viernes, 6 de septiembre de 2024

Descartes, la Iglesia, y los dos tomismos

Recientemente el papa Francisco ha vuelto a llamar a los católicos a pensar la fe con la ayuda de los principios y métodos de santo Tomás de Aquino. ¿Qué quiere decir el Papa? Que la verdadera filosofía moderna, conciliable con la fe católica, y auspiciada por el Concilio Vaticano II, no se construye sobre una base cartesiana ni tampoco utilizando el idealismo alemán nacido de René Descartes, como creyó Karl Rahner que podía hacer, sino que se construye sobre una base tomista, pero no de un tomismo todavía detenido en su impostación preconciliar, seducido por ese lefebvrismo que se opone de modo indiscriminado, acrítico y frontal a la modernidad, como si ésta no fuera más que un cúmulo de herejías y de blasfemias, sino sobre la base de un tomismo, como prescribe el Concilio, que sepa asumir los valores de la modernidad descartando y refutando sus errores. [En la imagen: fragmento de "Cristo y la tormenta en el Mar de Galilea, óleo sobre lienzo, de 1633, obra de Rembrandt, conservado y expuesto en el Museo Isabella Stewart Gardner, Boston, USA].

"El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro,
porque el fundamento es Jesucristo" (1 Cor 3,11)
   
