miércoles, 21 de agosto de 2024

¿El Dios de los buenistas? Un Dios dialéctico (3/6)

En una tercer puntada de nuestra reflexión acerca del concepto de Dios en los buenistas, seguimos analizando la idea de Dios que se formó Martín Lutero en su camino espiritual. De ello, pasaremos a considerar la concepción de Dios en Jakob Böhme, donde encontramos ya un Dios dialéctico. La concepción teológica de Böhme abrirá un importante camino en la historia del pensamiento, porque de ella se inspirará Hegel para su dialéctica. Y precisamente de Böhme y de Hegel tomará inspiración Hans Urs von Balthasar para elaborar su concepción soteriológica. [En la imagen: fragmento de "Alegoría del Santo Ángel Custodio, óleo sobre lienzo del siglo XVII, obra de Vicente Carducho. Se conserva en la ermita del Cigarral del Santo Ángel Custodio en Toledo, España].

El hombre es inocente, mientras que Dios es malvado
   
----------Al inicio de su camino espiritual, como joven monje, Lutero experimentaba en sí mismo contrastantes y angustiantes sentimientos: por una parte se sentía siempre invenciblemente en culpa ante Dios, no obstante toda la buena voluntad para obedecerle. Tenía la sensación de estar invenciblemente equivocado y de poseer una voluntad invenciblemente malvada.
----------Pero por otra parte se sentía injustamente acusado y reprendido por un Dios que le acusaba de culpas que no tenía, sin nunca poder aclarar y encontrar la verdad en este terrible problema.
----------Lutero, experimentando su propia fragilidad y la fuerza de la concupiscencia, se había hecho la convicción de que fuera imposible poner en práctica la ley divina. Al mismo tiempo se sentía reprendido por Dios y amenazado de castigo eterno por su desobediencia. Se convenció, pues, de que la justicia punitiva de Dios hacia él fuera una crueldad y una verdadera injusticia, porque quería castigar a alguien por su simple fragilidad.
----------Por eso Lutero, en la profunda convicción de no poder ya convertir en buena su voluntad por medio del arrepentimiento, entonces juzgaba inútil pedirle perdón a Dios con el propósito de corregirse. Por otra parte, el hecho de que Dios quisiera castigarlo lo juzgaba como una crueldad y una injusticia por parte de Dios, en cuanto voluntad de castigar a alguien que no lograba poner en práctica la ley.
----------Comenzó creyendo que un Dios que castiga no puede ser un Dios bueno, no puede ser el verdadero Dios. La verdadera justicia divina no puede ser más que su misericordia. El Dios misericordioso, así pensó Lutero, no pide al hombre pecador que haga un bien que no puede hacer, excede a su ley, no pide corregirse, sino que cubre sus faltas, no les presta atención, no le reprende por ellas, sino que las tolera, solo le pide que tenga confianza en su misericordia, lo acepta tal como es, lo justifica aunque no sea justo, lo levanta de su miseria, lo consuela, no lo castiga y le hace el don de su gracia.
----------Por lo tanto, para Lutero, el perdón divino no es la cancelación del pecado como resultado del arrepentimiento del pecador, porque el arrepentirse es imposible e inútil, en cuanto que la voluntad sigue siendo invenciblemente mala. Por lo tanto, el pecador recibe la gracia aunque siga pecando y así se convierte en el pecador justo, aun siendo pecador, no solo inclinado a pecar, lo cual es inevitable, sino precisamente en estado de pecado, porque para Lutero también el acto de pecar es inevitable. El único acto de buena voluntad que puede hacer, opción fundamental decisiva para la salvación, más allá de los inútiles actos del libre albedrío, es el de creer que Dios lo salvará de todos modos, sea como sea.
