Como he comprobado que ha habido lectores de este blog que han confundido mi postura acerca de la co-existencia o "convivencia" de dos Papas en el Vaticano, lo cual me induce a pensar que no me he sabido explicar, trataré de expresarme ahora con mayor claridad, y como lo bueno si breve mejor, creo que haciendo un esfuerzo por resumir en la mayor brevedad mis pensamientos, encontraré el mejor modo de hacerme entender.
----------Lo primero que debo decir es que la "convivencia" de los dos Papas, el actualmente reinante, Francisco, y el emérito, Benedicto XVI, me parece un hecho absolutamente justificado, precisamente por otro hecho que resulta evidente a todo buen observador: ambos tienen una gran facilidad para comunicarse entre sí (la convivencia implica comunicación). De modo tal que, dados esos presupuestos, uno podría pensar que el papa Benedicto en principio puede ofrecer al papa Francisco una preciosa ayuda y consejo en el gobierno de la Iglesia, si consideramos su experiencia como guía de la Iglesia, no sólo como Pontífice, desde el 2005 al 2013, sino durante décadas al servicio del papa san Juan Pablo II. Por otra parte, el papa Benedicto, liberado de su tarea gubernativa, puede poner al servicio del papa Francisco su gran competencia teológica. Y por lo demás, más allá de las cuestiones doctrinales y teológicas, pueden dialogar, como he dicho, sobre el mejor modo de gobernar la Iglesia en situación tan difícil como la actual.
----------En segundo lugar, pero también en relación al punto anterior, aunque ya viniendo más a lo concreto, mi impresión es que Francisco escucha poco a Benedicto, quien, en mi opinión, había emprendido una línea de reforma más equilibrada que la de Francisco, más en conformidad con la verdadera interpretación del Concilio Vaticano II, es decir, con la interpretación que ve las doctrinas del Concilio en continuidad, aunque más avanzadas, respecto a aquellas del Magisterio precedente. En cambio, me parece que Francisco se inclina a una interpretación que concede demasiado a los progresistas, con el peligro de acercarse a los modernistas, y específicamente a los modernistas rahnerianos, lo que equivale a decir a los protestantes, a los marxistas y a la masonería, mientras a duras penas dialoga con los tradicionalistas (dentro de la Iglesia) y los lefebvrianos (fuera de la Iglesia), algo en lo que en cambio, a Benedicto se le daba bien.
----------En tercer lugar, en lo que respecta específicamente a la custodia de la sana doctrina, Benedicto ha sido ciertamente más solícito y diligente que Francisco, demasiado ocupado con su necesidad de contacto con las grandes masas y de diálogo con el mundo. En un tema particular, en lo que respecta a la relación con el mundo islámico y comunista, mientras Benedicto se preocupaba más por la claridad doctrinal, exhortando a los católicos a ser pacientes y a aceptar la persecución, Francisco, para obtener una coexistencia pacífica, me parece negociar excesivamente con los enemigos del cristianismo. y de la Iglesia.
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