lunes, 1 de julio de 2024

La nueva exégesis del relato del sacrificio de Abraham (1/2)

Desde hace ocho siglos los Papas recomiendan la metafísica de santo Tomás de Aquino, precisamente a fin de recordar a los exegetas que, para poder interpretar sin error la Sagrada Escritura, hace falta una preparación metafísica. [En la imagen: fragmento de "Abraham e Isaac camino del sacrificio", óleo sobre lienzo del siglo XVII, obra de Pedro de Orrente, conservado y expuesto en el Museo Nacional del Prado, Madrid, España].

----------Uno de los lector de este blog, el padre Serafín Savelloni, nos ha propuesto vía email nuevas objeciones acerca de mi interpretación del sacrificio de Abraham. Se refieren a mi anterior artículo sobre este mismo tema: El Dios del Amor no puede querer el asesinato del inocente.
----------El punto de disenso entre mi posición y la suya parece tratarse del problema de qué método interpretativo hacer uso, más que de una diferencia de contenidos doctrinales significativos del texto bíblico.
----------La cuestión aquí es el uso de los antropomorfismos para hablar de la naturaleza y de los atributos divinos. Este tipo de lenguaje tiene su indudable utilidad para cualquier persona, sobre todo para la gente simple e indocta. Sin embargo, al mismo tiempo, la Sagrada Escritura enseña los atributos propios de la naturaleza divina, comprensibles a la razón filosófica, que elabora la teología natural.
----------Está claro que este lenguaje es accesible solamente a los doctos, de aquí su deber de explicarlo al pueblo, en fórmulas que pueden ser de carácter antropomórfico. Sin embargo, es necesario tener presente que, si el lenguaje antropomórfico no está controlado por la filosofía, corre el riesgo de conducir a la idolatría, donde la imaginación prevalece sobre la intelección, por lo cual el resultado lamentable será el de perder de vista la espiritualidad divina y concebir a Dios de un modo materialista.
----------Como suelo hacerlo, divido las objeciones y comentarios del lector que me las ha hecho llegar, por puntos, luego de los cuales redacto mi respuesta.
----------1Estimado padre Filemón: encuentro un poco ingenuo, de parte suya, escribirme que "Todo lo que Usted es capaz de decir es que Dios no quiere la muerte de Isaac, pero al mismo tiempo quiere la muerte de Isaac". La frase que usted me atribuye debe ser corregida de este modo: "Dios no quiere la muerte de Isaac, sino que quiere que Abraham lo crea durante el tiempo de la prueba". Eso es lo que he dicho en mis comentarios. ¿Por qué para usted, "Dios hace creer a Abraham (durante el tiempo de la prueba) de querer la muerte de Isaac" coincide con "Dios quiere la muerte de Isaac"? Sin embargo, se trata de dos frases diferentes.
----------Respondo. Estimado padre Savelloni, el sostener que Dios ha querido que Abraham creyera que debía sacrificar al hijo, equivale exactamente a lo que yo he dicho, es decir, a la pretensión de que Dios en un primer momento haya querido el sacrificio de Isaac.
----------¿Por qué afirmo esto? Porque no es posible creer que Dios engañe a Abraham haciéndole creer que tiene una voluntad contraria a la que en realidad tiene. De tal modo, usted presenta a Dios como un impostor.
----------2. Imaginemos una pareja de enamorados, cuyo amor es contrastado por un hijo de él. La mujer entonces le dice a su enamorado: "si de veras me amas, entonces toma esta pistola y dispara a tu hijo". El hombre, aunque sufriendo, hace lo que se le pide y asesina a su propio hijo. No hay duda de que esta mujer sea responsable de instigar al homicidio.
