domingo, 18 de julio de 2021

Pandemia y verdad (6) Confiar en los médicos y confiar en Dios

Mi reciente artículo sobre la cuestión de la vacuna anti-covid (la segunda nota de la presente serie, el artículo publicado el pasado miércoles 14 de julio) ha suscitado mucho interés y motivado varias y variadas intervenciones, en su mayoría de lectores que se manifiestan opositores a la vacuna, pero con argumentos que en general son insuficientes. Pensaba dar por finalizada la serie temática con mi quinta nota, la publicada ayer; pero teniendo en cuenta los debates y las preguntas de los lectores, añado esta última nota complementaria, en la que respondo a todas las objeciones que se me han hecho.

"¡Restáuranos, Dios, salvador nuestro; olvida tu aversión hacia nosotros!
¿Vas a estar enojado para siempre? ¿Mantendrás tu ira eternamente?
¿No volverás a darnos la vida, para que tu pueblo se alegre en ti?
¡Manifiéstanos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación!" (Sal 85,5-8)
   
----------1. Algunos consideran la actual vacuna anti-covid (en sus diversas especies y marcas oficiales) una vacuna "experimental". En realidad, no es experimental, sino experimentada, porque la medicina no pone en circulación más que las vacunas que se ha verificado que son efectivas. Y, de hecho, los efectos positivos comienzan a hacerse sentir. Las muertes y los contagios disminuyen.
----------Es acción delictiva, criminal, pasible de sanciones penales, suministrar a la población en general o a los pacientes, vacunas o productos médicos, cuya eficacia no ha sido verificada. Ciertamente, sorprende cómo los científicos hayan encontrado la vacuna tan rápidamente. Pero siempre estamos ahí: no depende de nosotros, que somos incompetentes, determinar cuánto tiempo de experimentación se necesita para verificar la eficacia de una vacuna. Nos debemos confiar del médico. No confundamos la acción de la OMS con la del doctor Mengele, quien hacía experimentos con los cuerpos de los pobres judíos de Auschwitz.
----------2. Otros sostienen que la vacunación es promovida por las empresas farmacéuticas, las cuales estarían generando grandes beneficios con ello. Esto significa confundir al médico con el farmacéutico. Las empresas farmacéuticas no producen medicamentos inventados por ellas, sino solo aquellos fármacos, cuya producción haya sido ordenada y regulada por la ciencia médica y por las autoridades sanitarias.
----------En cuanto a estas, ¿qué beneficios económicos obtienen al ordenar la vacuna y los médicos que la prescriben? ¿Hacen como los fabricantes de la Coca-Cola, que cuanto más Coca-Cola venden, más ganan? ¿La vacuna es de pago? ¿Hay alguien, a quien le guste tanto la vacuna, que sea tan ávido de la vacuna, tan adicto a ella, que quiera comprarla habitualmente como los adictos a la Coca-Cola?
----------Entonces, ¿de dónde obtienen sus ingresos los científicos y los médicos, si no del salario estatal o privado, a veces exiguo, de dónde los obtienen los profesionales de la salud, a menudo obligados a trabajar en exceso, con riesgo de contagio, y a enfrentar una serie de renuncias y sacrificios en la lucha contra el covid? ¿Recuerdan estos expertos moralistas anti-vacunas lo que significa la gratitud humana?
----------3. Otros piensan que el papa Francisco pretenda una adhesión de fe a su juicio acerca de la vacuna anti-covid, casi como a verdad de fe: cosa absolutamente falsa, que presupone en quienes así piensan, una confusión entre la autoridad doctrinal y la autoridad pastoral del Romano Pontífice.
----------Su juicio doctrinal, es decir, en materia de fe y de ley moral, requiere ciertamente una adhesión de fe. En cambio, aquí se trata de un juicio simplemente pastoral o prudencial en materia de ciencia médica, donde el Papa no tiene la infalibilidad que se espera de él en el campo doctrinal, y no por eso su juicio no requiere un respetuoso asentimiento de la voluntad. Desobedecer no sería herejía, sino imprudencia.
----------4. Otros dicen que el Santo Padre, al hablar a los fieles católicos, y afirmar con la firmeza que lo ha hecho, el deber ético de vacunarse, se sale de su competencia espiritual específica. No debería entrar en esta materia atinente a la ciencia médica, sino limitarse a la enseñanza de las verdades de fe.
----------Respondo diciendo que eso no es cierto, porque el Papa, en una pandemia como esta, que ha causado cientos de miles de muertes en el mundo (solamente en Argentina ya existen más de cien mil muertes en año y medio) y que afecta a la salud pública internacional, poniendo en riesgo la vida de otros millones de personas, tiene todo el derecho y el deber de hacer oír su voz en apoyo de los esfuerzos de las autoridades sanitarias nacionales e internacionales, que están trabajando eficazmente para derrotar al virus.
