lunes, 30 de septiembre de 2024

Los errores de Karl Rahner: la trascendencia hacia Dios (8/8)

Por cierto, diciendo que las pretensiones rahnerianas acerca de la filosofía y la teología son exorbitantes, de tipo gnóstico, remito a la reciente firme condena del papa Francisco al gnosticismo, condena inédita en el Magisterio de la Iglesia, además de la renovada condena del idealismo que ha hecho el Santo Padre. Estas firmes intervenciones doctrinales del Papa actual no pueden sino caer también contra el pensamiento de Karl Rahner, lo cual, unido a la confirmación que Francisco ha hecho del título de Doctor Communis Ecclesiae para santo Tomás de Aquino, explica el gran malestar que han venido sintiendo estos últimos años los neo-modernistas, que ilusoriamente (heréticamente) pensaban que el Papa podía ser uno de los suyos. [En la imagen: fragmento de "El triunfo de la muerte", óleo sobre tabla, pintado entre los años 1560 y 1562, por Pieter Brueghel el Viejo, conservado y expuesto en el Museo Nacional del Prado, Madrid, España].

La teología
   
----------Es evidente que para Rahner no son los Obispos sino los teólogos quienes constituyen la punta de avanzada, la vanguardia, del Pueblo de Dios en la interpretación de la Palabra de Dios y en guiar a los fieles a la plenitud de la verdad cristiana. Además de ello, el objeto de la teología para Rahner no coincide con lo que entiende el Magisterio de la Iglesia. En efecto, mientras el Magisterio enseña que la teología tiene la tarea de "deducir cuidadosamente la doctrina católica de la divina Revelación" (Concilio Vaticano II, decreto Optatam totius, n.16), siendo el contenido de tal Revelación "Dios mismo y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres, para comunicarles los bienes divinos" (Concilio Vaticano II, constitución Dei Verbum, n.6; cf. también n.2), para Rahner el objeto de la teología es sustancialmente el hombre, aunque en cuanto orientado a Dios y término de la auto-comunicación divina en la vida de gracia.
----------"La teología indaga acerca de la salvación del hombre en cuanto consiste en la automediación de Dios, y propiamente de nada más, o sea, por la totalidad (consumada) del hombre" (Sacramentum Mundi, Enciclopedia Teológica, vol. VIII, voz: Teología trascendental). "Los problemas del hombre y las respuestas que a ellos se les da, no deben ser ya hoy considerados como sector distinto, tanto por contenido como por ubicación sistemática, de otros sectores del enunciado teológico, sino por el contrario como el todo de la teología dogmática" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. III, p.45). Pero entonces ¿dónde está la diferencia entre antropología y teología?
----------En el libro que ya hemos citado antes del entonces cardenal Joseph Ratzinger, el autor señala cómo Rahner reduce el cristianismo a humanismo. En paralelo a esta operación, Ratzinger nota cómo en Rahner la teología se reduce en definitiva a la antropología. Esto resulta evidente del pasaje de Rahner que hemos citado. Ratzinger, por su parte, basándose en esta reducción de lo cristiano a lo humano, llega al punto de poner en conexión el rahnerismo con el marxismo: "La insuficiencia de la fórmula espiritual en la que se concreta la teología de la historia de Rahner explica la rápida transformación -al principio para mí inesperada- de esta deducción trascendental en las teologías de inspiración marxista desarrolladas en la generación posterior a Rahner" (Teoría de los Principios Teológicos, Herder, Barcelona 1985, p.199).
----------"Trabajar en dogmática según los criterios de una antropología trascendental significa preguntarse, frente a cualquier objeto dogmático, también cuáles sean las condiciones de su cognoscibilidad en el sujeto; significa demostrar la existencia de tales condiciones apriori para el conocimiento del objeto; indicar cómo y por qué ellas impliquen y afirmen, ya de por sí mismas algo sobre el objeto" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. III, p.47). "Interpretar toda la teología dogmática como antropología trascendental significa esto: reflexionar y valorar el aspecto trascendental de toda temática dogmática. Preguntar cuáles sean los contenidos materiales ya presentes en las 'estructuras' apriori del sujeto teológico" (ibid., p.48). Por el contrario, es necesario decir que los contenidos de la dogmática no provienen del sujeto (hombre), sino del objeto (Dios). Por otra parte, la dogmática siempre debe hacer referencia a Dios, pero no necesariamente al hombre.
