lunes, 29 de noviembre de 2021

Los dos tiempos del pontificado del papa Francisco: los momentos de esperanza y un hecho de trascendencia histórica

El segundo aspecto o el segundo tiempo del pontificado del papa Francisco, quien viene dando ahora señales de luz y esperanza en el clima de confusión y turbamiento producido en los primeros años de su pontificado, ha tenido días atrás una manifestación contundente e indudable, cuyas consecuencias no pueden predecirse, pero que nos indican sugerencias con algunos matices que podrían interpretarse en sentido escatológico.

Cosas que nunca antes han sido vistas en la historia de la Iglesia
   
----------La Iglesia está viviendo actualmente un período de novedades sin precedentes: nunca antes como hoy la Iglesia está hablando al mundo entero y es escuchada y conocida en todo el mundo; pero al mismo tiempo la Iglesia nunca ha estado tan amenazada por el poder de las tinieblas, a tal punto ello es así que algunos hablan de la apostasía final, de las señales del fin del mundo, del advenimiento del anticristo y de los castigos finales; nunca jamás ha sucedido en la Iglesia que hubiera dos Papas simultáneamente, sin que por ello venga a menos, en el papa Francisco, la unicidad de la guía pastoral de la Iglesia.
----------Nunca había existido un Romano Pontífice como Francisco, que sorprendiera al mismo tiempo tanto por los problemas que crea a muchos en la interpretación de la verdad de fe (véase la nota de ayer), como por algunos de sus actos de magisterio o de gobierno de trascendencia histórica nunca antes realizados por su predecesores, como por ejemplo la condena del gnosticismo, o el cambio de algunas palabras del Padre Nuestro, o el magisterio demonológico, o el uso cristiano de la tríada iluminista liberté-égalité-fraternité, o la predicación de la ecología integral, o las alabanzas del Lutero joven monje, o el acuerdo con el Islam y con la China comunista, o las directrices pastorales hacia los homosexuales y hacia los migrantes.
----------Precisamente, en el marco de estos hechos nuevos de trascendencia histórica se inserta el notabilísimo discurso que el papa Francisco ha pronunciado el pasado 13 de noviembre en el Vaticano en ocasión de la entrega del "premio Ratzinger". En este discurso, el Santo Padre ha tenido palabras de elogio, de estima y de admiración por la obra del papa Ratzinger y, en particular, por su servicio como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y como Romano Pontífice. Ha dicho Francisco:
----------"No olvidemos que Benedicto XVI ha seguido estudiando y escribiendo hasta el final de su pontificado. Hace unos diez años, mientras cumplía con sus responsabilidades de gobierno, estaba empeñado en completar su trilogía sobre Jesús y así nos dejó un testimonio personal único de su constante búsqueda del rostro del Señor. Es la investigación más importante de todas, que él luego ha continuado llevando adelante en la oración. Nos sentimos inspirados y animados, y le aseguramos nuestro recuerdo al Señor y nuestra oración.
----------Como sabemos, las palabras de la Tercera Carta de Juan: 'cooperatores veritatis” son el lema que él eligió cuando se convirtió en Arzobispo de Munich. Ellas expresan el hilo conductor de las diversas etapas de toda su vida, desde el estudio a la enseñanza académica, al ministerio episcopal, al servicio de la Doctrina de la Fe -al cual fue llamado por san Juan Pablo II hace 40 años- hasta el Pontificado, caracterizado por un luminoso magisterio y un indefectible amor por la Verdad. Cooperatores Veritatis es, por tanto, también el lema que destaca en el diploma que viene consignado a los premiados, para que siga inspirando su compromiso.
