martes, 21 de noviembre de 2023

Sobre el actual conflicto entre judíos y musulmanes en Palestina

Las cuestiones acerca de exégesis y de hermenéutica bíblica de las que he tratado en mis notas de los dos días inmediatamente anteriores, no son meramente teóricas o de exclusiva competencia de especialistas bíblicos o académicos. A modo de corolario de lo que hemos reflexionado en esas dos notas, he aquí una referencia a la importancia y a la urgencia que tiene la exégesis histórico-crítica de la Sagrada Escritura para encontrar una solución al actual conflicto entre nuestros hermanos judíos y musulmanes por la Palestina. [En la imagen: una imagen fotográfica panorámica de la ciudad de Jerusalén en la actualidad].

----------He leído con gran aprensión algunos recientes artículos periodísticos en los cuales se traza un cuadro dramático del estado de ánimo de algunos israelíes implicados en la actual guerra contra los palestinos. Lo que me ha llamado la atención y me ha afectado tristemente ha sido la referencia hecha por esos israelíes a cuanto es narrado por la Escritura acerca de la conquista de la Palestina por parte de los judíos, con la expulsión o matanza de las poblaciones que allí residían, en la convicción de estar cumpliendo un mandato de Dios.
----------Me refiero a algunas fogosas declaraciones de personas que viven allí, según informan los periodistas. Su enfoque fundamentalista muestra cuán importante y urgente es la exégesis histórico-crítica de la Escritura. Me vienen a la mente las palabras de Cristo "habéis oído que fue dicho a los antiguos" en el capítulo 5 de Mateo. Ellos creían que se tratara de voluntad de Dios, mientras obedecían a un estadio arcaico de la conciencia moral, todavía influenciado por la dureza de corazón consecuente al pecado original.
----------Cristo no niega en absoluto que la Palestina fuera la tierra prometida a Abraham y a su pueblo tal como ello fue organizado por Moisés. En cambio, Cristo muestra más bien cuál es la verdadera voluntad de Dios. Cristo es el primer maestro de la exégesis histórico-crítica de la Escritura, que pone en evidencia la Palabra de Dios, liberándola de incomprensiones y malentendidos que se deben a las miserias humanas, y promueve la fraternidad universal bajo el único Dios de Abraham, Isaac y Jacob.
----------Por tanto, surge el deseo de poder dirigirnos a judíos y musulmanes: somos todos hermanos, hijos de Abraham, fieles creyentes en el único verdadero Dios, creador del cielo y de la tierra, justo y misericordioso, remunerador de los vivos y de los muertos. Dios nos llama a todos, cristianos, judíos y musulmanes, a vivir en la concordia y en la paz en Palestina, la tierra prometida a Abraham y a sus descendientes.
----------Ustedes, los judíos, pueblo predilecto de Dios, pueblo sacerdotal, teniendo a la ciudad de Jerusalén como capital, la ciudad del rey David, ciudad madre de todos los pueblos, amada también por Mahoma y por sus fieles, ustedes, los musulmanes, como está dicho en el Corán.
----------Jesús de Nazaret, el Mesías, descendiente del Padre Abraham, descendiente de David, Rey de Israel, ha anunciado claramente a la mujer samaritana: "Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos" (Jn 4,22).
----------Nosotros, los cristianos, sabemos que en el Mesías, Salvador de la humanidad, la salvación viene de ustedes, los judíos. Jerusalén es nuestra madre común. Allí también Mahoma ha adorado a Dios y lo ha visto como cercano. Jesús, en cambio, es el mismo Hijo de Dios, que a todos, judíos, musulmanes y cristianos, nos hace conocer a Dios, el Dios que nos ha creado a fin de que seamos todos hermanos e hijos de Dios.
----------Lo cierto es que en Jerusalén, en Palestina, la Eretz Israel, hay lugar para todos, porque la tierra de Israel es la prefiguración, la pregustación y el anticipo de la común Tierra celestial que ha sido prometida a todos por el Mesías, el Siervo de Yahvé, redentor de los pecados del mundo.
----------Hermanos judíos y musulmanes, por tanto: ¡depongan las armas! ¡Esta es la verdadera voluntad de Dios! Jerusalén es nuestra madre, madre de todos los pueblos. Y Palestina es la Tierra Santa, tierra bañada en la Sangre de Aquel que, con su Sangre, ha redimido al mundo.

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