----------"Si revelación y teología se refieren esencialmente a la salvación del hombre, esta su estructura exige que cualquier objeto de una indagación, no importa cual, sea acompañado también por una interrogación sobre la naturaleza humana, en la medida en la cual ella pueda estar interesada por tal objeto en su prospectiva de salvación" (ibid., pp.56.57). "Todos los enunciados teológicos afirman algo sobre el hombre" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. V, p.88). Hago la observación que ciertamente la teología proyecta una luz sobre el hombre, pero en cuanto Dios se ha hecho hombre. Y además, la tarea más elevada de la teología no es la de tratar de la salvación, sino que es la de contemplar el misterio de Dios.
----------Sigue diciendo Rahner: "Por teología se entiende la reflexión sobre la existencia humana en su totalidad [...] en su orientación hacia lo absoluto" (ibid., p.129). "El campo de las afirmaciones teológicas es la trascendencia del hombre como tal, esa trascendencia que es una propiedad del conocimiento y de la libertad, de la razón teorética y práctica, y que en cuanto tal está dada también por la relación de estas dos entidades e implica una experiencia trascendental como su ineliminable diferencia y unidad" (ibid., p.142). En mi opinión, por más que se amplíe la dignidad del hombre, nunca puede alcanzar la de Dios, por lo cual la investigación sobre Dios siempre trasciende la investigación sobre el hombre.
----------En su Curso fundamental sobre la Fe, Rahner llega a decir: "Las afirmaciones teológicas verbalmente de naturaleza temática, [...] no obstante la estructura racional que naturalmente poseen, [...] remiten siempre a la experiencia originaria, pretemática, trascendental, y son realmente comprensibles sólo en esta condición" (ibid., p.144). "Todas estas conceptualizaciones teológicas no hacen que la cosa misma desde fuera pase a ser un dato para el hombre, sino que son un enunciado de lo que ya es experimentado y vivido más originariamente en la profundidad de la existencia" (Curso fundamental, op.cit., p.34). Hago la observación que esto que el hombre recaba de su interior no puede sino ser humano. El hombre recibe lo divino desde lo externo y desde lo que está por encima del hombre. Aún cuando Dios está en el hombre, siempre lo trasciende.
----------En estas afirmaciones de Rahner está delineado aquello que correctamente ha sido llamado su "giro antropológico" en teología. Algunos han interpretado tal giro de manera bastante innocua, como simple acentuación del interés por el hombre en teología y como puesta en luz de las condiciones subjetivas del trabajo teológico. Indudablemente existe esto en Rahner, y es necesario congratularse de ello. Pero Rahner no se detiene allí, como debería aparecer evidente por los pasajes antes citados. En efecto, precisamente de esos pasajes emergen claros los siguientes aspectos de la propuesta rahneriana:
----------1. La teología no tiene a Dios como interés principal, sino al hombre, aún si viene entendido como abierto a Dios y tendiente a Dios; no interesa Dios en sí mismo, sino el hombre que se interroga sobre Dios (hemos visto cómo, para Karl Rahner, sólo la experiencia trascendental capta lo real en sí mismo (aunque sólo como ser pensado); la conceptualidad, en cambio, para Rahner que aquí sigue a Kant y Husserl, capta sólo un ser fenomenológico, o sea un ser-para-mí, no un ser en sí; la cosa en sí aquí se escapa).
----------2. En consecuencia, Rahner retorna el soteriologismo luterano, según el cual, lo que interesa no es la contemplación divina, sino la propia y personal salvación.
----------3. En las anteriores citas de textos de Rahner se presupone la gnoseología rahneriana, de molde kantiano-heideggeriano: en la experiencia trascendental preconceptual originaria y existencial (Heidegger) el hombre, definido como autotrascendencia hacia Dios (éste es el aporte original de Rahner), posee apriori, aunque indeterminadamente, como "estructuras" o formas del sujeto (Kant), todo el campo ilimitado de su saber y el horizonte absoluto de su tendencia apetitiva, o sea el ser (elemento ontologista), la autoconsciencia (Descartes) y la misma experiencia de Dios (elemento original rahneriano).