----------Consideremos ahora, en cambio, la siguiente variante en la historia. La mujer, después de haber dicho esas mismas palabras, entrega al hombre una pistola que ella sabe que está descargada. El hombre apunta la pistola hacia su hijo, pero cuando está a punto de apretar el gatillo, la mujer le dice: "ya es suficiente, quería saber cuánto me amas". En este segundo caso, ¿es la mujer responsable de incitar al homicidio? La intención de la mujer en el segundo relato, que detiene la mano del hombre y que antes ha tomado cautela de que no pueda suceder nada grave, es testear hasta dónde llega el amor de su enamorado. Las palabras "toma esta pistola y dispara a tu hijo", aunque son exactamente las mismas en ambas historias, asumen el significado de incitación al homicidio solamente en la primera.
----------La "pistola" de Abraham siempre ha estado descargada, desde el principio hasta el final de la prueba, porque Dios misericordioso nunca habría permitido la consumación del asesinato de Isaac.
----------Respondo. Este parangón supone la interpretación literalista, que ya he refutado.
----------Por lo demás, es necesario decir que una mujer que se comporta de este modo instiga al homicidio, en cuanto hace creer al amante que ella quiere obligarlo a asesinar a su hijo. El hecho de que el arma esté descargada no exonera en absoluto a la mujer de la instigación a delinquir, y tampoco en ese caso permanece inocente el padre, porque estaba dispuesto a asesinar a su hijo.
----------3. Si usted ahora me replicara que "si Dios manda el asesinato de Isaac significa que 'quiere' el asesinato de Isaac", es como si, a la pregunta anterior, usted respondiera "sí, la mujer, por el solo hecho de haber dicho 'toma esta pistola y dispara a tu hijo', es responsable de instigación al homicidio".
----------Probablemente, usted me dirá "no se pueden comparar comportamientos, por lo demás discutibles, de seres humanos con la obra de Dios. Una vez que Él manifiesta su intención, no puede cambiarla, de lo contrario sería un dios voluble, etc..." ¿Pero es precisamente así? La Sagrada Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, nos testimonia un Dios que ante el comportamiento de los hombres está dispuesto, precisamente en virtud de su infinita misericordia, a modificar su actitud, sobre todo pasando de la condena al perdón. Por lo demás, si no fuera así, ¿qué sentido tendría la relación de Dios con el hombre?
----------Respondo. Los episodios bíblicos que nos cuentan de un Dios que, después de haber amenazado un castigo y haber visto que el pecador se arrepiente, Él también se arrepiente del castigo que había amenazado, deben ellos también ser interpretados con el método histórico-crítico, que es el método que nos enseña que la Sagrada Escritura habla de Dios según dos registros: en modo metafórico, según un esquema antropomórfico, y en modo propio, según la inteligibilidad metafísica.
----------El modo metafórico sirve a las mentes simples, que tienen dificultades para entender la metafísica. El modo metafísico, en cambio, es indispensable para saber cómo Dios actúa verdaderamente, más allá del mito, del parangón, de la parábola, de la imagen según el esquema antropomórfico, según el cual Dios está representado como un personaje similar a nosotros, pero mucho más poderoso.
----------Es según esta modalidad expresiva que la Biblia habla de un Dios que se arrepiente, pero desde un punto de vista metafísico esto no tiene ningún sentido, porque Dios, Bondad infinita, no puede arrepentirse de nada.
----------En este punto una correcta interpretación nos dice que Dios en realidad no ha querido nunca la muerte de Isaac, sino que ha querido permitir que Abraham malinterpretara, para después iluminarlo por medio del ángel. Lo que no quiere decir que Dios haya engañado a Abraham, sino que simplemente ha permitido el malentendido. Así, por ejemplo, yo puedo decirle una cosa a un amigo, que él malinterpreta, pero eso no quiere decir en absoluto que yo lo engañe, sino que es él quien no comprende lo que digo.
----------En realidad Dios tiene su proyecto de salvación, que ha comprendido también varios momentos críticos de este tipo, pero que con Moisés llegará a definirse el Dios de Abraham, Isaac y Jacob.
----------4. Un ejemplo entre los muchos del Antiguo Testamento es lo que se relata en el capítulo 18 del Génesis, que he citado en un comentario mío anterior.
