jueves, 9 de noviembre de 2023

Sustancia y relación en la filosofía de la persona (2/6)

Un punto que debemos tener en cuenta contra el personalismo relacionista es que la persona humana no está constitutivamente en relación con Dios y con el prójimo, sino que por naturaleza posee sólo una inclinación en este sentido. Está en su libre arbitrio actuar esa inclinación o no actuarla, actuarla bien en el amor o actuarla mal en el odio, elegir entre el egoísmo y el altruismo, entre la propia voluntad y la de Dios, obedecer o desobedecer a Dios, elegir a Dios o elegirse a sí mismo. Y por otra parte, si yo no me relaciono con los otros y con Dios, no por ello anulo mi ser de persona, sino que simplemente quedo siendo una persona reprochable, egoísta e impía. [En la imagen: fragmento de "Hombre de Vitruvio" o "Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano",  famoso dibujo acompañado de notas anatómicas de Leonardo da Vinci realizado alrededor de 1490 en uno de sus diarios, conservado y expuesto en la Galería de la Academia de Venecia, Italia].

La explicitación de un significado oculto de la analogía del ser
   
----------Decíamos que el subsistir es el acto propio de la sustancia; pero que el dogma trinitario nos enseña que el subsistir puede pertenecer también a aquel ser que en la sustancia creada tiene como acto de ser el inherir, es decir, el accidente. Así, el existir no dice sólo unidad, sino que dice también reciprocidad de dos términos el uno al otro. Ya sabíamos de la existencia de la pluralidad, pero no sabíamos que el existir mismo fuera plural en virtud del esse ad, sin dejar de ser uno. Esto, sin embargo, ya estaba implícito en la noción analógica de ser. El misterio trinitario ha explicitado y puesto de relieve este significado oculto de la analogía del ser.
----------Es cierto, por tanto, que lo absoluto es uno solo, porque, si hubiera otro, tendría que distinguirse por algo que el otro no tiene, mientras que lo absoluto es la totalidad de las perfecciones. Pero la absolutidad es una realidad analógica y participativa, relativa a los elementos del ente: la esencia, la subsistencia y el ser. Dios es absoluto con respecto a estos tres elementos.
----------Pero también es absoluta la persona creada, que si bien no es absoluta respecto de su ser, que depende de Dios, es absoluta respecto de su subsistir, para lo cual posee una verdadera aunque limitada autonomía ontológica respecto de Dios, base del poder de autodeterminación de la voluntad y por tanto de la facultad, que la persona tiene de ponerse en comunicación con Dios en el campo del conocer y del actuar, y por tanto de relacionarse libremente con Él y con el prójimo.
----------Por tanto, existen grados en lo absoluto. Sigue siendo cierto que lo absoluto en sentido absoluto es solo uno, es Dios, pero al mismo tiempo, gracias a la fe en el misterio trinitario, hemos descubierto que precisamente el ipsum Esse es idéntico al Esse ad, no con el ente relativo, que es creado, sino con la relación, que puede existir también en Dios y de hecho incluso ser Dios. Según el dogma del Concilio de Florencia: In Deo omnia sunt unum, ubi non obviat relations oppositio (Denz.1330).
----------Acerca del estatuto ontológico de la persona, es bueno recordar que el ente sustancial se distingue en una pluralidad de grados de perfección. Subiendo del mínimo al máximo, tenemos la sustancia elemental, la sustancia química, la sustancia física, la sustancia vegetal, la sustancia animal, la sustancia humana, la sustancia angélica, la sustancia divina.
----------Todo ente del universo está en relación con los de su grado ontológico según las leyes y los modos de su actuar. En el grado vegetativo aparece la acción inmanente de la vida, por la cual la sustancia no es informada por la forma energética, sino por el alma.
----------El animal es ciertamente un sujeto viviente sensitivo, pero no es persona. ¿Por qué motivo? Porque no vive de una vida espiritual. La persona es sustancialmente un viviente espiritual, no importa si tenga o no tenga un cuerpo. Propiamente hablando, la persona no es ni siquiera esencialmente una res cogitans, sino una res intelectualis, como enseña santo Tomás de Aquino (Summa Theologiae, I, q.29, a.1). No es lo mismo.
----------Res cogitans, es decir, el ente pensante en acto, es sólo Dios. La persona creada es un ente capaz de pensar. Pero que piense o no piense depende de él. Y si está siempre en acto de pensar, como el ángel, el pensar no la define en su esencia, sino que es sólo un acto de su potencia, que es el intelecto. He aquí por qué el ángel puede ser definido -como hace santo Tomás- como intelecto subsistente (Summa Theologiae, q.50, a.1). Pero el acto de entender coincide con la propia esencia sólo en Dios.
