miércoles, 18 de septiembre de 2024

Cómo dirigirnos a Dios en la oración (1/2)

Está la oración monoteísta u oración humana, que es la de los filósofos, de los judíos o de los musulmanes; y está la oración trinitaria u oración cristiana, que es la oración de aquellos que no se limitan a rezar a Dios en cuanto Dios, sino que Le rezan como Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, ya que es mucho mejor conocer, amar y orar a Dios así, que con la sola razón. [En la imagen: fragmento de "El Ángelus", óleo sobre lienzo, pintado entre 1857-1859 por Jean-François Millet, conservado y expuesto en el Museo de Orsay, París, Francia].

La oración monoteísta u oración humana
   
----------La oración a Dios en general la formamos sobre la base de nuestro modo de orar o de pedir algo en una situación de necesidad a otra persona humana, que es una persona buena, que sabemos que nos ama, que es capaz de ayudarnos, y que está dispuesta a hacerlo.
----------Para ser impulsados a orar debemos tener conciencia de aquello de lo cual tenemos necesidad. Podemos conocer esto de una forma precisa y específica o bien de una forma genérica, vaga e indeterminada.  Podemos conocer aquello de lo cual tenemos necesidad, pero no los medios para realizarlo. O bien puede suceder el creer tener necesidad de algo, que sin embargo no nos hace verdaderamente bien, sino que nos es dañoso.
----------Para ser escuchados en nuestras oraciones a Dios, debemos estar ciertos y seguros de pedirLe lo que Él mismo quiere para nosotros. Por eso, la primera oración que debemos dirigirLe es que nos haga conocer su voluntad, a fin de que podamos pedirLe que la pueda cumplir o que se haga lo que pedimos.
----------En ciertos casos, aun sabiendo cada uno de nosotros con certeza pedir algo bueno, debemos también estar dispuestos a aceptar que Dios no nos oiga, porque en ese caso, la renuncia a aquel bien que pedimos, sirve para adquirir un bien mayor establecido por Él. Por ejemplo, podemos pedirle a Dios que nos libere de nuestros enemigos, lo cual es ciertamente bueno. Pero Él puede haber dispuesto que al dejarnos sufrir podemos hacer penitencia de nuestros pecados y purificar nuestra conducta.
----------La oración monoteísta es propia de quien sabe mediante la razón que Dios existe, y que es personal y purísimo espíritu; y entonces Lo invoca como Dios uno, único, altísimo, por encima de todos los dioses, como Ser subsistente, causa primera, motor inmóvil, fin último, creador del mundo material y espiritual, sapientísimo, bondad infinita, omnipotente, eterno, inmutable, juez justo, misericordioso y providente, salvador del hombre. Es la oración de aquellos que no saben que Dios es Trinitario, como los filósofos, los judíos, los musulmanes.
----------Por lo dicho nos es claro, entonces, que la posibilidad de la oración está fundada en la conciencia de la distinción entre nuestro yo y el Tú divino. En cambio, quien, como el panteísta, concibe a Dios como el fondo de su propio yo, considera la oración como algo sin sentido.
----------Por otra parte, recordemos que el orar es una petición de ayuda a alguien que nos puede ayudar. Ahora bien, es claro que quien cree no tener necesidad de nada, quien se considera inocente, perfecto, sin pecados, sin defectos, quien piensa poder arreglárselas por sí solo en toda situación, quien considera tener necesidad a lo sumo de la ayuda del prójimo pero no de Dios, porque es ya Dios él mismo; quien considera cosas buenas el sufrimiento, las desgracias o la muerte; quien se considera absolutamente libre sin necesidad de ser liberado de nada, éste tal considera el orar a Dios como algo absurdo.
----------En la oración también puede existir el riesgo de dirigirse al demonio en lugar de dirigirnos a Dios, y de considerar como ayuda divina una fuerza que nos ha dado el demonio. Por eso, no basta con concebir a Dios como un tú superior a nosotros, más poderoso que nosotros y favorable hacia nosotros. También el ángel tiene estas características. Pero si nosotros confundimos al ángel por Dios, sucede entonces que se hace presente y vivo el demonio. He aquí por qué la Biblia y san Agustín de Hipona dicen que los dioses de los paganos son demonios. El dios de los modernistas no es muy diferente a un dios pagano.
----------El problema que acabo de mencionar, ocurre cuando no se tiene un concepto debidamente elevado y purificado de Dios, y en cambio se entiende a Dios no como Señor al cual debemos servir, sino como una potencia a nuestro servicio, y cuando nuestra intención no es recta y sincera, cuando lo que nos interesa no es estar sujetos a Él, sino que es la afirmación de nosotros mismos, cuando preferimos nuestra voluntad a la suya, cuando estamos más atraídos por nuestro yo que por el deseo de verlo a Él, cuando el deseo de nuestra salvación prevalece sobre el deseo de dedicarnos a Él.
----------La oración deviene inútil incluso en la falsa mística. Aquí, en efecto, el hombre, con el pretexto de la libertad de los hijos de Dios, del amor por Dios y de su misericordia, cree estar de tal manera en una inefable confianza con Dios, cree conocer tan bien su misteriosa voluntad y estar en tan íntimo contacto con su Misterio absoluto, que puede relativizar o saltarse por encima cualquier dogma o precepto moral, y por tanto todo le es permitido, y estar "más allá del bien y del mal", para decirlo con Nietzsche.
----------Existe por otra parte quien confunde la plegaria con el agradecimiento, es decir, con dar gracias a Dios por los dones y las gracias recibidos, negándose a concebir la oración como una petición de ayuda o solicitud a Dios de algo de lo cual se tiene necesidad, como si el pedir fuera cosa baja, egoísta y despreciable, no digna de un alma noble y de la verdadera oración. Estas personas parecen almas piadosas, generosas y desinteresadas, pero en realidad carecen de humildad, no queriendo reconocer sus propias necesidades delante de Dios.
----------La religión natural es suficiente para dar verdadero y propio fundamento a la oración, porque conoce la infinita bondad y misericordia divina, da la conciencia de depender de Dios como sus creaturas, da conciencia de las propias miserias, pecados y necesidades ante el prójimo y ante Dios, da conciencia de la propia impotencia para practicar la virtud sin la ayuda divina.
----------Sin embargo en la religión natural el hombre carece de la plena conciencia del destino de beatitud que Dios le ha preparado desde la eternidad en Cristo, y por eso limita sus pedidos a aquello que le dicta la simple razón: perfeccionarse en las virtudes humanas, liberarse del sufrimiento, conseguir el conocimiento de Dios como causa primera, fin último y supremo bien.
   
