El último punto de doctrina que examinaremos, y en el que algunos ven en el Concilio Vaticano II una ruptura con el pasado, es su doctrina acerca del ecumenismo con los cristianos no-católicos. Como explicaremos, tampoco aquí no existe sino continuidad en el progreso y en la reforma. [En la imagen: una fotografía de la ocasión en que el papa san Paulo VI entrega al metropolitano ortodoxo Melitón de Heliópolis un decreto durante la sesión de diciembre de 1965 del Concilio Vaticano II. El decreto cancela las excomunicaciones que provocaron la ruptura entre las iglesias romana y ortodoxa nueve siglos antes].
----------También el tema del ecumenismo es uno de los puntos de doctrina del Concilio donde a algunos les parece encontrar una ruptura con el Magisterio del pasado. El cambio que salta a los ojos es la actitud de la Iglesia católica frente a los protestantes y a los disidentes orientales, los así llamados "ortodoxos", extraña denominación, como si la Iglesia católica, por la eminente rectitud de su fe, no fuera también ella, y de hecho aún más, "ortodoxa" que los cismáticos ortodoxos orientales.
----------La diferencia más evidente está dada por el hecho de que, por cuanto respecta a la relación con estos hermanos separados, el acento se ha trasladado desde la invitación apremiantemente y constantemente hecha a ellos en el pasado a retornar o a entrar al seno de la Iglesia católica, abandonando sus errores, a la propuesta a ellos hecha de un mejor conocimiento recíproco, sobre la base del arrepentimiento por los errores del pasado, para un recíproco perdón y un mejor conocimiento de las verdades de fe comunes, en la esperanza de la consecución de la "unidad", invocada constantemente en la plegaria al Espíritu Santo. El Concilio no recuerda ya a los hermanos separados sus errores, no los refuta, y no los invita a abandonarlos.
----------¿Qué quiere decir todo esto? ¿Que la Iglesia se ha equivocado al condenar esos errores? ¿Que en realidad existe ya la comunión, pero que lo que nos divide son sólo los equívocos? ¿Que Roma no ha sabido interpretar bien las posiciones de esto hermanos? ¿Que se debe ver simplemente lo diferente allí donde antes se veía lo contrario? ¿Que sea necesario parar de invitar a los hermanos separados a entrar en la Iglesia católica? ¿Que la Iglesia católica no tiene nada de más de lo que ya tienen las Iglesias separadas?
----------Responder afirmativamente a estas preguntas querría decir no haber entendido absolutamente nada del verdadero ecumenismo enseñado por el decreto Unitatis redintegratio, dedicado por el Concilio precisamente al ecumenismo. En efecto, veamos lo que realmente dice este decreto y comentémoslo.
----------En primer lugar, tenemos una nueva e importante distinción entre comunión perfecta con la Iglesia y comunión imperfecta. Tengamos presente que la distinción precedentemente usada en la apologética era entre "Iglesia verdadera" e "Iglesia falsa", una distinción que no había entrado nunca en el lenguaje del Magisterio, por más que sin embargo se le había permitido libre curso. La vieja distinción tenía el defecto que daba la impresión que en la Iglesia "verdadera" todo fuera correcto, mientras que en la "falsa" todo fuera equivocado. Bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu.
----------Dice el Concilio: "Los hermanos separados que creen en Cristo y han recibido debidamente el bautismo, están constituidos en una cierta comunión, si bien imperfecta, con la Iglesia católica" (Unitatis Redintegratio, n.3). Aquí viene enunciado el principio según el cual los cristianos disidentes, desde su nacimiento, no están "excomulgados", sino que se hallan en una comunión imperfecta.
----------La famosa abolición de la excomunión recíproca entre Roma y Constantinopla en tiempos de san Paulo VI y del Patriarca Atenágoras, más que un acto jurídico, fue un hecho moral, es decir, la toma de conciencia de que la generación de cristianos entonces existente no se encontraba bajo la jurisdicción del decreto de 1054, el cual afectaba solo a la generación de aquel siglo XI. La excomunión normalmente es ad personam, no se transmite de generación en generación, aunque es cierto que quien repite el gesto de alguien que está excomulgado por lo general o normalmente también está excomulgado -pensemos en la excomunión latae sententiae- pero no siempre necesariamente, porque la excomunión es un procedimiento o medida pastoral sujeta a muchas modalidades diferentes y que puede ser siempre suspendida a arbitrio de la autoridad. Palabras similares ha dicho Benedicto XVI por cuanto se refiere a los protestantes de hoy.
