viernes, 19 de noviembre de 2021

Comprender a Rosmini (2/2)

La Iglesia tiene hoy la magnanimidad de proclamar santos a personas que no están exentas, aunque sea involuntariamente, de los límites de la condición terrena: "Si iniquitates observaveris, Domine, Domine, quis sustinebit? Quia apud Te misericordia est et magna apud Eum redemptio" (Sal 129,3-4).

Univocidad o analogía del ser en Rosmini
   
----------No hay duda de que en sus escritos Antonio Rosmini entendía mantener la distinción entre ser creado y ser increado, ser finito e ser infinito, ser temporal y ser eterno, ser contingente y ser necesario, ser relativo y ser absoluto, ser humano y ser divino.
----------Su concepto de "ser" uno y unívoco intentaba solamente, por cuanto parece, conectarse con el ser abstracto de la lógica, genus generalissimum, vale decir, aquello que santo Tomás de Aquino llama ens commune o ens universale, categoría máxima de la predicación lógica, por la cual también los ens rationis, los entes matemáticos, los entes fantásticos, las negaciones, la nada, el absurdo y el mal "existen". Pero precisamente una cosa es el existir y otra cosa es el ser.
----------El existir, como explica el padre Fabro, es el simple hecho de existir o estar siendo, el ser en cambio es el acto de ser, actus essendi. El primero es simple actuación de la posibilidad; el segundo, como enseña santo Tomás, es la perfección del ente, el acto que actúa la esencia del ente como "potencia" o poder-ser-tal. Aquí parece que Rosmini no sea preciso en los términos.
----------En el plano de la realidad, era claro también para Rosmini que el ente es analógico, aún cuando él torpemente limitaba esta analogía a la sola esencia y mantenía la univocidad del ser (confundido con el existir). Pero ya el hecho de distinguir como santo Tomás en el ente el ser de la esencia, da prueba en Rosmini de un notable sentido metafísico, que le llevó a decir que "la creatura tiene el ser", mientras que "Dios es el 'Ser". Por lo tanto, el Ipsum Esse subsistens exactamente como lo enseña el Aquinate.
----------Sin embargo, Rosmini parece dar excesiva importancia a lo ideal respecto a lo real. Aún así, él sigue siendo realista y no es de ninguna manera idealista, aún cuando asuma un cierto lenguaje recabado de Kant, en su intento de encontrarse y dialogar con el pensamiento contemporáneo, y en su propósito de realizar una sana modernidad. Rosmini, en cambio, se mantiene más bien en la línea de la gnoseología de san Agustín y de san Buenaventura. Como es bien sabido, él tenía una gran estima por santo Tomás, pero tiende a interpretarlo reconduciéndolo hacia los dos precitados Doctores.
----------Por eso Rosmini interpreta el innatismo tomista según la visión innatista de san Agustín y de san Buenaventura, los cuales ignoran la doctrina aristotélica, retomada por el Aquinate, según la cual el intelecto, al inicio, es una simple potencia o facultad cognoscitiva, todavía vacía de contenidos, incluida la noción del ente o del ser, la cual viene formada por analogía partiendo de la percepción de los entes sensibles.
----------El ser en sí es, ciertamente también para santo Tomás de Aquino, puramente inteligible, no es sensible, por lo tanto indudablemente trasciende la experiencia sensible. Sin embargo, para el propio Aquinate, el intelecto capta originariamente el ser como ser sensible en las cosas materiales que caen bajo los sentidos (quidditas rei materialis), entes sensibles individuales de los cuales abstrae de su individualidad.
----------Según santo Tomás de Aquino, nada impide al intelecto formarse una idea genérica y cuasi unívoca del ser, de hecho es cosa normal, esa idea que podríamos llamar idea del "existir" o, como la llama el padre Fabro, el esse in actu (existentia), aplicable unívocamente a todo, Dios, mundo, ser, nada, verdadero, falso, bueno, malo, real, ideal, en cuanto es un puro predicado abstracto, simplemente en oposición con el no-existir y con lo contradictorio; es lo que Jacques Maritain llama "ser lógico".
----------Pero cuando se trata de captar lo real (las cosas, el hombre, el mundo, Dios), santo Tomás nos recuerda que esta idea lógica no sirve, sino que es necesario formar una idea analógica del ser, tanto por cuanto respecta a la esencia como por cuanto respecta al ser, de lo contrario corremos el riesgo de equiparar el ser del mundo con el de Dios y no ver su inmensa diversidad.
   
