jueves, 8 de diciembre de 2022

Signos de contradicción para la humanidad (1/5)

¿En qué sentido los discípulos de nuestro Señor Jesucristo estamos llamados a ser en nuestra vida signos de contradicción para la humanidad? [En la imagen: fragmento de "Caída del Hombre, pecado original y expulsión del Paraíso", el sexto fresco que pintó Miguel Ángel en 1509 en la Capilla Sixtina, de Ciudad del Vaticano].

¿Cómo explicar la persistencia durante siglos y milenios
de errores teológicos refutables y refutados?
   
----------En la historia cada tanto aparecen hombres extraordinarios, fuera de lo común, dotados de una especial capacidad para influir en los demás hombres, ya sea para el bien como para el mal, hombres superdotados, excepcionales, que sobresalen cual si fueran gigantes entre los comunes mortales, y que dividen a la humanidad a favor o en contra de Dios, dejando un rastro de sí mismos y de sus ideas a lo largo de los siglos y de los milenios, hombres que lanzan un mensaje o enseñan una moral y una doctrina, que en los siglos siguientes son conservadas y difundidas con veneración y celo por un ejército de seguidores, pero que también son a la vez contradichas y combatidas apasionadamente por un ejército de opositores. Hombres bendecidos y maldecidos, ignorados y famosísimos, amados hasta el fanatismo y objeto de odio feroz, aceptados globalmente y rechazados globalmente. ¿Cómo se explica todo esto?
----------Con buen sentido común más bien habría que preguntarse: pero si en tal mensaje o doctrina se contienen errores y sus opositores los han refutado; y si en la vida de los maestros de esos errores no faltan los vicios, ¿cómo se explica que sus seguidores continúen defendiéndolos? ¿Cómo se puede explicar la persistencia a lo largo de los siglos y de los milenios de errores teológicos refutables y refutados?
----------Si los errores de los Vedas, de Buda, de Parménides, de Heráclito, de Platón, de los politeístas, de Arrio, de Nestorio, de Eutiques, de Apolinar, de los monofisitas, de los docetas, de los gnósticos, de los pelagianos, de los panteístas, de los materialistas, de Lutero, de Descartes, de Kant, de los masones, de Hegel y de Marx han sido mil veces refutados, ¿cómo se explica la obstinación inflexible de sus seguidores?
----------Si el hombre está hecho para la verdad, ¿por qué existen tantos errores? Si el hombre es un animal racional, ¿cómo es que solo pocos saben razonar bien en las cosas más importantes? Si el hombre está hecho para Dios, ¿por qué entonces parece que poquísimos lo buscan en serio? Si la Iglesia es la comunidad de la salvación, ¿cómo es que son tantos los que no entran en ella y tal vez la abandonan?
----------Se nota frecuentemente más fidelidad y testarudez en el error que perseverancia en la verdad. ¡Ojalá ciertos religiosos o sacerdotes fueran tan fieles a su vocación como son perseverantes ciertos ateos en su ateísmo! ¿Y por qué ciertos ateos están más seguros en su ateísmo que ciertos creyentes en su fe?
----------Sabiendo que el hombre está naturalmente hecho para la verdad, para el bien y para Dios y que desde hace dos milenios la Iglesia trabaja por la salvación de la humanidad, sorprende que:
----------- desde hace 3500 años los hinduistas, no obstante todas las pruebas en contrario que les han proporcionado buenos filósofos y misioneros, continúen creyendo que su yo es la aparición empírica, ilusoria, fastidiosa y pasajera de su Yo profundo, absoluto y divino;
----------- desde la antigüedad existe el ateísmo, cuando la razón puede demostrar la existencia de Dios con absoluta certeza, mientras que el ateísmo es una teoría necia e insostenible;
----------- desde hace 2600 años los budistas, no obstante todas las pruebas en contrario proporcionadas por buenos filósofos y misioneros, continúen creyendo que pueden llegar a ser iluminados por la inefable beatitud absoluta, desprovista de cualquier forma o determinación, mediante la supresión de todos los deseos;
----------- desde hace 2000 años los judíos continúen rechazando a Jesús el Nazareno como Mesías Hijo de Dios y Rey de Israel, Salvador de la humanidad, después de todos los signos por Él dadod y de todas las infinitas pruebas que desde hace 2000 años su Iglesia ha ido dando de su credibilidad;
----------- desde hace 1400 años los musulmanes continúen creyendo obstinadamente en la imposibilidad del misterio Trinitario, en la imposibilidad de los misterios de la Encarnación y de la Redención, después que desde hace casi milenio y medio la Iglesia, mediante sus teólogos y sus misioneros les han explicado que en estas doctrinas no hay ninguna imposibilidad, sino que son salutíferas y beatificantes;
----------- desde hace 1000 años la Iglesia de Constantinopla ha continuado rechazando el dogma del Filioque, después que desde hace ya un milenio la Iglesia Romana ha asegurado y confirmado, aduciendo pruebas decisivas, en el nombre de Cristo, que tal fórmula de fe es ortodoxa y sana;
----------- desde hace 500 años los luteranos, desinteresándose indiferentes de todas las correcciones que les ha hecho la Iglesia desde el Concilio de Trento hasta el actual Catecismo de la Iglesia Católica, continúen queriendo sustituir con la "fe" (tal como ellos la entienden) a la religión, en la falsa convicción de que Cristo les revela -esta sería para ellos "fe"- que el ingreso en la vida eterna no está condicionado a la observancia de los mandamientos y a la participación en el sacrificio de Cristo, sino que se salvarían gratuitamente, sea como sea, porque teniendo fe (confianza) de salvarse, no tienen que temer el castigo, y por eso están en la gracia de Dios. Ellos, es verdad, no pueden evitar el pecado, pero siendo perdonados por Dios, según ellos el pecado ya no es pecado, sino que están libres de pecado, y pueden obrar como quieran, por lo cual, siendo objeto de la divina misericordia, están dispensados de la obediencia a la ley;
----------- desde hace 400 años los cartesianos, aunque refutados infinidad de veces por los filósofos católicos y condenados por la Iglesia en 1663, continúan sosteniendo su idealismo contra el realismo, gravísimo engaño, que, como han demostrado las consecuencias de su filosofía, condujo a los errores de Hegel y de Marx.
   