----------Esto es lo que Lutero creyó captar ser la verdad decisiva de su drama interior en la famosa "experiencia de la torre" de 1514-1515, cuando le pareció tener una visión del mismo Cristo que le tranquilizaba y le prometía salvarlo dispensándolo de la observancia de los mandamientos, y pidiéndole simplemente una firmísima fe y confianza en su misericordia y que lo habría de salvar. De aquí nace la famosa triada luterana del sola gratia (sin las obras ni los méritos), sola fides (sin la razón) y sola Scriptura (sin el Magisterio de la Iglesia).
----------Lutero retoma la tesis herética de Marción según la cual el Dios del Antiguo Testamento, el Dios celestial, es un Dios castigador y cruel, terrible, inaccesible y despótico, mientras que el Dios cristiano, el Dios encarnado, es el Dios cercano, el Dios humano del perdón, de la dulzura, de la compasión, de la misericordia y de la ternura.
----------Lutero manifiesta estar decidido a combatir la soberbia y a promover la humildad, pero en realidad lo que termina sucediendo es que promueve un falso concepto de humildad que subyace a la soberbia y confunde la humildad con la soberbia.  ¿Cómo sucede esta inversión? Él parte con el acusar correctamente de soberbia a quien quiere jactarse ante Dios del mérito de sus buenas obras.
----------Es interesante también cómo en la espiritualidad luterana está presente, como acción hacia el hombre en su relación con Dios, solo la acción de Dios y la del demonio. Y así como Lutero niega el libre albedrío, el hombre viene a ser movido siempre por Dios o por el demonio. En Lutero falta totalmente la relación con el ángel custodio, que en cambio es necesario como mediador de la relación con Cristo.
----------El Espíritu Santo es el inspirador de las misiones más importantes, en las grandes ocasiones y en los acontecimientos personales y comunitarios extraordinarios. La Virgen es mediadora universal para todos. Los Santos son los intercesores para los carismas de los que cada uno está dotado, en los cuales ellos son ejemplo. En cambio, el ángel custodio o guardián es el mediador para las necesidades ordinarias de la vida cotidiana propia de cada individual persona en su singularidad y, en particular, para la lucha contra el demonio.
----------En efecto, el ángel custodio advierte y desenmascara las insidias del demonio. Es cierto que Lutero admite la guía del Espíritu Santo, pero él se aprovecha de ello deslealmente para sustraerse a la obediencia a la Iglesia, que también está guiada por el Espíritu Santo mejor que lo que está guiado el individual cristiano.
----------Sucede así en la vida espiritual de Lutero una polarización unilateral entre Dios y Satanás; el alma, no socorrida por el ángel custodio, está expuesta al engaño de Satanás, que aparece bajo apariencias divinas, por lo que el riesgo es el de intercambiar a Dios con el demonio. Este tema ya está presente en la Cábala. De hecho, hay motivo para sospechar que el "Espíritu" del cual habla Hegel, al que nunca cualifica como Espíritu "santo" y que por otra parte llama "espíritu del mundo" (Weltgeist), no es en realidad Dios sino el demonio.
   