----------La persona humana es una sustancia compuesta de materia y forma. Pero la noción de persona no dice necesariamente la presencia de la materia. Es suficiente la forma (morphé). No es fácil entender cómo puede existir una forma sin sujeto material, aquello que Aristóteles llama usía coristé y santo Tomás de Aquino forma separada, porque cuando nosotros pensamos en una forma, la concebimos habitualmente como forma de una materia, por tanto, un objeto que cae bajo nuestros sentidos, como es precisamente una persona humana.
----------Y sin embargo, advertimos que nosotros somos capaces de concebir una esencia, la cual en nuestra mente es algo inmaterial, es una pura forma. Nosotros sabemos concebir ideales morales de virtud, de bondad, de honestidad. En estos objetos evidentemente no existe materia. Abstraemos lo universal de lo particular material. También hacemos la experiencia de la auto-conciencia.
----------Ahora bien, nosotros también descubrimos el mundo del espíritu. Descubrimos tener un alma espiritual. Probamos interés por las cosas del espíritu, por los valores morales y religiosos. Si en la cosa material llamamos forma a lo que de ella nuestro intelecto entiende, es decir, la esencia abstraída del sentido, un quid evidentemente inmaterial, que ponemos en relación con nuestro intelecto y con nuestra alma, ¿cómo llamar a estas cosas por nosotros entendidas sino con el nombre de "formas"?
----------La persona como pura sustancia espiritual, por tanto, el ángel, es una pura forma subsistente. Es una esencia específica subsistente, sin ser la esencia específica o especie predicable de muchos individuos a ella sujetos, así como la naturaleza humana se predica específicamente de los muchos individuos humanos compuestos de materia y forma. En efecto, la misma esencia específica angélica es un individuo y es una persona. Los ángeles Gabriel, Rafael y Miguel son al mismo tiempo individuos y esencias. Esto quiere decir que un ángel difiere de otro no sólo individualmente, sino también específicamente.
----------Tengamos en cuenta que también el concepto de esencia (to ti en einai, quod quid erat esse) presenta dificultades similares a las del concepto de forma. De hecho, cuando hablamos de esencia, frecuentemente nosotros entendemos la esencia de una cosa. En cambio, de por sí la esencia puede carecer de un sujeto material y subsistir por sí misma. Los ángeles son personas aunque no tengan un cuerpo. Y así, indudablemente, un error que cometen los materialistas es la concepción biologística de la persona.
----------Otro punto a tener presente contra el personalismo relacionista es que la persona humana no está constitutivamente en relación con Dios y con el prójimo, sino que por naturaleza posee sólo una inclinación en este sentido. Está en su libre arbitrio actuarla o no actuarla, actuarla bien en el amor o actuarla mal en el odio, elegir entre el egoísmo y el altruismo, entre la propia voluntad y la de Dios, obedecer o desobedecer a Dios, elegir a Dios o elegirse a sí mismo. Y por otra parte, si yo no me relaciono con los otros y con Dios, no por ello anulo mi ser de persona, sino que simplemente quedo una persona reprochable, egoísta e impía.
----------Siempre contra el error del personalismo relacionista, es necesario decir que la relación interpersonal no es una relación subsistente y necesaria entre dos polaridades opuestas como tesis-antítesis o yo-no-yo en el horizonte del Yo absoluto que soy yo, como dice Fichte. No. La relación interpersonal es una relación libremente decidida por la voluntad, mantenida y conservada por la voluntad, que por tanto puede existir o no existir quedando la persona la misma, una relación que consiste en el ejercicio del libre querer, que puede ser tanto el bien como el mal de la otra persona (hombre, ángel o Dios), puede ser el amor o el odio, un querer actuando el cual yo realizo o no realizo el fin de mi vida y el sentido de mi existencia.
----------Por lo demás, sigue siendo falso el relativismo de Auguste Comte, según el cual sólo existe el ente relativo y se niega lo absoluto, lo que a decir verdad es totalmente absurdo, porque lo relativo depende esencialmente de lo absoluto, y lo relativo no puede existir sin lo absoluto. Pero con la fe trinitaria viene superada la concepción de lo absoluto que excluye todo otro absoluto inferior. En efecto, la persona divina es el supremo analogado de la personalidad, que de por sí dice absolutidad.
----------De hecho, ya la doctrina véterotestamentaria de la persona creada a imagen y semejanza de Dios implica la existencia de grados en lo absoluto, mientras que el Nuevo Testamento explicita esta doctrina mostrando la sublime dignidad de la persona humana llamada a participar en la vida de la Santísima Trinidad, que nos enseña precisamente la relacionalidad de la sustancia espiritual.