La causa del obstinarse de los hombres en el error
se descubre considerando el primer origen de su extravío
   
----------Para una adecuada respuesta a las preguntas anteriores, que buscan explicar la persistencia de errores que perduran durante siglos y milenios, es necesario retroceder mucho en la historia de la humanidad y tomar nota del relato bíblico del pecado original, de su naturaleza, de sus causas y de sus consecuencias. En efecto, el pecado original ha producido divisiones y conflictos por todas partes: del hombre con Dios, de cada uno consigo mismo, de los hombres entre sí, del varón con la mujer, del hombre con la naturaleza. La humanidad se ha dividido en dos: humanidad por Dios y humanidad contra Dios.
----------De tal manera, la Sagrada Escritura nos presenta un humanismo sano y benéfico y un humanismo corrupto y malvado: tenemos la oposición paulina entre el hombre carnal y el hombre espiritual o la joánnea entre los hijos de Dios y los hijos del diablo. Estos últimos continúan cometiendo arrogantemente el pecado de sus primeros progenitores, que habían querido ser como Dios, pecado que encuentra su culminación en el "inicuo" escatológico, del cual habla san Pablo, "aquel que se contrapone y se eleva por encima de todo aquello (epí panta) que se llama 'Dios' o es objeto de culto, hasta el punto de tener sede en el templo de Dios señalándose a sí mismo como Dios" (2 Tes 2,4).
----------Los pecados contra Dios se reducen a dos clases: los pecados carnales, que ofuscan el ojo del intelecto, frenan el impulso hacia lo alto de la voluntad, hacen desviar su orientación del espíritu hacia la carne, debilitan su fuerza, la vuelven esclava de las pasiones y degradan al hombre al nivel de la bestia.
----------Los otros son los pecados espirituales, que son efecto de la soberbia, que están precisamente en el origen de los pecados carnales, porque mientras los pecados carnales suponen una naturaleza ya dividida entre espíritu y carne a causa del pecado, el pecado de soberbia fue el de la pareja primitiva en la cual el pecado no podía provenir de la tentación carnal, porque en ella la carne estaba en armonía con el espíritu, sino que sólo podía provenir de una rebelión de la voluntad causada por una arrogante presunción de las propias fuerzas y una excesiva autoestima del intelecto o excesiva consideración de sí.
----------El engaño genesíaco del demonio a nuestros primeros progenitores, en efecto, consistió en el presentar a Dios a Adán y Eva no como un padre, sino como un tirano opresor, celoso de su poder, temeroso de que el hombre pudiera tomar posesión de su poder divino, un Dios tirano con la pretensión de ser él el legislador del hombre, para dictarle lo que es bueno y lo que es malo, a fin de llamar al hombre al deber de rendir cuentas ante él por su obrar, mientras que, en cambio, según el engaño del diablo, al hombre, comiendo de la fruto prohibido, "se le abrirían los ojos y se volvería como Dios, decidiendo lo que es bueno y lo que es malo". En otras palabras, el hombre habría llegado a decidir por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo, por lo cual no tendría que responder de sus acciones ante Dios, sino sólo ante sí mismo.
----------Comer del fruto del árbol del bien y del mal significaba la pretensión de tomar posesión de un poder que compete sólo a Dios. Cuando el hombre se arroga para sí lo que pertenece a Dios, ¿por qué esto procura la muerte? Porque el hombre queda aplastado por un poder sobrehumano, que no llega a gestionar, de modo similar a un niño inexperto que se pusiera al volante de un automóvil: una empresa superior a sus fuerzas que lo conduciría al desastre. Quien pretende tomar posesión de un poder divino sin poderlo gestionar es un necio que causa problemas para sí mismo y para los demás.