----------Son palabras en las cuales también cada uno de nosotros puede y debe inspirarse en su actividad y en su vida, y que dejo a todos vosotros, queridos amigos, como augurio, junto con mi bendición".
----------Estas palabras del Santo Padre llegan extremadamente oportunas para hacer callar esas insistentes quejas que desde hace años hasta hoy, como nunca antes, habíamos escuchado en ciertos ambientes de la Iglesia, según las cuales el papa Francisco abrigaría una cierta desestima por la teología y por las cuestiones doctrinales y dogmáticas, así como por el pontificado de Benedicto XVI.
----------Algunos, en los cuales su temeridad va pareja con su necedad, llegan a insinuar que el papa Francisco simpatizaría con la teología de Rahner en oposición al pontificado de san Juan Pablo II y del servicio prestado por el entonces cardenal Joseph Ratzinger a la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando muchas intervenciones tanto del Santo Pontífice como de su leal colaborador estuvieron dirigidas a atacar los errores rahnerianos, aún cuando el nombre de Rahner nunca haya sido mencionado.
----------Habiendo dicho esto, sin embargo, debemos reconocer que estas palabras del Santo Padre no son suficientes para sanar por completo la existencia de un cierto contraste entre el pontificado de Francisco y el de Benedicto. Una cosa que en este sentido se ha hecho evidente para todos ha sido el reciente Motu proprio Traditionis custodes, que impuso severas restricciones a la celebración de la Misa vetus ordo, mientras que, como sabemos, el anterior Motu proprio de Benedicto la permitía con largueza.
----------Se podría observar, sin embargo, como afirma el papa Francisco en Traditionis custodes, que él también ha intervenido en defensa del propio Benedicto, quien ha sido gambeteado, ninguneado y manipulado por los cismáticos, los cuales se han aprovechado deslealmente del permiso otorgado por Benedicto, para oponerse a la Misa novus ordo, a las doctrinas del Concilio Vaticano II y a la autoridad de los Papas desde san Juan XXIII hasta el papa Francisco. Por cierto, repito de paso lo que el lector ya sabe: que cuando digo aquí "cismáticos", no me refiero al minoritario grupo de los lefebvrianos (a quienes ni el reciente Motu proprio, ni lo que diga o haga el Papa les interesa, pues son formalmente cismáticos), sino que me refiero a los que según dice el propio Santo Padre en su Motu proprio son hoy cismáticos en la Iglesia, es decir, virtualmente cismáticos: los filo-lefebvrianos, quienes comparten en todo o en parte las mismas herejías de los lefebvrianos.
----------El cántico de alabanzas y elogios que el papa Francisco ha hecho al papa Benedicto XVI podría ser la señal (al menos eso debemos esperar y desear) del hecho de que Francisco se está encontrando con el Papado de Benedicto, cuya conducción de la reforma conciliar tenia un equilibrio, una imparcialidad y una sabiduría que no nos parece encontrar en el estilo del papa Francisco, demasiado indulgente hacia los modernistas y demasiado duro hacia los filo-lefebvrianos, con una alternancia de excesiva tolerancia y de intervenciones abruptas. Francisco debería empeñarse aún más por unir a los dos partidos sobre la común base de la fe, reconociendo los méritos y defectos de ambos y poniéndose con claridad super partes.
   
