domingo, 4 de diciembre de 2022

Bontadini y su catolicismo: diálogo con un lector

Gustavo Bontadini, en sus obras programáticas, vale decir, en sus trabajos de la década de 1920, pretende corregir el idealismo de Gentile, pero al final queda sustancialmente enredado en su sistema idealista, ya que acepta sus principios fundamentales. Si fuera cierto que más tarde Bontadini, en la década de 1970, se ha acercado al concepto católico de creación, no tendríamos más que complacernos de ello. Pero eso no quita decir que cuanto él ha escrito de joven siga siendo lo que es y no deponga en absoluto a favor de su catolicismo.

----------Un amable lector de este blog, Giuseppe Mancuso, ha sentido la necesidad de comentar extensamente, ponderadamente y respetuosamente un artículo mío de días atrás, titulado El idealismo modernista de Gustavo Bontadini. Los lectores que tengan interés pueden encontrar allí sus observaciones y críticas a mis posiciones. Prometí al Sr. Mancuso responderle con mis puntos de vista, lo que haré a continuación.
----------Por cuanto respecta a la intervención del Sr. Mancuso, más que responder a sus objeciones, prefiero aclarar mi pensamiento sobre Bontadini con citas precisas o posiciones comúnmente conocidas. Y hago esto por tres motivos: 1°. Considero en tal modo ser más claro y persuasivo. 2°. Confieso que no siempre he logrado entender lo que el lector quiere decir en sus comentarios, por lo cual pienso que nuestra discusión puede ser más rápida de este modo y por lo tanto tener un mayor beneficio, en lugar de si le pidiera explicaciones, cosa que requeriría de parte del Sr. Mancuso ulteriores respuestas. 3°. El lector toca algunos puntos que me parecen de secundaria importancia. He tomado nota de ellos, pero no creo que sea el caso hablar sobre tales puntos. En cambio, me parece conveniente ponernos en un terreno sobre el cual sea fácil entendernos sobre el significado de lo que decimos. En tal modo será más fácil la confrontación de ideas. Por otra parte, creo que con cuanto ahora voy a decir, tocaremos el verdadero nudo de la cuestión.
----------Por consiguiente, por cuanto respecta al "modernismo" de Bontadini, no he pretendido vincularlo en todo y por todos los aspectos con aquel modernismo condenado por el papa san Pío X en la encíclica Pascendi, aunque no sería difícil encontrar vínculos, sobre todo donde el papa Sarto condena el inmanentismo. El mismo idealismo es una forma de fenomenismo. Sé que Bontadini es más filósofo que teólogo, pero todos sabemos bien, y el Sr. Mancuso seguramente también lo sabe, que la encíclica Pascendi condena también la filosofía del modernismo como fundamento de la teología modernista. En cuanto a cuestiones exegéticas, no entro en ese campo, porque ni siquiera soy un biblista en el sentido específico de la palabra.
----------En cambio, cuando hablo de "modernismo" de Bontadini, me refiero a un concepto más amplio de modernismo, a una forma de modernismo que hoy se está extendiendo, y que consiste en ese modo de pensar, esa forma mentis por la cual los hombres de hoy se consideran "modernos", incluso a veces diciendo estar en línea con la modernización o el progreso promovidos por el Concilio Vaticano II, de ahí también el nombre de "progresismo", por el simple hecho de asumir la modernidad en bloque y acríticamente, en lugar de hacer lo correcto, que es operar en la modernidad, a la luz de la philosophia perennis y del Magisterio de la Iglesia, ese obligado y necesario discernimiento que asume lo positivo y rechaza lo negativo.
----------Bontadini lamentablemente ha caído en este error con su propuesta de una filosofía "neoclásica" o "neoescolástica moderna" basada sobre la así llamada "filosofía moderna", fundada en el cogito cartesiano, por el cual Bontadini tiene una exagerada admiración, afirmando que Descartes "ha rehecho la filosofía desde cero". Yo diría más bien que la ha estropeado en los fundamentos.