----------Primeramente Dios manifiesta su propósito de castigar con la máxima severidad a los habitantes de Sodoma y Gomorra, luego, frente a las súplicas de Abraham, se dice dispuesto a perdonarlos, si se encuentra allí al menos a 50 justos, luego 40, luego 30 y luego 10. Muestro un par de ejemplos entre otros del N.T.:
----------"En cambio, cuando tú ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará" (Mt 6,6).
----------"¿Y no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman día y noche hacia él? ¿Los hará esperar mucho tiempo? Os digo que les hará justicia rápidamente" (Lc 18,7-8).
----------Evidentemente, según las promesas del Señor, si pasamos de no orar al orar auténtico, la actitud de Dios hacia nosotros podrá cambiar. No es volubilidad si Dios cambia de actitud frente a cómo nosotros lo correspondemos. Una vez que Abraham ha demostrado cuán grande es su fe obediencial, evidentemente no hay ninguna razón para que Dios mantenga el mandato de sacrificar a Isaac.
----------Respondo. También en el caso de Sodoma y Gomorra, no es Dios quien cambia, sino que es Abraham quien cambia, en el sentido de que es Dios mismo quien inspira a Abraham su gran poder de intercesión, por lo demás querido por Dios mismo desde la eternidad. Por lo tanto, Dios ya desde la eternidad estaba intencionado a hacer aquella misericordia de la cual Abraham lo suplica, más allá de las palabras iniciales de Dios que deben ser interpretadas en ese sentido histórico-crítico que me parece haber explicado ya con claridad.
----------Por lo tanto, debemos decir que no es Dios quien hace la voluntad de Abraham, sino a la inversa, es Abraham quien hace la voluntad de Dios. La salvación de las poblaciones de Sodoma y Gomorra estaba vinculada a la presencia de hombres justos en esas ciudades.
----------5. Observo, en algunas de sus afirmaciones, las siguientes contradicciones. En el artículo: "Dios no es ambiguo y no quiere un sacrificio humano", usted, padre Filemón, dice:
----------1) "Repito que el mandato divino no es para nada ambiguo, sino muy preciso: sacrificar a Isaac".
----------2) pero más adelante usted escribe: "Abraham recibe una orden muy clara, aun cuando él en buena fe cree que sea una orden divina". Ahora bien, si Abraham "cree" que es una orden divina, usted deja entender que, en realidad, no lo es. Pero entonces ya no es verdad la afirmación del punto 1, donde usted afirma que el mandato divino es precisamente sacrificar a Isaac.
----------Respondo. Si Abraham no hubiera entendido como mandato divino el sacrificio de Isaac, entonces no se habría dispuesto a hacerlo, y si lo hubiera hecho habría pecado. En este sentido, para Abraham, el mandato divino no es para nada ambiguo.
----------Le recuerdo una vez más la necesidad de distinguir la interpretación literalista de la interpretación literal. La interpretación literalista es aquella según la cual Dios quiere el sacrificio de Isaac. En cambio, según la interpretación literal, que es la correcta según el moderno método histórico-crítico, tenemos aquí una expresión antropomórfica de un Dios que cambia de idea en el curso de una prueba, y que por lo tanto no puede corresponder a la coherencia del pensamiento divino.
----------Mis observaciones son verdaderas las dos, siempre que se distinga el sentido literalista (Dios quiere el sacrificio de Isaac) del sentido literal (Abraham entiende como si Dios quisiera el sacrificio de Isaac).
----------El sentido literalista entra en contradicción con la verdadera naturaleza divina, la cual requiere la total exclusión de la auto-contradicción. Por este motivo es necesario evitar el sentido literalista, para no ofender el atributo divino de la sinceridad y de la coherencia de su pensamiento y de su voluntad.