----------En 1663 las obras de René Descartes [1596-1650] fueron puestas en el Índice; pero la Iglesia nunca ha hecho una lista de los errores de Descartes. Esto fue hecho desde entonces hasta nuestros días por los tomistas, como por ejemplo Juan de Santo Tomás, Zigliara, Liberatore, Gredt, Fabro, Schwalm, Olgiati, Cordovani, de Tonquédec, Kuiper, Simon, Zacchi, Toccafondi, Maritain, Gilson, Derisi, Ponferrada, Tyn, Livi.
----------El atractivo que suscitó y todavía suscita Descartes está dado por el hecho de que los cartesianos, desde el surgimiento de su filosofía, con una constante y hábil campaña propagandística han logrado acreditar ante muchos sus ideas como la "filosofía moderna", haciendo creer, por tanto, que la precedente filosofía tomista estuviera superada, por no decir que fuera falsa e ilusoria.
----------Lo que a primera vista sorprende y parece paradójico es el éxito que Descartes obtuvo de inmediato y sigue obteniendo hasta nuestros días entre los luteranos alemanes. Nos podríamos preguntar: ¿pero cómo ha sido posible que un racionalista como Descartes haya tenido tanta suerte entre los seguidores de aquel muy conocido odiador de la razón y de la filosofía?
----------Si reflexionamos bien sobre las implicaciones de las ideas de Lutero y de Descartes, nos daremos cuenta cómo han ido las cosas. Lutero apreciaba, ciertamente, el realismo bíblico, pero lo que por encima de todo le importaba era su propio yo, su propia salvación, tener y sentir a Dios con él. Por lo tanto, en el fondo de este aparente realismo había una forma de subjetivismo, que se manifiesta con la idea luterana de conciencia como fuente absoluta de verdad, divina revelación superior y antitética, contraria, al dogma católico.
----------Ahora bien, el cogito cartesiano era precisamente lo que hacía más cómoda, más conveniente, su filosofía, porque también el cogito es una forma de subjetivismo en el plano de la razón. Queda, sin embargo, la pregunta: si para los luteranos la fe es una experiencia inmediata sin ningún contacto con el aborrecido Aristóteles, con la escolástica o con el dogma católico, ¿por qué motivo han aceptado al racionalista Descartes? Por el hecho de que la autoconciencia cartesiana se conjugaba muy bien con el concepto luterano de la fe.
----------Así los luteranos, como es evidente en Hegel, llaman "razón" a aquello que para Lutero es la fe. Y lo que con desprecio Lutero llamaba "razón" se convirtió en el realismo aristotélico-tomista. Solo que si para Lutero el objeto de fe seguía siendo sobrenatural, en Hegel se reduce a mecanismo dialéctico.
----------Sin embargo, Hegel sigue siendo luterano en el negar la concepción católica de la razón como camino para la fe, mientras que en entrambos, Lutero y Hegel, la verdad absoluta y divina es un inmediato: Lutero la llama fe (aunque en él se trata de un concepto falso de fe, porque en realidad la fe es un saber mediado por el predicador), Hegel la llama razón. Lutero llega a la fe negando la razón. Hegel ve en la fe y en la religión una figura (Vorstellung) de la razón (denken) y de la filosofía.
----------Para Hegel, tengámoslo presente, todo lo que la fe cree, la razón lo explica. Mientras que para Lutero, todo lo que la fe cree, la razón lo niega. Descartes sirve a Hegel para reducir la fe a razón, de modo que en Hegel la razón toma el lugar de lo que para Lutero es la fe: la ciencia divina.
----------Así Lutero, para satisfacer su deseo teológico egocéntrico, solo aparentemente místico, no dudaba en rechazar el magisterio de la Iglesia, que disciplinaba su razón y lo exhortaba a la modestia, y lo estimulaba a salir de sí mismo en la caridad y a poner a Dios por encima de sus intereses o gustos personales.
----------He dicho que el deseo teológico egocéntrico de Lutero era sólo aparentemente místico. Al respecto, Ricardo García-Villoslada, en su bella y rica obra sobre Lutero, sin embargo se equivoca al calificar a Lutero en el primer volumen como "el fraile sediento de Dios". No es así. Como demostró Lutero con su rebelión a Roma, la "sed de Dios" era en realidad la cobertura del deseo de afirmarse a sí mismo. Por lo demás, el mismo Villoslada, poniendo como título del segundo volumen "la lucha contra Roma", se desmiente, pues ¿cómo hace un verdadero sediento de Dios para rebelarse contra el Papa?
----------La astucia de Descartes fue precisamente la de convencer a muchos que su filosofía venía a sustituir a la filosofía de Aristóteles en la fundación de la metafísica y de la verdad, dando a entender que él era el que proporcionaba las verdaderas pruebas de la existencia de Dios y de la inmortalidad del alma. Por lo tanto, Descartes hizo creer que la suya era una filosofía definitiva aplicando la cual -así prometía Descartes- el hombre podría convertirse plenamente en señor de la naturaleza.
----------En efecto, le debemos a Descartes los inmensos progresos modernos de la técnica. Pero al precio de la pérdida del sentido del ser, sin el cual, como observara correctamente el padre Cornelio Fabro, nos precipitamos en el nihilismo, o bien, como observara Jacques Maritain, si por una parte la humanidad domina hoy técnicamente la naturaleza, por otra, se encuentra "tan debilitada y desorientada ante las realidades inteligibles; para luchar contra los cuerpos el hombre está equipado como un dios; para luchar contra los espíritus ha perdido todas sus armas, y las leyes sin piedad del universo metafísico le trituran irrisoriamente" (Tres Reformadores. Lutero, Descartes y Rousseau, Ediciones Encuentro, Madrid 2006, p.71).
