martes, 4 de noviembre de 2025

Misa tridentina cual espejo roto: política, ideología y paz verdadera

¿Qué sucede cuando la misa tridentina deja de ser oración y se convierte en bandera política? ¿Qué pasa cuando periodistas y opinadores, intoxicados por categorías de poder, pretenden juzgar a los Papas como si fueran jefes de partido? Se habla de mayorías y minorías, de consensos y liderazgos, pero se olvida lo esencial: la liturgia no es un parlamento. ¿Puede una caricatura ideológica sustituir la verdad de la tradición? ¿Puede una misa que bendecía la guerra ser fundamento de la paz, precisamente hoy, cuando la guerra se ha convertido en una atrocidad indiscriminada e injustificable? La Iglesia no está llamada a ser fiel a un pasado petrificado, sino a la Palabra de su Fundador, que ilumina y juzga toda su historia. Entre la falsa pacificación que equipara ritos y la verdadera paz que brota de la libertad religiosa, se juega hoy la autenticidad de la comunión eclesial. [En la imagen: "Cardenal de capa magna", fragmento de acuarela sobre papel, 2025, obra de P.F., colección privada].

“La liturgia no es un monumento petrificado del pasado,
sino la vida misma de la Iglesia en oración”
Louis Bouyer, La vie de la liturgie, 1954
   
