viernes, 14 de febrero de 2020

Santo Tomás de Aquino: un Santo que deberías conocer


Santo Tomás de Aquino es un santo que, querido lector, deberías conocer en profundidad.

----------Conviene que recordemos una importante premisa antes de leer esta breve nota: la santidad canonizada o canonizable, según la ley de la Iglesia, supone la virtud heroica, que es la común virtud cristiana pero llevada a un grado excelente y ejemplar. De modo que al intentar conocer y profundizar en la vida de cada uno de los santos, es fundamental saber ver y comprender dónde radica sobre todo su virtud heroica.
----------Pues bien, Santo Tomás de Aquino [1225-1274] es indudablemente el genio teológico más grande de toda la historia del cristianismo. Por supuesto, también es razón de honesto orgullo, el máximo orgullo, para la Orden de Predicadores, pues es la más alta encarnación del ideal dominicano: contemplata aliis tradere. Pero lo que debe comprenderse es que la empresa teológica de Santo Tomás de Aquino es ciertamente una empresa heroica. Incluso hoy, con todos los medios al alcance de quienes vivimos en esta época, modernas técnicas de aprendizaje y estudio, inigualables técnicas de acceso a bibliografía, y casi infinita información accesible en las herramientas digitales, no ha surgido un genio más grande que Tomás, en quien sabiduría y santidad se desposan en una maravillosa síntesis. La idea de que alguien pueda sustituir a Tomás por algún modernista, como por ejemplo Rahner o Schillebeeckx, es simplemente ridícula.
----------La Iglesia, por la voz del Concilio Vaticano II y el magisterio pontificio posterior, sigue recomendando a santo Tomás de Aquino como el príncipe de los teólogos. La teología del Aquinate, por la fecundidad de sus principios, permite un progreso teológico indefinido, tal como para asumir la más avanzada modernidad, sin que al mismo tiempo se mantenga siempre fiel a los tradicionales valores absolutos del cristianismo. Por lo demás, por su universalismo fundado en la sana razón, se presta al diálogo interreligioso y con los no creyentes, mientras que por su fidelidad a la Escritura, a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia, favorece la comunión eclesial y se presta al diálogo intra-eclesial y ecuménico.