----------4. La conceptualidad teológica, según el pensamiento de Rahner, no comunica al sujeto algo desde lo externo, porque no existe un ser extramental (extra animam), sino que el ser es el ser pensado, por tanto sólo inmanente al sujeto (elemento hegeliano).
----------Todo este enorme cuadro puede ciertamente impresionar a alguno, pero su aspecto sintético recoge el aporte de filósofos indudablemente importantes del pasado, y esto probablemente explica el extenso éxito obtenido en muchos ambientes académicos, incluso eclesiásticos, del concepto rahneriano de teología. Tal vez Rahner ha querido imitar el gran espíritu de síntesis de sus ilustres cofrades del pasado, como Francisco Suárez y Denis Pétau. Se ve detrás de la obra de Rahner ciertamente una enorme labor, pero carente de válidos principios críticos, que por el contrario no faltaban en sus grandes predecesores, fieles a la ortodoxia.
----------Pero a una mirada atenta, iluminada por un sano concepto de teología, tal como resulta de las enseñanzas de la Escritura y de la Tradición, y como siempre ha sido practicado por los Padres y por los Doctores, no será difícil descubrir un sincretismo viciado por una concepción subjetivista y relativista de la teología. Por otra parte, reaparece también aquí la tendencia rahneriana a confundir naturaleza humana y naturaleza divina, tanto que para él la antropología, mediante la cristología, viene a coincidir con la teología.
----------Por lo demás, el mismo Rahner, siempre con tono perentorio y casi amenazador, no hace ningún misterio acerca de sus maestros, a cuya escuela nos indica que es necesario integrarse, si no se quiere permanecer atrasado respecto a la gran "revolución" obrada -según él- por el pensamiento moderno: "La teología no puede y no debe permitirse permanecer retrasada frente a la revolución antropológico-trascendental obrada por la filosofía moderna a partir de Descartes, Kant, a través del idealismo del idealismo alemán (incluidas las corrientes de oposición) hasta la fenomenología, la filosofía existencialista y la ontología fundamental [N.d.A.: Heidegger] de hoy" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. III, p.61).
----------Esta filosofía "moderna", siempre según Rahner, "es algo que existe porque existe el cristianismo, producida por el cristianismo como posibilidad de la actuación más reflexiva y más reflexivamente necesaria del cristianismo mismo" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. II, pp. 54-55). "La filosofía trascendental y antropocéntrica de la edad moderna es estrictamente cristiana en su principio y verdaderamente ha iniciado ya con santo Tomas" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. I, p.150).
----------Hago la observación que estas opiniones comportan un profundo malentendido, una gran incomprensión, del pensamiento de santo Tomás de Aquino, expuesto en algunas obras juveniles donde Rahner intenta hacer pasar a Tomás por un precursor de Hegel, cuando por el contrario el Aquinate contiene ya una crítica precursora al idealismo (cf. Summa Theologiae, I, q.85, a.2).
----------En realidad, como han demostrado serios historiadores de la filosofía como Gilson, Maritain, Fabro, Del Noce, Possenti y Vassallo, la filosofía postcartesiana marca un alejamiento progresivo de la filosofía cristiana, hasta llegar a los extremos del panteísmo y del ateísmo. Esto está documentado también por el propio Magisterio de la Iglesia, el cual a partir de la muerte de santo Tomás, siempre ha recomendado el pensamiento del Aquinate, y al mismo tiempo ha condenado los errores de la filosofía postcartesiana.
----------Sin embargo, Rahner no teme las contradicciones, ni manifiesta ningún pudor por caer en ellas. Si por una parte presenta al idealismo alemán como modelo de filosofía cristiana, por otra parte afirma que hoy no disponemos de una filosofía cristiana: "De hecho (y por tanto didácticamente) hoy no existe ya, ni siquiera para el católico, una filosofía ya elaborada, ya adecuada a las exigencias de la teología, tal que se pueda considerar de por sí premisa para un trabajo teológico" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. III, p.76). Rahner se equivoca antes y se equivoca ahora. El Concilio, como es sabido, presenta precisamente la filosofía de santo Tomás como una filosofía "adecuada a las exigencias de la teología". No sin embargo el Tomás hegeliano de Rahner, sino el verdadero Tomás, adversario del idealismo (véase por ejemplo, los estudios de Schwalm, Sertillanges, Gredt, Garrigou-Lagrange, Maritain, Zacchi, Journet, Toccafondi, Cordovani, de Tonquédec, Simon, Kuiper, Congar, Gilson, Gardeil, de Lubac, Daniélou, Galli, Derisi, Boccanegra, y Tyn).
