Tiempo de Navidad

Más allá de saludos y buenos augurios, algo que no debemos olvidar durante este Tiempo de Navidad... [En la imagen: fragmento de "Adoración de los pastores", óleo sobre lienzo pintado por Pedro Pablo Rubens alrededor de 1608, obra conservada y exhibida en la Iglesia de San Pablo, en el Veemarkt en Amberes].

----------El Tiempo de Navidad nos recuerda que Cristo ha venido al mundo para desenmascarar los engaños de Satanás, para sustraernos a sus seducciones, para darnos coraje contra sus amenazas, para vencer sus tentaciones, para librarnos de su poder y para que nosotros lo acojamos como nuestro verdadero Dios y Señor, y por lo tanto, hemos dejado de servir a dos señores, Él y el demonio, porque ponemos la honestidad y la sinceridad en el lugar donde reinaron la doblez y la hipocresía, la sabiduría en el lugar de la astucia, la humildad en el lugar de la soberbia, la prudencia en el lugar del oportunismo, el temor de Dios en el lugar del temor de los hombres, porque decimos que es a lo que es y que no es a lo que no es, porque dejamos de oscilar entre el sí y el no y decimos un sí absoluto, decidido, directo e irrevocable sólo a Él.

----------Es fácil advertir que el libro del Apocalipsis nos recuerda el significado de la Navidad: el demonio se opone al nacimiento del Salvador nacido de la Virgen María:

----------"El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera. La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. [...] El Dragón, al verse precipitado sobre la tierra, se lanzó en persecución de la Mujer que había dado a luz al hijo varón. [...] La Serpiente vomitó detrás de la Mujer como un río de agua, para que la arrastrara. [...] El Dragón, enfurecido contra la Mujer, se fue a luchar contra el resto de su descendencia, contra los que obedecen los mandamientos de Dios y poseen el testimonio de Jesús" (Ap 12,4-5.13.15.17).

----------Este choque entre las fuerzas de Cristo y las fuerzas de Satanás caracteriza todo el curso de la historia. Es necesario tomar partido. No hay término medio: o venceremos con Cristo o seremos derrotados con Satanás. Cristo nos hace su propuesta. El demonio nos hace la suya, que es exactamente la opuesta: la duda en lugar de la certeza, nuestras ideas en lugar de la verdad, la mentira contra la verdad, la soberbia contra la humildad, la obstinación en lugar de la penitencia, la cerrazón en lugar de la escucha, la impostura en lugar del diálogo, la envidia en lugar de la benevolencia, la tortuosidad en lugar de la simplicidad, la impiedad contra la piedad, la comodidad contra el sacrificio, la prepotencia en lugar de la mansedumbre, la explotación del otro en lugar del servicio al prójimo, la desconfianza en lugar de la acogida, la rigidez en lugar de la firmeza, la subversión en lugar del progreso, la ingenuidad en lugar del discernimiento, la crueldad en lugar de la misericordia, el egoísmo contra el altruismo, el odio contra el amor, el litigio en lugar de la conciliación, la contraposición en lugar de la pacificación, el dividir en lugar del unir, el confundir en lugar del distinguir, el conflicto en lugar de la concordia, nuestro yo en el lugar de Dios, la sensualidad en lugar de la espiritualidad.

----------¿A quién le corresponde el gobierno del mundo? ¿A Cristo o a Satanás? ¿A la masonería, al comunismo, a Mahoma o a Cristo? ¿A qué Dios queremos seguir? ¿El Dios que está en los cielos o el dios de este mundo? ¿Cuál espíritu elegimos? ¿El Espíritu Santo o el espíritu inmundo? (Mc 5,8). ¿De qué lado queremos estar? ¿De los hijos de Dios o de los "hijos del diablo" (1 Jn 3,10)?

----------¿Qué mundo nos gusta? ¿El mundo creado por Dios y redimido por Cristo o el del anticristo, que nos aleja de Dios? ¿Qué Iglesia nos gusta? ¿La de Cristo o la sinagoga de Satanás? ¿A quien aceptamos como guía de la Iglesia hacia el Reino de los Cielos, al Vicario de Cristo o a cualquiera de los líderes de las ideologías modernistas o pasadistas? ¿Procuramos nuestra cada vez más plena comunión con la Iglesia guiada por Pedro y sus sucesores, o preferimos vivir en el cisma y en la herejía, pendulando entre el sí y el no de una "no plena comunión" en la única Iglesia de Cristo y de su Vicario? ¿Qué paz buscamos? ¿La que da Cristo o la que da el mundo? ¿A quién hacemos la guerra? ¿A Satanás o a Cristo?

----------No nos engañemos pensando que siempre podemos vivir cómodamente en paz, en un diálogo tranquilo y cortés con todos, sin ser molestados, simpáticos a todos, sin luchar, sacrificarnos y combatir. No es ese el camino a la salvación. Solo allá arriba ya no tendremos que luchar, porque habremos vencido con Cristo.