----------Descartes dividió a la persona humana en dos sustancias contrapuestas. Dudó de la veracidad de los sentidos. Quería sustituir el principio de no-contradicción por el cogito. Consideró posible la existencia de un "genio maligno" que nos engaña acerca de todo. Puso como objeto de la metafísica no el ente sino el yo. Sustituyó a la moral natural por la "moral provisional". Creyó innata la idea de Dios. En resumen, un desastre. Y sin embargo, muchos lo han tomado en serio, como fundador de la "filosofía moderna".
----------Por medio de su cogito, el fundador de esa supuesta "filosofía moderna" quiso resolver el problema de la verdad no con el intelecto sino con la voluntad, y así no hizo más que poner las premisas de la producción del ser por parte del pensamiento, punto que será explicitado por Fichte dos siglos después. Pretendía también absurdamente demostrar la existencia de la realidad externa, dato inmediato de los sentidos.
----------Pero para darse cuenta de la impostura de su propuesta filosófica habría bastado considerar la necedad o estupidez del motivo que había impulsado a Descartes a hacerla: su convicción de que hasta su tiempo la humanidad no había encontrado el verdadero fundamento primero de la certeza y por tanto de la verdad y del saber, sino que había vivido en las apariencias y en las ilusiones.
----------Muchos no se dieron cuenta de que esto era un ataque directo no solo contra la razón, sino contra la misma fe católica y lo bello del caso era que Descartes pretendía hablar en nombre de la razón asegurando que a él no le interesaba más que la verdad y que pretendía hacer una obra apologética en favor del cristianismo.
----------Ahora bien, en realidad la impiedad de Descartes consiste en el hecho que él, con la pretensión de su cogito de poner en duda o de cambiar o de invalidar el fundamento del saber definitivamente e irrefutablemente establecido por Aristóteles (en el famoso IV libro de la Metafísica; véase también el comentario que hace santo Tomás de Aquino a este libro, en el que encontramos el verdadero fundamento primero, universal y evidente de la humana razón, de la ciencia y, en consecuencia, de la virtud moral) o de encontrar el verdadero y seguro fundamento, llega, con la actitud típicamente gnóstica de quien cree conocer mejor la verdad que nuestro Señor Jesucristo, a renegar en consecuencia indirectamente de Jesucristo, que es, por el contrario, ese Fundamento divino, absoluto e inquebrantable que ya ha sido puesto ab aeterno y que es el único sobre el cual solamente se debe construir para caminar seguros por el camino de la verdad y de la virtud.
----------Por consiguiente, quien examina con atención la filosofía surgida de Descartes, se da cuenta que ella no solo no ha hecho progresar la filosofía, sino que la ha hecho retroceder a la época de la sofistica griega de Protagóras, refutada en su tiempo por Aristóteles, quien es el verdadero fundador de la metafísica, la cual, una vez bien establecida, por su originaria certeza, por su fundamental verdad, por su incontrovertible firmeza y perenne inmutabilidad, no tiene necesidad de ninguna reforma o refundación, como pretendía hacer Descartes, sino que debe ser aprendida, enseñada, conservada y hecha progresar indefinidamente en un cada vez mejor conocimiento de sus ilimitados horizontes de inteligibilidad.
----------Descartes no ha modernizado ni ha hecho progresar la filosofía, sino que, como han demostrado los tomistas, la ha falsificado en su raíz. No ha robustecido la razón, sino que la ha destruido, haciendo así imposible la fe cristiana y, como ha demostrado Fabro (en Introducción al ateísmo moderno, Edizioni EDIVI, Roma 2013), poniendo las bases y los presupuestos teóricos del moderno nihilismo y ateísmo.
----------La verdadera filosofía moderna, conciliable con la fe católica, y auspiciada por el Concilio Vaticano II, no se construye sobre una base cartesiana ni tampoco utilizando el idealismo alemán nacido de Descartes, como creyó Rahner que podía hacer, sino que se construye sobre una base tomista, de un tomismo, como prescribe el Concilio, que sepa asumir los valores de la modernidad descartando y refutando sus errores.
----------El error de los modernistas de ayer y de hoy, que merece nuestra condena, no está en la exigencia en sí justa de modernizar y hacer progresar la filosofía cristiana, sino en el hecho de que ellos, en lugar de examinar y cribar la modernidad a la luz del Evangelio asumiendo lo positivo y rechazando lo negativo, eligen del Evangelio solo aquello que agrada a los cartesianos y postcartesianos.
----------Por otra parte, es necesario evitar también el error de aquellos tomistas que, todavía detenidos en su impostación preconciliar, se dejan seducir, quizás con el pretexto de la tradición, por ese lefebvrismo que se opone de modo indiscriminado, acrítico y frontal a la modernidad, como si no fuera más que un cúmulo de herejías y de blasfemias, ignorando esa parte de verdad que permanece en Descartes y está presente en sus seguidores hasta el día de hoy.