----------En otros lugares Rahner constata con complacencia el afirmarse actual de la "filosofía trascendental" (vale decir, la suya), después de la disolución (a su juicio) de la filosofía "neoescolástica" (que comprende evidentemente también al tomismo), también señalando "el enorme retraso" con el cual la Iglesia ha sabido actualizarse abandonando tan sólo recientemente la filosofía neoescolástica: "Si consideramos la filosofía trascendental como la forma propia de la filosofía que existe, de manera refleja, sólo a partir de Descartes o, todavía más claramente, en el sistema kantiano y en el idealismo alemán, resulta no menos correcto y lícito decir que una teología filosófico-trascendental puede existir sólo después de Descartes, de hecho ella existe, si acaso, dado el enorme retraso de la recepción de la filosofía moderna por parte de la Iglesia Católica, solo aproximadamente después de la disolución de la neoescolástica" (Reflexiones sobre el método de la teología, en Nuevos ensayos, op.cit., vol. IV, p.121, citado por Ignazio Sanna en su libro: Teología como experiencia de Dios. La perspectiva cristológica de Karl Rahner, p.109).
----------En estos citados pasajes de Rahner, todo lo que dice el teólogo alemán debe ser corregido. La Iglesia está acogiendo cuanto de válido existe en la filosofía moderna poniendo en obra el trabajo de los filósofos y teólogos católicos, que se atienen a las disposiciones conciliares respecto a la renovación de la filosofía y de la teología, a propósito de la cual el Concilio propone como guía -como es sabido- a santo Tomás de Aquino (Concilio Vaticano II, decreto Optatam totius, n.16, y decreto Gravissimum educationis, n.10). Es necesario decir entonces una vez más que Rahner desatiende la enseñanza conciliar, volviendo a proponer una concepción modernista de la renovación de la filosofía y de la teología.
----------Es verdad que el rahnerismo hoy se ha difundido mucho y que pocos son los que implementan verdaderamente las disposiciones conciliares sobre el tema; pero si los rahnerianos creen que llegará el día en que la Iglesia hará propio su pensamiento como ha hecho propio el pensamiento del Aquinate, es mejor que abandonen una tal expectativa, porque no se verificará nunca.
----------En efecto, la implementación del pensamiento rahneriano comportaría consecuencias desastrosas por cuanto se refiere a la rectitud de la fe, y en consecuencia respecto a la pureza de las costumbres, como ya estamos constatando por lo que está sucediendo en muchos casos. Por tanto, si los rahnerianos no se corrigen, deben esperar antes o después la condena por parte del Magisterio, como ya sucedió para el modernismo de los tiempos de san Pío X y como ya ha sucedido para algunos aspectos del rahnerismo, aún cuando la Iglesia no haya mencionado a Rahner. Pero han sido condenados sus seguidores y sus admiradores, lo que debería ya poner en guardia al resto. Por el contrario, la Iglesia no condenará nunca a ningún tomista, aún cuando esto causaría placer a los modernistas, los cuales, por cuanto está en ellos, habiendo alcanzado hoy un cierto poder en lo interno de la Iglesia, se esfuerzan por denigrar, obstaculizar y marginar a los tomistas.
----------Por el contrario la Iglesia, como lo está haciendo, continuará recomendando la doctrina de Tomás (nótense las recientes enseñanzas del papa Francisco), aunque sea junto a la de otros grandes del pensamiento antiguo y moderno, pero no ciertamente en línea con el rahnerismo, exhortando al mismo tiempo a utilizar los principios del tomismo para una confrontación comparativa inteligente y crítica con el pensamiento moderno, con las varias culturas, con las otras religiones y con los mismos no-creyentes.
----------Para eliminar cualquier duda que todavía pudiera albergar el lector, el enfoque modernista del método teológico rahneriano emerge claramente de proposiciones como éstas: "La teología trabaja siempre con derecho para mostrar, a través de una objetiva y valiente interpretación del dogma, cómo éste último no debe aparecer positivamente y claramente inconciliable [...] con toda la mentalidad de nuestro tiempo" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. V, p.364). "La teología sólo es teología genuina y auténticamente predicable en la medida que logra hallar contacto con toda la auto-interpretación profana del hombre en una época determinada, en la medida en que logra establecer diálogo con ella, hacerla suya y dejarse fecundar por ella en el lenguaje y en la cosa misma" (Curso fundamental, op.cit., p.24). Asunción global y acrítica de todo el pensamiento moderno, como alguien que come todo entero un pollo incluidas las plumas, el pico y el resto.