Dificultades de la noción analógica del ser en Rosmini
   
----------Obviamente, tal aspecto panteísta era cuanto de más contrario se pueda imaginar a las intenciones de Rosmini, que sentía por ello verdadero y propio horror; pero lamentablemente Rosmini no llega a elaborar una noción analógica del ser suficientemente adecuada, que disipe toda preocupación, en cuanto que él admite, como se ha dicho, la analogía para la esencia del ente y no para el ser. En cambio, la verdadera analogía, como muestra santo Tomás, debe referirse también al ser.
----------Por otra parte, Rosmini quisiera dar el ser como objeto del "intelecto agente" de santo Tomás, por el hecho de que el Aquinate, siguiendo a Aristóteles, llama "luz" a este intelecto, mientras que el ser para Rosmini es precisamente la "luz" del intelecto. Pero Rosmini olvida que para Tomás de Aquino el intelecto agente no tiene en absoluto por objeto al ser, sino que, el intelecto agente, iluminando las imágenes extraídas de la experiencia sensible, hace que el alma conozco la esencia universal abstraída del individuo sensible. El intelecto agente hace conocer el ser, pero por cuenta propia no lo conoce.
----------Para santo Tomás de Aquino, sólo el "intelecto posible" conoce el ente y el ser, pero por lo demás no conoce ese objeto "a priori" o como "idea innata", sino como objeto inteligible recabado de la experiencia sensible, aunque sea con el método de la analogía, ya que es evidente para Tomás de Aquino, como para todos los Doctores católicos, que el espíritu trasciende la materia; es evidente que el sentido o conocimiento sensible no sabe nada del espíritu y que si el intelecto quiere conocer el espíritu debe trascender la experiencia sensible, pero lo trascendente para Tomás de Aquino no es un dato a priori de la actividad intelectual precedente a la experiencia, sino que es un dato a posteriori que consigue por la experiencia.
----------La famosa frase tomista "nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu" no quiere decir que nosotros conozcamos solo las cosas materiales, sino que también aquellas realidades espirituales las alcanzamos por analogía partiendo de las cosas materiales, haciendo precisamente uso de la noción analógica y participativa del ser. Es oportuno recordar que el papa Benedicto XVI, el 8 de noviembre de 2012, nos recordó la importancia de estas dos categorías metafísicas de la analogía y de la participación en ocasión de su discurso a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias.
----------Ahora bien: ¿cómo, para santo Tomás, el intelecto alcanza un plano de realidad, el espiritual, que trasciende la experiencia? Precisamente al formar la noción de ente, la cual de por sí no implica en absoluto que sea limitada a la materia, sino que hace referencia, al menos posible, también al mundo del espíritu.
----------Para santo Tomás de Aquino, por lo tanto, la idea del ser no precede, como en Rosmini, a la intelección de lo real, sino que es formada por el intelecto como resultado del contacto con lo real y precisamente para lograr entender lo real. La idea del ser se deriva, así, de la intelección del ente real.
----------Ciertamente, luego el intelecto, usando una noción previa del ser, comprende lo real en la idea y por medio de la idea, que puede a su vez convertirse en objeto de conocimiento, en la autoconciencia. Pero la mente capta la idea o sea la verdad del ser o la inteligibilidad del ser solamente porque se basa en el mismo ser extra-mental independiente de la idea. La idea del ser, por lo tanto, al menos la idea humana del ser, no es objeto originario del pensamiento, sino que es la representación del dato real extra-mental, representación por nosotros formada precisamente para conocer el objeto, o bien el ente real. Una idea a priori del ser puede ser solo la de un puro espíritu, como el ángel o Dios.
----------Ahora bien, indudablemente el intelecto, una vez en posesión de la idea del ser, afronta el conocimiento de las cosas, del yo, de los otros y de Dios. Sin embargo, en el acto del conocer no se trata tanto, como cree Rosmini, de "aplicar" una previa idea indeterminada del ser a un particular objeto "sentido", sino ante todo, como enseña el santo Tomás de Aquino, de determinar esta idea a la luz del ser propio de ese ente que cae simultáneamente bajo el sentido y bajo el intelecto.
----------Por consiguiente, el ser no debe ser tanto aplicado, cuanto ante todo descubierto y afirmado en el juicio allí donde se encuentra, ya se trate de la hormiga, o bien de la flor del campo, o del cometa en el cielo, o de la persona que está frente a mí o bien del mismo Dios.
----------El Dios de Rosmini no es, por lo tanto, el Dios-Ideal de Kant como supremo punto de convergencia y de unificación del trabajo de la razón, garante del orden de la razón, sino que es el Dios real y trascendente de la teología racional y del cristianismo, aún cuando es evidente la simpatía de Rosmini por el argumento ontológico de san Anselmo y por el camino bonaventuriano hacia Dios, que parte de la idea del ser, reflexionando sobre sus implicaciones. Es el Dios de la interioridad, término del agustiniano "trascende et teipsum", pero no es ciertamente el Dios inmanentista de la filosofía idealista.
----------Giovanni Gentile ha intentado apropiarse del pensamiento de Rosmini haciéndolo una especie de kantiano, pero Gentile no ha logrado entender que en Rosmini no se trata de una cuestión de contenido: Rosmini es sustancialmente un realista, aunque en la línea del interiorismo y del iluminismo agustiniano-bonaventuriano, pero al mismo tiempo también es cercano a santo Tomás de Aquino, de quien tenía gran admiración, aunque inconscientemente lo ha reconducido o interpretado en la línea agustiniana-bonaventuriana, que no es la de santo Tomás, estando Tomás, como se sabe, en la línea del realismo aristotélico.
   