----------63) luego usted escribe: "Abraham en un primer momento no entiende lo que Dios verdaderamente quería [...] Abraham en un primer momento tiene la intención de sacrificar a su hijo, porque las formales y textuales palabras de Dios eran el mandato de sacrificar al hijo". Pero si las palabras de Dios, en la forma y en el texto, mandaban sacrificar al hijo, y sin embargo esto no corresponde a "lo que Dios quería verdaderamente", es difícil no tener que admitir una ambigüedad en las palabras divinas. Según usted, Dios haría resonar en la mente de Abraham las "formales y textuales palabras... de sacrificar al hijo", pero en realidad querría que el patriarca las interprete como mandato de sacrificar un carnero. Y sin embargo, el mandato bíblico especifica tres veces que se trata del hijo: primera vez: "Toma a tu hijo", segunda vez: "tu único hijo al que amas", tercera vez: "Isaac".
----------Respondo. Con la expresión "formales y textuales palabras" me estoy refiriendo al sentido literalista y no al sentido literal.
----------7. Como ya por mi parte he argumentado anteriormente, a su artículo citado, comentario al cual usted, padre Filemón, no respondió, en razón de hipotetizar un posible malentendido, por parte de Abraham, del mandato divino, estamos obligados a admitir alguna ambigüedad en el mandato divino, es decir, una apertura a la posibilidad del sacrificio humano. Pero como usted ha dicho correctamente "lo que en absoluto no podemos admitir es que Dios se haya expresado de manera ambigua".
----------Por lo tanto, si Dios le dice a Abraham "Isaac" no dice "carnero"; si Dios le dice a Abraham "carnero" no dice "Isaac". Tertium non datur. Si el mandato divino hubiera requerido un sacrificio genérico, sin especificar de quién, entonces un malentendido por parte de Abraham habría sido posible. Pero, repito, el mandato divino enfatiza tres veces que se trata de Isaac y sólo de él. Más claro que eso...
----------Pues bien, padre Filemón, debe reconocer que sobre este punto su tesis resulta más bien débil, si no contradictoria.
----------Respondo. Su argumentación se basa siempre y sólo en el sentido literalista. Por lo tanto, sigue siendo verdad que Abraham malinterpreta, mientras que el sentido literal, es decir, el auténtico, emerge de las palabras del ángel. En efecto, el sentido literalista conduce a negar la coherencia de la voluntad divina, mientras que el sentido literal de las palabras del ángel hacen comprender la inmensa bondad divina.
----------En las palabras del ángel tenemos por lo tanto una coincidencia del lenguaje metafórico con el metafísico, mientras que en las palabras relativas a la petición de sacrificar a Isaac, el lenguaje antropomórfico entra en colisión con el lenguaje propio de la metafísica, por lo cual es necesario mantener el lenguaje metafísico y rechazar el antropomórfico. Esto quiere decir que hablar de Dios de modo antropomórfico en línea de principio puede ser útil a nivel popular; pero si ocurre que ello contradice el sentido propio del ser divino, entonces debe ser abandonado, de lo contrario se cae en la idolatría.
----------Por lo tanto, se debe interpretar la petición del sacrificio de Isaac como otros relatos bíblicos, que introducen y conducen a una específica revelación divina, en este caso que Dios no quiere sacrificios humanos. Recordemos que en la época de Abraham existía el uso de sacrificios humanos.
----------8. Usted escribió en otro artículo, más reciente: "Debo por tanto hacer la observación de que, razonando con la mentalidad literalista de Beauchamp, se vendría a dar a la famosa frase de Josué 'Detente, oh sol', un significado literal tal que por el cual se verificaría un milagro realmente absurdo".
----------Como declara el Concilio Vaticano II, por otra parte anticipado por afirmaciones análogas del mismo Galileo, "los libros de la Sagrada Escritura enseñan con certeza, fielmente y sin error la verdad de que Dios, a causa de nuestra salvación, quiso que fuera entregada a las Sagradas Letras" (Dei Verbum n.11).