----------Es asombroso cómo los primeros progenitores, que sabían muy bien que habían sido creados por amor a un Dios Verdad absoluta, además de honestidad y bondad infinita, pudieran haber llegado a considerar a Dios un mentiroso y a creer en un impostor sabiendo que era impostor, de quien en efecto tenían la ciencia infusa. ¡Deben haberlo sabido bien! ¿Qué podrían esperar de la serpiente? ¿No debían imaginar las consecuencias? Por consiguiente, no han sido engañados en buena fe, sino que han querido auto-engañarse. Y con esto han arrojado a toda la humanidad a la responsabilidad de elegir o por Dios o por el diablo.
----------Y por esto han pecado. En esta vida puede suceder también a un santo ser momentáneamente engañado por el demonio, pero estando en buena fe, queda inocente y Dios no deja de desengañarlo en el momento justo. En cambio, cuando Eva dice "la serpiente me ha engañado" es una mentirosa. Si hubiera sido sincera, habría debido decir: "por mi soberbia he preferido escuchar a la serpiente antes que a Ti".
----------Y Adán, por su lado, muestra una actitud vil y cobarde, y no menos abyecta, mostrándose padre de todos los anti-feministas, al descargar su culpa sobre Eva y casi insinuando impíamente poner el origen de la culpa de Eva en Dios mismo, creador de Eva (Gén 3,12).
----------Pero en este punto viene lo trágico, que a partir de este momento la humanidad se divide. Surge lo que san Juan llama "hijos de Dios" e "hijos del diablo" (1 Jn 3,10). Quien se arrepiente de los propios pecados quiere retornar a Dios, y quien no se arrepiente, quiere continuar estando con el diablo. Dios había querido que los hombres fueran todos hermanos y continúa queriéndolos tales, no obstante la primera fractura, producida ya entre los dos hijos de Adán y Eva, Caín y Abel, y no obstante los infinitos conflictos que se han producido a lo largo de toda la historia. Pero Dios no se rinde en su proyecto.
----------Y para esto Dios Padre nos ha enviado a su Hijo, el cual no sólo reafirma el mandato genesíaco de que debemos ser todos hermanos, sino que refuerza este vínculo natural con el añadido de la filiación divina, fundada en el Misterio Trinitario, es decir, el ser hijos del Padre, hermanos de Cristo, movidos por el Espíritu Santo, aunque queda la posibilidad a cada uno de aceptarla o rechazarla.
----------Ciertamente la humanidad, también después de la primera venida de nuestro Señor Jesucristo, continúa dividiéndose. Pero él ha injertado en la masa de nuestra pobre humanidad una levadura de vida divina, que es la Iglesia, factor invencible de reconciliación, de unidad, de concordia y de paz a la luz del Evangelio. Ella, como nos dice el Apocalipsis, está en lucha con el Dragón infernal y los "hijos del diablo", sin embargo ella vencerá definitivamente en el Retorno escatológico del Señor.
----------Sin embargo, la división de la humanidad no es tan neta como para no admitir, después del pecado original, por una parte la común condición de pecadores y por la otra la existencia en todos, incluso en los peores, de valores y recursos positivos, de modo que aquí abajo no hay justo que no tenga defectos y no hay malvado que no tenga lados buenos.

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