Es necesario que nosotros, los católicos, que queremos realizar sinceramente todo lo que este nombre santo significa, en sincera comunión entre nosotros, en espíritu de sinodalidad, en la plena comunión con el Papa, en la libertad y parresia de los hijos de Dios, en escucha de los impulsos del Espíritu Santo, hagamos plena obra católica al llamar a nosotros y a la plena y sincera comunión con nosotros y con la Iglesia, a nuestros hermanos cismáticos, sean reconocidos o no sean reconocidos como tales, ya sean ellos indietristas o modernistas, lefebvrianos o rahnerianos, en torno a esa unidad de fe y de disciplina que solo puede ser asegurada por la fidelidad al Magisterio viviente de la Iglesia, una, santa, católica y apostólica.
----------Uno puede ser cualificado como excomulgable sin estar jurídicamente excomulgado. Se puede estar de hecho con las propias ideas y comportamientos fuera de la verdadera comunión con el Papa, sin haber sido excomulgados oficialmente. Se puede fingir estar en comunión con el Papa, lisonjearlo, adularlo, repetir como loro cada palabra suya cuando llega la ocasión, utilizarlo e instrumentalizarlo, e incluso tramar y actuar a escondidas de él, sin una sincera comunión con el Papa. Estos son precisamente los modernistas y los falsos implementadores del Concilio Vaticano II. Son los que se consideran los primeros de la clase.
----------El Papa, por su parte, dada la situación de irremediable dictadura modernista (el llamado "pensamiento único"), debe poner, como suele decirse, a mal tiempo buena cara, dado que no tiene la fuerza o bien no encuentra fructuoso ni conveniente excomulgar a todos los que a rigor del derecho canónico, merecerían ser excomulgados. Y estando así las cosas, como he dicho, debe tratar de jugar bien con mala mano, que no quiere decir más que tratar de sacar lo mejor de una mala situación.
----------Acerca de algunos falsos devotos, el Papa no siempre está suficientemente informado respecto al daño que hacen; otros, astutísimos lo engañan; a otros prefiere soportarlos y los tolera por el hecho de que, junto a sus errores, poseen buenas o incluso excelentes cualidades con las cuales pueden colaborar con él para el bien de la Iglesia, al menos en ciertos ámbitos. Con algunos es demasiado indulgente.
----------En efecto, es necesario tener presente que el excomulgado o el excomulgable no es el apóstata o el ateo o el blasfemo o el impío o el materialista o el satanista, que vive como una bestia inmerso en vicios o actúa al servicio del diablo, aunque indudablemente está bajo su influencia, pero no obstante esto, conserva cualidades humanas, morales y espirituales que lo hacen apto desde este punto de vista para servir todavía a la Iglesia.
----------Lo que quiero decir es que, por un lado, el rebelde, el fariseo y falso devoto hace daño, pero por otro lado, sigue haciendo el bien, al menos en ciertos ámbitos. Por eso la excomunión es una medida o praxis jurídica de la cual el Papa o el Obispo se vale en tiempos debidos y en ciertas circunstancias, con mucha prudencia y discreción, calculando cada vez, caso por caso, si es mejor intervenir o no intervenir sobre alguien que causa daño y cuánto a la Iglesia o rechaza la plena comunión con él.
----------A partir del Concilio Vaticano II hemos asistido, por una parte, a la gradual realización por parte de la Iglesia de las reformas iniciadas por el Concilio y, por otra parte, al surgimiento y consolidación de dos movimientos cismáticos antitéticos que se han separado de la Iglesia en dos direcciones que son opuestas: uno, el de los rahnerianos, dando a entender que Rahner es el intérprete del progreso eclesial promovido por el Concilio; el otro, el iniciado por Mons. Lefebvre, que creyendo descubrir en nombre de la tradición en las doctrinas conciliares un influjo modernista, se ha opuesto abiertamente al modo con el cual los Papas del postconcilio han guiado a la Iglesia por el camino indicado por el Concilio.
----------Ahora bien, hay que reconocer que de cierto modo, tanto los rahnerianos como los lefebvrianos, llevan adelante valores católicos, los primeros en la línea del progreso, los segundos, en la línea de la tradición; los primeros, atentos al cambio; los segundos, a lo inmutable; los primeros, atentos a la diversidad y al pluralismo; los segundos, a la unidad y a la universalidad; los primeros, atentos a los valores de la modernidad y de la común humanidad; los segundos, hostiles frente a los errores de la modernidad; los primeros han ampliado los horizontes de la libertad y de la misericordia; los segundos nos recuerdan que, aunque Dios quiera que todos se salven, de hecho no todos se salvan; encontrándonos todavía en la condición de la naturaleza caída, todavía existen los castigos divinos, siguen siendo nuestro deber la expiación de los pecados y las prácticas ascéticas; la Iglesia debe en ocasiones ejercer su poder coercitivo y los Estados todavía tienen el derecho-deber de defender sus legítimos intereses con el uso de las fuerzas armadas.
----------Pero también hay que decir a clara letra que tanto rahnerianos como lefebvrianos carecen de algunos valores católicos, por lo cual entrambos, teniendo un concepto deficiente de la Iglesia y del catolicismo, no están en plena comunión con la Iglesia y con el Romano Pontífice. Es decir, son cismáticos de hecho, y por tanto, en línea de principio, excomulgables, aunque la Iglesia haya declarado la excomunión solo para los lefebvrianos y no para los rahnerianos. Pero estos últimos abrazan herejías de carácter gnoseológico, teológico, cristológico, trinitario, sacramental, escatológico y eclesial ya condenadas por la Iglesia.
----------La Iglesia es indulgente y tolerante frente a los rahnerianos por el hecho de que actualmente ellos ocupan en la Iglesia puestos de poder tales, por lo cual una acción disciplinaria contra ellos parece desaconsejable y contraproducente, por lo cual conviene a la Iglesia soportarlos, apreciar sus lados positivos y llevar a cabo frente a ellos una paciente labor de persuasión tendiente a hacer que se den cuenta de la corrupción de las costumbres, de las divisiones y de las apostasías que causan la puesta en práctica de sus ideas, y, por tanto, que se den cuenta de no ser ellos la punta de avanzada de la Iglesia, sino que lo son los fieles que actúan verdaderamente y en plenitud las reformas conciliares entendidas no en su interpretación modernista, sino en el sentido correcto, indicado por los Papas del postconcilio.
