Hegel siempre tiene necesidad de negar lo que afirma precisamente porque confunde ser y pensamiento, por ejemplo lo bueno y lo malo en la realidad y en el pensamiento. Y sucede que si confundimos lógica y realidad, entonces debemos afirmar simultáneamente que existe un bien absoluto (pensando en lo real) y que no existe bien sin mal (pensando en mis conceptos). También santo Tomás de Aquino nos enseña que una misma es la ciencia de los contrarios: la ciencia médica conoce lo sano y lo patológico, lo normal y lo anormal, la ciencia moral conoce las virtudes y los vicios. Es en la realidad, en cambio, que puede existir un ser libre del no-ser, es decir, del límite, un verdadero libre de lo falso, un bien libre del mal, una vida inmortal. [En la imagen: una ilustración de "Mysterium Magnum", Erklärung über das erste Buch Mosis, obra de 1623 de Jakob Böhme].
Una concepción voluntarista de Dios
----------Esta concepción de Dios, que no puede existir sin determinarse como mundo, es conexa con la concepción voluntarista de Dios según la cual Dios es concebido como voluntad auto-realizadora. Este concepto es precisamente el de Schelling, para quien Dios existe no porque no pueda no ser, sino porque ha querido existir y existe no por la necesidad de su esencia, sino como efecto de su voluntad, puro acto de su libertad. De este modo, el ser es lo mismo que el querer. Para Lutero, similarmente, seguidor del voluntarismo de Ockham, Dios es bueno y justo por el simple hecho de que quiere.
----------La mala acción y el pecado no son tales porque sean irracionales y basados en un falso bien, sino simplemente porque Dios así lo quiere. Si quisiera, podría establecer que el adulterio, el robo y el asesinato o la mentira fueran buenas acciones. Por eso los buenistas y los genderistas dicen que la sodomía no es contra natura y no es pecado, porque Dios, en quien la practica, quiere lo contrario.
----------El querer divino, para los voluntarios y para los buenistas, no hace referencia a una ley de naturaleza establecida por Dios como regla del actuar inmutable y universal, no tiene por objeto un bien inteligible y motivable, aunque fuera Dios mismo, sino que tiene por objeto su propio querer.
----------Para ellos Dios no quiere algo porque es bueno, un bien que nosotros también podemos conocer. Sino que el bien es bueno solo en cuanto es algo que Dios quiere. Él decide lo que es bueno y malo, premia y castiga no en base a un criterio conocido también por nosotros, en base a un verdadero y a un falso, verificable por nosotros, sino en base a su puro arbitrio, en base a su propio e inescrutable querer.
----------Por eso, según ellos, no solo Dios no nos dice por qué predestina esto y no aquello -y esto efectivamente está más allá de nuestra comprensión- sino que Dios no hace saber a cada uno de nosotros el motivo de su juicio sobre nosotros, para que nosotros podamos comprobar su lealtad y fidelidad a los pactos y darnos cuenta de la justicia de tal juicio, es decir, saber por qué premia esto y castiga aquello. Ahora bien, esto en cambio lo sabremos en el juicio universal, para alabar eternamente a la vez su justicia y su misericordia.
----------En cambio, los voluntarios afirman que nosotros ignoramos también esto, por lo cual, en caso de decepción de las expectativas, no nos es lícito protestar. De tal modo ellos vienen a decir que podemos esperarnos de él las amargas sorpresas que nos lo muestran bizarro, extravagante, incoherente, no fiable y desleal. Pero es evidente que estas son blasfemias que demuestran la impiedad de la teología voluntarista, que con el pretexto de la fe y del misterio, ofende a la razón y hace de Dios un monstruo.
----------En efecto, según ellos no podemos verificar la racionalidad del actuarse de la justicia divina en los individuales casos porque no conocemos el criterio. Si nos envía al infierno no sabemos el porqué. Sin embargo, si lo hace, quiere decir que es justo, aunque a nosotros no nos parezca así. Pero esto es falso, porque Dios es un Dios fiel que mantiene los pactos, como narran las parábolas del Evangelio que nos hablan del patrón que paga a los obreros según la remuneración acordada o asigna al pecador la justa pena.
----------Al respecto, es importante señalar la confusión que Hegel hace entre oposición lógica y oposición real. Nos preguntamos: ¿por qué Hegel no admite un puro ser, una pura verdad, un puro bien, una pura vida, sino que siempre tiene necesidad de conjugar o combinar o acompañar estos valores con su opuesto y contrario? ¿Por qué Hegel siempre tiene necesidad de negar lo que afirma? Precisamente porque confunde estos valores en la realidad con estos valores en cuanto conceptualizados.