La oración trinitaria u oración cristiana
   
----------El cristiano, siendo un hombre razonable, como ocurre con todo hombre razonable, sabe que Dios existe, pero, en cuanto cristiano, informado por Cristo y por la Iglesia acerca de la plena beatitud del hombre, no se limita a rezarle en cuanto Dios, sino que Le reza como Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, ya que es mucho mejor conocer, amar y orar a Dios de este modo, que con la sola razón.
----------En efecto, en el plano de nuestras relaciones humanas, es mejor conocer a una persona tal como ella se me revela y me habla de sí misma que cómo yo la puedo conocer deduciendo o reflexionando sobre sus actos exteriores y sobre sus discursos sobre temas diversos. Así, por ejemplo, es mejor conocer a Rafael directamente en su persona y en su vida, que a través de sus pinturas, aunque sean estupendas. Pues bien, la razón nos hace conocer a Dios indirectamente mediante sus obras. En cambio, escuchando al Hijo aprendemos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres personas en una naturaleza.
----------En el caso de la plegaria trinitaria surge, sin embargo, una cuestión que no existe en la religión natural: aquí tenemos tres puntos absolutos de referencia: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Se nos pregunta: si la referencia de la oración es absoluta en cuanto a su relación con el Absoluto, aquí no hay problema. Pero si en cambio aquí las referencias se convierten en tres, ¿no se relativiza la relación? ¿No retornamos al politeísmo?
----------Ciertamente, se puede muy bien responder que el Padre, Hijo y Espíritu son siempre el único Dios. Sin embargo, sigue estando siempre la pregunta, y de estos modos: ¿cuándo, en cuáles circunstancias, cómo y por qué invocar a una Persona más bien que a otra? ¿Cómo hacer la elección? ¿Qué diferencia hay entre las tres diferentes plegarias? ¿De dónde recabar esa diferencia? ¿En base a qué criterios o principios se debe hacer la diferencia y, por tanto, la elección? ¿Cómo saber cuándo necesitamos al Padre, cuándo al Hijo y cuándo al Espíritu Santo, y qué decir a cada una de las tres Personas?
----------La respuesta no es difícil: ella nos es dada por la misma revelación bíblica interpretada por la Iglesia y, por tanto, por la misma praxis litúrgica de la Iglesia y por la tradición de los Santos aprobada por la Iglesia.

2 comentarios:

  1. Creo que la oración es el diálogo con Dios, los salmos son la espléndida manifestación de dicho diálogo... en los salmos hay todo... en cada situación encuentro los versículos adecuados para dirigirme a Dios.... la liturgia de las horas, oración de la Iglesia, tiene una virtud misteriosa... los versículos entran en la mente, en la sangre y cuando menos lo esperes dirige a Dios las palabras que Dios mismo ha inspirado a los autores... como la cierva anhela los cursos de agua así mi alma te anhela, o Dios...

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