----------Al hacerlo así, el Papa no se aparta de sus competencias como Pastor universal de la Iglesia Católica, ya que, a imitación de Cristo, que sana las almas y los cuerpos, el Vicario de Cristo es instrumento de la misericordia de Cristo hacia los que sufren, en el alentar el trabajo de los científicos, de los médicos y de las autoridades políticas, en el promover la solidaridad internacional, en el consolar a los afligidos, en el aconsejar a los que dudan, en el orar por los vivos y por los muertos, en el pedir a Dios que cese este flagelo, que Dios nos ha enviado para que hagamos penitencia por nuestros pecados y obtengamos su misericordia.
----------En nombre y con la autoridad de Cristo, el Papa obra ante todo por el bien de las almas, pero en casos graves como estos, en los cuales está en juego la vida de los ciudadanos del mundo, una situación gravísima, que crea en muchos miedo y angustia, rebeliones contra Dios y dudas de fe, en medio de la incertidumbre y de las controversias, el papa Francisco, sin por eso comprometer su magisterio infalible, nos ofrece en todo caso una seguridad, una directriz razonable, prudente y segura y una palabra de consuelo y de esperanza.
----------La realidad evidente es que estamos en guerra contra un enemigo mortal y cruel, invisible e insidioso. Necesitamos estar unidos, disciplinados y obedecer a los líderes. ¡Apoyémoslos!
----------Debemos evitar entre nosotros las discusiones acerca de las directivas recibidas, porque de lo contrario favorecemos al enemigo. Este no es el momento de discutir, sino de combatir para poder vencer, de lo contrario el virus nos derrotará. Contra el enemigo se debe estar unidos y disciplinados.
----------5. Otros cuestionan el valor objetivo de la ciencia médica y se basan en un concepto erróneo de la ciencia, entendida como comparación o confrontación de opiniones. Confunden la ciencia con la política.
----------Se trata de los que argumentan que deberían ser dadas facultades a los ciudadanos para comparar y confrontar las opuestas tesis pro-vacuna y anti-vacuna, para así dar una evaluación y hacer una libre elección. Los que así piensan confunden, como dije, la medicina con la política. En política, todos somos competentes para comparar y confrontar las tesis de los diversos partidos y elegir el partido preferido. Pero en la ciencia médica este no es el caso. En el cuidado de nuestra salud debemos tener confianza en el médico y no pretender discutir con él ni querer prevalecer sobre su competencia.
----------Ahora bien, para afrontar y vencer en la actual pandemia del covid, se necesita una altísima competencia científica, que no puede ser otra que la que preside la OMS. La oposición privada y espontánea de algunos médicos (sean pocos o muchos) a las directivas de la OMS no es prudente y no contribuye a la victoria sobre el covid, sino que es un signo de presunción y de indisciplina.
----------6. Otros señalan el surgimiento de variantes o mutaciones del agente de la enfermedad. Pero esto es normal cuando se trata de virus. Una vez que, hoy por hoy, la ciencia médica ha aclarado la causa, la naturaleza, la acción y cómo se propaga el virus, el trabajo a hacer es simplemente el de identificar la variante y actualizar la vacuna, como siempre se ha hecho, para las habituales gripes estacionales.
----------7. Otros consideran que el virus puede ser combatido con otros medios, distintos de la vacuna. En algunos casos es cierto. Sin embargo, se mantiene el hecho de que la comunidad internacional ha sido tomada por sorpresa por la fulmínea propagación del virus y que los científicos se han prodigado para comprender en qué consiste su peligrosidad y por lo tanto para encontrar el remedio de la vacuna, ya que al principio se probaron curas no solo ineficaces, sino también contraproducentes. En cambio, está claro que la vacuna es un arma decisiva, porque el enemigo comienza a retroceder.
----------8. Otros consideran que no sea moralmente lícito recibir la vacuna, porque contiene residuos de células de fetos abortados, creyendo ser corresponsables del eventual pecado del aborto, cometido muchos años atrás, presupuesto a la existencia de la vacuna. Ahora bien, estas personas no deben sentirse culpables en absoluto, porque en culpa estarían si hubieran colaborado en aquel aborto, cosa que obviamente no es. Esto ha sido aclarado por el reciente especial Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
