sábado, 23 de octubre de 2021

Existe persona humana desde la primera célula (1)

Enfrentándose a las concepciones abortistas y a las políticas consecuentes con ellas, sostenidas por los poderes del mundo actual, el Romano Pontífice ha renovado su claro y firme llamado a respetar la vida humana desde el momento de su concepción, porque el cigoto es persona humana.

----------El Santo Padre,durante una entrevista en su viaje de retorno a Roma el 15 de septiembre pasado, afirmó: "El aborto es más que un problema. El aborto es un homicidio. El aborto, sin medias palabras, quien hace un aborto, mata. Tomen ustedes cualquier libro de embriología de los que estudian los estudiantes de la facultad de medicina. En la tercera semana luego de la concepción, muchas veces antes de que la mamá se dé cuenta, todos los órganos ya están allí, todos, también el ADN. ¿No es una persona? Es una vida humana, punto. Esta vida humana debe respetarse. Este principio es así de claro".
----------Un mes después de esa declaración improvisada, el mismo papa Francisco elevó el grado de autoridad de sus palabras a un nivel doctrinalmente más autoritativo, incluso citando aquellas sus palabras en el avión, en un discurso más formal y docente, el 14 de octubre pasado, cuando se dirigió a los participantes en el Congreso promovido por la Sociedad Italiana de Farmacia Hospitalaria: "En particular, he tenido ocasión de volver recientemente sobre el tema del aborto [citando su declaración de un mes antes]. Sabéis que sobre esto soy muy claro: se trata de un homicidio y no es lícito hacerse cómplice. Dicho esto, nuestro deber es la cercanía, nuestro deber positivo: estar cerca de las situaciones, especialmente de las mujeres, para que no se llegue a pensar en la solución del aborto, porque en realidad no es la solución". No cabe ninguna duda de que en esta segunda circunstancia nos encontramos en un nivel de autoridad doctrinal superior al que expresó el Papa en la entrevista en el avión de un mes antes, confirmando sus palabras.
   
Nuestro cuerpo proviene de una sola célula
   
----------Indudablemente, el Romano Pontífice, afirmando que el feto es una vida humana, implícitamente ha afirmado que el feto, comenzando por la primera célula gestada, el cigoto, es una persona humana, naturalmente en sentido ontológico, no desde el punto de vista psicológico, moral y jurídico.
----------En efecto, es cierto el cigoto aún no es un sujeto capaz de comprender y de querer, es una primera célula que aún no es capaz de relacionarse espiritualmente y moralmente con Dios y con el prójimo, aún no es capaz de ejercitar sus facultades racionales y espirituales. En este sentido aún no es persona. Por eso, el Papa, citando el ser persona, se limitó a formular la pregunta, sin entrar en estas distinciones.
----------El cigoto, generado por la pareja humana, generado por el hombre, es hijo del hombre. El hijo es de la misma especie que los genitores. Es un individuo humano como primera célula originadora por subdivisión de todas las otras del mismo individuo. Por lo tanto, ya es un individuo humano, es un individuo de la especie humana. Como lo ha expresado el Papa en la ocasión citada, es una vida humana.
----------Podemos decir entonces que es un sujeto que posee una vida humana. Pero, ¿quién es un sujeto que posee una vida humana? Evidentemente es una persona humana, porque precisamente la persona es la subsistencia de una naturaleza individual racional, es decir, animada por un alma racional o espiritual, sin importar que esta persona sea o no sea capaz de ejercer las facultades racionales.
----------El cigoto, o primera célula humana, es una sustancia viviente hilemórfica individual, subsistente según una naturaleza corpóreo-espiritual o animal-racional. El cigoto ya es persona porque es una sustancia viviente compuesta por cuerpo y alma espiritual creada inmediatamente por Dios.
----------De hecho, sabemos que cuando los dos gametos se unen, forman una sola célula, llamada "cigoto". Esa célula es un individuo formado por alma y cuerpo. El cigoto comienza a dividirse en células cada vez más numerosas, hasta llegar en el individuo adulto al número de algunos miles de millones.
----------Este individuo, que conservará su identidad peculiar e irrepetible para toda la vida hasta la muerte, es una sustancia animada por un alma espiritual. En efecto, al momento de la unión de los dos gametos, en el momento en el cual se forma el cigoto, Dios crea inmediatamente su alma.
----------¿Por qué así? ¿Dios no podría crearla mediatamente, es decir, en concomitancia a la generación del individuo o en el momento en que se genera? No, porque el alma humana no es una forma que constituya el término de una precedente evolución corpórea, como ocurre en los animales, y por tanto no es generada con el cuerpo o por las virtualidades del cuerpo.
   
