia pontificia magisterial, que es siempre eficaz, siendo su estado el del Adán pecador como todos nosotros, excluyendo la Virgen (por haber sido concebida sin pecado original), tiene siempre la posibilidad de sustraerse a este divino impulso y de ceder o asentir a su propia fragilidad humana.
----------Sucede entonces o puede suceder que, mientras los documentos doctrinales, cuya verdad está garantizada por el Espíritu Santo, nos ilustran a todos los niveles infaliblemente, también aunque fuese un tweet, la Palabra del Señor, nos indican con seguridad la meta celestial a alcanzar y nos guían, en línea de principio, con certeza sobre el camino a seguir para salvarnos, los documentos pastorales, incluso al máximo nivel, como aplicación particular, contingente, detallada, contextualizada a tiempos y lugares, y concreta de los dogmas morales, no siempre están marcados por la impronta de una auténtica justicia, prudencia y sabiduría, en cuanto pueden resentirse negativamente por los defectos morales de su autor.
----------Por lo cual, por ejemplo, si un Papa es autoritario, tendrá un tono autoritario; si es demasiado indulgente, caerá en una falsa misericordia; si se inclina a un partido eclesial más que a otro, se resentirá de esta parcialidad; si es negligente en la vigilancia, dejará pasar herejías perniciosas; si es poco leal en el hablar, dejará que existan ambigüedades, duplicidades, subterfugios, malentendidos, equívocos e instrumentalizaciones, o se resentirá negativamente de los defectos morales de su autor.
----------De igual modo, si un Papa presta poca atención a la santificación de las almas, su predicación, por temor a la "abstracción", permanecerá a ras del suelo, en lugar de estimular a las almas a desear las "cosas de arriba" (Col 3,1). Si insiste demasiado sobre lo concreto, sobre la diversidad y sobre el pluralismo, y descuida los valores universales y perennes, considerándolos como "rígidas abstracciones", acabará por favorecer el relativismo, las contradicciones sociales y los conflictos intra-eclesiales.
   
El multiforme y activísimo teclado del papa Francisco
   
----------El Magisterio del papa Francisco se ha ejercido hasta ahora en una multiplicidad de grados de autoridad, que van desde el grado de la Constitución Apostólica y de la Carta Encíclica, descendiendo por muchos grados, hasta los inferiores, como es el caso de los originales, brevísimos y modestísimos (pero eficaces) mensajes online, llamados tweets, que significa "gorjeo", que en mi opinión son una especie de renacimiento del estilo de los llamados "apotegmas", es decir, los dichos de los Padres del Desierto. Además de los grados ya citados, destacamos los siguientes:
----------Homilías y Audiencias Generales. En estos casos el Papa comenta específicamente la Palabra de Dios, por lo cual es necesario prestar mucha atención. Por esta su finalidad, encontramos siempre alimento espiritual, aún cuando cada tanto alguna frase ambigua pueda dejarnos perplejos.
----------Motu proprio. Son disposiciones o directivas prácticas o jurídicas, contingentes del Papa, tomadas, como dice la expresión, por iniciativa y decisión puramente personal, sobre aspectos particulares y limitados de la organización jurídica o litúrgica de la Iglesia. Pueden carecer de prudencia, eficacia, previsión, sabiduría, competencia y oportunidad.
----------Discursos. Son exhortaciones pastorales dirigidas a organismos de la Santa Sede, familias religiosas, asociaciones, grupos de variado género, congresistas, representantes de la Iglesia o de la sociedad civil, visitantes, con motivo de aniversarios, celebraciones, congresos, conmemoraciones. Pueden carecer de prudencia pastoral, sentido de las circunstancias, adecuada información, suficiente atención y sensibilidad a las situaciones y necesidades.
----------Encuentros ecuménicosLa rueda del ecumenismo se ha atascado y gira como la del coche sin cadenas en el hielo. Debemos poner freno cuanto antes la sangría de católicos que permanecen tales sólo de nombre, pero que en realidad se vuelven protestantes, y protestantes que no quieren saber nada de hacerse católicos.
----------Es necesario, pues, que, como espera el propio Concilio (Unitatis redintegratio, n.3), el Papa, debidamente ayudado por buenos colaboradores, con espíritu de iniciativa y de sacrificio, sin respetos humanos y dejándose iluminar por el Espíritu Santo, encuentre el modo o las vías para estimular y ayudar a los hermanos separados a dar algunos pasos hacia la plena comunión con la Iglesia Romana.
----------Acuerdos y Declaraciones conjuntos. Por ejemplo, el de Abu Dhabi. Quizás demasiado optimista. ¿Cuánto hay que confiar? Pero, ¿China se abre al cristianismo o quiere dominar a la Iglesia?
----------Mensajes. ¿Demasiado humanos? ¿Poca impronta cristiana? ¿Humanismo ambiguo?
----------Entrevistas. ¿Qué hay de las alabanzas a Lutero? ¿Y las barbaridades tomadas de las declaraciones de Scalfari?
   
Conclusión
   
----------El secreto para tener la actitud correcta hacia el Papa y saber valorar su obra reside en saber combinar con sabiduría su frágil humanidad con la infalibilidad del carisma petrino, reconociendo objetivamente la una y la otra sin temer la aparente contradicción, sino más bien comprendiendo el valor salvífico de su paradójica conjunción.
----------En cierto modo, el carisma petrino aparece más en su sobrenaturalidad en un Papa deficiente, incompleto, imperfecto, que en un Papa santo, porque frente a esa santidad, podríamos ser llevados a pensar que ese carisma es el efecto de su santidad. En cambio, cuando vemos a un Papa que es humanamente menos apto para iluminarnos con la Palabra de Dios, es evidente que esa enseñanza no es harina de su costal, no es obra suya, sino que proviene de Algo o Alguien, superior, que está más alto.
----------Se evitan así los dos extremismos, que consisten o bien en tomar como pretexto la debilidad del hombre para negar el carisma, como ha hecho Lutero y como hacen los ultraconservadores; o bien reduciendo el carisma, sin embargo incomprendido, a las cualidades humanas verdaderas o presuntas, como hacen los modernistas, sedicentes "amigos del Papa", con la ridícula tesis del "Papa revolucionario" estilo '68. En suma: ver solo al hombre, sea fuerte o sea débil, olvidando el carisma; o bien ver solo el carisma, olvidando al hombre. En cualquier caso, se malinterpreta tanto el carisma como el hombre.
----------Todo Papa puede decir de sí mismo: "llevamos este tesoro en vasos de barro" (2 Co 4,7). Es precisamente la debilidad de lo humano lo que nos hace comprender que, si Pedro es infalible, tal infalibilidad ciertamente no le puede venir de su pobre humanidad, sino que le viene de Dios. Y si lo humano nos escandaliza, recordemos lo divino, así como Cristo nos manda: "Bienaventurado aquel que no se escandalizare de mí" (Mt 11,6).

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