domingo, 9 de febrero de 2020

Soberanía del pueblo

Por más "fuera del sistema" que pretendamos vivir es inevitable consultar al menos una vez al día las noticias que circulan por el mundo o por el propio país. Por supuesto, si estas "miradas al mundo" no se controlan debidamente, corremos los riesgos que un católico conoce de memoria y de los que debiéramos recordar mantenernos a salvo. Un aconsejable ejercicio para seguir inmunes a la "contaminación" es leer las noticias de hoy situándonos digamos, unos 50, 60, o 70 años atrás, por ejemplo en 1950. Para los que hemos nacido en los cincuenta, no resulta difícil imaginarnos aquel mundo y sus noticias, setenta años atrás. Ya que aunque personalmente no fuéramos todavía del todo conscientes de lo que sucedía a nuestro alrededor (no habíamos llegado al completo uso de razón), lo teníamos reflejado en nuestros padres, aún diez o veinte años después, en sus actitudes, en sus valores, en su modo de juzgar el acontecer social. Digo pues, que resulta útil ubicarnos mentalmente setenta años atrás, tomar el diario de hoy en la tablet, y leer la actualidad como si estuviéramos "viendo el futuro". Les aseguro que las imágenes que aparecerían en nuestros "viajes al futuro desde el pasado" serían frecuentemente espeluznantes, casi siempre surrealistas.

----------Imaginemos, por caso, cómo leería un católico en 1950 esta noticia de un diario del 2020 (la noticia la encontré ayer): "El presidente Alberto Fernández hará de inmediato su segundo viaje al exterior, ya que este miércoles viajará a Italia para entrevistarse con el papa Francisco (...) Está previsto que el jefe de Estado parta el miércoles 29 con destino a Roma para reunirse el viernes 31 con el Sumo Pontífice en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, en lo que será su primer encuentro con Jorge Bergoglio desde que Fernández ganara la Presidencia. (...) Se espera que el Presidente comunique al Papa su intención de avanzar con la ley de despenalización del aborto, personal iniciativa, de las primeras conocidas en su plan de gobierno..."
----------Insinuar en 1950 la mera posibilidad de que un presidente argentino pretendiera dialogar precisamente sobre esa "iniciativa presidencial" con el venerable papa Pío XII sería inimaginable, pero... esta imposibilidad casi metafísica se ha hecho realidad hoy... por obra y gracia de... Bueno..., me debo controlar, las causas podrían ser muchas y de diversa índole, aunque no más de dos o tres fundamentales, y... los lectores las conocen. 
----------En el ambiente académico del que yo formaba parte en 1983, durante el llamado "retorno de la democracia" en Argentina, las discusiones entre condiscípulos (y a las que a veces se unían los profesores) eran interminables acerca del valor o desvalor de la democracia, de la fuente del poder, del origen de la autoridad, de las raíces de la soberanía, del sufragio universal y del voto calificado, etc. Aunque todos allí conocíamos suficientemente las clásicas posiciones escolásticas, el caso era que la "libertad de pensamiento" post-conciliar, y las nuevas tendencias dialoguistas que hacían pie en la Gaudium et Spes, nos movían a actitudes muy poco respetuosas de los límites doctrinales fijados por santo Tomás de Aquino, Francisco Suárez o Juan de Mariana.
----------Hoy, a casi cuarenta años, recordando con nostálgica sonrisa aquellas discusiones juveniles, y conocida la historia reciente de los últimos gobiernos argentinos y de los demás países otrora católicos, y por ejemplo de aquello a que ha dado lugar la última elección en mi país, veo confirmados mis puntos de vista, y confirmados de una manera irrebatible.
----------Cuando se afirma que Dios es el Supremo Soberano, y que todo poder viene de Dios, al decir Dios estoy refiriéndome al supremo existente, a Alguien unívocamente real, Quien tiene propiedades y características que la Filosofía barrunta, y la Teología esclarece a partir de la Revelación del mismo Dios en Jesucristo, Hijo de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre.
----------En cambio, cuando se afirma que el Pueblo es soberano, y que todo poder viene del pueblo, al decir "pueblo" estoy refiriéndome a un ente de razón, una abstracción, un universal abstracto, que sólo adquiere realidad en éste, ése o aquél pueblo, argentino, uruguayo, chileno, español, etc.
----------"La democracia es el mejor de los gobiernos posibles, si la multitud es libre", decía santo Tomás de Aquino. "Si multitudo libera est". Pero entiéndase bien: libre de sus pasiones. "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece", decía mi padre, repitiendo a tantos otros que lo habían dicho antes que él. De modo que... si un concreto "pueblo" ha perdido en gran medida su condición de orden social humano, en la misma medida que ha perdido su vinculación natural con el orden natural que mantiene su condición humana, tendrá gobiernos que establecerán leyes que nada tendrán que ver con la Ley Natural.
----------Si en un concreto pueblo ha perdido vigencia el Noveno Mandamiento de la Ley de Dios, ese pueblo no se opondrá a ser regido por un gobierno que legalice la poligamia a través del divorcio. Si en un concreto pueblo ha perdido vigencia el Sexto Mandamiento que la Ley de Dios revela en la conciencia humana, ese pueblo no se opondrá a un gobierno que legalice la unión de pervertidos homosexuales o de pervertidas lesbianas, o la educación en la "ideología de género". Si en un concreto pueblo ha perdido vigencia el Quinto Mandamiento, no se opondrá e incluso elegirá un gobierno que legalice el genocidio por medio del aborto y la eutanasia. Si en un concreto pueblo ha perdido vigencia el Séptimo Mandamiento, no tendrá reparos en votar a políticos ladrones, no tendrá reparos en seguir teniendo gobiernos venales o volver a tener por autoridades a los peores ladrones que hayan existiendo en la historia de los gobiernos argentinos.
----------Esto pasa cuando ese pueblo está formado por hombres que pierden su relación con el orden que los mantiene "humanos": los Diez Mandamientos, inscriptos en la conciencia de todo  hombre que viene a este mundo. Vale aquí recordar que si bien los Diez Mandamientos fueron revelados por Dios a Moisés, en las Tablas de la Ley, fueron revelados a raíz de la situación concreta del hombre caído, del estado de naturaleza caída del hombre, tras el Pecado Original, estado en el que al hombre se le dificulta (aunque no se le imposibilita) alcanzar el conocimiento de la Ley Natural a partir de su propia conciencia.
----------Lo que está pasando... pasa cuando los hombres suplantan el Decálogo por la "Carta Internacional de Derechos Humanos" y conceden supremo primado al valor de la libertad, no, por supuesto, la verdadera libertad, la libertad de elegir el Bien, sino la libertad liberal, de la auto-referencia, de la autonomía moral, la libertad de liberarse de Dios... falsa libertad, obviamente, porque del Supremo Soberano nadie puede separarse. Salvo, a costa de perderse, de perder su condición humana, y de perder a Dios para toda la eternidad.

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