----------Es cierto que Bontadini tenía admiración también por el pensamiento clásico, griego y medieval, en particular por Parménides y por santo Tomás. Sin embargo, él pensaba que una nueva filosofía, adecuada a los tiempos modernos, puede y debe ser recabada de una interpretación cartesiana, con la mediación de Gentile, de los dos pensadores anteriores: el presocrático Parménides y el medieval Tomás de Aquino. En tal modo, dice Bontadini, se pondría en luz el "alma de verdad" (según la expresión de mons. Olgiati) de la "filosofía moderna", por lo cual, como dice Bontadini, Tomás aparecería extraordinariamente "moderno".
----------Pues bien, éste es el sentido en el que he pretendido comparar la interpretación bontadiniana del ser tomista con el ser parmenídeo, y sostener que Bontadini ha malentendido el ser tomista, que es analógico (uno-múltiple), confundiéndolo con el ser parmenídeo que es unívoco (uno solo). Además, el ser parmenídeo es idealista ("to autó to einai kai to noéin": "el ser y el pensamiento son la misma cosa"), mientras que el ser tomista es notoriamente realista, es decir, implica la distinción del ser y del pensamiento.
----------Indudablemente el verdadero maestro de Bontadini no es santo Tomás de Aquino. En tal sentido, Bontadini no es un tomista. Sin embargo, he hablado a su respecto de "tomismo", porque hay que reconocer en él un esfuerzo por hacer aparecer moderno al Aquinate, pero tal intento, como he dicho en el precedente artículo, ha fracasadoó, porque Bontadini quiere interpretar a Tomás sobre la base de Parménides, Descartes y Gentile. Estos son los verdaderos maestros de Bontadini. Y este hecho ya suscita muchas dudas sobre la autenticidad del catolicismo de Bontadini, como ahora iré explicando.
----------También Jacques Maritain consideraba "moderno" a santo Tomás de Aquino. En su libro Le Docteur Angélique (que los argentinos conocemos en versión española de Eduardo Pironio, cuya causa de beatificación hoy está incoada) Maritain llama a Tomás "Apóstol de los tiempos modernos" y en Antimoderne dice que el Aquinate es "ultramoderno". Pero Maritain se cuida muy bien de no hacer de Tomás una interpretación idealista, también en consideración al hecho de que el idealismo ha sido condenado por la Iglesia, lo que muestra con meridiana evidencia la incompatibilidad del idealismo con la fe católica.
----------Como he dicho en mi precedente artículo, Bontadini indudablemente tiene la intención corregir el idealismo de Gentile, pero al final queda sustancialmente enredado en su sistema, ya que acepta sus principios fundamentales: 1. "la identidad del pensamiento con el ser"; 2. "el ser es es el ser pensado"; 3. el ser no trasciende el pensamiento sino que es "inmanente"; 4. el pensamiento no es trascendido por el ser, sino que es "intrascendible"; 5. creer en la existencia de un ser exterior al pensamiento es ya hacerlo inmanente al pensamiento; 6. el ser no es "presupuesto" al pensamiento, sino que es supuesto con el pensamiento; 7. el pensamiento no pasa de la potencia al acto sino que es "acto de pensar"; 8. la ignorancia y el error no existen, porque el ser es constitutivamente, originariamente, necesariamente, siempre y aprioricamente, objeto del pensamiento; 9. el ser no es analógico, es decir, uno y múltiple, sino que es unívoco, absolutamente uno; 10. la multiplicidad no surge de la analogía sino de la dialéctica.