----------9. Otros temen que las disposiciones de la autoridad sanitaria y las palabras del Papa a favor de la vacuna supongan una idolatría del "dios de la vacuna" y obliguen a un gesto mágico que dé absoluta certeza. No es difícil comprender cuán absurda es semejante idea, ya que aquí no se trata más que de la simple y razonable obediencia a la autoridad del médico y a la directriz pastoral del Papa.
----------10. Otros sospechan o dicen estar convencidos de que la campaña de vacunación está siendo promovida por secretas fuerzas internacionales masónicas, malthusianas, islámicas, sionistas y comunistas, para abatir la economía y las fuerzas morales occidentales con afán de dominio.
----------Ahora bien, es cierto que estas fuerzas aspiran, aunque en antagonismo entre sí, al dominio de la humanidad y a la destrucción del cristianismo. Sin embargo, estas fuerzas nunca han dado signos en toda su historia secular, de llevar a cabo sus planes mediante el exterminio masivo y el genocidio a escala mundial.
----------Comparar estas fuerzas con el nazismo es incongruente, porque el nazismo no ha sido una fuerza internacional, sino solo una dictadura nacional de doce años de duración en una sola nación, que luego fue severamente castigada por la comunidad internacional.
----------Aún si es cierto que el virus ha salido del laboratorio de armas bacteriológicas de Wu-Han en China en octubre de 2019, difundiéndose rápidamente en Occidente, mientras China ha logrado contener la acción del virus, y no está prohibido sospechar de un acto humano intencional de guerra bacteriológica contra Occidente; también se puede pensar que el virus se haya salido de control.
----------En cambio, hay razones para sospechar que parte de aquellas fuerzas que se oponen a la vacunación son expresión de esos católicos tradicionalistas cismáticos que, en nombre de la tradición (pseudo-tradición en realidad) y de una oposición a la reforma conciliar, acusan al Santo Padre de modernismo.
----------11. Otros temen ser estafados al recibir una falsa vacuna. El temor no es infundado. Pero para evitar este riesgo, es suficiente con recibir la vacuna en los centros médicos oficiales, donde se administran las vacunas oficiales de acuerdo a las autoridades sanitarias de cada país, como pueden ser la Pfizer, la Moderna, la Astrazeneca, la Johnson & Johnson, la Sputnik o la Sinopharm.
----------El problema que se está perfilando, más que el de la salud física, es el de la salud mental colectiva. El verdadero problema no es tanto el de la salud, sino que es el problema moral. En efecto, estamos invadidos por el egoísmo, por la necedad, por la soberbia, por la lujuria, por la impiedad, por la duplicidad.
----------Estos son los verdaderos virus. Más que nunca, es necesario mantener la calma, usar la razón y el buen sentido común. Está claro que no se debe creer en la vacunación como si fuese una práctica mágica milagrosa. ¿Pero es de buen sentido común sospechar que el médico es acaso un malthusiano, o un agente de la Gestapo, o un instrumento del anticristo, o un chupamedias del papa Francisco?
----------Se necesita usar de modo maduro la razón, y aún más necesaria es la fe, la obediencia de la fe. Quien confía, por su fe, en Dios sabe como confiar en el hombre. Quien confía razonablemente en el hombre, ya confía implícitamente en Dios, aunque no vaya a Misa el domingo.
----------Me pregunto entonces cómo se las arreglan en esta coyuntura los ateos y los gnósticos, que deifican al hombre como si fuera eterno y omnipotente. Una de las pruebas de la existencia de Dios es la existencia del sufrimiento y la fragilidad humana. En efecto, si yo me encuentro frágil y débil, ¿cómo no debería darme cuenta de que yo no me he creado a mí mismo, sino que existe Alguien que me ha creado con esta conciencia de tener necesidades insatisfechas? Y si Dios me ha creado, ¿cómo no debería escuchar mi oración?
----------Si yo estoy hecho así, ¿con qué buen sentido común me obstino en confiar en mí mismo y sólo en el hombre? Una persona sensata que se encuentra en dificultades, pide ayuda a alguien más fuerte que él, que lo quiera bien. Y entonces, ¿por qué no pedir ayuda a nuestro Creador? ¿Con qué inteligencia se quisiera negar la existencia de Aquel de quien depende nuestra existencia? ¿Qué sentido tiene saber que hay Alguien que me puede ayudar con solo que se lo pida, y en cambio pretender arreglármelas por cuenta propia?