----------La "inerrancia" -como se decía en el pasado- o más bien la "verdad" de la cual está dotada la Biblia no es de tipo científico, sino teológico y, por tanto, el pasaje citado del libro de Josué debe necesariamente ser interpretado de modo no literal.
----------Pero delante del texto de Génesis 22,1 no hay ninguna ley científica que sea violada, por lo cual no fuera posible acoger su significado literal. Por lo tanto, la comparación que usted, padre Filemón, opera con Jos 10,12-13 no parece muy pertinente.
----------Respondo. El problema que se planteó en su momento en el caso Galileo no es muy distinto del que se plantea al interpretar el sacrificio de Isaac. Ciertamente, en el caso de Galileo estaba en juego la interpretación científica del sistema solar, mientras que en nuestro caso lo que está en juego es una cierta interpretación de la naturaleza divina, que se resiente de un antropomorfismo inaceptable, antropomorfismo que será corregido por la concepción mosaica de la naturaleza divina, como "Aquel Que Es".
----------Es evidente que un Dios concebido de este modo (en el líbro del Exodo) no tiene nada que ver con un Dios pagano, que se contradice a sí mismo. Por eso debemos decir con toda franqueza que ese Dios que aparece a primera vista a Abraham, como un Dios que quiere un sacrificio humano, no puede ser el verdadero Dios, sino que es una divinidad que se resiente del paganismo ajeno a Israel. Hay un progreso en la Revelación divina, como está narrada por la Biblia y que termina con el último de los Apóstoles, Juan, y en el conocimiento de Dios por parte nuestra y por parte de la Iglesia misma.
----------9. Antes de ironizar sobre la "mentalidad literalista" de Beauchamp, le invitaría a que se documentase sobre los numerosos reconocimientos que ha recibido.
----------Algunos ejemplos de lo que se ha escrito sobre él: "Por su ciencia y su erudición fue ciertamente un eminente exegeta. Pero, lector de una Biblia que sabía que era escritura vital, porque la Palabra de Dios nos une al hombre, no ha dejado nunca de superar los límites de una simple exégesis histórico-crítica. Igualmente, no dejó de estar atento a las sugerencias de las ciencias humanas, pero mantuvo siempre plena libertad respecto a los métodos y a los temas del momento". (Anne-Marie Pelletier).
----------"Ampliamente reconocido como exegeta bíblico y teólogo de amplitud y profundidad verdaderamente excepcionales, hay que admitir que su pensamiento, su expresión, a menudo intimidan incluso a los más valientes [...] Lo único a lo que dedicó toda su vida fue el misterio de la unidad de los dos Testamentos, ambos unidos en un único libro. Lo que siempre ha buscado, apasionadamente, es cómo el Uno 'se cumple' en el Otro. Cuántos artículos, capítulos enteros de sus libros están dedicados al 'cumplimiento de las Escrituras', que encuentra su lugar en el misterio pascual, en la cruz de Cristo. Por eso ha querido restaurar la lectura tipológica o figurativa practicada por los Padres de la Iglesia que vieron en Cristo a Aquel que llena y lleva a cumplimiento todas las figuras del Primer Testamento. Pero también ha demostrado que podía ser hecho solo sobre bases radicalmente nuevas. El fundamento sobre el cual tal lectura figurativa puede y debe ser construida es en realidad tanto simple como innovador: mostrar que esta lectura no es específica del Nuevo Testamento, sino que ya está en acción dentro del Antiguo, que el cumplimiento se llama, por tanto, 'responsivo' desde el inicio, desde la primera página del Libro" (P. Roland Meynet).