----------En efecto, mientras que en la realidad el bien puede estar sin el mal, por el contrario, en el pensamiento el bien y el mal forman una pareja donde el uno reclama al otro. Entonces sucede que si yo confundo lógica y realidad, entonces debo afirmar simultáneamente que existe un bien absoluto (pensando en lo real) y que no existe bien sin mal (pensando en mis conceptos).
----------También santo Tomás de Aquino nos enseña que una misma es la ciencia de los contrarios: la ciencia médica conoce lo sano y lo patológico, lo normal y lo anormal, la ciencia moral conoce las virtudes y los vicios. Es en la realidad, en cambio, que puede existir un ser libre del no-ser, es decir, del límite, un verdadero libre de lo falso, un bien libre del mal, una vida inmortal.
El resultado agnóstico de la dialéctica trascendental de Kant
----------La crítica kantiana de la razón parecería ser totalmente ajena a la problemática teológica de si Dios es o no es el principio del mal. Kant de manera muy simplista, típica del racionalismo iluminista, se limita a constatar que todo hombre es pecador, por lo cual el origen del pecado debe ser atribuido solamente al hombre (La religión dentro de los límites de la mera razón, Alianza Editorial, Madrid 1981).
----------Pero como el hombre está dotado de razón y libre voluntad, poniendo en práctica los dictámenes de la razón, con su buena voluntad, puede hacer triunfar en él el bien sobre el mal. Todo está aquí.
----------La dialéctica trascendental, por su parte, hace que, según Kant, la razón especulativa se engañe a sí misma para probar a posteriori o por causalidad la existencia de Dios, porque la razón, partiendo de la experiencia sensible, no llega a trascender los fenómenos para elevarse a lo suprasensible y al mundo del espíritu. Con todo esto, Kant no negaba en absoluto la existencia y la dignidad del espíritu y de la persona, como lo atestigua su interés por los valores del espíritu: la autoconciencia, la razón, el intelecto, la verdad, el ideal, el pensamiento, la ciencia, la voluntad, la libertad, la ley moral, La virtud, la filosofía.
----------Lo que sorprende y que deja perplejos es cómo Kant pudiera tener sus certezas morales, sin el soporte de la razón especulativa, tanto que uno se viene a preguntar si las certezas morales kantianas, que se presentan en la vestimenta de la absoluta obligatoriedad, de la universalidad, del carácter incondicional y de la necesidad, y por tanto eternas e inmutables, privadas de cualquier razón externa o trascendente, sean certezas fundadas y objetivas verdaderamente, o no más bien efecto de un inflexible voluntarismo subjetivo.
----------Por otra parte el Dios de Kant, aunque postulado por la razón práctica, no es un Dios real y personal, creador del hombre, un Dios que habla al hombre en Cristo revelándole el misterio de su ser y su voluntad salvadora sobre el hombre y le da los medios de la gracia, sino que es un ente de razón, la idea suprema de la razón, que unifica todo el sistema de las ideas de la razón, ciertamente una entidad suprema y espiritual, pero que no trasciende la razón y por tanto no es en absoluto su causa creadora, como conviene al verdadero Dios.
----------De esta manera, en Kant la razón toma el lugar de Dios como razón de la existencia humana y regla del obrar humano. De aquí el total desinterés y más aún, el desprecio, típico del iluminismo masónico por los contenidos de la fe cristiana, considerados una pueril mitología, cuentos ridículos o absurdos y a lo sumo los símbolos de la verdad de la razón y de la filosofía.
----------Pero si la razón especulativa en intentar demostrar la existencia de Dios permanece para Kant atrapada en una irresoluble dialéctica, ¿cómo no ver en el Dios de la dialéctica un Dios sofista o cabalista o böhmiano del sí y del no, un Dios del bien y del mal? ¿Y qué es este Dios sino el Dios de la Cábala? Aunque este Dios se puede deducir también de la sofística y del escepticismo griegos, que probablemente Kant tiene ante sí.
----------Así el cabalista Hegel también tiene en cuenta a Kant. La dialéctica hegeliana es una sublimación y una sacralización de la dialéctica trascendental de la cual habla Kant a propósito del problema de la existencia de Dios. Hegel transforma en ciencia la dialéctica, más aún, pone la dialéctica en Dios mismo, mientras que Kant seguía entendiendo la dialéctica en su sentido aristotélico como oposición de opiniones contrarias sin que fuera decisible la elección entre el sí y el no.
----------En la escatología kantiana todavía es admitida una separación entre justos e injustos en la ultratumba. En cambio, Hegel, en virtud de su panteísmo del Dios todo en todos o del Dios Uno-Todo, del Dios-mundo, autor del bien como del mal, extiende a la entera humanidad y a Dios mismo la condición del justus et peccator que Lutero reservaba solamente a los creyentes como los concebía él. La visión balthasariana del paraíso del cielo y del infierno internos a Dios tiene aquí su primer inicio.