----------Los fieles que son plenamente y verdaderamente católicos, que no insultan al Papa como si fuera un hereje, pero que ni siquiera, fingiendose devotos del Papa, desobedecen al Magisterio sosteniendo que puede equivocarse, aquellos católicos que actúan plenamente la comunión con la Iglesia y con el Papa en la verdadera realización de las reformas conciliares, son los que realizan el verdadero y legítimo pluralismo eclesial y no el desordenado y conflictivo de los modernistas rahnerianos.
----------Este legítimo y constructivo pluralismo, expresión de verdadera libertad, efecto de los diversos dones del Espíritu Santo, fautor de diálogo fraterno y constructivo y de recíproca colaboración, de concordia, de unidad y de paz, en el respeto de las diversidades, hecho de sinceridad, justicia y misericordia, avanzando hacia el Reino siguiendo el surco de la tradición, es ese pluralismo que resulta de la conjunción y colaboración de los dos naturales procesos comunitarios fisiológicos del dinamismo eclesial, propios de la vida, que son el acto de conservar-custodiar y el acto de progresar-renovar.
----------El viviente como tal tiene dos necesidades fundamentales; conservar la propia identidad y hacer crecer y expandir la propia existencia. En la Iglesia la primera exigencia es satisfecha por la tradición, la segunda por el progreso. Por lo tanto, tradición y progreso deben converger juntos el uno hacia el otro por el bien del Todo.
----------A cada católico se le da la facultad, según su propio carácter, sus inclinaciones o los particulares dones o talentos recibidos de Dios, de elegir entre la orientación progresista y la tradicionalista. Lo importante es entender estos dos valores como los entiende la Iglesia; por tanto, debe ser rechazado el tradicionalismo lefebvriano, que es inmovilismo, rigidez e indietrismo; y debe ser rechazado el progresismo rahneriano, que es modernismo, subversión, herejía, infidelidad, destrucción. Se trata de unir y no contraponer lo inmutable a lo mutable, lo eterno a lo temporal, lo humano a lo divino según el misterio de la Encarnación.
----------Podemos dar, entre otros posibles, dos nombres paradigmáticos de dos teólogos contemporáneos a nosotros, uno progresista y el otro tradicionalista, entrambos en el sentido auténticamente católico: Jacques Maritain y el Siervo de Dios Tomás Tyn. Somos libres de reunirnos en torno a uno u otro, como prefiramos, como nos dicta nuestra sensibilidad. En este ámbito, de auténtico catolicismo (progresista o tradicionalista) es posible y debido hablar del tan manido tema hoy del "respeto por las diferentes sensibilidades", pues aquí se trata de sensibilidades católicas. Lo cual no es el caso del falso progresismo rahneriano y del falso tradicionalismo lefebvriano, pues en estos casos no estaríamos respetando sensibilidades legítimas, sino que estaríamos respetando posturas cismáticas e ideologías heréticas.
----------Los maritainianos podrán influir sobre los modernistas, porque saben reconocer sus valores. Los tynianos podrán influir sobre los lefebvrianos porque saben reconocer sus valores; y al mismo tiempo podrán los unos y los otros trabajar juntos por la paz y la conciliación entre las dos corrientes hoy cismáticas y heréticas, lefevriana y rahneriana, a fin de que se conviertan de sus errores, y así todos, en la plena comunión con la Iglesia y con el Romano Pontífice, conjugando progreso y tradición, como es justo, debido y necesario que sea, puedan vivir su fe de tal modo que la Iglesia viva, funcione y prospere según la voluntad de Cristo.
----------Es necesario que nosotros, los católicos, que queremos realizar todo lo que este nombre santo significa, en sincera comunión entre nosotros, en espíritu de sinodalidad, en la plena comunión con el papa Francisco, en la libertad y parresia de los hijos de Dios, en escucha de los impulsos del Espíritu Santo, ya sea que seamos tynianos o que seamos maritainianos, no importa, hagamos plena obra en el llamar a nosotros y a la plena y sincera comunión con nosotros y con la Iglesia, a nuestros hermanos cismáticos, sean reconocidos o no sean reconocidos como tales, no importa -prestemos atención a los hechos más que a las formas jurídicas-, ya sean ellos indietristas o modernistas, lefebvrianos o rahnerianos, en torno a esa unidad de fe y de disciplina que solo puede ser asegurada por la fidelidad al Magisterio vivo de la Iglesia, que desde hace ocho siglos recomienda a santo Tomás de Aquino como Doctor Común de la Iglesia, pero santo Tomás en los términos en los cuales él es recomendado y propuesto como ejemplo por el Concilio Vatiano II.
----------Solo en estas condiciones podemos esperar superar esta situación de interna conflictividad eclesial, que nunca se ha verificado con esta gravedad en toda la historia de la Iglesia. Pongámonos todos a la escucha del Espíritu con espíritu sinodal y obediencia al Papa y encontraremos los caminos de la paz y de la concordia.
Estimado padre Filemón de la Trinidad:
ResponderEliminar¿me permite decirle que, con todo el respeto necesario, este Pontificado no me agrada en absoluto?
Estimado Alejandro,
Eliminarun Pontificado no debe agradar o no agradar, como a nosotros puede agradarnos un helado o una copa de vino, o como puede agradar a algunos un helado de crema y chocolate y a otros uno de frutilla.
Lo que intento decir que un Pontificado no debe ir al encuentro de nuestros gustos, sino que lo que debe hacer un Pontificado es indicarnos el camino de la salvación, aunque esto le cueste a nuestro egoísmo y aunque un Papa no carezca de defectos humanos, como le ocurre a todo hijo de Adán.
Por otra parte, usted me pregunta si le es permitido decir lo que ha dicho: que este Pontificado no le agrada.