El cigoto es un viviente animado por un alma humana
   
----------El alma humana no resulta de la simple unión de los gametos, gameto masculino y gameto femenino, no es el efecto de esta unión, como ocurre en los animales, en los cuales el alma no es una forma independiente del cuerpo y no sobresale sobre el cuerpo, sino que vive de la vida del cuerpo, emerge de la materia corpórea, de modo que, a la muerte del cuerpo, muere el entero individuo, alma y cuerpo, de modo que el alma del animal también se disuelve, volviendo a la potencialidad de la materia.
----------El alma del animal, el alma como forma del viviente solo sensitivo, en definitiva, se genera con el cuerpo, emerge del cuerpo y sigue el mismo destino del cuerpo. El alma del animal es inmaterial pero no espiritual. En efecto, la psique animal sabe abstraer la especie del individuo y, por lo tanto, su apetito apetece lo específico: al lobo no le interesa este cordero, sino el cordero. Es cierto que ello implica la superación del "esto" material (este cordero), pero no del objeto, que sigue siendo material (el cordero).
----------Por otra parte, el esto permanece conectado con el el. Esto quiere decir que el animal no abstrae del todo lo universal como lo hacemos nosotros con el concepto. Existe en su psique una intencionalidad que se acerca a la intencionalidad espiritual, pero sin llegar a ella. Y por eso no sabe designar con un nombre su objeto. Además, no sabe elevarse al conocimiento de la realidad espiritual y divina.
----------Por eso la psique animal (del hebreo: nefesh) no sobrevive, vale decir, no continúa existiendo después de la disolución del cuerpo, contrariamente a lo que ocurre con nuestra alma (del hebreo: rùach), la cual ejerce una actividad espiritual, intelectual y volitiva, independiente del cuerpo.
----------Así, nuestra alma no está compuesta de materia y forma, sino que es pura forma inmaterial; no es expresión del cuerpo, sino que es señora y guía del cuerpo. En la disolución del viviente animal, la materia corpórea pierde su forma sustancial, es decir, el alma que vuelve dentro de la potencialidad de la materia y los residuos materiales asumen otras formas.
----------Pero el alma humana es pura forma. Ella, por lo tanto, por este motivo no puede disolverse. En efecto, la disolución ocurre en un compuesto. Pero el alma humana es una forma simple. Por este motivo es inmortal. En un compuesto, la materia puede perder la forma. Si, por el contrario, la forma no está inmersa en la materia como en el animal, sino que es forma subsistente, ella no puede perderse a sí misma y, por tanto, continúa viviendo sin el cuerpo. Ahora bien, una forma tan noble de este tipo, que no es producida por la evolución del cuerpo, no puede sino ser creada directamente por Dios.
----------Es claro que aquí, con lo que llevamos dicho, se supone la distinción entre el alma y sus facultades y se rechaza por consiguiente la teoría que confundiendo las facultades con su ejercicio, reconoce como persona solo al sujeto que ejercita las facultades. Sin embargo, no se tarda mucho en constatar fácilmente que incluso las personas más ricas en manifestaciones de la personalidad, a intervalos de tiempo suspenden el ejercicio de sus facultades, o alternan el ejercicio de una con el ejercicio de otra.
----------Ahora bien, a menos que admitamos el absurdo de que en los intervalos de inactividad el alma y las facultades caen en la nada, por fuerza hay que admitir que las facultades y por tanto el alma que es su raíz siguen existiendo incluso en los intervalos de silencio, mientras que la existencia de una pluralidad de facultades nos obliga a admitir la distinción real entre ellas y el alma, porque si, por ejemplo, el intelecto se identificara con el alma, no podría ser lo mismo para la voluntad, que es diferente del intelecto.
   
