miércoles, 17 de julio de 2024

Ecumenismo, guerra de Ucrania y cuatro Obispos en Kiev (1/3)

Son muy pocos los cristianos que hoy alcanzan a darse cuenta de que una de las causas, aunque no la única ni la principal, de la actual guerra en Ucrania, es el trágico fracaso de un modo de practicar el ecumenismo que no es el efecto de una sincera voluntad de verdad y de unión en las partes involucradas, individuos y comunidades, sino de oportunismos, frases retóricas y de circunstancia, equilibrismos engañosos, tergiversaciones, giros de palabras, subterfugios, culpables silencios y reticencias, interesados estancamientos, falta de iniciativa y de coraje. [En la imagen: monseñor Sviatoslav Shevchuk, patriarca Filarete, patriarca Epifanio, y patriarca Onufrij].

El ecumenismo a prueba
   
----------El terror de las dictaduras y la experiencia histórica de los daños que ellas causan a la sociedad genera hoy como nunca antes, en nombre del pluralismo y de la libertad, el rechazo del instituto monárquico y la utopía de la forma de gobierno colegial o incluso del autogobierno sinodal, donde al final, según el conocido apólogo de George Orwell, todos son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
----------La idea de que pueda darse una comunidad cristiana puramente carismática guiada sólo por el Espíritu Santo, por ende comunidad no institucional sino espontánea y sin centralismo jurisdiccional y legislativo, por lo tanto sin poder coercitivo, es una idea que existe desde los inicios del cristianismo y no ha producido más que conflictos internos, anarquía, inmoralidad, desigualdad y desórdenes sociales.
----------La rebelión a Roma no esperó a los coptos del siglo VII ni al 1054 ni al 1517, para mostrar sus garras, sino que ya apareció inmediatamente con los primeros cismas, con los gnósticos y las primeras herejías. Las guerras de religión del siglo XVI son la consecuencia del rechazo "cristiano" de estar sujetos al Papa. ¿Quiénes son los indietristas lefebvrianos de hoy sino "cristianos" sostenedores de un Papado plegado a sus ideas gnósticas? ¿Quiénes son los modernistas rahnerianos de hoy sino "cristianos" falsos admiradores del papa Francisco, dispuestos a maldecirlo tan pronto como él menciona algo que no les gusta?
----------La oposición al Papa con el pretexto de que es un dictador y traidor del Evangelio o de la Tradición no es solo la oposición de los lefebvrianos, sedevacantistas e indietristas de hoy, sino también la de nuestros hermanos ortodoxos, con la diferencia de que, mientras que los lefevrianos aceptan la obediencia al Papa solo hasta Pío XII, los ortodoxos orientales han dejado de obedecer a los Papas en 1054. Pero la mentalidad es la misma. ¿Qué importa si un Papa es progresista o conservador? ¿No es siempre el Papa?
----------El secreto para poder entender quién es el Papa y cuál es su oficio, es la capacidad de distinguir el ministerio petrino de las debilidades humanas que son propias de cada Papa, incluso de los más santos. Y hay que entender que el hecho de que un Papa pueda ser un tirano o un avaro o un mentiroso o un lujurioso o un mundano o un polítiquero (hechos que han ocurrido en la historia), no nos exime de nuestro deber de obedecerle como maestro de la fe, como nuestro superior canónico, y como pastor de la Iglesia.
----------Llegados a este punto de nuestra reflexión, es inevitable referirnos una vez más a los motivos de la actual dramática guerra en Ucrania. Al respecto, recuerdo al lector los varios artículos en este blog en los que me he referido al tema, y a ellos lo remito para profundizar sobre esta temática.
----------Si queremos entonces entender los orígenes y razones profundas de la actual guerra en Ucrania y, por tanto, encontrar los caminos para poder hacerla cesar y obtener de Dios el don de la reconciliación y de la paz en la justicia, es absolutamente necesario tener en cuenta la cuestión de la esencia y la función del Papado, y recordar lo que Cristo ha querido hacer nombrando a Pedro roca sobre la cual edificar su Iglesia.
----------En efecto, son muy pocos los cristianos que hoy se dan cuenta de que una de las causas, aunque no la única ni la principal, de la actual guerra en Ucrania, es el trágico fracaso de un ecumenismo que no es el efecto de una sincera voluntad de verdad y de unión por ambas partes, sino de oportunismos, frases retóricas y de circunstancia, equilibrismos engañosos, subterfugios, tergiversaciones, giros de palabras, culpables silencios y reticencias, falta de iniciativa y de coraje, interesados estancamientos.
----------Los cristianos de Kiev, lugar de nacimiento de la cristiandad ucraniana, madre de la cristiandad rusa moscovita, están hoy sujetos a la jurisdicción de cuatro obispos, uno católico, mons. Sviatoslav Shevchuk, y tres ortodoxos, dos, Filarete y Epifanio en comunión con el patriarca Bartolomé de Constantinopla, contra el patriarca de Moscú Cirilo, y el tercero, Onofrio, con Cirilo contra Bartolomé, mientras que Cirilo y Bartolomé están en ruptura entre sí, y todo ello nos da la medida del estado de disolución y de confusión al cual se han reducido hoy las Iglesias ortodoxas por una secular costumbre de autogestión independiente de esa cohesión y organización que solo a ellas les podría venir de una común obediencia a una autoridad central, cuál es la que nos impide a los católicos encontrarnos en situaciones de ese tipo.