Pues bien, su actitud hacia el Papa, antes que ser ofensiva para el Papa, es perjudicial y dañosa para usted mismo, porque su declaración me hace comprender que usted no sabe apreciar el servicio preciosísimo que el Papa le presta, que es el del "portero".
En efecto, el Papa, como ha querido Cristo, tiene en sus manos las llaves del Reino de los Cielos, por lo cual abre a quien puede entrar y cierra a quien no puede entrar.
Querido padre Filemón: que el Papa en las condiciones en que se encuentra la Iglesia (dictadura del modernismo), esté obligado a dar una buena apariencia, eso se ha visto también durante el pontificado de Benedicto XVI (y naturalmente también en los años de san Pablo VI).
ResponderEliminarY me parece que esto le ha sucedido al Papa no solo porque tiene que soportar a los modernistas, sino también porque tiene que soportar a los indietristas. A ambos. Y me refiero particularmente a los tiempos de Benedicto, cuando el Papa tenía que soportar a los indietristas de la desaparecida Comisión Ecclesia Dei (no daré nombres).
No me parece y no me consta que Benedicto, con su inteligencia y su equilibrio, haya estado de acuerdo con todo lo que en aquellos años salió de aquella Comisión y de la Congregación del Culto (creo que lo mismo le sucedió al papa Francisco con su anterior Prefecto del Culto). Tanto Benedicto como Francisco, los han tenido que soportar o, como dice usted, tratar de aprovechar el buen servicio que ellos podían prestar, cerrando los ojos y tapándose los oídos a todo lo malo que hacían.
Estoy de acuerdo con usted: el Papa hace lo que puede, intenta sacar lo mejor de una mala situación, o como dicen, tratar de jugar bien con la mala mano en sus cartas.
Querido Ernesto,
Eliminarcomparto tus observaciones.
En mi opinión, sería necesario promover lo más posible la acción conjunta de los maritainianos (sanos progresistas) y tynianos (sanos tradicionalistas), dirigida a iniciar un diálogo entre los pseudo-tradicionalistas y los pseudo-progresistas, que son los lefebvrianos y los modernistas, respectivamente, con el fin de sanar este doloroso y escandaloso conflicto que se arrastra desde hace sesenta años.
No pareciera que se trate de una cuestión de sensibilidades, de emociones sino de la fe de la Iglesia.
ResponderEliminarEse pretendido optimismo fundado en el progreso y la evolución se demostró deficiente. Le Iglesia siempre buscó volver a la norma del Evangelio.
En varias ocasiones la Iglesia intentó un diálogo con el mundo, claudicando solapadamente de sus legítimos reclamos, y no le fue bien. Las más recientes fueron:
1. El concordato de Pío VII con Napoleón en 1801. La intención fue indudablemente buena, que vuelva la restauración de la jerarquía católica en Francia. El resultado fue pésimo, la aceptación de los principios revolucionarios.
2. El ralliement.
3. Los acuerdos con México para finalizar la guerra cristera.
4. La Ostpolitik. La intención fue la misma. Restaurar la jerarquía de la Iglesia tras la cortina de hierro. A ese fenómeno advirtió el Cardenal Mindszenty que lo único que pasaría es que terminarían nombrando obispos a los candidatos del gobierno comunista.
El mundo, en cuanto mundo, rechaza el mensaje de Cristo. Y pretender dialogar con ese mundo que niega los principio básicos de la ley natural sin anunciar a Jesucristo no lleva a nada.
El mundo acepta dialogar cuando pretende ganar algo. En caso contrario, se niega al diálogo.
El anuncio de Cristo lleva al martirio (en sus diversísimas formas) o a la conversión.
Otro camino no viene del evangelio.
Estimado Ezequiel,
Eliminarrespondo a su intervención siguiendo sus mismos puntos:
1. "No pareciera que se trate de una cuestión de sensibilidades, de emociones sino de la fe de la Iglesia.
Ese pretendido optimismo fundado en el progreso y la evolución se demostró deficiente. Le Iglesia siempre buscó volver a la norma del Evangelio".
R. El deber de la Iglesia es, por una parte, conservar fielmente el depósito revelado y, por otra, conocerlo siempre cada vez mejor y progresar en su aplicación. Por lo tanto, la conservación y el progreso, lejos de oponerse entre sí, se reclaman mutuamente.
2. "En varias ocasiones la Iglesia intentó un diálogo con el mundo, claudicando solapadamente de sus legítimos reclamos, y no le fue bien".
R. Sabemos que a lo largo de la historia la Iglesia ha tratado con las potencias de este mundo no siempre con éxito, sino a veces también recibiendo daño. Por otra parte, Cristo ha venido para salvar al mundo, lo que supone que exista un mundo salvable. Sin embargo, este mundo salvable debe dejarse salvar, porque, si opone resistencia, está claro que no se puede salvar. Por consiguiente, a lo largo de la historia hay un mundo que acoge a Cristo y un mundo que se le opone. Existe también un mundo que combate a la Iglesia. A propósito de este mundo, Cristo nos dice: "Tened valor, yo he vencido al mundo".
3. "El mundo, en cuanto mundo, rechaza el mensaje de Cristo. Y pretender dialogar con ese mundo que niega los principio básicos de la ley natural sin anunciar a Jesucristo no lleva a nada".
R. El mundo en cuanto tal es bueno, en cuanto creado por Dios. El mundo que rechaza el mensaje de Cristo es ese mundo que está bajo el dominio de satanás, al que Cristo llama "príncipe de este mundo". Cristo vino para liberar al mundo del dominio de satanás. Estoy de acuerdo en que es imposible dialogar con un mundo que niega la ley natural. Sin embargo, la ley natural está escrita en el corazón del hombre, por lo cual debemos tener confianza de que, si esa ley viene sofocada, ella vuelve a emerger y en este punto es posible el diálogo.
4. "El mundo acepta dialogar cuando pretende ganar algo. En caso contrario, se niega al diálogo".