----------Desde hace algunos meses, prácticamente desde la muerte del papa Francisco, ha vuelto a surgir en el ámbito público el tema de la vieja misa tridentina. Es un hecho. Pero junto a él hay otro hecho igualmente evidente: que son casi exclusivamente periodistas quienes escriben sobre esa misa en latín. He aquí una señal preocupante: ciertos focos de presión pasadistas buscan a opinadores para “formar opinión”, aun cuando estos opinadores no comprenden de qué están hablando.
----------Son muchos y variados los ejemplos que podrían traerse al respecto, pero no los mencionaré por varios motivos. Primero, porque no es norma de este blog ni nombrar ni enlazar sitios alejados de la obediencia a la Sede Apostólica, ya se trate de sitios modernistas o pasadistas (salvo cuando es necesario refutar alguna heterodoxia grave). Segundo, porque dar nombres atraería la atención de lectores católicos ingenuos o poco instruidos hacia ideologías que podrían seducirlos. Y tercero, más importante aún, porque etiquetar públicamente a alguien por caso como “pasadista” podría endurecerlo en su postura y retrasar su conversión. Por eso, salvo que sea absolutamente imprescindible, no citaré a nadie.
----------Constato, sin embargo, que más de un publicista o comentarista ha venido subrayando en estos meses lo que llaman la “diversidad de León respecto a Francisco”, recurriendo a los argumentos más ideológicos que uno pueda imaginar. Esta táctica suele surtir efecto: hace parecer razonable y casi aceptable una caricatura política de León, reducido a jefe de partido con su propia astucia, frente a un Francisco presentado como revolucionario que desgarraba la Iglesia. Hoy lo escribe uno, mañana lo repite otro, y pasado lo difunde un tercero: esa simplificación termina siendo tomada por algunos como si fuera la realidad.
----------Si se hace de la misa tridentina una especie de “papel tornasol” de la fiabilidad política de un papa, entonces está claro que, en esa lógica, gana León sobre Francisco: 6-1, 6-0. Y quizá también los lectores de tal o cual periódico, portal o blog puedan llegar a pensar que cierto opinador es tan fiable sobre la misa en latín como sobre las corrientes de cualquier partido político. Así, terminan creyendo razonable la secuencia de falsedades que se ofrece a la opinión pública, sin la sombra de un mínimo de vergüenza.
----------En general, en estos casos, es el modo mismo de considerar la cuestión el que aparece distorsionado por la droga política: un periodista intoxicado por ese estupefaciente que es el “discurso político” se vuelve dependiente de él. Y como todos los que se habitúan a un único producto, no hace más que pensar en términos de “mayorías y minorías”, “mediaciones y consenso”, liderazgo y aprobación.
----------Lo más grave, sin embargo, es que estas formas de intoxicación por noticias políticas se creen muy astutas, convencidas de “saberla lunga” y de mirar lejos, pero francamente y a decir verdad son las primeras voces en caer en las trampas de los que se creen más listos. Así, el opinador de turno difunde, como si fuese un descubrimiento clamoroso, la mentira de meses atrás: aquella difundida por una periodista sin escrúpulos y sin formación, presentada como la noticia del siglo.
----------He aquí el scoop: la consulta hecha por el papa Francisco a los obispos habría producido resultados opuestos a los publicados en 2021; según esa versión, la mayoría de los obispos estaba a favor de la misa en latín, pero para no molestar a Francisco se habría dicho lo contrario.
----------Si Fulano fuese un verdadero periodista, y no un opinador que pretende sustituir la realidad con sus columnas de plomo, habría verificado fácilmente que esta noticia no solo es falsa, sino que nace de una lectura invertida de documentos oficiales. Aquello que la periodista Diane Montagna presentó como un scoop no fue más que un montaje, fruto de la incapacidad de comprender el texto del cual había entrado en posesión.
----------Lo cierto es que la consulta al Colegio Episcopal arrojó un resultado ampliamente negativo respecto al uso extraordinario del rito tridentino. Sin embargo, la Sección de la Congregación para la Doctrina de la Fe intentó invertir las cosas y redactar una “valoración” contraria a los resultados.
----------Una periodista sin conocimiento suficiente encontró en el cesto el documento justamente rechazado, pero se sintió libre de escribir lo contrario de lo que era, ganando así el aplauso de sus amigos pasadistas. Y si luego Fulano, Sutano y Mengano dan crédito a estas patrañas de Diane Montagna y hacen pasar a Francisco por un dictador y a León por un hombre atento a la opinión de los obispos, entonces la mistificación de esos periódicos, portales y blogs merece una risotada pública bien justificada.
----------Dar por adquiridas unas falsedades y juzgar a los Papas sobre la base de mentiras difundidas por periodistas sin escrúpulos no parece un comportamiento digno de quien pretenda ostentar alguna autoridad.
----------Pero hay más: no solo se invierte la realidad, sino que luego se llama a un cierto “psiquiatra de Cleveland” o a un "abogado de California" a sostener que no se puede prohibir aquello que durante diecisiete siglos fue válido. Con igual autoridad se podría objetar: ¡pero mi tío lo piensa de manera diferente!
----------Un argumento final, utilizado por comentaristas que saben de teología litúrgica lo que yo sé de astrofísica (es decir, nada), funciona como una especie de cláusula espiritual y muestra cuán poco fiable es este periodismo de salón, que se llena la boca con palabras cuyo significado no comprende en absoluto. La sentencia repetida y difundida es ésta: solamente haciendo la paz en la Iglesia (y por tanto, según ellos, liberalizando el uso del misal provisorio de 1962) es posible hacer la paz con las otras religiones. También aquí, las categorías políticas superficiales son la droga que enturbia la mente del opinador.
----------¿Han pensado alguna vez, estos inefables opinadores, que justamente la misa tridentina se ha convertido, desde el obispo Lefebvre en adelante, en el arma de un catolicismo que pretende resistir a toda “libertad religiosa” ajena? ¿No han oído nunca hablar de la hostilidad a la reforma litúrgica porque se la considera signo de la “libertad de conciencia”? ¿No han escuchado a estos “apasionados de la misa tridentina” referirse a los judíos solo como “pérfidos” y “pecadores que convertir”? ¿No han sospechado, aunque sea de lejos, que la indiferencia hacia la liturgia reformada por el Concilio Vaticano II prepara las formas más graves de intolerancia hacia las demás religiones, consideradas “descender del pecado”? ¿Pueden negar estos opinadores que el misal de 1962 es usado para rechazar el Concilio Vaticano II y pedir su derogación?
----------¿No han leído nunca, justamente en aquella liturgia que el psiquiatra de Cleveland o el abogado de California quieren conservar, la oración a Dios para que bendiga en guerra a los amigos y maldiga a los enemigos? ¿Cómo podremos hacer la paz con los conflictos entre religiones, si mantenemos como posibilidad litúrgica la bendición de la guerra, precisamente hoy en que la guerra se ha convertido en una atrocidad injustificable? Una liturgia que hoy bendice la guerra no puede ser fundamento de la paz.
----------Por consiguiente, antes de escribir tonterías y disparates, fundados en noticias falsas y en opiniones sin base sólida ni razonable, estos opinadores —como todo buen periodista debería hacer— tendrían que informarse cuidadosamente. Es verdad, hay quienes parecen nacer sabiéndolo todo (aunque para salvar las apariencias se procuren algún diploma académico). Pero sus producciones son obras maestras de ideología, no de periodismo: textos que confunden opinión con información.  
----------De ese modo, se llega a leer, en plumas intoxicadas por las categorías políticas, que Francisco habría justificado la superación del rito tridentino sobre la base de la opinión de la mayoría de los obispos. Así funcionan los parlamentos y las cámaras legislativas, de lo cual estos opinadores hablan demasiado, pero no así la Iglesia.  
----------Si hubiesen leído el documento de Francisco, habrían entendido que Traditionis custodes es un signo de paz en la Iglesia, porque en ese texto Francisco no razona como un político, no se funda en mayorías, sino que razona como teólogo y como pastor. No busca las razones en el consenso de las opiniones, sino en la verdad de la tradición. Evidentemente estas lecturas “sagradas” están fuera de los hábitos y quizá también del alcance de estos opinadores. Quizá no las pueden entender. Quizá no las pueden soportar.  
----------De una cosa, sin embargo, estoy seguro: al papa León le importa no la falsa pacificación, sino la verdadera, lo mismo que al papa Francisco. Aquella falsa pacificación piensa que basta equiparar liturgia tridentina y liturgia de la reforma del Concilio Vaticano II: así piensan estos opinadores, como políticos que son, y así parecen pensar también algunos obispos y cardenales confundidos.  
----------Estoy convencido de que el papa León sabe que la paz entre las religiones y la unidad en el Pueblo de Dios solo puede brotar si en la Iglesia católica se acepta la libertad religiosa: la nueva liturgia la asume y la proclama, pero la liturgia tridentina la combate. El problema no es la liturgia del siglo XVI, sino la obstinación de quienes en el siglo XXI la celebran como si la historia de la Iglesia no hubiese existido. 
   
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 3 de noviembre de 2025

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