El papa Francisco parece encontrar el camino correcto
   
----------Este discurso del papa Francisco señala un punto de inflexión en su pontificado, una corrección de ruta, invocada durante años por los espíritus más sabios y agudos de la Iglesia. Y esto, por otra parte, vuelve a proponer la cuestión nunca definitivamente resuelta y que, sin embargo, puede resolverse con una mirada atenta, del verdadero y profundo motivo por el cual Benedicto XVI ha dado la dimisión.
----------Como ya ha sido comprobado por testimonios de los mismos protagonistas, en nombre de todos ellos el cardenal Godfried Danneels [1933-2019], la elección de Francisco fue ilegítimamente y clandestinamente orquestada por la ahora conocida "mafia de San Galo", un grupo de rahnerianos, ansiosos por tomar venganza contra la oposición a Rahner hecha por Ratzinger desde que era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. No es difícil, por ejemplo, leer entre líneas la condena del rahnerismo en el famosísimo "Informe sobre la fe" de 1985. ¿Por qué no lo ha hecho abiertamente? Porque ya desde entonces los rahnerianos habían conquistado en la Iglesia un tal poder que para no agravar la situación, el papa san Paulo VI ya había elegido este método de condenar el error sin nombrar al errante. Por otra parte, conviene recordar que Rahner exhumaba antiguas herejías ya condenadas por la Iglesia desde los primeros siglos. También el limitarse a exponer la sana doctrina es implícita condena a quien dice lo contrario.
----------Claro que afirmar, como aquí lo hago, que la elección del papa Francisco haya sido ilegítimamente y clandestinamente orquestada por la rahneriana "mafia de San Galo", no significa en absoluto, como algunos neciamente sostienen, que la elección de Francisco haya sido inválida y que, por lo tanto, él no sea un verdadero Romano Pontífice, habiendo permanecido como verdadero Papa Benedicto.
----------Los conspiradores tenían en realidad el propósito originario de llevar a un rahneriano al trono de Pedro. Sin embargo, ellos no eligieron a un verdadero y propio rahneriano, sino a un Cardenal de orientación o tendencia más bien liberacionista, Bergoglio, quien se podría más bien relacionar con Johann Metz [1928-2019] y Gustavo Gutiérrez [n.1928] antes que con Rahner. Pero existen relaciones entre las enseñanzas rahnerianas y el liberacionismo alemán y latinoamericano, relaciones de raigambre, pues bien se sabe que el sistema rahneriano se parece al de Hegel: es una forma de idealismo que conduce al materialismo.
----------Marx, como bien sabemos, es un Hegel invertido. De hecho, como Marx declaró expresamente, en lugar de basar la materia sobre el espíritu, basa el espíritu sobre la materia. Pero esta inversión es posible precisamente porque tanto Hegel como Marx, al fin de cuentas, confunden el espíritu con la materia: mientras Hegel reduce la materia a espíritu, Marx, a la inversa, reduce el espíritu a la materia.
----------Cuando existe esta confusión, se puede muy bien pasar de un extremo al otro. Es como la carretera de Mendoza a San Luis: puedes ir por Ruta 7 de Mendoza a San Luis como de San Luis a Mendoza. Así, Metz, en cuanto opuesto a Rahner ha sido discípulo y admirador de Rahner. La teología de la liberación sudamericana tiene raíces hegelianas a través de Marx. Por eso los astutos conjurados de san Galo han elegido a un liberacionista, o a alguien con vagas tentencias liberacionistas, como el cardenal Bergoglio.
----------Pero existe otro motivo: el rahneriano piensa que puede manipular al liberacionista como mejor le plazca, porque lo considera un tontito impreparado de inteligencia inferior, dado que el rahnerismo y el hegelianismo que están en la base es la forma más evolucionada del gnosticismo moderno.
----------El rahneriano se entiende a sí mismo como en posesión del Espíritu absoluto, mira desde arriba y con desprecio al tosco liberacionista, que lucha en las miserias de la materia. El rahneriano pretende asumir una superior moderación hacia los estallidos revolucionarios del liberacionista e incluso puede tener también la hipocresía de desaprobarlos desdeñosamente. Sin embargo, es precisamente el rahneriano quien es su secreto instigador, instilando en la mente del liberacionista esa mentalidad dialéctica, que es el mecanismo infernal de la conflictividad y de la duplicidad irresolubles erigidas como sistema.
----------De modo que es precisamente el rahneriano quien ha engendrado al liberacionista, y habría que decir aún más: cuando la materia es humillada por el idealista, y reducida a simple pensamiento, la materia se venga, lo seduce, lo esclaviza y lo ciega como justo castigo a su soberbia. Es así como Rahner, partiendo de la arrogante exaltación del hombre como "espíritu" y "ente que se autotrasciende en el ser absoluto", acaba por abrazar el evolucionismo materialista de Pierre Teilhard de Chardin [1881-1955]. Como ya había advertido Pascal a los cartesianos: "el hombre que quiere ser ángel deviene una bestia".
----------Pero los miserables conjurados de san Galo han hecho sus cuentas sin el patrón. Politiqueros y hombres sin escrúpulos y sin fe, falsos reformadores (como en verdad han sido), se han presentado a Bergoglio como los exponentes del ala más avanzada de la Iglesia, lo han mimado, adulado y colmado de elogios (a los cuales Bergoglio no es del todo insensible), lo han ilusionado engañosamente con quién sabe qué maravillosas perspectivas de reforma, incluso de palingénesis eclesial (el "nuevo paradigma", como diría Kasper), y han creido que podían ejecutar su plan con cálculos puramente humanos, en base a relaciones de poder, como si se hubiera tratado de sustituir en un partido político a un líder por otro.
----------De ese modo, han creido poder tener en sus manos al pobre Francisco y tenerlo como dócil instrumento de su plan diabólico, pero al hacer sus cuentas no han incluído al Espíritu Santo, del cual Francisco es muy devoto; se han olvidado de la infalibilidad e indefectibilidad del carisma pontificio, y del hecho de que "il diavolo fa le pentole ma non i coperchi" como dicen los italianos, o sea, que la mentira tiene patas cortas.
   