Dios se opone a sí mismo en el pecado y se reconcilia consigo en la misericordia.
La teología de Jakob Böhme
   
----------La concepción böhmiana de Dios es un desarrollo del concepto cabalístico de la mano derecha (bondad) y la mano izquierda (maldad) de Dios. Böhme parte de dos presupuestos, que se volverán a encontrar en el idealismo alemán a partir de Fichte: la conciencia requiere la oposición de sujeto y objeto; el libre albedrío supone la oposición del bien y del mal. Dice Böhme:
----------"El Uno no tiene nada dentro de sí para desear, ni una tal unidad podría sentir su propio sí. Esto solo es posible en un estado de dualidad" (citado por Franz Hartmann, Il mondo magico di Jakob Böhme, Edizioni Mediterranee, Roma 2005, p.75). "El Uno, el Sí, es un puro poder y la vida y la verdad de Dios mismo; pero Dios sería incognoscible a sí mismo y en él no habría ninguna alegría o percepción si no fuera por la presencia del No. Este último es el opuesto o la antítesis del positivo o verdad; hace que ésta se manifieste y esto es posible solo porque es lo opuesto en el cual el amor eterno puede devenir activo y perceptible" (Ibid.).
----------"La luz y la oscuridad son opuestas entre sí, pero existe entre ellas un vínculo, de modo que ninguna de ellas puede existir sin la otra" (Ibid.). "En Dios hay dos estados, eternamente y sin fin: la luz eterna y la oscuridad eterna. La luz es Dios y en la oscuridad no habría ningún dolor si no fuera por la presencia de la luz. La luz hace que la oscuridad anhele la luz y sufra en consecuencia por ella" (Ibid.).
----------Como en Dios para Böhme el pensamiento va contra sí mismo, así la voluntad. Ella comporta "un deseo apropiante y reflexivo, una voluntad-propia [vale decir: una voluntad finita, la criatura, que sin embargo es Dios opuesto a Dios] que no podrá coincidir con el único querer. Porque el único querer quiere el único bien, que es él mismo, se quiere solo a sí mismo en la identidad. Pero la voluntad que fluye hacia lo externo [la creación] quiere la diversidad [el mundo] para distinguirse de la identidad y ser propiamente alguna cosa [es decir, alguna cosa determinada, la criatura] para que el eterno ver tenga algo que ver y sentir.
----------Y de la propia voluntad nace el No [el pecado del hombre contra Dios, que es Dios contra Dios], porque ella entra en una propiedad que quiere imponerse como propia. Y queriendo ser alguna cosa, no puede coincidir con la unidad, que es un puro fluir y un puro Sí [es el Dios inicial] libre en su expirar e insensible, porque no tiene nada en lo que pueda sentirse, si no fuera la pantalla de la voluntad desviada [el pecado] es decir el No [la criatura, Dios que Dios se opone a sí mismo, criatura] que es un límite del Sí en el cual el Sí se hace manifiesto y tiene algo que querer" (citado por Flavio Cuniberto, Jakob Böhme, Edizioni Morceliana, Brescia 2000, p.95).
----------En sustancia, Dios, para conocerse y quererse a sí mismo, debe crear el mundo que, oponiéndose a él y pecando contra él, permite a Dios negar esta negación de Dios y volver a sí mismo. El pecado deviene necesario para que Dios sea Dios. Dios peca contra sí mismo en el hombre para reconciliarse consigo.
----------Esta intriga tremenda depende del hecho de que Böhme ignora lo que implica el movimiento espiritual de la autoconciencia. Ahora bien, la autoconciencia, a diferencia de la acción física de los cuerpos, que va hacia el exterior y tiene necesidad de un objeto externo, de modo que aquí la acción comporta la dualidad de sujeto y objeto, la autoconciencia es un movimiento inmaterial circular de salida y retorno del yo a sí mismo, por el cual el sujeto, es decir, el espíritu vuelve completamente sobre sí mismo haciendo desaparecer intencionadamente la separación entre sujeto y objeto y recuperando así la unidad inicial. Similarmente sucede para el querer, por el cual Dios se quiere a sí mismo en un objeto externo.
----------Pero Böhme cae en un segundo error, confundiendo la creación divina propia de la naturaleza divina con la procesión divina propia de la persona divina. De este modo, Dios no produce un ente finito de la nada, sino que pone otro por sí (un "no-Yo", diría Fichte) opuesto a sí mismo de su misma esencia, pero una esencia limitada, pone un Dios opuesto a él, el Dios del No opuesto a él que es el Dios del sí. Y esta sería la criatura, la cual sin embargo es al mismo tiempo el No a Dios, que induce a Dios a negarse a sí mismo para volver a la identidad o unidad inicial, de modo que el círculo se cierra.
