miércoles, 29 de noviembre de 2023

¿Qué significa la palabra Dios? (5/6)

La Sagrada Biblia trata poco de metafísica; y, sin embargo, ¿se puede amar acaso la Biblia sin amar la metafísica? ¿Qué se entiende de la Biblia si el Dios bíblico es Aquel Que Es, es Aquel que ha dicho de Sí mismo "Yo soy"? ¿Aquel que es el creador de todos los entes? Si la palabra ente no aparece en la Biblia, eso no quiere decir nada. Hay en la Biblia palabras equivalentes, como los términos "cosa", "algo", "creatura", "mundo", "cielo", "tierra", etc. [En la imagen: fragmento de "La creación de los seres vivientes", uno de los famosos mosaicos normandos del siglo XII de la Catedral de Monreale, en Sicilia, Italia].

El Absoluto más allá de Dios de Giuseppe Barzaghi
   
----------Según el padre Giuseppe Barzaghi (cf. Philosophia. Il piacere di pensare, Editrice Il Poligrafo, Padova 1999; Oltre Dio ovvero omnia in omnibus. Pensieri su Dio, il divino, la deità, Giorgio Barghigiani Editore, Bologna 2000), el nombre Dios no expresa adecuadamente lo que se entiende por este nombre, sino que se debería usar la palabra Absoluto. Según él, el término Dios dice algo relativo, porque supone el uso de la conceptualización, que implica distinción y por tanto negación o exclusión de lo diferente.
----------Por esto, el simple nombre Dios conduciría al politeísmo, porque un dios no tendría lo que tiene el otro dios y viceversa. En cambio, el Absoluto no puede sino ser uno, según la exigencia monoteísta, totalitarista y perfeccionista, porque el Absoluto, precisamente por ser absoluto, tiene todas las perfecciones a nivel infinito y por tanto no puede ser relativo a otro. No podría ser el Todo porque le faltaría algo que posee otro dios.
----------Ahora bien, no cabe duda de que la palabra Dios, vale decir, el ente supremo, significa exactamente el Absoluto, o sea, el ente absoluto por excelencia y bajo todo aspecto. Dios es ciertamente Aquel que, más que cualquier otro ente, merece ser llamado Absoluto. Por consiguiente ya la palabra Dios es suficientemente significativa y no implica para nada politeísmo. Se trata sólo de aclarar cuál es el verdadero Dios, y de dejar bien en claro que Dios no puede sino ser uno solo, de lo contrario no sería Dios.
----------Absoluto, de hecho, de ab-solutum, el participio pasado de absolvo, significa suelto, libre de ataduras, condicionamientos, restricciones, limitaciones, relaciones. Y, por tanto, existente por sí y para sí, en perfecta conformidad con el nombre divino Aquel Que Es. No está aquí el error de Barzaghi. El error es otro.
----------El de Barzaghi se trata de un gravísimo error de carácter gnoseológico-metafísico, que conduce precisamente a esa idolatría que Barzaghi quisiera evitar, es decir, a la auto-divinización del hombre. De hecho, para Barzaghi el Dios objeto del concepto no puede ser el Absoluto, sino que es relativo a nuestro limitado pensar representativo, categorial, silogístico y empírico.
----------Por esto, según él, Dios para ser pensado adecuadamente, es decir, como Absoluto, debe ser objeto del "puro pensamiento" supraconceptual y preconceptual, según el cual el pensamiento coincide con el ser. Sólo que Barzaghi no se da cuenta de que la identidad del pensar con el ser y, por tanto, la intranscendibilidad del pensamiento por parte del ser, es cualidad exclusiva del pensamiento divino, mientras que el pensar humano implica la distinción real entre el pensar y el ser, por lo cual para nosotros el ser, es decir, lo real, existe antes, más allá e independientemente de nuestro pensar, ya que el ser no depende de nosotros sino que es creado por Dios. Nuestro pensar no es regla y principio del ser: esto es sólo exclusivamente de Dios, sino que el ser es regla y modelo de nuestro pensar. Nuestro pensar no es el ser, sino que es relativo al ser, así como nosotros no somos Dios, sino que somos relativos a Dios. En nosotros el pensamiento no es un acto, sino una facultad. Para nosotros lo pensable no es necesariamente lo pensado. De esto resulta que para Barzaghi el nombre Dios no conviene sólo a Dios, sino también a nosotros. De ahí su panteísmo.
----------No hay duda de que Dios sea el Absoluto por excelencia y bajo todos los aspectos. Pero no está dicho que el concepto de absoluto implique necesariamente la idea de Dios, porque nosotros podemos absolutizar también a la criatura y a nosotros mismos. Absoluto es un concepto puramente formal. Para que sea el verdadero absoluto, es decir Dios, es necesario ver con qué contenido lo llenamos, ya que también yo puedo absolutizar a la criatura y hacer de ella un absoluto, por lo cual aquí yo estoy muy lejos del concebir el verdadero absoluto que es solamente Dios.
----------Por consiguiente, no tiene sentido buscar una palabra mejor que la palabra Dios para expresar mejor lo que con esta palabra entendemos. Podemos y debemos ciertamente decir que Dios es el verdadero absoluto; pero la palabra absoluto no cumple para nada una función similar, porque es una forma que puede ser llenada con contenidos completamente diferentes de lo que significa la palabra Dios.
----------Si yo digo "absoluto" es improbable que quien me escucha piense en Dios. Si en cambio yo digo Dios, todos piensan en Dios, incluso aquellos que no creen en él o tienen un concepto incorrecto de Dios. Pero al menos impongo el discurso sobre Dios. Por lo tanto no es cierto que la palabra absoluto exprese mejor el concepto de Dios que la palabra Dios, sobre todo si luego con Barzaghi creo que la palabra Dios está ligada a lo relativo y considero el absoluto divino como objeto de un pensamiento "puro pre o supraconceptual" desproporcionado al pensamiento humano y exclusivamente propio del pensar divino.
   