----------Probablemente Hegel ha entrevisto esta relacionalidad trinitaria del ser, sin embargo, a causa de que en Hegel falta una noción analógica del ser, y a causa de su dialéctica de la contradicción y del devenir, el filósofo alemán no ha podido conceptualizarla en el sentido correcto, es decir, no ha comprendido que la identidad no incluye sino que excluye la contradicción, y que la síntesis de lo uno con los muchos no es el monismo panteísta, sino la doctrina de Dios, ipsum Esse, purísima Sustancia Trinitaria, creador del mundo y de la pluralidad de las personas, cada una como sustancia dotada de accidentes, capaz de relacionarse con Dios no como accidente a sustancia, sino relacionarse como persona con persona.
----------La persona humana, en cuanto sustancia, es por tanto un ente absoluto, aunque no bajo todos los aspectos. Es absoluto respecto al subsistir, es decir, respecto al existir en sí, pero no respecto al ser, en lo cual depende de Dios y es ente relativo a Dios. Pero su relación con Dios se añade como accidente a su ser personal, que en tal sentido es un ente absoluto.
----------Por lo tanto, la persona humana no se resuelve en su ser creada, porque de lo contrario ella se transformaría en el mismo acto creativo, aunque sea de modo pasivo, ya que es claro que al crear corresponde el ser creado. Por tanto, si el crear entra, aunque sea pasivamente, en la esencia de lo creado, entonces lo creado viene a coincidir con el crear, y entonces tenemos el panteísmo.
----------Por otra parte, si la persona creada no existiera como persona, entonces no se podría decir que es creada. La persona creada no podría tener relación con Dios, y no podría ni siquiera ponerse en relación con Él mediante su acción. Lo que no quita en absoluto la dependencia en el ser de la creatura respecto del Creador. Por lo tanto, sólo Dios es ente absoluto bajo todos los aspectos, porque no sólo subsiste por sí, sino que también existe por sí mismo y para sí (aseitas).
----------Por lo tanto, si tenemos un concepto relacionístico de la persona humana, nos engañamos pensando que esto implique la imitación de la persona divina. En realidad la relativizamos a lo relativo y, por tanto, será inútil lamentarnos del imperante relativismo metafísico o gnoseológico o moral o religioso, porque eso es precisamente el efecto, aunque quizás no deseado, del personalismo relacionista, el cual, muy lejos de exaltar la dignidad de la persona como sujeto en relación, quitándole su ser sustancia, la reduce a un ser accidental, esclavizándola al poder político o convirtiéndola en esclava del Estado, como aparece evidente en los regímenes totalitarios, los cuales se basan exactamente en este concepto de persona falsamente presentado como victoria sobre el aislamiento y el egoísmo, y como ejemplo de la dedicación o del servicio al prójimo o al bien común.
----------Lo absoluto, como ente simple, como puro ser, como ipsum Esse, como lo es en la concepción de santo Tomás de Aquino, en el relacionismo se escinde en dos polaridades contrapuestas entre sí recíprocamente relativas la una a la otra en un pie de igualdad. Puede tratarse de oposiciones polares recíprocamente complementarias, como aparece en el pensamiento de Romano Guardini, o bien puede tratarse de oposición dialéctica, como en Hegel: ser-no-ser, Devenir. Lo Uno, por tanto, ya no es el ente indiviso, como en la metafísica tomista, sino que es la síntesis de ser-nada, yo-no-yo, sujeto-objeto, como en el idealismo alemán. El yo, como en Descartes, fuera del cual no hay nada, es una relación consigo mismo. De ahí la idea de que Dios no puede ser Dios sin el mundo. Este error probablemente deriva de la concepción luterana de la Encarnación, ya que Lutero no podía concebir a Dios sino encarnado en Cristo.
----------La persona humana es un ente absoluto y es relativa sólo en el actuar. Servir al prójimo no debe querer decir ser esclavos del prójimo. Nos podemos servir del prójimo sin por esto esclavizarlo. Servirme de un amigo para obtener un favor no es lo mismo que el servirme del teléfono para llamar a un amigo. La autoridad es servicio, desde el servicio postal y del servicio en el bar hasta el servir a la patria, al Estado y al bien común hasta el servire Deo que regnare est. El hombre libre, para el cristiano, es el Siervo de Dios.