La condena de las tesis ontologistas
   
----------Las famosas cuarenta proposiciones condenadas, ciertamente, como suenan, saben a ontologismo e idealismo, y la Congregación para la Doctrina de la Fe lo ha reiterado, pero como explicó en ocasión de la beatificación de Rosmini el entonces cardenal Ratzinger, Prefecto de la misma Congregación, esas tesis no reflejan el pensamiento general y profundo del gran santo roveretano, quien permaneció inmune a la herejía y resplandece como astro de la milenaria sabiduría cristiana, fiel al mandato del papa Gregorio XVI, quien lo exhortó a emplear los recursos de su genio para el bien de la Iglesia y fue admirado por el propio beato Pío IX quien también inició el proceso que condujo a la condena de las proposiciones.
----------Ciertamente, tocó al papa León XIII evidenciar los errores que podían derivarse de las obras de Rosmini, de los cuales hasta el día de hoy es necesario cuidarse, porque todavía persisten, pero la fama de santidad y de sabiduría de Rosmini no se extinguió, hasta que incluso el papa san Juan Pablo II lo indicó en la encíclica Fides et Ratio como ejemplo de pensador, y en el 2007 se llegara a la beatificación de un filósofo y teólogo católico, fiel a la tradición y al mismo tiempo valiente innovador, casi como anticipándose al progreso de la cultura católica promovido por el Concilio Vaticano II en nuestros tiempos.
----------Es que hoy, como ya lo he dicho, sobre todo la Iglesia, valiéndose de los más avanzados métodos e instrumentos de hermenéutica, como por ejemplo el método de la contextualización, el método de la historización, o el de la variedad de los lenguajes y el de los modos expresivos, o bien teniendo en cuenta la propia psicología del autor, trata de resaltar eventuales buenas intenciones o la posible buena fe del autor de los errores condenados, a fin de exonerar a su autor al menos de la "herejía formal", es decir, de la herejía culpable, y de admitir sólo una "herejía material", inconsciente e involuntaria, que salva la inocencia del autor.
----------La Iglesia tiene hoy la magnanimidad de proclamar santos a personas que no están exentas, aunque sea involuntariamente, de los límites de la condición terrena: "Si iniquitates observaveris, Domine, Domine, quis sustinebit? Quia apud Te misericordia est et magna apud Eum redemptio" (Sal 129,3-4).

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