Un contraste con los cristianos Ortodoxos orientales
   
----------Como se sabe, mientras nosotros los católicos admitimos que Dios podrá ser visto por esencia en el paraíso del cielo, los ortodoxos sostienen que sólo podemos ver las "energías divinas", que son ser divino por participación, como la gracia, y que la esencia de Dios sólo es conocida por Él, porque de lo contrario, si pudiéramos verla, seríamos iguales a Él, lo cual sería panteísmo.
----------Pero aquí hay un equívoco. Ellos confunden el objeto de la visión beatífica con el modo de tal visión. Ahora bien, las energías divinas son ser divino por participación, como la gracia. Pero en la visión beatífica el ser por participación es sólo el modo de la visión, mientras que el objeto es el ser por esencia, es decir, Dios. Panteísmo existiría si el modo de la visión fuera visión divina por esencia, como es la divina. En cambio es visión, sí, divina, pero por participación, así como la gracia es participación en la naturaleza divina.
   
La sabiduría de la India y la sabiduría del Islam
   
----------El único documento que se puede parangonar con la Sagrada Biblia en cuanto a nominar a Dios o bien a Brahman, es la riquísima y milenaria literatura religiosa y sapiencial védica de la India, cuyos orígenes son muy anteriores a los bíblicos, alrededor del siglo XIV a.C.
----------Ciertamente los Vedas contienen muchas enseñanzas sobre Brahman, vale decir, el productor, sobre todo en sus más importantes manifestaciones: Vishnu, el conservador, y Shiva, la diosa de la generación y la corrupción, el alternarse de la vida y de la muerte, una ciclicidad en la cual no parece darse un triunfo final y definitivo de la vida, aunque también en el hinduismo parece existir la perspectiva de una beatitud eterna del alma al término del samshara, es decir, al final de las reencarnaciones, pero se trata de una beatitud para la cual el individuo (jivan) resulta ser idéntico a Brahman.
----------Por otra parte, encontramos en los Upanishads o Vedanta la alta tríada teológica de sat-citta-ananda, correspondiente al esse, nosse, velle de san Agustín de Hipona. Pero aunque se trate indudablemente de monoteísmo, eso a veces es tan intrusivo o invasivo que llega a convertirse en monismo, mientras que al mismo tiempo los entes son presentados como teofanías, como revelaciones físicas (avatar) de Brahman, tal vez para querer significar la multitud de los atributos divinos, pero el problema es que estas manifestaciones parecen verdaderas y propias personalidades empíricas, que no se sabe hasta qué punto realmente son existentes o agigantadas por el mito o puramente simbólicas.
----------El hecho radica, sin embargo, que en un verdadero monoteísmo que no quiera caer en el politeísmo ni en la idolatría, es totalmente absurdo imaginar que la purísima y espiritualísima esencia divina asuma una pluralidad de apariciones físicas. La comparación hecha por algunos con el dogma cristiano de la Encarnación no se sostiene, porque aquí tenemos una clara distinción entre las dos naturalezas, cosa que no se da en el brahmanismo, donde lo divino, a la vez que permaneciendo divino, aparece como humano, eliminándose el límite entre las dos entidades, lo que produce el panteísmo.
----------Por cuanto respecta al Dios del Corán, la palabra Alá corresponde ciertamente a la palabra Dios -El en hebreo- ambas referidas, como señala el Concilio Vaticano II en Nostra aetate n.3, al "único Dios viviente y subsistente, misericordioso y omnipotente, creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres".
   