----------Ahora bien, uno se pregunta cómo pueden ser conciliados todos estos principios con una sana filosofía y con la fe católica. De hecho, las consecuencias son las siguientes:
----------1. Confusión entre el pensamiento humano y el pensamiento divino. En efecto, deben hacerse las siguientes observaciones: a) Sólo el pensamiento divino es puro acto de pensar. El pensamiento humano pasa de la potencia al acto. b) Sólo en el pensamiento divino el pensamiento coincide con el ser. Para el pensar humano, el ser es distinto del pensamiento, externo al pensamiento, independiente del pensamiento. No depende del pensar humano, sino del poder creador divino. c) Sólo el pensamiento divino surge de sí mismo como autoconciencia absoluta sin ningún precedente empírico, porque Dios es puro espíritu infinito. En cambio, el pensar humano supone la experiencia sensible, porque en el hombre el sentido va acompañado del intelecto. Y en el hombre la autoconciencia supone el contacto sensible con las cosas externas. d) Sólo Dios sabe que existe inmediatamente y aprioricamente, sin pasar a través de ningún previo contacto con el mundo. Nosotros, en cambio, llegamos a saber que Dios existe sólo partiendo del conocimiento del mundo y aplicando el principio de causalidad ("per ea quae facta sunt", Rom 1,20; Sab 13,5).
----------2. Negación de la noción de la verdad. San Pío X en la Pascendi acusa a los modernistas de "pervertir la eterna noción de la verdad". Ahora bien, la gnoseología idealista nacida de Descartes hace exactamente eso, porque no hace consistir la verdad en la adaequatio intellectus ad rem, en primer lugar las cosas externas sensibles y luego los datos de la conciencia y las realidades espirituales, sino, como dirá después Kant, en la "coherencia del pensamiento consigo mismo": una atención, por tanto, no a lo real, sino a las propias ideas, esto es lo que cuenta para el idealista. Ahora bien, sin embargo, para el cristiano, Cristo es la Verdad hecha Persona. Por lo cual ofender la noción de verdad es ofender a Cristo. ¿Es esto catolicismo?
----------3. Negación del dogma de la creación. En Bontadini el devenir existe, pero es contradictorio, porque la filosofía de Bontadini carece de una noción analógica del ser: para él, el ser o existe o no existe. No llega a concebir un ser meramente potencial, un "poder-ser", por lo cual falta la noción del ente contingente. Para él, el ser es sólo acto. No existe pasaje de la potencia al acto, porque la potencia no existe. Por tanto, para Bontadini no existe ni siquiera la causa eficiente que tiene precisamente la función de explicar lo contingente y de hacer pasar al acto el ser potencial o de actuar el ser posible.
----------Pero el crear es precisamente el poder divino de causar el ser de las cosas o, como dice santo Tomás de Aquino, la creación es la productio totius entis ex nihilo sui et subiecti. Ahora bien, esto es dogma de fe. Negar esto quiere decir ir en contra de una verdad de fe. Bontadini, en cambio, intenta una prueba meramente dialéctica de la existencia de Dios, argumentando: si Dios no existiera, el devenir sería contradictorio. Pero entonces, al final, incluso con la existencia de Dios, según él, el devenir, aunque real, sigue siendo contradictorio. Dios es el Ser absoluto y no contradictorio, que pone lo finito negando su infinitud. Por consiguiente, no el ente mundano a imagen del Ser divino, sino el ente mundano como negación de lo divino. Se entiende entonces cómo un Severino negará la existencia de lo contingente y del devenir en nombre del ser y del principio de no-contradicción (entendido a la manera parmenídea).
----------Sin embargo, hago la precisa salvedad de que en mi análisis me refiero sobre todo al Bontadini de la década de 1920 en sus "Studi sull’idealismo" publicados por la editorial Vita e Pensiero, y en particular a su escrito programático, que he citado en mi artículo, en el cual retoma y desarrolla a su modo el pensamiento de mons. Olgiati. Si más tarde él, como mi interlocutor afirma, en la década de 1970 se ha acercado al concepto católico de creación, no tendría más que complacerme de ello. Pero eso no quita decir que cuanto él ha escrito de joven siga siendo lo que es y no deponga en absoluto a favor de su catolicismo.

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