R. Estoy de acuerdo en el reconocer que los poderes mundanos anticristianos aceptan el diálogo solo si esto es para su ventaja y beneficio, pero está claro que la Iglesia no puede aceptar este tipo de diálogo. Sin embargo, la Iglesia conserva la confianza de poder dialogar con ese mundo que está abierto a la luz de Cristo.
5. "El anuncio de Cristo lleva al martirio (en sus diversísimas formas) o a la conversión.
Otro camino no viene del evangelio".
R. Estoy de acuerdo si entendemos por martirio un especial don de Dios, no concedido a todos. Deber en cambio de todos es el testimonio, para ejercitar el cual es suficiente la gracia ordinaria. Estoy de acuerdo en que la predicación del Evangelio está dirigida a la conversión del mundo a Cristo.
Correcto!
ResponderEliminarEstimada amiga,
Eliminaresta vez su intervención ha sido tan breve que no alcanzo a comprenderla.
¿Qué es lo que considera correcto? ¿Mi artículo? ¿La intervención del anterior lector?
Querido Padre: me refería a su artículo.
EliminarSigo agradeciéndole que nos regale cada día sus reflexiones.
Que Dios le bendiga.
Nadia Márquez
Querida Nadia,
Eliminargracias por su consenso. Y me complace que nos notas cotidianas le sean de alguna utilidad.
Me encuentro en todo lo que el autor dice en este artículo, y me consuela poder atribuirme humildemente la cualificación de un pequeño pero sincero y verdadero católico fiel a la Iglesia y al Papa. De mí diría que soy un católico conservador iluminado, y moderadamente progresista en algunos sentidos. Por la gracia de Dios. Sus escritos, querido padre Filemón, son fundamentales.
ResponderEliminarEstimado R.L. De Benedictis,
Eliminarsus palabras me producen mucho placer y me confirman en mi idea de que entre los buenos católicos, fieles al Papa, debe haber libertad de elección entre un sano tradicionalismo y un sano progresismo, a condición de que se quede dentro de los límites de la ortodoxia y de la comunión eclesial, evitando tanto el indietrismo como el modernismo, es decir, no doblar ni a la derecha ni a la izquierda.
Estimado Padre, ya que habla de excomunión por favor le pregunto.: si una persona que asiste a misa, frecuenta los sacramentos, reza el rosario, pero niega que el Papa lo sea queda ipso facto excomulgado? Muchas Gracias.
ResponderEliminarEstimado juanm,
Eliminarante todo, y hablando en general, usted debe tener en cuenta que la cuestión de la excomunión es en sí misma una cuestión jurídica, es decir, y consiste en la declaración oficial de que un determinado fiel, por su falta de comunión con la Iglesia, tal como se la puede juzgar en el foro externo, ya no pertenece a los confines visibles de la Iglesia.
La excomunión entra pues en juego cuando un fiel desobedece al Papa en su función de Pastor Universal de la Iglesia.
Por cuanto respecta al caso particular que usted me propone, si es excomulgado alguien que desobedece al Papa, con mayor razón será excomulgado alguien que no reconoce la legitimidad de la autoridad del Papa reinante.
El hecho de asistir a misa, en sí mismo, es algo bueno. Pero si un fiel participara en la Misa celebrada por un sacerdote excomulgado oficialmente, por ejemplo Minutella o Viganò, daría prueba de despreciar el acto de excomunión, por lo cual, desde el punto de vista moral agravaría su situación y caería a su vez en la excomunión él mismo.
En cambio, en el caso de que el fiel vaya a la Misa de un sacerdote en comunión con el papa Francisco, pero ese fiel personalmente considerara que Francisco no es Papa, entonces es excomulgado lata sententia.
Los fieles que se encuentran en esta situación, para retornar a la comunión con el papa Francisco y, por tanto, con la Iglesia, deben arrepentirse de este cisma y reconocer la autoridad del Papa, con la consecuencia de comprometerse a obedecer con fidelidad al Vicario de Cristo.
Gracias por su respuesta Padre. Entiendo que el fiel debe arrepentirse y regresar a la comunión con la Iglesia. Pero esta situación si se prolonga en el tiempo digamos desde el mismo inicio del pontificado del papa Francisco hasta la actualidad con una ferviente prédica y convencimiento inflexible de ese hecho llegando a compadecerse del que no acepta esa "realidad " que tan sólo ellos ven. Qué sucede con el estado del alma en esta situación? Se puede seguir con la recepción de los sacramentos haciendo caso omiso de lo que ocurra con la Iglesia o debe repararse de inmediato por se una ofensa grave? Dios lo bendiga.
EliminarEstimado juanm,
Eliminarusted me hace una pregunta como si se tratara de un fenómeno de tipo físico con sus características propias, conociendo las cuales es posible iniciar una terapia. Ahora bien, por el contrario, los fenómenos del espíritu nacen del libre albedrío, por lo cual no se dan comportamientos fijos, sino que el comportamiento varía de persona a persona.
¿Qué se puede hacer, entonces? No se puede dar una respuesta que valga para todos los casos, sino que es necesario atender y seguir caso por caso. Todo lo que se puede decir en línea de principio es que se pueden verificar dos posibilidades: o el cismático está en buena fe o está en mala fe.
Pero los cismáticos en buena fe, o sea, que no se dan cuenta de su situación, difícilmente aceptan la corrección. Si, en cambio, el cismático tiene la posibilidad de darse cuenta de su pecado, entonces es bueno intentar persuadirlo a corregirse y a volver al seno de la Iglesia.
La sinolalidad no se entiende qué es. Parece otro nombre para el conciliarismo.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarla sinodalidad es una actitud de todos los fieles, como Pueblo de Dios, a caminar juntos, bajo la guía del Papa y a la escucha de las mociones del Espíritu Santo, sobre la base del Bautismo común, de la común Fe y de la Caridad recíproca.
Se trata de un ideal estupendo que, por desgracia, en su lado práctico a menudo es ignorado a causa de nuestros pecados y por las insidias del demonio que quiere dividirnos entre nosotros y romper la unión fraterna, desobedeciendo eventualmente al Sucesor de Pedro.