----------Rahner no distingue adecuadamente la teología de la filosofía: "no puede existir ninguna filosofía pura concretamente elaborada por el hombre. El hombre filósofo en su pensamiento está siempre eficazmente bajo un apriori teológico, bajo una determinación trascendental que lo orienta a la inmediatez de Dios, determinación indudablemente conocida, aunque por eso no es aún sin duda reflexiva" (Nuevos ensayos, op.cit., vol. V, p.97).
----------Por el contrario, se debe decir que la razón filosófica no puede elevarse de sí por encima de sus límites naturales, que ella alcanza partiendo de la experiencia, ni puede ir más allá de lo que ella puede recabar de la experiencia, incluso si sabe de la existencia de una realidad metaempírica. Eso que está más allá no lo sabe "aprioricamente". Así lo sabe solo Dios; pero la filosofía lo sabe gracias a la divina revelación.
----------Otra declaración de Rahner: "La filosofía no puede aprióricamente excluir nada como objeto extraño a sí misma; la determinación trascendental del hombre, obrada por la auto-participación de Dios, está dada siempre y en todo (al menos en el modo de ofrecimiento), y por lo tanto en principio nadie puede impedir que la filosofía reflexione sobre ello" (ibid., p.98). Pero estas son pretensiones exorbitantes, de tipo gnóstico, de la filosofía. En realidad, ella se limita sólo a lo que puede ser proporcionado a la razón natural, la cual comprensión está muy por debajo de la totalidad de lo real. La auto-participación divina (es decir, la gracia) no es objeto de la filosofía, sino de la teología dogmática (me pregunto qué pasticho habría hecho Rahner si le hubiera sido confiada la organización del plan de estudios de una facultad teológica según las disposiciones de la Iglesia postconciliar, por ejemplo el documento Sapientia christiana).
----------Por cierto, diciendo que las pretensiones rahnerianas acerca de la filosofía y la teología son exorbitantes, de tipo gnóstico, remito a la reciente firme condena del papa Francisco al gnosticismo, condena inédita en el Magisterio de la Iglesia, además de la renovada condena del idealismo que ha hecho el Santo Padre. Estas firmes intervenciones doctrinales del Papa actual no pueden sino caer también contra el pensamiento de Karl Rahner, lo cual, unido a la confirmación que Francisco ha hecho del título de Doctor Communis Ecclesiae para santo Tomás de Aquino, explica el malestar que han venido sintiendo estos últimos años los neo-modernistas, que ilusoriamente pensaban que el Papa podía ser uno de los suyos.
----------"El filosofar en su unidad de noesis y noema (si así podemos decir) es secretamente ya sobrenatural y por tanto teológico. El teólogo se ve por tanto siempre a sí mismo en el filósofo [...] se ve a sí mismo en el modo oculto en el cual Dios, el verdadero Dios, [...] está presente en el mundo como realidad más íntima, más oculta y futura [...]. La filosofía es una teología que todavía no se ha desarrollado a sí misma" (ibid., p.100).
----------Digo en cambio que esta identificación no sería grave, si Rahner hiciera referencia a la teología natural o filosófica. Por el contrario, Rahner se refiere precisamente a la teología revelada, sobrenatural, cristiana. Y aquí entonces se produce un error gravísimo, ya que se viene a confundir la razón con la fe, o asignando a la razón de modo gnóstico, como ha hecho Hegel, competencias superiores a sus fuerzas, o bien sustituyendo la fe por la razón, como ha hecho el fideísmo protestante.
----------Sin embargo, en este caso Rahner es ciertamente coherente con su concepción del conocimiento, de la fe, de Dios, del hombre y de la gracia divina, como hemos visto y como luego veremos. En efecto, para él el conocimiento es experiencia de Dios, la fe es el radicalismo de la razón, Dios es el horizonte de la trascendencia humana, la antropología presenta al hombre como tensión hacia Dios, la gracia viene concebida como un apriori necesario, universal y siempre presente de la existencia humana.