----------La excomunión permanece para los católicos que se rebelan contra la Iglesia. Mientras la excomunión supone una culpa, el estado de separación de los hermanos alejados se presume generalmente en buena fe y por tanto no culpable. De aquí la practicabilidad del diálogo ecuménico, mientras que se da dificultad, a veces insuperable, de comunicar con el excomulgado, porque es él mismo el que no quiere comunicarse, al menos en las condiciones puestas por la Iglesia. Por lo demás, un católico puede ser rebelde y espiritualmente hostil a la Iglesia, aunque no se le haya impuesto ningún decreto de excomunión. Así como puede existir también una excomunión injusta. De ésta, dice santo Tomás, el excomulgado no debe preocuparse.
----------Tenemos aquí una innovación: antes del Concilio no existía este concepto de "comunión imperfecta", sino que los disidentes eran simplemente excomulgados. No se daban grados de comunión, sino que o se estaba en comunión y entonces se era católico, o se era disidente, y entonces se era excomulgado, o sea privado de cualquier comunión. ¿Se tiene aquí ruptura con la Tradición? No, se da progreso, o sea un concepto más articulado de la relación entre católicos y no-católicos, un concepto que responde más a la realidad en sus variados grados y matices, que por tanto responde más a la justicia y a la caridad requerida por el Evangelio.
----------Para tratar de explicar esto, se podría dar un ejemplo de tipo biológico tomado de las mismas palabras de Nuestro Señor: un sarmiento puede estar más o menos separado de la vid y todavía en alguna medida unido a ella. Pero si el desgarro es completo entonces el sarmiento se convierte en separado del todo. La visión pre-conciliar consideraba solamente el sarmiento totalmente desconectado de la vid y tenía poca consideración de aquel sarmiento que en cambio permanecía en alguna medida unido a la vid.
----------El Concilio pasa luego a elencar los valores comunes "ecuménicos". Por cierto, un error del post-concilio (¡no del Concilio!) ha sido el de reducir el catolicismo al ecumenismo, como ha hecho por ejemplo Karl Rahner, quien propuso revisar el concepto de catolicismo en el sentido de que la Iglesia considere como dogmas universales del cristianismo solo los dogmas comunes a católicos y protestantes. Los protestantes estarían entonces dispensados de aceptar los dogmas del catolicismo. Esto supone evidentemente el falso principio de que el ecumenismo es un fin en sí mismo y no debe ser practicado por los católicos con la esperanza de que los hermanos separados entren en la Iglesia católica.
----------Decíamos que el Concilio Vaticano II, en el decreto Unitatis redintegratio, enumera los valores comunes "ecuménicos": "De entre el conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto visible de la Iglesia católica, como la Palabra de Dios escrita, la vida de la gracia, la fe, la esperanza y la caridad, y algunos dones interiores del Espíritu Santo y elementos visibles; todo esto, que proviene de Cristo y a Él conduce, pertenece por derecho a la única Iglesia de Cristo" (Unitatis redintegratio, n.3). "El Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de las comunidades separadas como instrumentos de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que ha sido confiada a la Iglesia católica" (Ibid.).
----------Pero esto no impide al Concilio reafirmar el tradicional primado del catolicismo: "Solamente por medio de la católica Iglesia de Cristo, que es el instrumento general de la salvación, se puede obtener toda la plenitud de los medios salvíficos" (Ibid.). Sin embargo, como hemos visto en notas precedentes de esta serie, Dios salva también a quien en buena fe y sin culpa suya no posee en plenitud estos medios. En efecto, tales medios son en sí mismos carentes, porque carecen de cuanto se encuentra en el catolicismo; y sin embargo, si ellos son usados sin culpa o sea con ignorancia invencible, Dios los utiliza para salvar. Esto por lo tanto no tiene nada que ver con el indiferentismo, como temen algunos, sino que está en plena línea con la Tradición, que conoce ya, como hemos visto, la posibilidad de salvación en caso de ignorancia invencible. Por lo tanto, tenemos aquí una explicitación del dato tradicional aplicado al problema y a la situación de los hermanos separados.