El conciliarismo es otra cosa. Es una herejía ya condenada varias veces por la Iglesia, porque sería la pretensión de una superioridad del Concilio respecto al Papa, cuando en cambio le corresponde al Papa convocar, autorizar y presidir a los Concilios Ecuménicos, para que sus Decretos tengan valor para la Iglesia Universal.
La Iglesia no debe conformarse al mundo, debe hacerse cargo de los males que afligen a la humanidad y seguir dando su cura, la cura de las almas, la salus animarum y la cura es Jesucristo, el tema de los dos caminos es siempre el mismo y no ha cambiado en los siglos, seguir a Cristo elegir a Cristo, camino, verdad y vida, y quien sigue el mundo irá a la ruina y será castigado
ResponderEliminarEstimado Fernando,
Eliminarusted plantea la alternativa de fondo que nos pone el mismo Nuestro Señor: Quién no está conmigo, está contra mí. ¿Y quién no puede no estar de acuerdo con ello? Solo quien sirve a dos amos y quien dice "sí" y al mismo tiempo "no".
"Dime con quién andas y te diré quién eres"; ya desde la primera aparición Francisco definió a Kasper como un "buen teólogo" cuando en cambio es uno de los peores herejes. Lo siento, pero ya no confío en su buena fe.
ResponderEliminarBueno..., le viene bien a todos el modernismo tan de moda, y quien soy yo para juzgar... A mí Francisco me ha hecho horrorizar desde su primera aparición y nunca se ha desmentido ... desde que apareció en San Pedro, incluyendo su Cruz en el pecho ( y qué cosa fea... , la ha visto ? Jesús con los brazos cruzados .. las piernas hacia atrás ... un halcón en picada en vez de una paloma... ) y las estatuas de los papas y santos ... Pero ¿qué representa ? ¿No es el primer Ministro del único Dios ? ¿Y tiene miedo de demostrarlo ante representantes de instituciones que son meras construcciones humanas????
EliminarEs el Buen Pastor. Los brazos parecen cruzados porque tiene la oveja en los hombros
EliminarEstimado Gabriel,
Eliminarel Papa ha apreciado al card. Kasper por las alabanzas que hace de la divina misericordia. Sin embargo, Kasper afirma que con el Nuevo Testamento Dios ya no castiga. Ahora bien, esto es evidentemente incorrecto. Pero el Papa se ha cuidado bien de seguir a Kasper en este error.
Estimada Romina,
Eliminarsi usted quiere obtener del Santo Padre lo que hace bien a su alma, no se detenga en estos pequeños incidentes, sino que cierre un ojo y preste atención a lo que es verdaderamente importante, es decir, a su guía luminosa que nos conduce a Cristo y al Reino de los Cielos.
Gracias padre por estas palabras suyas tan claras, que es evidente brotan de un justo discernimiento en el Espíritu. Paz y bien en Jesús y María SS.
ResponderEliminarEstimado Marcos,
Eliminarme alegra que mis artículos le sean de utilidad. Gracias por su consenso.
No he entendido si se trata de una apertura de crédito a Mons. Lefebvre y a su obra. Sería una buena noticia.
ResponderEliminarEstimado Andrés,
Eliminaren lo obrado por el obispo Lefebvre, como ocurre en todas las cosas humanas hay que distinguir lo positivo de lo negativo.
Mons. Lefebvre ha fundado un Instituto Religioso y esto va ciertamente en mérito suyo.
Pero ello no nos debe hacer olvidar su error, que todos conocen, y que es el que en él y en su obra han individuado los Papas, unánimemente (y unánimemente porque no podía ser de otro modo, ya que su error afectaba a la divina Revelación). El error de Lefebvre ha sido lamentablemente el de no comprender que las novedades doctrinales del Concilio Vaticano II nada tenían que ver con el modernismo, sino que iban perfectamente de acuerdo con la Tradición. Lamentablemente, los seguidores del obispo cismático, en lugar de convertirse y retornar a la plena comunión eclesial, han agravado y profundizado los errores de su fundador.
Gracias por la respuesta, querido Padre Filemón La comparto en cuanto a la intención general, mientras que me queda alguna duda sobre algunas doctrinas "nuevas" del CVII, sobre todo la colegialidad.
EliminarEstimado Andrés,
Eliminarla colegialidad episcopal es una propiedad colectiva de los Pastores de la Iglesia, que se remonta a la misma voluntad institucional de Cristo, Quien quiso que los Apóstoles, colectivamente, con Pedro y bajo Pedro, en comunión entre sí, gobernaran la Iglesia.
Estimado padre, permítame decirle que usted, sobre este punto, solo sobre este punto, se equivoca netamente. Un día los Sucesores de los Apóstoles, es decir, los Sucesores de los Papas conciliares y postconciliares, dirán lo que dijo Mons. Lefebvre sobre este punto. ¡El Concilio afirmó algunas cosas ambiguas y contradictorias, en particular sobre la llamada libertad religiosa! El Concilio necesita ser corregido, en sentido Tradicional, por la suma Autoridad de la Iglesia. Que el Dios de la Verdad le bendiga.
EliminarQuerido Padre, gracias de nuevo. A mí me parece (y me fundamento en alguna buena lectura, Hans Barion, por ejemplo) que las cosas sean así: en Mt 16,18 está llamado solo Pedro a ser piedra de la Iglesia y a ejercer la jurisdicción universal (v. 19); en Mt 24,18-20 son enviados los apóstoles individualmente, no colectivamente; en Hch 15 está el concilio y la "colegialidad" ("Nos ha parecido bien, por tanto, todos de acuerdo..."), pero la colegialidad no es permanente. Los obispos en la sucesión apostólica son obispos en cuanto presidentes de sus diócesis (incluso los titulares tienen una diócesis) de todos modos han sido designados (nombramiento, elección...) y están en comunión con el Papa en cuanto lo reconocen y se someten a él (no como miembros de un "colegio episcopal permanente" que difícilmente se podría encontrar en el NT).
EliminarEstimado Guido,
Eliminartenga presente que el Magisterio de la Iglesia ha declarado que la doctrina de los Concilios Ecuménicos es infalible.