El papa Francisco decepciona a los renacidos modernistas
   
----------Después de los primeros años de los himnos a Francisco, alabado como el Papa de la misericordia, de la paz, de la fraternidad y de la libertad, príncipe del ecumenismo, padre de los pobres, Papa revolucionario del giro epocal, líder de la izquierda internacional, libertador de los pueblos oprimidos por el yugo del capitalismo americano, reconciliador del hombre con la naturaleza, las amargas desilusiones han llegado a los Cardenales rahnerianos, el alumno ha comenzado a no corresponder más a las expectativas de los protectores. Las alabanzas de Rahner, tan largamente esperadas, nunca han llegado. Al fin de cuentas, nada impediría al papa Francisco elogiar a Rahner por algún aspecto positivo del pensamiento de Rahner (que lo tiene, por supuesto); pero el hecho de que se niegue a hacerlo es extremadamente significativo, mientras que muchas son las veces que ha citado al odiado santo Tomás de Aquino.
----------Naturalmente, los poderosos renacidos modernistas han hecho sonar lo más posible, con sus enormes medios propagandísticos, su gran caja de resonancia adulatoria del "Papa modernista", como si todo marchara según sus planes, pero inexorablemente, aunque muy lentamente, laboriosamente, con oscilaciones y momentos de incertidumbre, Francisco se ha percatado de ser instrumentalizado, por lo cual se está liberando del abrazo mortal y del falso rol que los conjurados de san Galo querían hacerle jugar.
----------En tal modo, el Santo Padre está sacando a la luz, tal como lo había empezado a hacer el papa Benedicto XVI, la dignidad divina del papado, dignidad humillada y ofuscada por la impostura rahneriana, sin por ello renunciar en absoluto a la concepción conciliar del papado como guía de una Iglesia no del parecer sino del ser, no del éxito mundano, sino del Jesús Crucificado, no de la duplicidad sino de la sinceridad, fundada sobre la piedra pero no petrificada, una sí, pero no monolítica, sino más bien poliédrica, universal pero no uniforme, inmutable pero no esclerótica, progresista y no estancada, no militarizada sino sinodal, no burocrática sino fraterna, libre pero no libertina, de iguales pero no de clonados, no politizada sino espiritual, no de los ricos sino de los pobres, no del poder sino del servicio.
----------En los primeros años de su pontificado, a los ojos de los Cardenales modernistas, Francisco se ha mostrado demasiado celoso, abandonándose a algunos excesos y a momentos de cólera al agarrársela por ejemplo con los Caballeros de Malta, o con los Franciscanos de la Inmaculada, o con otros institutos anti-rahnerianos, pero sobre todo los Cardenales rahnerianos han quedado decepcionados (aunque deberían habérselo esperado), por el hecho de que el papa Francisco se ha cuidado bien de no enseñar ni siquiera una sola de las herejías o de las groseras tonterías de Rahner, sin por eso rechazar sus lados buenos, sino que como todo buen Papa, consciente de su sagrado deber, ha basado siempre su predicación y sus documentos en las verdades de fe del Credo y del Catecismo, dándoles a ellas a veces, hay que reconocerlo, con jesuítica astucia, una pátina o una vaga resonancia rahneriana, pero nada más.
----------Lo cierto es que hoy los rahnerianos están decepcionados con el Papa actual, y este discurso de Francisco es un golpe terrible para ellos. Es, a decir verdad una clara advertencia, para ellos, como si Francisco les estuviera diciendo: "dejen de insistir para que yo asuma las ideas de Rahner, porque no lo haré jamás, y no puedo absolutamente hacerlo. Más bien corrijan vosotros, vuestros propios errores".
----------El discurso, dicho sea de paso, es también una respuesta, por si fuera necesaria, a algunos sedicentes católicos que, con argumentaciones insensatas o tendenciosas, que no están ni en el cielo ni en la tierra, sostienen que la dimisión de Benedicto es inválida y que Francisco no es verdadero Papa.
----------En tal sentido, el discurso del Santo Padre también arroja luz sobre la vexata quaestio del "Papa emérito" y da por consiguiente materia de reflexión a los canonistas para comprender exactamente qué se debe entender por "Papa emérito" a fin de insertar esta figura en el Código de Derecho Canónico. Ciertamente, el papa Francisco no cierra aquí la cuestión, pero sin embargo da indicaciones útiles para resolverla. De hecho, él señala aquella que puede ser la relación entre un Papa reinante y un Papa emérito.
   