El Dios de la Sagrada Biblia
   
----------La Biblia confirma el significado común de la palabra Dios, confirma cuanto la razón sabe sobre Dios por medio de la filosofía griega e india, corrige sus errores, y añade una rica doctrina revelada por Dios mismo concerniente a esa su íntima esencia, conocida sólo por Él, que va más allá de la comprensión finita de la razón humana, y lo hace a través de los profetas y sobre todo a través de Jesucristo.
----------Dios mismo en la Biblia confirma la noción de ente supremo precisando que este primado y excelencia sobre todos los entes consiste en el hecho de ser aquel ente cuya esencia es la de ser puramente, simplemente, eternamente, infinitamente y absolutamente: "Yo soy Aquel Que Es" (Ex 3,14).
----------Ahora bien, esta noción de Dios, de por sí, es alcanzable por la razón que demuestra su existencia, partiendo de la consideración del ente contingente y causado; pero, de hecho, la humanidad ha llegado a aprenderla sólo de la Biblia, así como sólo de ella ha aprendido que Dios es el creador del cielo y de la tierra, y que ha creado al hombre, varón y mujer, a su imagen y semejanza.
----------La Sagrada Biblia confirma, por lo tanto, el hecho de que la existencia y la esencia de Dios no son originariamente e inmediatamente conocidas, intuidas, sentidas o experimentadas con evidencia por la mente humana ni por parte de la razón ni por parte de la fe, sino que son objeto de descubrimiento partiendo de la consideración de los efectos visibles de la divina omnipotencia (como señala san Pablo en Rm 1,20), y yendo por analogía con cuanto sucede en la producción causal de las causas eficientes de este mundo (Sab 13,5). Todo esto obviamente presupone una noción analógica del ente.
----------El uso de la palabra "ente", en la Sagrada Biblia, no es frecuente; pero en su lugar existe la palabra baré, que significa "creatura" y corresponde a nuestra palabra "cosa", o "algo", cuyo significado es conocido por todos, y es palabra usadísima por todos nosotros, desde la infancia. Es interesante cómo en hebreo el ser creado es ínsito a la noción misma de ente o cosa.
----------En la Biblia veterotestamentaria al término Dios corresponde El, que es divinidad en general; puede haber un verdadero y único El que es el Dios de Israel y falsos El que son los dioses de los gentiles (gohím), en realidad los demonios. Así, El viene acompañado de sus atributos de verdadero Dios, como El-Elijón, el Dios altísimo, El-Olám, el Dios eterno, El-Shaddai, el Dios omnipotente, etc. De la raíz El proviene Elohím, el Señor, y el árabe Alláh. Sin embargo, en el Nuevo Testamento tenemos el griego Theós.
----------Es interesante señalar que en ningún libro religioso como en la Sagrada Biblia, los atributos divinos concuerden entre sí en perfecta armonía, sin contradicciones y sin incoherencias, las cuales están en cambio presentes en la teología vedántica. La síntesis de los atributos que santo Tomás de Aquino ha elaborado ​​en la Summa Theologiae no es otra cosa que la ordenada sistematización, en un único tratado, de la doctrina bíblica, diseminada a lo largo de los diversos libros de la Escritura.
----------En particular, el Dios bíblico rechaza la idea de un Dios enemigo de la materia y de la corporeidad, juzgada como existente por sí independientemente de Dios. Para la Biblia, Dios, precisamente porque es purísimo espíritu, acto puro de ser, es creador también de la materia, la cual por tanto no causa de por sí ningún oscurecimiento ni engaño para la mirada del intelecto, sino al contrario, le ofrece, por medio de las cosas sensibles, la posibilidad de alcanzar su nivel de conocimiento.
----------Y así, de la misma manera, la materia y, por tanto, también los instintos y las pasiones, no implican de por sí ninguna tentación al mal ni ningún obstáculo para la práctica de la virtud, sino en cuanto se trata de la condición carnal consecuente al pecado original.