Por consiguiente, el problema es entonces el de una recta interpretación de los documentos finales de un Concilio Ecuménico (interpretación que corresponde al mismo Magisterio) y el de una refutación de las falsas interpretaciones.
El obispo Lefebvre no comprendió que el Concilio Vaticano II no traiciona en absoluto a la Tradición, sino que, por el contrario, este Concilio muestra un concepto más profundo de la divina Revelación y, siguiendo el surco de la Tradición, explicita cuanto está contenido en la misma Tradición.
Por cuanto respecta a la doctrina de la libertad religiosa enseñada por el Vaticano II, desde hace algunos años en este mi blog he explicado su verdadero significado, que no tiene nada que ver con el relativismo, o con el liberalismo rousseauiano, sino que se refiere simplemente a la dignidad de la conciencia personal ante Dios.
Estimado Andrés,
Eliminarestoy de acuerdo con lo que usted dice citando esos versículos del Evangelio.
Está claro que la colegialidad episcopal no es una actividad permanente, sino que tiene sus ocasiones de actuarse en el ámbito de los Concilios, de los Sínodos y de la obediencia al Sumo Pontífice.
Estimado Padre: le agradezco mucho su juicio sobre lo que le he escrito. La autoridad es de quien la tiene, y de la cual tenemos en este momento extrema necesidad. Me despido de usted. Cordialmente.
EliminarEstimado Andrés,
Eliminarme pone contento que usted haya podido entender lo que le he explicado con mis pobres medios.
Nadie está en mejores condiciones que el Santo Padre para comprender la autoridad de la cual él ha sido revestido por Cristo, autoridad por un lado magisterial (revestida del carácter de infalibilidad) y, por otro lado, autoridad pastoral-disciplinar-gubernamental (falible, aunque no está carente el Papa de especiales gracias de estado para cumplir con justicia y prudencia también esta función).
¿Pero es cierto que no celebra? ¿Puede proporcionar alguna información por favor? Gracias
ResponderEliminarEstimado Fernando,
Eliminar¿de quién habla?
del papa
EliminarEstimado Fernando,
Eliminarno es conveniente que el Papa concelebre, en cuanto Pastor Universal de la Iglesia y Sumo Sacerdote. El Papa preside la celebración.
el papa concelebra
ResponderEliminarEstimado Roberto,
Eliminarel Papa generalmente preside la celebración de la Santa Misa y no concelebra. Y en casos excepcionales puede concelebrar.
Sí, padre, me equivoqué, quería decir así: presidir.
EliminarMenos mal que tenemos a Jesús y los Evangelios.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarme alegra que usted aprecie y tenga siempre presente el don maravilloso que Dios nos ha hecho al habernos elegido para revelarnos su Verdad y convocarnos a su Iglesia.
Pero, a la vez, tenga usted presente que nuestra unión a Jesús está indisolublemente ligada a nuestra unión a la Iglesia, porque es la Iglesia la que nos une a Jesús por medio de sus sacramentos, y nos guía hacia el Reino de Dios por medio de su Vicario en la tierra, el Papa.
A la vez, análogamente, la gracia sapiencial de los Evangelios sólo puede llegar a nosotros a través de la enseñanza de la Iglesia, y no por un subjetivo entendimiento de nuestra parte, aunque no quita que pongamos para ello todo nuestro esfuerzo personal.
Poder acceder por nosotros solos a la Escritura, sin mediación de la Iglesia, ha sido el error de Lutero, y es el error de los protestantes. Poder acceder por nosotros solos a la Tradición, sin mediación de la Iglesia, ha sido error de Lefebvre, y es el error de los lefebvrianos.
Gracias padre por esta contribución suya, siempre autorizada.
ResponderEliminarEstimada Rosa Luisa,
Eliminargracias por tu consenso.
Todo esto es de una tristeza infinita no tiene nada que ver y nunca podrá tener nada que ver con Jesús 😢
ResponderEliminarQuerida María Estela,
Eliminarcomo he dicho en mi artículo, se necesita paciencia y saber apreciar lo positivo.
María Estela: La tristeza es necesario desterrarla.... quien ama a Jesús y a Su Iglesia no se deja abatir por la tristeza sino que continúa el camino en la esperanza.... Reconozcamos al Salvador mientras estamos en el camino de Emaús....
Eliminarla tristeza está en ver tantas cosas que no tienen nada que ver con Jesucristo pero más duro con los hombres que dispersan su rebaño... Jesús es Amor y todo lo que se hace con amor da buenos frutos esto es lo que quiere Jesús, también los santos se entristecen al ver lo que no iba bien y la tarea de un buen fiel está también en defender la doctrina del Señor...
EliminarLea a San Pablo, carta a los Romanos, pero con los ojos de la fe.
EliminarSan Pablo, carta a los Romanos, ya que usted me invita a la lectura sabrá que es bastante larga y seguramente no se puede expresar en pocas palabras el contenido, si me dice qué quiere relacionar con mi comentario tal vez primero entienda, también porque San Pablo condena las cosas fuera de la gracia de Dios dicho en palabras simples.....
EliminarEstimada María Estela,
Eliminarcomo ya le he dicho, se necesita paciencia (y cerrar un ojo) para obviar las limitaciones y debilidades humanas de los hombres y mujeres de la Iglesia, incluyendo las del Papa, y saber apreciar lo positivo. En el caso del Papa, tenga siempre presente que él es el Vicario de Cristo, y no es posible que el Señor nos haya mentido al asegurar a Pedro que nos confirmaría en la fe y que le sería posible conducir a la Iglesia hacia el Reino. Déjese, pues, guiar por el Vicario de Cristo.
De sepulcros blanqueados está llena la historia.... tiempos de cizaña, llegará la purificación no hay otro camino.
ResponderEliminarEstimado Roberto,
Eliminarestoy bastante de acuerdo.
Un buen árbol se ve por los frutos, y lamentablemente después del Concilio Vaticano 2 hubo un colapso de las vocaciones y también abusos litúrgicos😔ciertamente hay menos rigidez y más misericordia pero también muchos abusos que no encajaban en los planes del concilio
ResponderEliminarEstimada Irene,
Eliminarlos graves males actuales de la Iglesia no provienen en absoluto del Concilio, sino que en parte provienen de su falta de implementación, y en parte de su mala interpretación por obra de los modernistas.