La persona es un sujeto compuesto de sustancia y accidentes
  
----------La sustancia creada, de la cual tenemos experiencia, comenzando por la sustancia química, se distingue de otra substancia no por sí misma, sino por la diversidad de sus cualidades o propiedades, experimentando las cuales llegamos a reconocer de qué sustancia se trata.
----------Así, el azúcar se caracteriza por el dulzor y la hiel por el amargor. Mediante estas cualidades, llamadas accidentes, nosotros conocemos la sustancia y distinguimos la sustancia de sus accidentes. La dulzura y la amargura no subsisten en sí, sino en la sustancia. No es posible, por consiguiente, resolver la sustancia en un conjunto o fajo de accidentes, como hacen los empiristas y los budistas, incluso si es cierto que, eliminados los accidentes se elimina la sustancia. Pero permanece el hecho de que el azúcar no es su dulzura y la hiel no es su amargura. En efecto, otras cosas también pueden tener estas cualidades sin ser azúcar o hiel. Y, por tanto, la sustancia está indicada por los accidentes y no habría accidentes si no fueran inherentes a la sustancia. Lo mismo vale para la persona. Ella es una sustancia con accidentes.
----------La sustancia es la naturaleza humana; los accidentes son las facultades. Entre estos está el ubicarse en relación social, que depende de la voluntad de la persona. Lo cual quiere decir que la persona puede evitar ciertas relaciones sociales y no por eso no mantiene su esencia de persona.
----------Por lo tanto, es falso el famoso dicho de Karl Marx de que "el individuo es su ser social", que el marxismo ha hecho dogma. Quien no socializa podrá ser un egoísta, un individualista, pero sigue siendo siempre un individuo. Y además está claro que en esta concepción aquel que no es capaz de socializar, como por ejemplo el embrión, no puede pertenecer a la sociedad y por tanto puede ser eliminado.
----------Sin embargo, el acto de mi relacionarme es un accidente, que no constituye la esencia de mi persona, tanto es verdad que es objeto de elección. Que uno reciba a Dios o lo rechace constituye respectivamente una persona buena o mala, pero está claro que en ambos casos esta sigue siendo siempre una persona.
----------Por consiguiente, la persona implica dos actos de ser: el acto principal de ser, que es el subsistir, y un acto secundario de ser, dependiente y fundado sobre el primero, que es el acto de inherir: por lo tanto, subsistencia de la sustancia e inherencia de los accidentes.
----------En efecto, es esencial tener presente que la persona humana no es, por un lado, ni una pura sustancia ni, como se dice en lenguaje idealista, un "puro sujeto", un puro "yo", una pura "autoconciencia". Pero, por otro lado, no es tampoco una pura relación o, como algunos dicen, un simple "ser-para-los-otros" o, como decía Karl Rahner, un "espíritu", un "ser autotrascendente, abierto al ser en general y tendiente a Dios". La persona humana es un sujeto con las propiedades, poderes, cualidades, energías, tendencias, actitudes, actividades realmente distintas del sujeto. De algunas tiene dominio; de otras no.
----------El ser persona no se puede resolver ni agotar en su significado psicológico o jurídico, en su relación social o con Dios, en su actuar como persona, en la conciencia de ser persona o en el resultado vertical de una precedente evolución ascendente de la materia corpórea según meros procesos químico-mecánicos deterministas, para hacer ilusoria la trascendencia del espíritu, del intelecto, de la voluntad, del libre albedrío y de la autoconciencia, según la concepción materialista de la persona.
----------La persona humana ni siquiera es un sujeto espiritual separado de la naturaleza corpórea, la cual estaría a su total disposición para ser plasmada según la libre voluntad de la persona sin tener en modo alguno en cuenta la ley o el fin de la naturaleza humana.
----------El ser hombre no se resuelve ni siquiera en el espíritu y en la apertura al ser o a Dios, como creía Rahner (seduciendo a tantos con sus errores), ya que esta apertura no es constitutiva del hombre como tal, sino que es efecto de una libre elección, que no todos hacen. El hombre puede cerrarse al ser y a Dios y no por eso ya no es hombre. Hoy incluso existen profesores de seminarios y universidades, docentes "católicos", tanto filósofos como teólogos, ya sea sacerdotes diocesanos, dominicos, franciscanos o jesuitas, a los cuales el ser no les interesa en absoluto, y, sin embargo, no dejan de ser hombres. Por tanto, es erróneo e ilusorio definir la persona en términos de relación al ser o a Dios, como si todos fuéramos ángeles del paraíso del cielo.
----------Sin embargo, es necesario distinguir dos tipos de accidentes. En efecto, una cosa es el accidente esencial o inseparable de su sustancia (accidens per se), que es una propiedad de la sustancia y otra cosa es el accidente accidental (accidens per accidens), que se agrega a la sustancia, por lo cual exista o no exista ese accidente la sustancia sigue siendo la misma.
----------El accidente relación (accidens per se) es el efecto de una actividad necesaria y esencial al bien de la persona. El puro accidental (accidens per accidens) es en cambio algo casual, facultativo u ocasional, que deja indiferente la persona. Que yo tenga o no tenga un resfriado no implica mi salvación; pero si yo me relaciono o no me relaciono con Dios decide mi destino eterno.

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