----------Así Hegel reconoce, ciertamente, la existencia de la dialéctica trascendental de la que habla Kant. Sin embargo, para él no existe y no es necesario que exista un saber del puro sí opuesto al no, que deba superar la oscilación entre sí y no típica de la dialéctica. Para Hegel el saber mismo, de hecho la ciencia absoluta, la misma ciencia divina, es dialéctica, porque para Hegel el sí no excluye el no, sino que lo incluye. Para él no hay un tercero excluido, sino que también el tercero está incluido.
----------La verdad en Hegel no está en la afirmación del sí excluyendo el no, sino en la conjunción del sí con el no. Pero esto, como es sabido, es precisamente lo que Cristo prohíbe llamándolo "servir a dos señores". En cambio, Hegel lo hace el principio de la ciencia y lo pone incluso en Dios mismo. Por eso para Hegel, según el principio cabalístico, que luego corresponde exactamente a la sofística y al escepticismo protagóreo ya refutado por Aristóteles, en Dios está el ser y la nada, lo verdadero y lo falso, el bien y el mal.
----------Por lo tanto, Dios existe y no existe, es conceptualizable y no es conceptualizable, es bueno y malo, hace el bien y hace el mal, es veraz y mentiroso, es fiel e infiel, goza y sufre, es omnipotente e impotente y así sucesivamente. Esto para Hegel es el verdadero Absoluto, que según él ha sido exactamente intuido por Böhme. Esta es la "totalidad hegeliana", aquella que luego Bontadini llamará el "Entero", refiriéndose a Parménides, pero está claro que en el ser parmenídeo está implícita la totalidad panteista-nihilista hegeliana.
----------En cuanto a Hegel, para él Dios no es un simple afirmarse, sino que es ponerse y negarse y es un vencer la oposición a sí mismo. El Dios de Hegel surge de la dialéctica trascendental de Kant, el cual deja indeciso si Dios existe o no existe, puesto que para él la razón, ante la cuestión de la existencia de Dios, se enreda en una perplejidad dialéctica, de la cual no alcanza a salir.
----------Pero así como el sí y el no son divinos, Dios permanece por esencia oposición del sí y del no. La reafirmación de sí después de la autonegación o la alienación no quita la polaridad del no, porque también ella es divina: es Dios contra Dios. Por lo tanto, la inmutabilidad de Dios debe incluir el teísmo y el ateísmo, que se complementan en el panteísmo en una identidad de Dios con el mundo.
Breve digresión acerca de Romano Guardini
----------Antes de pasar a la última nota de esta serie, incluyamos aquí un breve excursus a raíz de una pregunta de un lector acerca de si esta dialéctica hegeliana, con la raíces que hemos ya individuado, puede o no ser advertida en la tesis de las "oposiciones polares" de la cual habla Romano Guardini, y de la cual también el papa Francisco se ha hecho eco en repetidas ocasiones.
----------Por ejemplo, en el discurso a los participantes en un congreso organizado por La Civiltà Cattolica y la Georgetown University, el 27 de mayo de 2023, el Santo Padre ha dicho: "El arte es el terreno fértil en el que se expresan las 'oposiciones polares' de la realidad (R.Guardini, La oposición polar. Ensayo para una filosofía del concreto viviente, Brescia, Morcelliana 1977), las cuales requieren siempre un lenguaje creativo y no rígido, capaz de transmitir mensajes y visiones potentes".
----------Guardini, por su doctrina de los opuestos, efectivamente tomó inspiración de Hegel, pero su metafísica no tiene nada que ver con la de Hegel, fundada en la identidad entre ser y nada, como hemos visto. Guardini en cambio, era un católico y su concepción del ser estaba por tanto basada en la Biblia, donde el ser en su absolutez es Dios mismo, bondad infinita.
----------En cambio, el tema que le interesaba a Guardini son las palabras que encontramos en el Libro del Sirácida: "Todas las cosas están en pareja, una frente a la otra, Él no ha hecho nada incompleto" (Sir 42,24). Por tanto, no se trata aquí de los contradictorios, como en Hegel, sino de los contrarios. Y Guardini da algunos ejemplos: el varón y la mujer, el día y la noche, el calor y el frío, lo pequeño y lo grande.
----------Donde Guardini nos produce algunas dificultades es en el problema de los conflictos humanos. Reconoce realisticamente que son inevitables, prospecta la posibilidad de verlos en un sentido positivo considerando la tensión entre los dos polos como superación de la conflictividad, que, sin embargo, permanece.
----------Debo decir francamente que esta concepción está efectivamente ligada a Hegel y parece negar la posibilidad de la reconciliación (como ya he sugerido en otros artículos de este blog).
