Hay una gnosis positiva, pero hay también una gnosis espuria, que es la gnosis presuntuosa y pretenciosa, por la cual el gnóstico pretende conocer a Dios y a Jesucristo mejor que lo que viene propuesto por la Iglesia católica y se permite juzgar sus dogmas desde lo alto de un "saber", que no es otro que el parto de su impericia o de su fantasía o de elucubraciones impías, absurdas y delirantes, y por tanto moralmente peligrosas, aunque quizás fascinantes y de apariencia de genialidad y de valentía teorética. Como fácil es deducirlo, tal concepción básica nos permite saltar los límites de un demasiado estrecho concepto de gnosis que la asociaría hoy única y exclusivamente al modernismo, sino que también afecta al pasadismo intraeclesial.
----------He tenido tardía noticia de la muerte, en enero del año pasado, del padre Ennio Innocenti [1932-2021], y motivado por esa noticia, y otro poco por haber recibido semanas atrás de regalo uno de sus últimos libros, que también he leído tardíamente, me parece ser de utilidad escribir algunas pocas líneas acerca de sus ideas más importantes sobre un tema que lo apasionó durante toda su vida: el gnosticismo. Tema actual si los hay hoy en la Iglesia, como herejía de fondo de todas las herejías (y en esto creo san Pío X estaría de acuerdo) habiendo sido explicado de modo simple y condenado oportunamente por el papa Francisco.
----------El libro que de don Innocenti he leído en estos días es La gnosi spuria. Dall'Ottocento ai nostri giorni (Città Ideale, Milano, 2013). Se trata de una obra que merece ser conocida, sobre todo por aquellos que han mostrado interés por el gnosticismo y cuentan ya con algún dominio sobre el tema. Pues bien, para esta clase de lectores, el libro de Innocenti ofrece la posibilidad de evitar un reduccionismo peligroso del concepto de gnosis y de gnosticismo, distinguiendo un sentido positivo y otro sentido negativo de tales ideas.
----------"A menudo, en algunas de mis conferencias -dice el padre Innocenti-, la gente me pide que explique qué es la gnosis y en esos foros explico cómo llegué a evaluar el fenómeno y cómo se ha desarrollado en la historia. En realidad, todos los cristianos han conocido por sí mismos la esencia de la gnosis (presunción de alto conocimiento) desde la época del primer catecismo".
----------"De hecho, el primer maestro de la gnosis es el diablo que sugiere a Adán cruzar la línea roja que Dios había marcado; es decir, sugiere a Adán ser como Dios, árbitro él mismo de lo que es bueno y de lo que es malo, olvidando su límite como creatura, olvidando que él no es el ser originario, por haber recibido el ser y por lo tanto de no ser en modo alguno el amo de lo que es el ser".
----------Continúa Innocenti: "Asimismo, todo muchacho que ha escuchado el relato evangélico de Jesús, que en el desierto se expone personalmente a sufrir la sugestión del demonio, sabe lo que es la gnosis, porque también en esa ocasión el diablo se la sugiere a Jesús. En efecto, dice a Jesús que la piedra puede ser pan, es decir que Jesús es dueño del principio de contradicción; sugiere a Jesús que ponga en marcha las leyes físicas como si él, un hombre, fuera el plasmador absoluto de sí mismo; sugiere a Jesús la ilusión del dominio político universal, olvidando que todo hombre es creado libre".
----------"En las tres sugestiones el diablo enseña la absoluta autonomía, el olvido del límite creatural, mientras que Jesús reitera la dependencia radical a Dios. En definitiva, el diablo es el primer maestro de gnosis, muchas veces con éxito, como en el caso de aquel autor científico del mapa del genoma, quien abiertamente dijo que se había convertido en Dios, a lo máximo con éxitos parciales, porque los hombres, aspirando a ser Dios, hacen el intento, pero luego lo reconsideran, dándose cuenta de que tienen límites insuperables".