----------"El padre Beauchamp (1924-2001) traza un surco fecundo sobre el modo de acercarse a la Biblia en nombre de una teología bíblica adecuadamente sostenida por una conciencia teologal, teológica, antropológica, y por tanto necesariamente y sanamente literaria -poética porque sabia y vital- de la Biblia tomada en bloque, como 'relato total', que lanza el más grande desafío de significación posible. 'L’Écriture, c’est le Dieu inattendu; la lecture met la foi à l’épreuve comme la vie met la foi à l’épreuve'. El lector está llamado a exponerse a una perturbación (bouleversement), a un despertar, a decidir si asumir o no el timor Domini, permitiendo 'l’attirance du désir, consciente du danger de l’aventure divine' (PES, 41). B. llama a todo esto 'intimación' de la Palabra -ley, figura- 'que íntima a lo íntimo del corazón un consenso amoroso' con impacto al mismo tiempo estético/ético, configurante a la obediencia de Jesús al Padre" (Roberto Vignolo).
----------Respondo. Estimado padre Serafín, cuando, sin ninguna ironía, hablo de literalismo, me refiero al asumir materialmente ciertas palabras de la Escritura interpretándolas tal como ellas suenan a nuestra cultura de hoy. Esto quiere decir descuidar lo que es el verdadero significado de lo que el hagiógrafo quiere decir. El literalismo es aquello que dice san Pablo (2 Co 3,6): la letra mata y el Espíritu vivifica.
----------Este verdadero significado se capta, como he dicho, usando el método histórico-crítico: "histórico" quiere decir que debemos ponernos al nivel de la cultura del hagiógrafo, prescindiendo de la de nuestro tiempo. Por ejemplo, debemos entender qué concepto de Dios tenía el hagiógrafo, concepto atrasado respecto al concepto de Dios que tenemos hoy después de 3.000 años de progreso del conocimiento teológico, el cual ha tenido un decisivo impulso con la venida de Cristo.
----------Método "crítico" significa uso de la crítica racional basada en la metafísica, la cual es la única que permite concebir a Dios en su propio Nombre "Aquel que es" y por lo tanto tener un concepto propio de Dios, paradigmático y superior a todas las representaciones antropomórficas o metafóricas, por útiles que sean.
----------Recordemos que Dios y Jesucristo son los primeros y máximos Maestros de metafísica. A propósito le aconsejo la lectura de mi artículo en este blog: Breve nota sobre la metafísica de Jesús. Se trata de una notita muy breve, pero en ella usted encontrará mi argumentación de que en las palabras mismas de Nuestro Señor existe ese supremo concepto de Dios, que debe iluminar críticamente todo cuanto enseña la Escritura.
----------En cuanto al P. Beauchamp, no pongo en duda su valor y sus competencias de biblista. Sin embargo, debo reiterar que sobre este punto del sacrificio de Isaac lamentablemente no usa de modo suficiente el método histórico-critico con la desafortunada consecuencia de no darse cuenta de que la interpretación tradicional ya no puede ser aceptada debido del grave inconveniente que presenta un Dios que quiere sacrificios humanos.
----------Yo no soy un biblista, pero soy un metafísico y me doy cuenta si un biblista es carente en metafísica. En efecto, desde hace ocho siglos los Papas recomiendan la metafísica de santo Tomás de Aquino, precisamente con el propósito de recordar a los exegetas que, para poder interpretar sin equivocarse la Sagrada Escritura, hace falta una preparación metafísica.

8 comentarios:

  1. Sergio Villaflores1 de julio de 2024, 10:39

    Estimado Padre:
    Es muy útil leer estas precisiones y observaciones suyas. Es muy raro tener el punto de vista de un metafísico como Usted que hace bien en explicarnos, aunque solo sea a través de la intuición de quien lee (a causa del obvio desnivel), cuán inmensamente más allá de nuestra comprensión está Dios, quien sin embargo quiere hacerse pequeño y estar cerca de nosotros a través de toda la historia humana.