Gracias por este artículo padre, usted ha sido muy claro e iluminador... en cuanto a mi posición soy católica y basta.... Si no me equivoco, católico significa universal...
ResponderEliminarEstimada Rosa Luisa,
Eliminardentro de los límites de nuestro ser católicos, nada nos impide ponernos a seguir algún movimiento eclesial particular, que pueda ser de nuestro gusto o que pueda responder a inclinaciones personales. Este es el sano pluralismo, que siempre ha existido y está aprobado por la Iglesia.
Hoy, en particular, es necesaria la colaboración recíproca entre aquellos que perciben más el valor del progreso y aquellos que en cambio se sienten más atraídos por la tradición.
En efecto, la trágica conflictividad que hoy está dividiendo a la Iglesia y es causa de muchos escándalos y sufrimientos, es la recíproca incomprensión entre indietristas y modernistas. Es necesario que los católicos, que amamos tanto el progreso como la tradición, nos hagamos mediadores de paz bajo la guía del Papa.
Yo, querido Padre Filemón ,he sido decepcionado por una asociación y por un movimiento eclesial, por otra parte, muy conocidos. Ahora mismo creo que solo Pro Vita y el Movimiento por la Vida, entre los que conozco, podrían tentarme de nuevo. Obviamente, como católico y profesor de Religión, siempre en comunión con la Iglesia Universal.
ResponderEliminarEstimado Roberto,
Eliminarustedes, los laicos, tienen una autonomía de juicio en la elección de los ambientes eclesiales que prefieren frecuentar.
Lo importante es que estos ambientes, ya sea inclinados por la tradición o inclinados por el progreso, eviten los extremos opuestos del filolefebvrismo y del modernismo.
Ciertamente
Eliminar1°: No se debería distinguir entre modernistas y conservadores!!
ResponderEliminar2°: se debería por lo tanto excomulgar a ambos!!
Estimada Patricia,
Eliminarel ejercicio del poder judicial en la Iglesia no está garantizado por la infalibilidad. Y por ello, por desgracia, sucede que a veces se cometen injusticias.
Hay un dicho popular muy significativo, respecto a ciertos pastores: fuertes con los débiles y débiles con los fuertes.
Yo, en referencia al tema, también creo que el Papa sea demasiado indulgente hacia los modernistas, y que ha sido a veces demasiado riguoroso con los indietristas; pero por otra parte, es verdad que no siempre es fácil juzgar a un Papa.
Considere además que la cosa a tener presente, más que el considerar que alguien sea o no excomulgado oficialmente, es advertir o discernir si alguien está o no de hecho en comunión con la Iglesia, porque hoy sucede, sobre todo entre los modernistas, que no sean excomulgados aunque de hecho no estén en comunión con el Papa. Entonces debemos prestar más atención a los hechos que a su revestimiento jurídico.
estimado monseñor, nada en contra de nuestro Papa Francisco y me disculpo porque no sé expresarme correctamente respecto a estos delicados temas.
Eliminar¡Simplemente quería decir que quien se contrapone en estas categorías extremas y humanas, se excluye a sí mismo de la comunión!
Estimada Patricia,
Eliminarestoy de acuerdo.
Gracias padre, por sus artículos y por sus comentarios. Son de invalorable ayuda.
ResponderEliminarEstimado Pedro,
Eliminarme alegro que usted haya encontrado confortación para su fe en este blog. Lo cual me confirma en seguir cumpliendo esta labor.
Espero no ser una falsa devota del Santo Padre.... con la ayuda de Dios me comprometeré en la verdad.... Hace años, después de su elección, soñé con el Santo Padre.... Me parece recordar que caminaba por Vía della Conciliazione perfectamente desierta... aquella imagen de fatiga y soledad me impactó mucho... pero luego me di cuenta de que en la Iglesia nunca se está solo... las relaciones de caridad entre los hijos de la Iglesia, redimidos por la sangre de Cristo, van más allá de las simples relaciones humanas de conveniencia.... Esta mañana en la Iglesia mientras recitaba las alabanzas una señora se detuvo delante de mí mirando la estatua de Santa Teresita sin siquiera arrodillarse ante el Santísimo.... y entonces se despertó, por desgracia, el fariseo que está en mí... Un momento después sentí que el Señor me reprendía diciendo que Él dio Su Sangre por todos, incluyendo a esa señora y quien soy yo para cuestionar Su Misericordia? He aquí los reproches y los castigos de Dios que nos liberan y nos purifican. Bendito sea por todos los siglos.
ResponderEliminarEstimada Rosa Luisa,
Eliminarme parece que usted quizás sea un poco demasiado escrupulosa. Noto en usted sentimientos auténticos, límpidos y sinceros. El fariseísmo es otra cosa. Ciertamente, debemos estar vigilantes, porque el pecado está siempre a la puerta. Sin embargo, me complace su auténtica fe católica.
Me pregunto: ¿cómo puede un simple bautizado defender y luchar por la verdadera fe? ¿Cómo? Un simple bautizado no tiene la cultura, no conoce la teología , no ha profundizado el tesoro inmenso de las Sagradas Escrituras.... ¿y entonces? No presumiendo un falso conocimiento aprendido de esas afirmaciones más o menos falsas que se sacan de internet... El único camino es el testimonio, el martirio.... Aunque no haya efusión de sangre en cada caso, potencialmente hay que estar preparados para dar la vida a Jesús.... porque si verdaderamente uno se encuentra con Cristo, si se experimenta verdaderamente Su Misericordia y Su Justicia, entonces se está listo... sin tristeza, porque a menudo la tristeza es acción diabólica, sin vacilación, consciente de la propia pequeñez y de la propia condición de criatura... Y entonces, como dice el gran san Pablo: ¿quién nos separará del amor de Cristo?
ResponderEliminarEstimada Rosa Luisa,
Eliminarhoy la Iglesia nos dice más que nunca que todos los bautizados debemos ser anunciadores del Evangelio.