----------Un tercer error está en el hecho de que Böhme entiende la creación divina como autolimitación divina, y en esto consistiría el mal, es decir el No al Dios del Sí. Ahora bien, dado que el Sí y el No son para Böhme constituyentes de lo divino, de aquí se deduce que la negación de la negación reconstituye la identidad, pero al mismo tiempo reanuda el proceso de oposición del No al Sí.
----------Todo esto quiere decir que para Böhme, Dios, para conocerse y quererse a sí mismo, se pone como objeto no solo fuera de sí, sino contra sí mismo, se desdobla en sujeto y objeto, en Sí y No, se opone a sí mismo. Si Dios es inicialmente Sí, pone un anti-Dios, un No contra sí mismo. Este No salido de Dios es al mismo tiempo el anti-Dios, es la criatura, que con ello mismo, por ser limitada y opuesta al Dios del Sí, es mala y peca contra el Dios del Sí. Pero he aquí el giro de escena: puesto que es el mismo Dios del Sí que ha puesto al Dios del No, es Dios mismo quien ha hecho esta operación y la promueve precisamente para ser Dios autoconsciente y autovidente. Dios se divide en sí mismo para volver a la paz consigo mismo.
----------Hay que notar que con esta oposición de sí a sí, Dios sale de sí mismo y crea al hombre, el cual precisamente pecando, es decir diciendo no a Dios, permite a Dios de quien él es finitización, negar al Dios del No y reconstituir al Dios inicial del Sí. Dios, por tanto, niega dos veces: la primera es aquella por la que en el hombre se opone a sí mismo; la segunda es aquella por la que niega la negación y rencuentra la identidad y la paz. Pero esta ya es la dialéctica hegeliana. Por lo tanto, hay que decir que Hegel tomó de Böhme su dialéctica.
----------Así, para Böhme, como no hay sujeto sin objeto y viceversa, no hay bien sin mal y viceversa. Así como en Dios hay autoconciencia y voluntad, así en Dios se produce este desdoblamiento, a fin de que Dios sea Dios. El Uno no puede sino dividirse en Dos; pero el Dos da lugar al Tres, porque el tercero para reconciliarse con el segundo opuesto al primero, vuelve a ser Uno, y el círculo se cierra. Este es el esquema de Plotino, que volvemos a encontrar en Orígenes.
----------Aquí ya está in nuce la dialéctica hegeliana, que Von Balthasar hará suya: Dios opone Sí a Sí, el Padre opone a Sí al Hijo (esta sería la kenosis del Hijo condenado al infierno);  pero como no es posible que Dios no sea Uno, he aquí que se necesita el Espíritu Santo para reconciliar a Dios con Dios, es decir, el Padre con el Hijo. Ahora bien, con la encarnación, el Hijo se ha unido a todo hombre.
----------Esto implica que todo hombre sigue la historia trágica y gloriosa del Hijo: ser condenado y ser salvado. El sufrimiento es inseparable del pecado. Es la confusión entre mal de culpa y mal de pena. Y por lo tanto, uno se salva no solo sufriendo sino también pecando, como ha hecho Cristo, quien para salvarnos abandonó su inocencia y se hizo pecado por nosotros.
----------Pero Von Balthasar es el primero en la historia de la teología católica que aplica con mayor radicalismo la concepción hegeliana dialéctica de la Trinidad. Hegel, en efecto, se detiene en ver en la Trinidad de las personas una imagen o figura de la dialéctica del ser. En cambio, Von Balthasar, se toma en serio la realidad de las personas divinas aplicando en sus relaciones el principio de la dialéctica hegeliana, procedente de Böhme, de Plotino, de Proclo y de la Cábala.
----------Cuanto sucede en la Trinidad, por tanto, ocurre en la humanidad: condenada y a la vez salvada en Cristo, salvada precisamente porque condenada. En este sentido, Von Balthasar sostiene que todos se salvan. Él no niega la existencia del infierno (en este sentido para él el infierno no está vacío), porque todos en Cristo están en el infierno, solo que en cuanto salvados están contemporáneamente en el paraíso del cielo (dialéctica del sí-no). Es siempre, el funcionamiento del simul justus et peccator de Lutero.

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