----------Para ciertos católicos cultos argentinos, el nombre de Innocenti no debiera resultar extraño. Hace muchos años don Ennio editaba en lengua italiana los conocidos estudios históricos sobre el gnosticismo desarrollados por el padre Julio Meinvielle [1905-1973], obra que, al ser conocida en los medios intelectuales italianos, llamó la atención, porque presentaba un concepto del "gnosticismo" más amplio y más inteligente que el que se conocía por lo general hasta entonces, en la línea del enfoque tradicional como por ejemplo aquel también meritorio e interesante de Hans Jonas, Jean Daniélou, Filoramo, Sfameni Gasparro, Samek Lodovici o Festugière, tanto como para dar sólo algunos ejemplos, un enfoque que reserva el término para ese bien conocido fenómeno, llamado precisamente "gnosticismo", que pertenece a la historia de la heresiología y que, en cuanto fenómeno histórico, presenta contornos muy precisos, consistentes en la visión dualista de la realidad, donde la materia aparece como principio del mal y el espíritu como principio del bien.
----------Pero también sabemos cómo la prospectiva "gnóstica" no fue sólo la de estos herejes, contra los cuales combatieron san Ireneo de Lyon y el mismo Plotino, sino que fue también la de un gran filósofo cristiano de los primeros siglos, san Clemente Alejandrino, el cual de hecho concebía la sabiduría cristiana como la verdadera y suprema "gnosis" (ghnosis), vale decir, la más alta forma del conocimiento de fe, no ciertamente algo que superara la fe, sino que por el contrario fuera su más sublime expresión.
----------Ahora bien, hay que tener en cuenta, entonces, que en base al sentido mismo de la palabra gnosis, "conocimiento", "ciencia", el término "gnosis", "gnosticismo", podría por lo tanto ser emancipado y separado de la categoría histórica del "gnosticismo" de un Valentín o un Bardaisan, que en todo caso una vez explicado conserva su valor, y ser, en cambio, utilizado para designar una cierta actitud del espíritu que periódicamente se presenta en la historia de las ideas tanto en Occidente como en Oriente.
----------Por lo tanto, la obra de don Ennio Innocenti, junto con otros, trataba de captar el significado de fondo del gnosticismo histórico más allá de la forma particular que había asumido en aquello que tradicionalmente los historiadores llaman "gnosticismo". Tal operación resulta útil desde el punto de vista teorético y moral, porque permite poner en luz un cierto modo de estar en relación con la revelación cristiana y, más en general, de hacer teología, que se basa en una gnoseología para la cual el sujeto, creyendo poseer una ciencia divina o suprema, en todo caso insuperable y juez de todas las demás, se siente autorizado para juzgar desde lo alto de este saber absoluto, certísimo e incuestionable, incluso los datos de la misma revelación cristiana y, por consecuencia, la doctrina del Magisterio de la Iglesia, vistos como niveles inferiores del conocimiento teológico inficionados por la imaginación y por la mitología, y por lo tanto sólo sombra o figura, Vorstellung, "representación", para decirlo con Hegel, del puro pensamiento, el denken, que se expresa en la gnosis.
----------Naturalmente, el gnóstico no necesariamente usa este término para designar ese su enfoque, de hecho, normalmente no lo usa nunca, a lo máximo consciente de que se trata de un término de compromiso y prefiere denominar de otros modos su sistema o su especulación, tanto filosófica como teológica.
----------Pero el que astutamente utilice otros términos para llamar a su enfoque filosófico, no basta ciertamente para ocultar su actitud mental y moral que permanece en su significado objetivo y que en todo caso más allá de sus intenciones, que pueden incluso ser buenas, merece científicamente el apelativo de gnosticismo. Este es el método seguido por don Innocenti, de por sí totalmente correcto y muy esclarecedor.