    La frase "Dios se arrepintió" leída hace algún tiempo durante la primera lectura de la Liturgia de la Palabra fue el punto de partida de una pequeña discusión con mi párroco después de la Santa Misa y ambos concordábamos sobre el sentido antropomórfico del texto. Ahora usted lo explica aún mejor. Solo que, me vino también el pensamiento de que, precisamente siguiendo a Tomás de Aquino, que explica cómo en Dios están ausentes los sentimientos, se pueda incluso decir que Dios no ama, sino más bien que en Dios "es en ser" mucho más porque Dios "es" Amor con la A mayúscula. Por consiguiente, afirmar con nuestras simples palabras que Dios nos ama, resulta ser incluso reductivo de Su amor por nosotros. Entonces, siguiendo su magistral explicación de la sabiduría y previsión de Dios, también el concepto de castigo divino se explica como el modo absolutamente inimaginable y único de Dios de actuar desde la eternidad sobre el presente sin ser un gendarme sino un Padre de sabiduría, ciencia, poder y bondad infinitas. ¿Es justo lo que digo o me equivoco en algo?

    Sergio Villaflores (Valencia, España)

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    1. Estimado Sergio,
      usted ha comprendido a pleno lo que quería decir y me da mucha alegría, no tanto porque ha comprendido lo que yo he dicho, sino porque se trata de nociones muy elevadas en las cuales santo Tomás es un supremo maestro, como nos ha indicado recientemente y en repetidas ocasiones el papa Francisco.
      Efectivamente, la metafísica es indispensable para interpretar rectamente, en la medida de lo posible, los atributos de la naturaleza divina, ya que, puesto que la Escritura a menudo utiliza el lenguaje antropomórfico o metafórico, que puede prestarse al equívoco, una exégesis basada en la metafísica permite evitar estos equívocos.
      Por otra parte, como he dicho, el lenguaje metafórico es indispensable a nivel popular, en cuanto hace leva en la imaginación, que es la cualidad de todos nosotros, mientras que la metafísica requiere una especial educación de la inteligencia y una especial responsabilidad educativa hacia los jóvenes.
      Por otra parte hay que tener presente que las primeras y fundamentales nociones de la metafísica nacen espontáneamente en la mente de todos nosotros, aunque luego necesitan ser refinadas. Sin embargo, tomando por ejemplo la noción del ser, que es el objeto de la metafísica, esta noción ya está implícitamente presente en la mente del niño cuando usa el verbo ser en los juicios que expresa.
      Por otra parte, lamentablemente también existen errores en metafísica, los cuales son muy peligrosos. De ahí la necesidad de recurrir a verdaderos maestros, como santo Tomás, recomendado desde siempre por la Iglesia.

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  2. Si uno confía en Dios hace lo que Dios le pide . Sin si y sin no . Punto .

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    1. Estimada María Isabel,
      estoy plenamente de acuerdo con lo que usted dice.
      Pero tenga en cuenta que el problema a veces es saber con certeza qué es lo que Dios quiere, porque puede suceder que el diablo sea tan astuto que nos engañe o bien que seamos nosotros los que nos equivoquemos en buena fe.
      De todos modos, si realmente estamos en buena fe y cumplimos lo que es objetivamente malo, estamos excusados y el Señor, como le ha sucedido a Abraham, nos ilumina por medio del ángel, es decir, a través de alguien o algo que corrige nuestras ideas.

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  3. Serafín Savelloni2 de julio de 2024, 5:06

    En la primera parte de este artículo, usted escribió: "no es posible creer que Dios engañe a Abraham haciéndole creer que tiene una voluntad contraria a la que en realidad tiene. De tal modo, usted presenta a Dios como un impostor".
    En mi opinión, una acción que, en principio, puede definirse éticamente mala, sobre la base de la intención que la guía y de las consecuencias reales que en este caso específico produce, puede invertir la connotación negativa a nivel definitorio. De ahí la necesidad del discernimiento.
    En esto no puedo sino informarle lo que ya le había escrito en un mail anterior: "[...] En este punto, todavía se podría formular esta objeción: si Dios le ha pedido literalmente a Abraham que sacrificara a su hijo, pero (obviamente) sin revelarle que en el último momento lo habría de todos modos detenido, entonces Dios ha "engañado" a Abraham, y el engaño, como la contradicción o el cambio de voluntad, no se corresponden con Dios.