6 comentarios:

  1. Estimado padre,
    es simpática su posición, simplista, y para nada convincente, ciertamente no autorizada.
    Sin embargo, la cortante afirmación de Augusto Del Noce es muy aguda: "Si bien es posible discutir con el intelectual rigurosamente marxista, no lo es en cambio con el progresista católico".
    "Para el progresista católico existe, en lo que respecta al tradicionalista, algo muy similar al anatema; él está para él fuera del cristianismo". Palabra de Del Noce... y el querido padre Filemón parece confirmar lo que escribió Del Noce hace 55 años atrás. Por la unidad estamos dispuestos a purgar y depurar: ¡la iglesia salida y desbandada!
    (Silvio Romanelli)

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    1. Estimado Doctor,
      Me sorprende que Ud. haya planteado la cuestión de la tradición en relación con esta nota de hoy y con las que vine haciendo días atrás. Pero ya que lo dice, tenga en cuenta que sobre progresismo y tradicionalismo vengo escribiendo mucho en este blog, y siempre hablando de sano progresismo y sano tradicionalismo, y de sus contrarios: los abusivos y enfermos progresismo (cuyo extremo es el modernismo) y tradicionalismo (cuyo extremo es el lefebvrismo)
      Pero, si aquí nos referimos al sano progresismo, pues sí, efectivamente, yo me considero un sano progresista, no ajeno al sano tradicionalismo. Aunque para usar palabras más adecuadas, me considero más bien un renovador (¿como no podría no serlo un aficionado a la teología?), aún cuando siempre también debe ser un conservador (en el sentido de respetar y partir del depósito revelado, que siempre debe ser preservado).
      Pero si Ud. quiere usar la palabra progresismo, pues, bien, se la acepto, pero en el sentido de sano progresismo, de la línea de Maritain, y, por lo tanto en plena ortodoxia y en comunión con el papa Francisco.
      Lo que quiere decir que yo tengo pleno respeto por la Tradición. Pero este pleno respeto requiere que la Tradición sea interpretada en línea y de acuerdo con el Magisterio Pontificio.
      Yo espero que Ud. también esté en esta posición. En cuanto a mí, como he dicho anteriormente, no soy progresista en el sentido modernista, como por ejemplo los rahnerianos.
      Sin embargo, no entiendo qué tiene que ver la cuestión del tradicionalismo y del progresismo con la cuestión de si es bueno o no es bueno vacunarse.
      Estando así las cosas, la respuesta que le he dado en mi nota anterior (en la que Ud. también hizo un comentario, al que yo respondí) aquella respuesta, digo, no tiene nada que ver con el progresismo modernista, del cual habla probablemente Del Noce. Ud. tendría razón si yo perteneciera a esa corriente modernista, pero me parece que está bastante claro cuando he citado la intervención del Papa, ¡a menos que Ud. acuse al Papa de ser un modernista!, cosa imposible para un católico.

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  2. Estimado Padre, no me parece que la ciencia esté del todo de acuerdo acerca de las vacunas, al contrario, hay excelentes autoridades médicas y un premio nobel que han declarado que vacunar durante una epidemia podría desarrollar variantes del virus, como de hecho está sucediendo. Vea, estimado Padre, a mi me gusta escuchar las dos campanas, en lugar de escuchar solo la campana pro-vacunas, pues la campana que está en contra, la mayor parte del tiempo se encuentra silenciada, y a veces de una manera casi violenta. Por algo será...
    Respecto a las cifras de contagiados y muertes, durante el año pasado, me parece que estábamos en la misma situación sin las vacunas, sin mencionar la increíble confusión que reina hoy.
    Finalmente, permítame no estar de acuerdo con el tono que Ud. ha usado, un todo demasiado agrio, contra quienes piensan diferente, eso me ha disgustado. Aún cuando los argumentos de quienes son anti-vacunas fueran incorrectos, un poco de dulzura y afabilidad no vendría mal.
    Perdóneme la extensión de mi comentario. Lo saludo, pidiéndole y prometiéndole un recuerdo en la oración.
    Nadia Márquez