10 comentarios:

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    1. Estimado Anónimo,
      no estoy informado sobre esas amenazas de excomunión de las que usted habla.
      De todos modos, y en línea de principio, le hago presente que si ocurre que llegue de la Santa Sede, o bien de una determinada Sede episcopal diocesana, una advertencia de sanción disciplinar para algún fiel en particular (clérigo o laico), la misma debe ser siempre asumida por el buen católico no como una amenaza sino como una advertencia fruto (siempre en línea de principio) de la premura pastoral del Papa o del Obispo diocesano, que llevará ante todo al sujeto advertido a su auto-examen, por medio del cual discernirá con cuidado e implorando la asistencia del Espíritu Santo, el peso de la advertencia, su validez, sus motivos, etc. De acuerdo al resultado de tal auto-examen, surgirán las diferentes actitudes a seguir por parte del advertido.
      Por cuanto respecta a la sanción de excomunión, hemos tenido algunos casos notorios recientemente, pero se trata de una medida disciplinar poco usual en la actualidad. Por mi parte, recientemente en uno de mis artículos he mencionado el tema y he expresado (incluso dando nombres de fieles que han incurrido en actitudes sospechosas de cisma y herejía) que en mi opinión bien merecerían ser excomulgados. Le paso el enlace al artículo:
      https://linumfumigans.blogspot.com/2024/07/enemigos-de-los-papas-del-postconcilio.html
      De todos modos, como expreso en tal artículo, bien sabemos que la excomunión es una medida eclesiástica de relativo valor en las condiciones actuales de la Iglesia y, en cualquier caso, depende de la autoridad jerárquica competente, de su prudencia, de su criterio de justicia, y de su discernimiento pastoral, el decidir aplicarla o no aplicarla.
      Por último, no entiendo a qué se refiere al acusarme de negar la realidad. Si me aclara su acusación, le responderé. Pero le hago presente que la tarea que desarrollo en este blog remite a mi competencia como teólogo, y en tal sentido, mi tarea es la colaboración con la Iglesia y su Magisterio, y en la situación actual, con la Iglesia hostigada por dos bandos extremistas obstinadamente ciegos y opuestos entre sí, mi trabajo es sobre todo sostener al Papa y clarificar su magisterio ante quienes lo tergiversan (los modernistas) o quienes lo niegan incluso acusando al Papa de ser hereje (los pasadistas).
      Por último, quiero aclararle que sé cual es la proveniencia de este su mensaje, porque me lo ha indicado el administrador del blog, y usted sabe que usualmente sus intervenciones no se le publican. No obstante ello, en este caso particular, le he pedido al administrador que publique su mensaje para así poder contestarle esta vez.