----------El Concilio insiste ulteriormente con la máxima claridad en estos términos: "Creemos que el Señor entregó todos los bienes de la Nueva Alianza a un solo colegio apostólico, a saber, el que preside Pedro, para constituir un solo Cuerpo de Cristo en la tierra, al que tienen que incorporarse totalmente todos los que de alguna manera pertenecen ya al Pueblo de Dios" (Ibid.).
----------Ahora bien, debe notarse claramente que en esta declaración, introducida por el término "creemos", que es precisamente la nota de la definición dogmática, encontramos, por un lado, una primera parte que es la repetición de una verdad ya definida, pero, por otro lado, la segunda parte constituye la novedad de la enseñanza conciliar de la cual ya hemos hablado (comunión imperfecta - comunión perfecta).
----------Importantísima precisión, demasiado frecuentemente olvidada incluso por órganos oficiales, para la correcta actuación del ecumenismo: éste tiene el propósito último de conducir a los hermanos separados al seno de la Iglesia, lo que tradicionalmente se llama "obra de la conversión". En su actividad ecuménica el católico no debe tergiversar, vacilar, dar vueltas sin sentido o girar en el vacío, sino que, asistido por ese mismo Espíritu que también estimula a los hermanos separados, debe esperar, preparar y aprovechar la circunstancia favorable para invitarlos a entrar en la Iglesia católica.
----------El ecumenismo también requiere un espíritu de humildad y de conversión, que no significa poner en duda las verdades de fe, sino poner en discusión el propio comportamiento hacia las exigencias prácticas de las verdades de fe: "La Iglesia peregrina está llamada por Cristo a una perenne reforma, de la que la Iglesia misma, en cuanto institución humana y terrena, tiene siempre necesidad, hasta el punto de que si algunas cosas, tanto en las costumbres como en la disciplina eclesiástica, y también en el modo de exponer la doctrina -lo cual debe cuidadosamente distinguirse del mismo depósito de la fe- han sido observadas menos cuidadosamente, se restauren en el tiempo oportuno recta y debidamente" (Ibid., n.6).
----------El Concilio es severo contra ciertas actitudes lamentablemente extendidas, las cuales, a causa de un necio buenismo, omiten o minimizan los errores de los hermanos separados en nombre de una falsa caridad: "Nada es tan ajeno al ecumenismo como el falso irenismo, que pretendiera desvirtuar la pureza de la doctrina católica y obscurecer su genuino y verdadero sentido" (Ibid., n.11).
----------Supuesta la circunstancia favorable, no se deben callar al hermano separado los puntos donde él se aleja de la verdad, aún cuando esto debe ser hecho con toda prudencia y caridad, en el momento y lugar adecuados. En efecto, el católico tiene el deber de conducirlo a esa plenitud de verdad que sólo se encuentra en la Iglesia católica. El camino puede ser largo y a veces puede parecer descorazonador, en ciertos casos será bueno hacer paradas y también largas: lo importante es tratar de avanzar en ello y en cualquier caso no olvidar nunca la meta última. Sobre este punto el Concilio está en perfecta línea con los métodos tradicionales de la corrección fraterna, así como de la obra de la evangelización y de la apologética.
----------Por esto también la tradicional defensa de las verdades católicas contra las críticas protestantes sigue siendo siempre de actualidad. De lo contrario se corre el riesgo, hoy no aleatorio, que sedicentes católicos se sientan en el deber de asumir las críticas protestantes confundiéndolas por católicas, y convencidos de estar en ello "aggiornados" y de ser "modernos".
----------Otro importante principio innovador está vinculado al concepto del pluralismo: "puesto que en el Oriente y en el Occidente se han seguido métodos y perspectivas diferentes en la investigación de la verdad revelada, para llegar al conocimiento y a la exposición de las cosas divinas, no hay que sorprenderse, pues, que algunos aspectos del misterio revelado a veces se hayan percibido de modo más adecuado y se hayan puesto con mejor claridad por unos que por otros, de manera que se puede declarar entonces que las diversas fórmulas teológicas, más bien que oponerse entre sí, se completan y perfeccionan unas a otras" (Ibid., n.17).
----------Pero también aquí lamentablemente se ha equivocado en la interpretación de este pasaje, cayendo en la idea de que el cristianismo completo sea la recolección caótica o la agrupación de todas las confesiones cristianas, todas igualmente en un pie de paridad y partes integrantes, cada una con su indispensable función, de la religión cristiana. Encontramos estas ideas por ejemplo en Edward Schillebeeckx (expone estas ideas en su libro Los hombres, relato de Dios, Ediciones Sígueme, Salamanca 1995).