7 comentarios:

  1. Cuánto odio a Descartes... desde allí comenzó mi descenso en los infiernos de la ignorancia filosófica….😂🤣🤭😂🤓

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    1. Estimada Rosa Luisa,
      hablar de odio en este caso no me parece oportuno, aunque entiendo lo que usted quiere decir, porque no es odio hacia la persona, sino hacia las ideas.
      Sin embargo, confieso que yo también siento repugnancia hacia su conducta moral, porque Descartes, aparte de sus ideas, me parece una persona enormemente vanidosa, deseosa de éxito y poco sincera.
      En aquella época la Inquisición estaba muy vigilante y mi impresión es que Descartes, sabiendo que sus ideas no eran agradables a la Inquisición, se esforzó por hacer pasar su sistema de tal manera que pareciera no estar en desacuerdo con la fe católica. Pero la Iglesia se dio cuenta igualmente de esta ficción, y en 1663 puso sus obras en el Índice.
      ¿Qué podemos decir? Por supuesto, nosotros no podemos sustituir el juicio divino. Lo que los historiadores nos dicen es que era un católico practicante y además, según sus declaraciones, él entendió precisamente con su sistema hacer una obra de apologética.
      En cuanto a la impresión que me dan sus ideas, su pensamiento me repugna, porque me da la clara sensación de querer justificar la hipocresía y la ficción, cosas que odio con todo mi corazón, sobre todo como dominico.
      De todos modos, todo el mundo sabe que debemos estar agradecidos a Descartes como genio matemático y fundador de la ingeniería mecánica.
      Una cosa muy importante es no dejarse seducir por Descartes, porque, al lisonjear en nosotros nuestro amor propio, pone en peligro nuestra alma con el vicio de la soberbia.

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    2. Querido Padre: Precisamente... los ejes cartesianos han sido mi condena también en la ignorancia matemática.... mejor estudiar a Dante….🤣😅😂😎

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  2. Y Dante está muy vinculado al tomismo, por lo tanto ¿qué es lo mejor? ¿Esforzarse en entender los ejes cartesianos y el cogito ergo sum o leer a un autor que te insta a estudiar a Santo Tomás, Alberto Magno, y meditar la Palabra de Dios? La respuesta me parece obvia... ¿Para qué nos afanamos en entender a Descartes, Hegel y peor aún Kant? Para nada.... Por supuesto, para los estudiosos como usted es fundamental conocer para discernir.... Pero los ignorantes como yo, conscientes de su propia ignorancia, pueden darse el lujo de ignorar a esos señores y sus filosofías..... hay más cosas en el cielo que en la tierra, Horacio, que ni siquiera tu filosofía puede explicar.... eso sí, a Shakespeare lo conozco bien..... padre me disculpo por el desahogo .... pero cuando trato con gente culta e inteligente me aprovecho un poco....😎

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    1. Estimada Rosa Luisa,
      entiendo su antipatía por los idealistas y le diré que yo también afronto este trabajo más por deber de teólogo que por interés personal, porque es un verdadero sufrimiento seguir a estos personajes en la intriga de sus razonamientos capciosos.
      Se nos hace una gran dificultad para poder seguir un discurso de ellos y terminar uno dándose cuenta al final el no haber entendido o el terminar teniendo la impresión que la intención de esta gente es que quien los lea no entienda nada o el haber encontrado un grave error.
      A veces me pregunto, ¿quién me obliga a hacer esto?
      El problema es que estos personajes logran interpretar un cierto estado de ánimo del hombre moderno, es decir la tendencia que tenemos en centrar todo en nosotros mismos, a presumir de ser más de lo que somos y a conocer más de lo que podemos saber, además del deseo de una libertad desvinculada de la ley divina.
      Por el bien de las almas, como sacerdote, como pastor y como teólogo, siento la necesidad de iluminar estas almas, prestando atención también a mí mismo.
      Está claro que me libero de esta atmósfera irrespirable, respirando a todo pulmón el aire puro de santo Tomás de Aquino.

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    2. Y todo eso le hace honor, padre Filemón.... repito : los verdaderos teólogos, y subrayo verdaderos, son absolutamente necesarios a la Iglesia, Esposa de Cristo... Nosotros, los bautizados, también, pero necesitamos la competencia que ustedes tienen para el crecimiento de la fe acompañada por la razón. El buen Dios ha pensado en todo.

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