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    1. Querida Nadia,
      ten en cuenta que hemos estado luchando ya casi dos años contra el covid-19 en todo el mundo. Recordarás que al principio hasta los virólogos más calificados estaban desconcertados con esta nueva enfermedad, por lo que se intentaron tratamientos que no solo eran ineficaces, sino contraproducentes.
      Al mismo tiempo, los científicos de todo el mundo, organizados como es natural en la OMS, han elaborado algunas vacunas, que ya han comenzado a dar resultados satisfactorios.
      Esto significa que estas vacunas no son meros efectos de experimentación o intentos aproximativos, sino que son efecto de la ciencia médica. Este hecho ha permitido a las autoridades sanitarias asumir un tono categórico al ordenar la vacunación a toda la población y esto se debe a que, si no existe tal disciplina general de inmunización, la vacunación no funciona por el hecho de que persiste la posibilidad del contagio. Por eso he comparado esta lucha contra el covid-19 con una verdadera y propia guerra, en la cual, como tú bien sabes, si no eres disciplinado, no puedes vencer al enemigo. Por si alguna duda todavía albergas, el enemigo es el virus covid-19 y no la vacuna.
      Espero que captes mi ironía, aunque me sorprende que no hayas captado mi tono de benevolente ironía en mis artículos, y, desde luego, no de acritud o de amargura. Además, en base a todo lo anterior, deberías entender que mi tono categórico no depende de ninguna forma de arrogancia o soberbia en una posición particular, sino de mi preocupación por el bien del prójimo, ya que se trata de vida o de muerte.

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  3. "5. Otros cuestionan el valor objetivo de la ciencia médica y se basan en un concepto erróneo de la ciencia, entendida como comparación o confrontación de opiniones. Confunden la ciencia con la política. Se trata de los que argumentan que deberían ser dadas facultades a los ciudadanos para comparar y confrontar las opuestas tesis pro-vacuna y anti-vacuna, para así dar una evaluación y hacer una libre elección. Los que así piensan confunden, como dije, la medicina con la política. En política, todos somos competentes para comparar y confrontar las tesis de los diversos partidos y elegir el partido preferido. Pero en la ciencia médica este no es el caso. En el cuidado de nuestra salud debemos tener confianza en el médico y no pretender discutir con él ni querer prevalecer sobre su competencia".

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    Quizás usted, padre Filemón, quiso decir que la elección de los propios gobernantes proviene de la comparación entre las diversas tesis, más que de la elección del propio partido (¿una sinécdoque?).
    ¿Quizás será que han pasado ya demasiadas décadas sin que hayamos elegido a nuestros gobernantes "preferidos" ("oportunos" quizás hubiera sido un término más apropiado).
    Si Ud. quería tensar su arco para disparar la flecha más a fondo, ¡pues bien! Se le ha roto la cuerda...
    La elección del médico de familia se produce por diversas razones, pero la relación médico-paciente se conserva en el tiempo solo si existe confianza mutua. Es sobre la base de esta confianza que yo puedo expresar mis dudas a mi médico sobre su diagnóstico, seguro de obtener de él mayores garantías de confianza a través de nuevos análisis especializados.

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    1. Estimado Paracelsomol,
      cuando hablo de opciones políticas, mi expresión, o sea, mi discurso, es un discurso general; no me refiero simplemente a la elección de quién debe gobernarnos, sino a nuestras opciones relativas a la vida política, eventualmente a través de nuestros representantes legislativos, diputados y senadores.
      Por el contrario, en lo que respecta a la actual dramática lucha contra el covid, que es un enemigo que ha tomado por sorpresa a toda la clase médica internacional y a los científicos más cualificados, el discurso debe ser muy diferente. Aquí no se trata en absoluto del caso que usted plantea, del médico de cabecera de la familia. A ese propósito, estoy perfectamente de acuerdo con usted en que debemos poder tener derecho a cambiarlo, en el caso que no sea de nuestro agrado o cuando no cumpla su cometido a satisfacción.
      Pero, volviendo al caso que estamos evaluando, la pandemia, me parece que el buen sentido común y la modestia nos obligan a confiar, en principio, en las disposiciones de las autoridades sanitarias, ante la dramática emergencia de la salud pública mundial.

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