----------Pocos son los que se dan cuenta que esta tragedia que corre el riesgo de arrastrar a toda la comunidad internacional en un inmenso conflicto apocalíptico mundial, es el efecto y la desembocadura lógica de una larga maduración y preparación que nos lleva hacia atrás en los siglos, hasta el cisma de Oriente del 1054, a la caída de Constantinopla en 1453 y a la constitución de Moscú como Tercera Roma en 1589.
----------Si queremos, en efecto, evocar las raíces todavía más originarias del actual conflicto bélico, que es signo particularmente evidente del milenario contraste entre Occidente y Oriente, es necesario ir incluso a la caída del imperio romano de Occidente en el 476, correspondiente al afirmarse de ese otro imperio romano de Oriente en Bizancio, sede del Patriarcado de Constantinopla.
----------Es en este período cuando surge en la Iglesia bizantina la idea espuria, para nada evangélica, sino de origen pagano (de hecho, la idea fue de Constantino), según la cual la diócesis-guía de la Iglesia universal debe ser la que tiene su sede en la capital de un imperio.
----------Esta idea ya se encuentra incluso en el can. 3 del Concilio de Constantinopla del 381 y luego en el can. 28 del Concilio de Calcedonia, que se expresa en estos términos: "Siguiendo las disposiciones de los Santos Padres, tomando nota del can. III ahora leído de los 150 Obispos caros a Dios, que bajo Teodosio el Grande de piadosa memoria, por entonces emperador, se reunieron en la ciudad imperial de Constantinopla, nueva Roma, establezcamos también nosotros y decretamos las mismas cosas respecto a los privilegios de la muy santísima Iglesia de Constantinopla, nueva Roma. Justamente los Padres concedieron privilegios a la sede de la antigua Roma porque la ciudad era ciudad imperial". ¿Qué tiene que ver con el primado de Pedro el hecho de que Roma fuera ciudad imperial? ¿Y cómo se permitieron los Padres del Concilio conceder "privilegios"? Con razón san León Magno destruyó este canon ilegítimo.
----------Pero la sede episcopal de Constantinopla continuó cultivando secretamente esta nefasta idea, hasta que tal idea se convirtió en la base del cisma del 1054. Pero en este punto no faltará quien quiera citar con justo motivo el proverbio "quien la hace la espera". Con el desprendimiento de Moscú de Constantinopla en 1589 esta ciudad sufrió el mismo tratamiento que cinco siglos antes había sufrido Roma. Y Cirilo sigue firme en esta posición. Ahora, al apoyar la invasión rusa a Ucrania, también Cirilo es tratado por sus súbditos ucranianos como ha tratado a Constantinopla: la amplísima parte de ellos que tenía en Ucrania lo están abandonando para seguir a los Patriarcas autocéfalos de Kiev, el patriarca Epifanio y el patriarca Filarete.
----------Ahora bien, debemos decir con toda claridad que nuestro Señor Jesucristo, al instituir el Papado, no ha hecho en absoluto ninguna referencia a tal condición de la sede de Pedro, que habría podido ser perfectamente por entonces cualquier insignificante ciudad de provincia del Imperio romano, así como Cristo había elegido como lugares para su existencia terrena a Belén y Nazaret.
----------Con este razonamiento, si el Sucesor de Pedro debiera condicionar el ejercicio de su ministerio a una ciudad importante, ¿por qué no elegir New York con 19 millones de habitantes o Tokio con 37 millones o Nueva Delhi con casi 33 y Shanghai con casi 30 millones?
----------Por otra parte, debemos decir que no es que en el ecumenismo católico-ortodoxo no se hayan dado pasos positivos y alentadores, todo lo contrario. Esos pasos existen y son una bendición del Espíritu Santo. Sin embargo, se duerme demasiado en los laureles, como si el trabajo ya se hubiera terminado, con vagas oraciones por la unidad, con lloriqueos por la falta de unidad, sin tener presente que por ahora solo se ha realizado la primera fase del trabajo ecuménico, que es el recíproco reconocimiento de los valores comunes.
----------Pero este recíproco reconocimiento es solamente la inicial premisa de la fase segunda y conclusiva, y ella es precisamente que los hermanos separados lleguen de una buena vez y por todas a la plena comunión doctrinal, caritativa y jurídica con el Romano Pontífice. Lo bonito del caso es que luego estos super-ecumenistas se jactan y se mandan la parte entre las almas simples y los espíritus astutos de que ellos fueran ¡las puntas avanzadas y los heraldos de la reforma conciliar!
----------Algunos oficiales y otros no oficiales paladines del ecumenismo -ecumenistas improvisados y autodidactas- desde hace sesenta años desprecian las finalidades esenciales y clarísimas de la actividad ecuménica católica establecidas por el decreto Unitatis redintegratio: ayudar a los hermanos separados a acoger aquellas verdades de fe o principios morales que todavía hoy rechazan, a fin de que lleguen a poseer la plenitud de la verdad salvífica custodiada por la Iglesia católica, ayudarles a superar los obstáculos que se oponen a la consecución de dicho fin, a colmar las lagunas que todavía les impiden entrar en plena comunión con el Obispo de Roma en la sujeción jurídica y canónica a su autoridad legislativa y jurisdiccional.