----------Por otra parte, el Dios bíblico es omnipotencia y bondad infinitas, por lo cual no se encuentra limitado, por parte de las fuerzas del mal, en su oponerse al mal, como sostiene la teología de Böhme, también presente en Schelling y Von Balthasar. El Dios débil y sufriente es un concepto de Dios que ha tenido éxito sobre todo en la tentativa de explicar la tragedia de Auschwitz. Así, para el padre Barzaghi, Dios no quita el sufrimiento, sino que está al lado de los que sufren, sufriendo con ellos.
----------En cambio, el Dios de la Sagrada Biblia, aunque sin llegar a anular a sus propios enemigos, como sostiene Schillebeeckx, triunfa sobre ellos y misericordiosamente libera a las víctimas de su opresión. El Dios bíblico no quiere el pecado, pero, aún pudiéndolo impedir, no quiere impedirlo para mostrar su victoria sobre él. El mal de pena es querido por Dios como ejecución de su justicia.
----------Por lo demás, la Sagrada Escritura rechaza la idea de un Dios que esté esencialmente ligado al mundo y al hombre, o la idea de un Dios, como el plotiniano-origeniano-procliano (idea que retornará en Hegel), el cual, emanando de Sí mismo el mundo, se divide en Sí mismo, por lo cual, para recuperar la unidad perdida, hace retornar al mundo en su identidad consigo mismo.
----------Por el contrario, para la Biblia, Dios ha creado del todo libremente tanto al mundo como al hombre, los cuales por tanto no entran en absoluto a constituir la esencia de Dios, ni siquiera en el Nuevo Testamento, donde el hecho de la Encarnación parecería sugerir una idea de ese tipo, el "Dios-para-mí", idea que recorre todo el pensamiento protestante desde Lutero hasta Hegel.
----------En toda la literatura mundial no tenemos un libro como la Biblia, que con tanta frecuencia (cerca de 6500 veces) use la palabra Dios, o algún término equivalente con tanta sabiduría, elevación de pensamiento, coherencia, abundancia de atributos, con tanto equilibrio entre la cognoscibilidad de Dios y su misterio, presentando a Dios no sólo como ente supremo, del cual se habla y se hacen alabanzas, sino también y sobre todo como persona divina, a la que el hombre es similar, por tanto un Tú divino, que nos habla de Sí, al cual el hombre puede hablar y de quien puede recibir respuestas.
----------Así, en la Biblia, Dios se revela, nos ilumina, muestra su voluntad hacia nosotros, nos exhorta, nos aconseja, nos da órdenes, pacta con nosotros, pone a prueba nuestra virtud, nos conforta, nos consuela, nos corrige, nos reprende, nos alaba, nos premia, nos escucha, nos indica el camino, nos da gracias, nos santifica, nos hace sus testigos y profetas, escucha nuestras plegarias, nos proporciona esperanza, nos hace promesas, nos asusta, nos castiga y nos premia, nos libera de los enemigos y de toda opresión y miseria, sobre todo nos ama, quiere habitar con nosotros y desea que nosotros seamos felices unidos a Él para siempre en la beatífica visión en el cielo de su "rostro" y de su "gloria", o sea, como dirá luego la Iglesia en términos filosóficos, de su esencia (cf. el dogma de la visión beatífica proclamado por el papa Benedicto XII en 1336, Denz.1000).
----------La Biblia trata poco de metafísica; y, sin embargo, ¿se puede amar la Biblia sin amar la metafísica? ¿Qué se entiende de la Biblia si el Dios bíblico es Aquel Que Es, es Aquel que ha dicho de Sí mismo "Yo soy"? ¿Aquel que es el creador de todos los entes? Si la palabra ente no aparece en la Biblia, eso no quiere decir nada. Hay palabras equivalentes, como los términos "cosa", "algo", "creatura", "mundo", "cielo", "tierra", etc.
----------En la Biblia, Dios se revela originariamente a Adán y Eva en el Edén y subsecuentemente, después de la caída original, se revela a los patriarcas y a Moisés, se revela por medio de los profetas y de los ángeles y, en la plenitud de los tiempos, se revela en Jesucristo según esa plenitud que Él ha querido.

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