Pero, entonces: ¿por qué ha dimitido el papa Benedicto XVI?
   
----------En este punto, entonces, se nos presenta la muy seria pregunta que ya he mencionado líneas arriba: ¿por qué razón y en virtud de cuáles hechos ha dado la dimisión Benedicto XVI en 2013? El motivo no puede sino aparecer claro para quien haya estado siguiendo, desde la reflexión teológica, durante estos últimos cincuenta años, los acontecimientos del rahnerismo y de la Iglesia. Tal motivo radica en el hecho de que los poderosos rahnerianos habían creado en torno a Benedicto el vacío o, como suele decirse, habían hecho tierra arrasada, privándolo, mediante una gigantesca campaña denigratoria, de válidos, confiables y suficientes auxiliares y colaboradores, de modo que, al final, el pobre Benedicto se ha encontrado en condiciones similares a las de un general sin ejército. Ese general puede tener las cualidades de un Napoleón Bonaparte; pero incluso Napoleón, aislado en Santa Elena, ¿qué ha podido hacer?
----------Por consiguiente, si las cosas han sucedido de esta manera, como de hecho así han sucedido, el preguntarse por qué Benedicto en la declaración de su dimisión no ha expuesto los motivos antes mencionados, es más que una ingenuidad, a la cual no es necesario ni siquiera responder, a tal punto es evidente la respuesta. ¿Se imagina el lector qué espantoso alboroto, qué terrible terremoto habría ocurrido en una Iglesia ya sacudida por la crisis y por los escándalos, y qué hubiera sucedido si Benedicto hubiera hablado con tanta claridad?, y por otra parte ¿se imagina el lector qué intolerable humillación para el propio Benedicto si debiera decir "me rindo"? Sin embargo, lo ha dado a entender y nosotros lo comprendemos.
----------Por otra parte, el motivo oficial alegado de la salud frágil es (y desagrada tener que decirlo) la clásica "enfermedad diplomática". En realidad, Benedicto XVI ha permanecido lucidísimo hasta el día de hoy. ¿Acaso él ha tenido poca fe en la potencia del carisma petrino? ¡Cuántos Papas han sido fieles a su mandato hasta el agotarse de sus fuerzas, enfermos y en avanzadísima edad!
----------Hay quien ha hablado por Benedicto, de humildad y del deber de no tentar a Dios. Tales interpretaciones, personalmente no me convencen. Pues si la historia milenaria de los Papas nos muestra a todos ellos fieles hasta la muerte, incluso los peores Papas, esto quiere decir que humildad no significa retroceder, sino que quiere decir no confiar en las propias fuerzas, sino confiar en la ayuda del Señor.
----------Ser Papa no es como ser jugador de fútbol o de baloncesto, que a los cuarenta años a lo máximo es inevitable que se retiren. Ser Papa, desde el punto de vista de la salud física, es sustancialmente una cuestión de lucidez mental y Benedicto XVI se ha mantenido lucidísimo hasta ahora.
----------Sin embargo, hay que tener presente que el papa Benedicto XVI, en la plenitud de su autoridad pontificia, ha instituido la figura del Papa emérito como explicitación dogmática de la esencia del Papado. Este hecho importantísimo atestigua, en mi opinión, el vigor espiritual del papa Benedicto, que de algún modo hace de contrapeso a la renuncia y que constituye en todo caso una participación del poder pontificio.
   