----------De todo esto resulta claramente que el comunismo, el fascismo, el totalitarismo y el colectivismo, no prosperan más que haciendo referencia a este concepto falso de la persona. Los relacionistas creen que están exaltando la dignidad de la persona con una insistencia exagerada en su relacionalidad que es relatividad, y no se dan cuenta de que están cayendo en el relativismo. La persona es un absoluto, es un fin, no un medio, como decía Kant, pero es esto precisamente porque es sustancia.
----------El actuar de la persona es accidente y no sustancia de la persona, no es el todo de la persona y ni siquiera la esencia de la persona. La persona no se resuelve en absoluto en su actuar. Indudablemente es un actuar sin el cual la persona no existiría, pero su actuar es de todas manera siempre algo que supone al agente, ya que sin agente no hay actuar. Sólo Dios es pura Acción subsistente. La persona sigue siendo persona también si no ejercita su entender y su querer. El embrión, el neonato, el durmiente y el demente, son personas aun cuando no ejercitan los actos propios de la persona.
----------Las relaciones de la persona pueden variar, ser estables o pasajeras, ser positivas o negativas, buenas o malas. Esto depende de la calidad de sus inclinaciones y de sus hábitos. Pero la persona, en su identidad sustancial, no cambia, siempre mantiene su identidad, sigue siendo siempre la misma. Cambia la sustancia material, cambiando la forma sustancial, pero la forma de la persona, que es el alma, es inmutable.
----------Existe ciertamente una evolución en la vida de la persona, tanto para bien como para mal, puede existir tanto un progreso como una regresión. Se puede dar una alteración, un cambio accidental y temporáneo, estable o inestable. Pero la identidad de cada persona es la misma para siempre, eternamente. Por eso, en la perspectiva cristiana, la persona puede acceder a la vida eterna.
----------Por eso entre las personas que se aman pueden existir vínculos indisolubles y amores eternos. Puede suceder que el vínculo se disuelva o se rompa por motivos conexos con las condiciones psíquicas o la conducta moral, pero si los dos estaban hechos el uno para el otro, como por ejemplo en el matrimonio, la reunión es posible, como enseña la fe cristiana, al menos después de la muerte.
----------E incluso un vínculo de amistad, no obstante graves incidentes que puedan ocurrir, siempre puede ser reconstruido. Incluso los compromisos sagrados que habían sido abandonados, siempre pueden ser asumidos, después de una adecuada conversión. Por lo tanto, es cosa necia negarse a vincularse para siempre a una persona con el pretexto de que las personas cambian. Es necio negarse a asumir compromisos definitivos con el pretexto que no podemos prever el futuro. Las relaciones espirituales son independientes del evolucionar de la materia y de las condiciones psicofísicas de las personas.
----------La persona psíquicamente normal está claramente siempre en relación con alguna otra persona y con Dios mismo. Es indudablemente inconcebible una persona que no esté en relación con nadie, que no se comunique con nadie, a menos que carezca de uso de razón.
----------Decir que la relación es un accidente, no significa que sea facultad de la persona relacionarse o no relacionarse. Cambian las relaciones, pero la persona, si tiene el uso de razón, está por su esencia siempre en relación. Esto no impide, como se ha dicho, que entre la persona y sus facultades de relacionarse exista una distinción real, por el hecho de que la acción es efecto de una potencia del alma y si esta potencia no se actúa, está claro que el alma, como forma espiritual de la naturaleza humana, continúa subsistiendo, incluso si no posee esa dada relación que se deriva de esa acción dada.
----------La ética relacionista siente la justa exigencia de que la persona no caiga en el aislamiento, pero exagera al subrayar la importancia de la comunicación y, por tanto, de la relación. Aislarse de los demás no es ciertamente una cosa buena y peor aún es separarse de Dios. Puede ser una forma de egoísmo o de inmadurez humana o de misantropía o del efecto de una deficiencia mental.
----------Sin embargo, el aislamiento asocial y misantrópico no se debe confundir con la soledad monástica o meditativa u orante. En este caso, el monje crea en lo íntimo de su coloquio con Dios y en su pensamiento premuroso hacia el prójimo, una relación comunional con el prójimo en Dios que es aún más profunda y fructuosa que la relación social visible.
----------El actuar es subsistente en Dios. Pero concebir la persona humana como actuar o como relación con otro, quiere decir instrumentalizarla como si fuera un ente inferior y, por tanto, convertirla en esclava de otra persona y, por tanto, violar el principio de la igualdad humana. Y si es verdad que la creatura es enteramente relativa al creador, en el sentido de que su existir depende totalmente de Dios, ella siempre sigue siendo sustancia, de modo que su ser creada y su depender de Dios es simplemente una relación, es decir, un accidente que se agrega a la sustancia ya constituida.

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