----------Digamos entonces que, si queremos interpretar en este tema benévolamente a este eximio filósofo y teólogo del siglo pasado en sentido propiamente católico, que probablemente Guardini se esté refiriendo aquí exclusivamente a la vida presente, a la vida terrena, donde bien sabemos que, como consecuencia del pecado original, la conflictividad nunca es posible de superar del todo. Sin embargo, francamente, parece ignorar la prospectiva escatológica que implica la plena resolución de los conflictos.
No lo cito de memoria, pero creo recordar que Balthasar escribió que la gracia se refleja en el rostro. Si recuerdo en qué libro lo escribió, lo citaré exactamente.
ResponderEliminarPodría ser en "Gloria. Una estética teológica"
EliminarEstimado Jorge,
Eliminarme gustaría que me informara brevemente sobre esta doctrina de Von Balthasar.
Jorge: Un teólogo, por muy ilustre que sea, que dice, según recuerdo, que el infierno está vacío..., yo no lo considero teólogo en absoluto... Demasiados sabios ostentan un orgullo insano en la pretensión de describir a Dios...la gracia se refleja en las acciones y en la elección de vida de quien ha encontrado verdaderamente al Cristo Resucitado.
EliminarRosa, esto es lo que dijo Hans Urs von Balthasar sobre el tema al que usted se refiere: "Se han tergiversado repetidamente mis palabras en el sentido de que, quien espera la salvación para todos sus hermanos y todas sus hermanas, 'espera el infierno vacío' (¡qué expresión!). O en el sentido de que quien manifiesta semejante esperanza, enseña la 'redención de todos' (apokatastasis) condenada por la Iglesia, cosa que yo he rechazado expresamente: estamos plenamente bajo juicio y no tenemos ningún derecho ni ninguna posibilidad de conocer por adelantado la sentencia del juez".
EliminarEstimado Jorge,
Eliminarle hago presente que Von Balthasar sostiene que todos se salvan. Por consiguiente eso corresponde exactamente a decir que el infierno está vacío. En efecto, si todos están en el paraíso del cielo, ¿qué queda para el infierno?
Padre: Balthasar espera que todos se salven, "esperar para todos" ¿es un error, es culpable?
EliminarEstimado Jorge,
Eliminarle hago presente que, según el dogma católico, objeto de la virtud de la esperanza (teologal) no es la salvación de la humanidad, sino mi salvación personal, porque cada uno tiene su responsabilidad: yo elijo por mí mismo, pero no puedo elegir en lugar de otro, lo cual también Dios deja libre a todos para hacer su propia elección.
"Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento". 1Timoteo 2,1-7.
ResponderEliminar"El amor [...] todo lo espera".
Eliminar"Ut Deus et Dominus noster illuminet corda eorum, ut agnoscant Iesum Christum salvatorem omnium hominum.
EliminarOremus. Flectamus genua. Levate.
Omnipotens sempiterne Deus, qui vis ut omnes homines salvi fiant et ad agnitionem veritatis veniant, concede propitius, ut plenitudine gentium in Ecclesiam Tuam intrante omnis Israel salvus fiat. Per Christum Dominum nostrum. Amen."
"Este texto deberá ser utilizado, a partir de este año, en todas las celebraciones de la liturgia del Viernes Santo con el citado Missale Romanum". Benedicto XVI.
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EliminarEsperar que todos se salven puede parecer una esperanza utópica, pero es cristiano y lícito esperarlo.
Estimado Jorge,
Eliminaren cuanto a la cuestión de si el infierno está vacío o no está vacío, yo sé que Von Balthasar ha negado haber dicho nunca que el infierno esté vacío, pero entonces ¿qué quiere decir con esas palabras? ¿Qué es lo que él ha explicado sobre la escatología católica?
Para entender la soteriología y escatología balthasariana, considero que lo mejor (como lo digo en mi artículo) es ir al estudio sobre Von Balthasar hecho por el ilustre teólogo argentino, Ignacio Andereggen.
En un estudio que yo he hecho al respecto cito a este autor, y pronto publicaré mis apuntes en este blog.
Ahora bien, según el análisis hecho por Andereggen, la posición de Von Balthasar es la siguiente: Cristo, para salvarnos, ha asumido no solo la pena de los pecados, sino también la pena del infierno, lo que evidentemente supone la culpa del pecado.
Ahora bien, como para salvarnos debemos unirnos a Cristo, entonces eso significa que todos nos salvamos yendo al infierno con Cristo.
En este punto, como Cristo resucitó del infierno, también todos nosotros resucitamos con Cristo del infierno y vamos al cielo.
Por consiguiente, cuando Von Balthasar niega haber dicho que el infierno está vacío, quiere decir que en realidad está lleno, porque para salvarnos a todos con Cristo debemos ir al infierno, porque solo a este precio resucitaremos en el cielo. Lo que significa que nosotros somos salvos del pecado, no solo por la pena, sino también por el pecado mismo.