Algunas sugerencias escatológicas a modo de conclusión
   
----------Ayer, antes del Angelus, ha dicho el Santo Padre: "El Evangelio de la Liturgia de hoy, primer domingo de Adviento, es decir, el primer domingo de preparación para Navidad, nos habla de la venida del Señor al final de los tiempos. Jesús anuncia acontecimientos desoladores y tribulaciones, pero precisamente en este punto nos invita a no tener miedo. ¿Por qué? ¿Porque todo irá bien? No, sino porque Él vendrá. Jesús regresará, Jesús vendrá, lo ha prometido. Dice así: 'Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación' (Lc 21,28). Es bueno escuchar esta palabra de aliento: animarse y alzar la cabeza, porque precisamente en los momentos en que todo parece acabado, el Señor viene a salvarnos; esperarlo con alegría incluso en medio de las tribulaciones, en las crisis de la vida y en los dramas de la historia".
----------El pensamiento y la esperanza del retorno glorioso de Nuestro Señor Jesucristo preceden a todos estos dos mil años de historia. Las primeras generaciones cristianas creían que este evento iba a ser inminente. El mismo san Pablo, por cuanto parece, esperaba a Cristo mientras él estaba todavía en vida: "Nosotros los que vivimos y estaremos todavía en vida para la venida del Señor" (1 Tes 4,15).
----------Fue sólo más tarde, subsecuentemente, que Pablo cambió de opinión, haciéndose la convicción de que la venida del Señor habría de ser en un futuro indeterminado; pero pone precisas condiciones a la inminencia de la venida: el difundirse de una vasta apostasía y la llegada del "hombre inicuo, hijo de la perdición, el adversario, el que se alza con soberbia contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a instalarse en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios" (2 Tes 2,3-4).
----------¿A qué se refiere san Pablo? Probablemente se trata de aquello que san Juan llama "anticristo" (1 Jn 2,18.22; 4,3; 2 Jn 7) y que probablemente corresponda a la apocalíptica "bestia" (Ap 13,18).
----------Para quien ha venido reflexionando teológicamente lo que ha sucedido con el rahnerismo en estos cincuenta años: ¿cómo no ver en las enseñanzas apocalípticas y escatológicas de san Pablo y de san Juan esas doctrinas gnósticas, o panteístas y ateas, tan difundidas en la actualidad, que presentan a Dios como la autotrascendencia del hombre o niegan a Dios porque han puesto al hombre en el lugar de Dios? Nunca en la historia tales doctrinas han tenido tanto prestigio y difusión incluso dentro de la Iglesia.
----------Otra consideración. Curiosamente, en ninguno de los pasajes neotestamentarios, ni Nuestro Señor Jesucristo, ni san Pablo, ni san Juan en el Apocalipsis, hablan de la función del Papa en esos terribles momentos finales. Si el Papa es el guía de la Iglesia en los más difíciles momentos de su historia, tanto más tendrá un rol determinante, esclarecedor y consolador en esa coyuntura decisiva para el destino eterno de la humanidad, un rol mucho más importante que el de sugerir soluciones para los problemas de la inmigración, de la deuda y de la finanzas internacionales, de la ecología y del calentamiento global.