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    2. Sergio Villaflores1 de octubre de 2024, 5:18

      Estimado padre Filemón: Tuve oportunidad de leer el mensaje del Anónimo antes que él lo borrara. Se refirió a la expulsión de varios miembros del Sodalicio de Vida Cristiana, del Perú, entre ellos el periodista Bermúdez. Mi opinión es que no hay que hacer mayor drama ni problema sobre esto. No se trata de ninguna cuestión doctrinal que vincule nuestra fe, sino que es una decisión de gobierno del Papa, en la que se puede equivocar. No causa problemas en mi fe que el Papa acierte o no en cuestiones de gobierno, en las que es falible, ni por ello me voy a hacer lefebvriano o sedevacantista. ¿El Papa se equivoca en temas pastorales o de gobierno?... pues entonces en ese caso él será responsable ante Dios de estos errores, recemos por él, como siempre nos pide. Punto.
      Sergio Villaflores (Valencia, España)

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    3. Estimado Sergio,
      sustancialmente estoy de acuerdo con su comentario.
      Por cuanto respecta a la distinción entre hechos doctrinales y hechos pastorales-gubernativos-doctrinales en el Papa es de fundamental importancia, y si no la tenemos presente, entonces es posible que terminemos por confundir muchas cosas en la vida de la Iglesia, y sobre todo confundir nuestra actitud hacia el Papa, que sigue siendo el Vicario de Cristo, en ambos sentidos, por supuesto, tanto el doctrinal como el pastoral, aunque en lo doctrinal sea infalible y en lo pastoral sea falible.
      Recemos siempre por él, como el Papa acostumbra pedirnos. Y recemos también y hagamos todo lo que esté a nuestro alcance por esos hermanos nuestros que son los eventuales destinatarios concretos de acciones disciplinares del Papa, que podrían no estar del todo cualificadas de prudencia y justicia.
      De hecho, la finalidad principal de este blog es esa: colaborar con el Santo Padre para clarificar sus enseñanzas, completarlas en aquello que el Papa eventualmente no predica del conjunto de la doctrina cristiana, y ayudar a los lectores a vivir bien, como auténticos católicos, nuestra relación con el Vicario de Cristo y con la Fe cristiana.

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    1. Estimado Anónimo,
      le agradezco por la información enviada en otro comentario suyo.
      Respecto a su acusación de negar la realidad, puede hacerlo con toda libertad en este foro, en varias intervenciones si las necesita, mientras mantenga las normas usuales del respeto hacia la Iglesia y las personas, como está ya indicado. Con gusto leeré sus acusaciones a mis artículos y las responderé, como usualmente hago con todos mis objetantes.

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    1. Estimado Anónimo,
      sólo me queda recordarle que tenga en cuenta que su identidad ha sido detectada, por lo que si vuelve a plantear cuestiones a las que ya le he respondido o que se han tratado en mi blog, sus intervenciones ni siquiera serán publicadas. Su sentido común le permite comprender que no podemos dar aquí cabida a obstinados que se mantienen en su ceguera, y que insisten en los mismos argumentos sin tomar en cuenta las refutaciones que se les han dado.

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  4. Desisto entonces Padre pues no se puede debatir asi en igualdad de condiciones por lo tanto elimino mis comentarios.
    Pd: sus artículos sobre Ranher son lo mejor que he leído acerca de ese tema

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    1. Estimado Anónimo,
      usted es el que desiste entonces de exponer sus argumentaciones, lo que me hace sospechar que no las tiene.
      Por cuanto a igualdad de condiciones, distingo:
      1. Si la igualdad de condiciones se refiere a la libertad para exponer argumentos, tanto a nivel filosófico como teológico, tal igualdad de condiciones por supuesto que existe en este foro. No tiene más que revisar página a página, al menos en las que este diálogo verdaderamente se ha dado con algunos lectores, para comprobarlo.
      2. Pero si por igualdad de condiciones se entiende la competencia para dialogar como corresponde, exponiendo argumentos, tomando en cuenta las objeciones del adversario y responderlas en consecuencia, entonces mi respuesta es: depende de la competencia (filosófica o teológica) que tengan los interlocutores para llevar a cabo tal diálogo.
      Mi experiencia con usted (y sé perfectamente con quien estoy hablando) es que tal diálogo no se ha manifestado posible, precisamente porque lo único que hace usted es exponer su ideología sin escuchar objeciones y rebatirlas en consecuencia, como corresponde a un verdadero diálogo filosófico o teológico.

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