----------Referencia especial es reservada a los disidentes orientales, más cercanos a los católicos que los protestantes: "En cuanto a las auténticas tradiciones teológicas de los orientales, hay que reconocer que radican de una modo manifiesto en la Sagrada Escritura, se fomentan y se vigorizan con la vida litúrgica, se nutren de la viva tradición apostólica y de las enseñanzas de los Padres orientales y de los autores eclesiásticos hacia una recta ordenación de la vida; más aún, tienden hacia una contemplación cabal de la verdad cristiana" (Ibid., n.17).
Un tema interesante, Padre, gracias por publicarlo.
ResponderEliminarEstimada Teresa,
Eliminarle invito, entonces, a seguir leyendo las siguientes dos partes, para tener una idea completa de lo que quiero expresar.
Obviamente, no hay ninguna mención de la Revolución Colorida con el anexo del golpe de estado en Kiev organizado por las grandes finanzas judías en USA!? Ninguna vaga alusión a Rusia, circundada por todos lados por las armas de la OTAN? Ninguna mención de la acción del Patriarca de Moscú Kirill y su pleno apoyo a Putin? Etc.... Respetuosamente...
ResponderEliminarEstimado Vicente,
Eliminarle invito a leer el artículo, lo que no puede haber hecho, al menos si se ve la tempestividad de su comentario.
Le invito además a leer otros artículos de mi blog, donde he tratado abundantemente sobre la guerra en Ucrania, la situación de Rusia, y la actitud del patriarca Kiril.
Estimado padre Filemón, en primer lugar gracias por la respuesta. En estos tiempos malos tan sólo eso es una gran buena señal. Volvamos a lo específico. He leído y releído. Y no encuentro ninguna referencia a la avalancha de dinero que las finanzas judías invirtieron para llevar al poder a Zelensky, un judío askenazita, como Soros, Anthony Blinken, secretario de estado de los Estados Unidos y el esposo de Chamala Harris, vicepresidente de los Estados Unidos. NO SE DICE NADA SOBRE LA MALÉVOLA ACCIÓN DE KLAUS SCHWABB ROTHSCHILD, SEÑOR DE DAVOS Y PROFETA DEL TRANSHUMANISMO. Esta dramática crisis confirma los trágicos resultados de las diversas divisiones cristianas entre ortodoxos, fieles a Moscú; Ortodoxos, fieles a Constantinopla, UNIATAS vinculados a Roma y católicos del oeste de Ucrania etc pero ¿quién se ha beneficiado de esta explosiva situación in re ipsa? ¿QUIÉN NO QUIERE UN COMPROMISO POSIBLE? ¿QUIÉN QUIERE SEPARAR A EUROPA DE RUSIA? ¿QUÉ POLÍTICOS QUIEREN LA TERCERA GUERRA MUNDIAL Y BASÁNDOSE EN QUÉ PENSAMIENTO POLÍTICO? Respetuosamente.
EliminarEstimado Vicente,
Eliminarconcuerdo con sus consideraciones. En otros artículos de mi blog he expresado también la opinión de que en la pobre Ucrania se han concentrado muchas fuerzas hostiles entre sí: además del secular conflicto entre Uniatas y Ortodoxos, los Ortodoxos están divididos entre ellos, y también entre los católicos ucranianos hay división entre los modernistas filo-occidentales y los tradicionalistas que son filo-rusos. Además, creo que hay también una gran influencia de las finanzas internacionales masónico-sionista, dividida en dos tendencias en competencia entre sí, una filo-americana y la otra filo-rusa.
Comparto plenamente su análisis. Y sigo opinando que en este caso concreto, ¡el agresor es Biden! Elegido por los Potentados de EE.UU., precisamente para hacer la guerra a Rusia y derrocar al odiado Putin, que obstaculiza el Plan de los Globalistas. Un cariñoso saludo.
EliminarEstimado Vicente,
Eliminarmi sospecha es que los Estados Unidos están tratando de debilitar a Rusia al promover el crecimiento de la OTAN.
Me parece que estamos presenciando a nivel mundial lo que está ocurriendo en la Iglesia, es decir, un enfrentamiento entre progresistas, vale decir Occidente, y los tradicionalistas, vale decir Rusia.