----------Para ser justos, la intuición de esta posibilidad de usar el término "gnosis" en este sentido más amplio y útil, ya se encuentra en Jacques Maritain [1882-1973], quien, en su La Filosofía Moral. Exámen histórico-crítico de los grandes sistemas, habla muy oportunamente de "gnosis hegeliana".
----------Don Innocenti tiene el mérito de hacer uso de este sentido ampliado, teoréticamente utilizable, de gnosis, partiendo del estudio histórico del padre Meinvielle, quien ya recorre este camino con su estudio histórico sobre el gnosticismo, que iniciando ciertamente desde el gnosticismo en el sentido tradicional, luego recorre el arco de muchos siglos, con referencias a muchas otras corrientes filosóficas de pensamiento, sobre todo la cábala judía, el hermetismo, el pensamiento mágico renacentista, el rosacrucismo, la masonería, la teosofía hasta llegar a Karl Rahner. Es posible encontrar este sentido del gnosticismo también en los informadísimos estudios de Massimo Introvigne [n.1955], y hoy, por mérito de Innocenti, este significado ampliado se ha vuelto común, como se puede notar también en el pensamiento de Antonio Livi [1938-2020].
----------Por tanto, el padre Innocenti da un significado positivo a la palabra gnosis, sobre las huellas de san Clemente de Alejandría y, por lo tanto, habla de "gnosis espuria" para significar aquella gnosis presuntuosa y pretenciosa por la cual el gnóstico pretende conocer a Dios y a Jesucristo mejor que lo que viene propuesto por la Iglesia católica y se permite juzgar sus dogmas desde lo alto de un "saber", que no es otro que el parto de su impericia o de su fantasía o de elucubraciones impías, absurdas y delirantes, y por tanto moralmente peligrosas, aunque quizás fascinantes y de apariencia de genialidad y de valentía teorética. Como fácil es deducirlo, tal concepción básica nos permite saltar los límites de un demasiado estrecho concepto de gnosis que lo asocia hoy única y exclusivamente al modernismo, sino que también afecta al pasadismo intraeclesial.
----------De tal modo, el padre Ennio Innocenti nos ha entregado, en su obra de última y fecunda madurez, un poderoso e informadísimo estudio histórico sobre el gnosticismo en dos volúmenes, que recoge los resultados de sus largos estudios de toda la vida, y hace una preciosa contribución al conocimiento de esta actitud mental, que todavía hoy está presente en la teología católica, como por ejemplo en el rahnerismo.
----------Pero no sería difícil encontrar tal actitud en todos los herejes y cismáticos, regularmente impulsados por la convicción de interpretar la revelación cristiana mejor de cuanto sabe hacerlo la Iglesia católica, desviándose así de la verdadera fe para ofrecer concepciones aparentemente más alevadas y espirituales, pero que en realidad caen en los más miserables errores de la mente y del corazón.
----------La obra de Innocenti se presenta particularmente útil y oportuna en el actual clima de la teología católica, en el cual, por un malentendimiento del pluralismo y del progreso teológicos promovido por el Concilio Vaticano II, ha venido a menos en tantas partes ese "pie et sobrie quaerere" recomendado al teólogo desde el Concilio Vaticano I, como garantía de una búsqueda e investigación y de una producción teológica, verdaderamente conforme a la Palabra de Dios siguiendo el ejemplo de santo Tomás de Aquino, hoy demasiado frecuentemente olvidado y que en cambio, por recomendación del mismo Concilio Vaticano II y de los Pontífices siguientes hasta el papa Francisco muy recientemente, permanece y debe seguir permaneciendo, aunque en diálogo con las otras grandes voces de la cultura universal, como Doctor Communis Ecclesiae, Maestro universal insuperable, que por su santidad y su sabiduría nos protege del peligro de la soberbia y de la impiedad gnósticas y nos enseña esa actitud de humildad y de valentía al mismo tiempo que hace grande al verdadero teólogo, al servicio de las almas, de la Iglesia y de la cultura de nuestro tiempo.
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