4 comentarios:

  1. La realidad es que la mitad de Ucrania es Rusia, la otra mitad polaca, y la otra mitad austríaca.

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    1. Estimado Anónimo,
      en efecto, para poder encontrar los caminos de la paz, sería necesario, como estoy intentando desde hace tiempo, hacer un análisis preciso de las formaciones religiosas existentes en Ucrania.
      De hecho, hay una presencia de la Iglesia Católica con los llamados Uniatas, que constituyen una exigua minoría. Hay una Iglesia Ortodoxa ucraniana autocéfala. Hay una Iglesia Ortodoxa dependiente de Constantinopla. Y hay una Iglesia Ortodoxa dependiente del Patriarcado de Moscú, que constituye una porción considerable de la cristiandad ucraniana.
      Naturalmente, a cada una de estas formaciones corresponde un cierto sentimiento nacional y una cierta actitud política. Desde este punto de vista es comprensible que, mientras la Iglesia uniata está cerca de la Unión Europea, la realidad ortodoxa es compleja y contradictoria.
      Ante todo debemos notar un conflicto nacido en lo interno de los fieles del Patriarca Cirilo. Algunos aprueban la invasión rusa, apoyada por el propio Cirilo, porque la consideran un movimiento de liberación de los rusohablantes presentes en Donbass y en Crimea. Otros, en cambio, constatando las crueldades cometidas por los rusos, se rebelaron contra Cirilo y pasaron al lado del Patriarca Bartolomé.
      Esta situación, increíblemente complicada y conflictiva, encontraría su solución en un compromiso severo en la práctica del ecumenismo, con el apoyo de las potencias occidentales y orientales bajo la presidencia de la ONU.
      El papa Francisco llamó inmediatamente la atención sobre el aspecto de la conflictividad interna entre los cristianos hablando de guerra fratricida. Esto deja claro que la paz sería el resultado solamente de una voluntad común de las partes de realizar la unidad ecuménica querida por el Concilio Vaticano II.

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  2. Anónimo, no puede haber tres mitades de algo, es un error.

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    1. Estimado Anónimo,
      le agradezco por recordarnos esta obviedad. Algún otro lector, eventualmente, podría replicarle que, de hecho, puede haber tres mitades de algo, como puede haber sobre la mesa de la cocina tres mitades de manzanas. Sin embargo, más allá de estas bobas discusiones de quienes tienen tiempo para perder, tenga en cuenta que mi respuesta al Anónimo anterior (quizás usted mismo), intentó aprovechar la ocasión para que mi interlocutor no perdiera el tiempo en discusiones o bromas sin sentido, y pudiera tal vez tener la oportunidad de dedicar un par de minutos a reflexionar sobre el tema propuesto en mi artículo.

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