----------Por el contrario, y en lugar de todo eso, le corresponderá al Papa indicarnos y señalarnos los signos de la presencia del Cristo parusíaco, para que estemos preparados para recibirlo sin tener miedo de su venida, como ha dicho el Papa ayer domingo. Ahora el papa Francisco nada nos dice sobre esta eventual llegada del Señor. Indudablemente existen al respecto muchas revelaciones privadas, pero es claro que no podemos dejar el esclarecimiento de cosas tan importantes, que afectan al destino eterno de todos nosotros, a la misión de Cristo y de la Iglesia, a las revelaciones privadas, que no son reconocidas y aprobadas por el Papa.
----------Un último punto. El pontificado del papa Francisco está ahora llegando a su término. ¿Qué balance queremos hacer o podemos hacer? ¿Cuáles objetivos ha obtenido? ¿Cuáles preguntas nos ha dejado abiertas? En mi opinión, el legado que Francisco deja al próximo Papa es una Iglesia más abierta a la humanidad, pero también una Iglesia más dividida en su interior. Se necesitará un próximo Papa que, manteniendo las aperturas de Francisco al exterior, tenga mayor cuidado por la unidad de la Iglesia en su interior.
----------Estoy convencido de que Nuestro Señor Jesucristo vendrá cuando haya un Papa que ya no pueda defender suficientemente a la Iglesia de los ataques de Satanás. ¿Es este el caso de Francisco? Algunos así lo creen. Pero yo no soy de esa opinión. Aún le queda a la Iglesia y por lo tanto al Papa un deber no cumplido del todo y en gran parte mal realizado: conducir a término la reforma conciliar, medio fracasada por culpa de los rahnerianos. Ésta es la enorme tarea que le espera al nuevo Papa.
----------En conclusión, con el viraje operado por el papa Francisco con el discurso que aquí estamos comentando, el Santo Padre hace un esfuerzo supremo para tratar de encaminar la reforma conciliar en el sentido correcto, vale decir, siguiendo los pasos de su predecesor, Benedicto XVI. El próximo Papa deberá partir desde aquí: reanudar la fila con los Papas precedentes, no solo con los del postconcilio, sino también con los del preconcilio. Así tendremos paz entre los partidos que hoy laceran el tejido eclesial.
----------Francisco no ha tenido éxito en esta dificilísima obra de unidad y pacificación interior; ¿tendrá éxito el próximo Papa? Para intentar cumplir esa ardua tarea, el próximo Papa deberá imitar a Benedicto más que a Francisco. ¿Acaso Francisco ha intervenido demasiado tarde? ¿O tal vez no se le dará a este discurso la importancia que se merece, no tendrá ningún eco ni fruto, y la crisis continuará tal como antes?
----------En tal caso, si así fuera, mi convicción es que entonces, para que la Iglesia no colapse, Jesús mismo descenderá del cielo para sostener personalmente al último Papa y le dará a él y a la Iglesia la fuerza para vencer el poder de las tinieblas y llevar a cumplimiento sobre esta tierra esa edificación del reino de Dios, que en el cielo ya está completada desde el día de Pentecostés. La edificación terrena, entonces, se conjugará con la realidad celestial y la una y la otra juntas formarán la plenitud final y completa del reino de Dios, que no es otro que la Iglesia salvación del mundo, lo que san Agustín llama "mundus reconciliatus".

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