Para aprender las verdades esenciales de fe que hay que anunciar es suficiente una preparación catequética.
Somos nosotros, los sacerdotes, los que estamos obligados a basarnos en títulos académicos, porque tenemos que sostenerlos a ustedes, laicos, y combatir a los peores enemigos de la Iglesia.
Todos estamos obligados a ser testigos, pero el don del martirio es un don extraordinario, por lo que solo se convierte en un deber cuando Dios da la fuerza para realizar este supremo gesto de amor.
Estimado padre, al leer su respuesta me surge una duda: ¿no seré como san Pedro que después de haber proclamado impetuosamente que daría su vida por Cristo, luego lo negó tres veces? Tiemblo ante la idea de oír cantar al gallo. Somos débiles y pensamos que somos fuertes... nada podemos sin la Gracia...
EliminarEstimada Rosa Luisa,
Eliminarciertamente nosotros somos frágiles, pero si tuviéramos que precipitarnos también en una grave caída, sabemos que el remedio está allí siempre, a nuestro alcance, y es el de arrepentirnos sinceramente, como hizo Pedro, confiando en la misericordia divina.
Hay muchos devotos por miedo a las sanciones. No tienen la preocupación del ocho por mil,
ResponderEliminarY de las sanciones canónicas ( injustas e ilícitas ) muchos sacerdotes lo dejarían solo y entonces se verificaría para él lo que está escrito en Apocalipsis 20. No se puede desafiar a Dios llevando al clero y a los fieles a rebelarse contra Dios y sus leyes de amor
Estimado Emilio,
Eliminarsus palabras hacia los sacerdotes son calumniosas.
Ciertamente, habrá sacerdotes apegados al dinero, pero usted no puede hacer de todas las hierbas un manojo sin caer en el pecado de aquel fariseo que se compara con el publicano.
Padre: efectivamente, hay sacerdotes interesados en el dinero, otros en su carrera, y hay otros que simplemente que tienen miedo de ser expulsados de sus parroquias y puestos en la calle, obligados a ganarse el sustento. Humanamente los comprendo. Sin embargo, fallan en su deber de pastores que les ha asignado Cristo
EliminarEstimado Emilio,
Eliminaroremos por los sacerdotes, que están particularmente expuestos a las insidias del maligno, sostengámoslos con nuestras oraciones y tratemos de dar buen ejemplo.
Querido Padre Filemón: hace 9 meses que hago la peregrinación de las 7 iglesias para la liberación de la Iglesia Católica y créame comienza a ser pesada la promesa...
EliminarEstimado Emilio,
Eliminartodas esas prácticas religiosas sería mejor que usted las llevara a cabo no para obstaculizar al papa Francisco, sino para ayudarlo en su difícil ministerio.
Cuando se intentan tantas explicaciones se termina por no explicar nada.
ResponderEliminarEstimado Antonio,
Eliminarreconozco que las explicaciones que yo doy (quiero decir: en mis artículos sobre todo, no tanto aquí en el foro de comentarios, porque me doy cuenta que algunos lectores sólo leen los comentarios y no mis artículos), reconozco que mis explicaciones son ciertamente complejas, pero son necesarias porque el problema es complejo.
Por consiguiente, el consejo que le doy es éste: haga el esfuerzo mental de seguir las explicaciones que doy en mis artículos, y al final encontrará una gran luz y una gran paz.
Y si aún no lo ha entendido, entonces pídame que le dé más explicaciones, porque estoy dispuesto a dárselas.
¿Y de modestia, cómo andamos por casa?
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarno es cuestión de modestia, es cuestión de que el teólogo, como cualquier especialista, está al servicio de la gente para proporcionar las explicaciones que sirven para comprender y para curar los males del espíritu y para progresar en la vida cristiana.
Por esto, yo, que soy teólogo de la Iglesia católica, me he sometido a una estricta preparación de muchos años para poder ser competente y estar al servicio de las almas, con vistas a su salvación.
Y por consiguiente aquí, más que de modestia, se trata de ponerse al servicio del prójimo.
Con todo respeto, sus explicaciones no son complejas, son farragosas y además voluntaristas, siempre lleva al ternero a la vaca, lo quiera o no. Usted explica todo y explica nada, no hay argumento que le entre.
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarsi usted dice que se dirige en su intervención con todo respeto, pues entonces respete la lógica de los argumentos que doy, basados en datos de fe y de razón, y en caso de no entenderlos, pregunte más pormenorizadamente, y le contestaré con todas las explicaciones que sean necesarias, para que usted pueda entender.
Eso significa respetar al otro. No simplemente contradecir, porque se tiene libertad de hacerlo, pero sin dar argumentos.
Igualmente, si no está de acuerdo con mis argumentos y tiene algo que objetar, entonces usted argumente a su vez. Porque el único modo de intervenir "con todo respeto" (como usted dice) contradiciendo argumentos, es, a su vez, argumentando.
Ahora bien, si mis explicaciones le resultan "farragosas" o en el supuesto caso que usted no cuente con la competencia o la formación para tratar de estos temas tan delicados, entonces manténgase en su condición de discípulo o discente. Y si no está conforme con quien aquí hace las veces de su maestro, elija otro que le explique mejor que yo a ser un buen católico.
En tal caso, me sentiré plenamente contento de que usted pueda encontrar aquel maestro teólogo que le pueda convencer de que no existe vida católica lejos del Vicario de Cristo.
Me dice que yo "no explico nada". Dígame cuál es su duda, o su pregunta, y se la responderé, como hago con todos los que humildemente preguntan.
Estimado padre Filemón,
Eliminares cierto que en algunos artículos las explicaciones que usted da no son enteramente fáciles de seguir. Pero mi experiencia es que si se leen serenamente sus publicaciones, con la voluntad de entender, y poner el esfuerzo para ello, sus argumentos se comprenden (más allá de estar de acuerdo o no). Pero se logran comprender. Y lo digo yo que soy un fiel común, sin formación teológica.
Sergio Villaflores (Valencia, España).