    Considero que incluso ante este tipo de objeción, uno no debería detenerse en el puro contraponer una cuestión de principio (Dios no puede engañar) con el obrar divino en el contexto de cuanto es narrado en el texto genesíaco, sin considerar las sucesivas importantes consecuencias que esto tendrá en la economía de la Revelación. También en este caso considero que es necesario un esfuerzo de discernimiento, que permita ir más allá de, como puedo decir... la simple consecuencialidad lógica que se obtiene extrapolando el mandato divino de pedir el sacrificio unido al propósito divino de detenerlo en el momento justo, para ponerlo inmediatamente en relación con el principio general que Dios no puede engañar. [...]
    El asesinato de una persona, que en línea de principio es violación del mandamiento "No matarás" (Ex 20,13), en caso de que se revele la única posibilidad de salvar a un inocente de ser asesinado, se vuelve no solo lícito, sino éticamente correcto.
    El apropiarse de una manzana del mostrador de una tienda de frutas, que en línea de principio es violación del mandato "No robarás" (Ex 20,15), si es realizado por un pobrecillo, gravemente necesitado, incapaz de pagarla, con el único fin de no desmayarse por el hambre, llega a ser no solo correcto para la Ética sino, también en el plano del Derecho humano, no se le imputaría de hurto, porque se reconoce que el sujeto ha actuado "en estado de necesidad", y en consecuencia el derecho a la vida, a la salud, prevalece justamente sobre el derecho a la propiedad privada.
    Por último, recuerdo el caso familiar, pero ciertamente no único, de un tío mío que durante la Segunda Guerra Mundial escondió a dos aviadores de las fuerzas aliadas, que se habían lanzado en paracaídas después de que su avión hubiera sido alcanzado por el antiaéreo alemán, y cuando apareció una patrulla nazi, dijo que no sabía nada de los paracaidistas. También en este caso, si bien no está en violación del mandamiento "No darás falso testimonio contra tu prójimo" (Ex 20,16), siempre se ha tratado de haber dicho lo falso, pero la mentira en tal contexto se vacía de toda connotación reprobable, y se vuelve no solo meritoria por haber salvado la vida de su prójimo, sino incluso heroica, ya que ha supuesto poner en grave peligro la propia vida si, procediendo con su búsqueda, los nazis hubieran descubierto la mentira (gracias a Dios la sirena de una nueva alarma aérea obligó a la patrulla a huir).
    En definitiva, una acción que, en general, en un plano teórico, puede ser calificada de mala, e incluso resultar en violación de uno de los Diez Mandamientos... si es examinada con discernimiento en todas las consecuencias concretamente causadas, a veces puede transformarse en acción buena y justificada.

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    1. Estimado padre Serafín,
      hipotetizar que Dios haya engañado a Abraham supone la interpretación literalista de la Sagrada Escritura, interpretación literalista según la cual Dios habría fingido querer el sacrificio, de tal manera que Abraham habría permanecido engañado, salvo para más tarde ser desengañado. Pero una hipótesis de este tipo es claramente blasfema.
      Por cuanto respecta al caso moral, por usted señalado, de las mentiras lícitas, ellas no constituyen una excepción al VIII Mandamiento, en el caso de que se trate de defender a un inocente que corre el riesgo de ser asesinado por un injusto agresor. Esto quiere decir que mentir al agresor, salvando la vida del inocente, no es una violación al VIII Mandamiento, sino que es el recurso a una legítima defensa del inocente.
      Por ese motivo, la comparación que usted hace, no se adecua al caso del sacrificio de Abraham. Lo que quiero decir es que, si Dios hubiera mandado el sacrificio de Isaac, no habría practicado algo similar a la mentira lícita, porque el asesinato del inocente está absolutamente prohibido, que no admite excepciones. Por este motivo, reitero una vez más que la interpretación literalista del pasaje de Génesis 22 no es sostenible.
      A este respecto, el documento de la Pontificia Comisión Bíblica habla de fundamentalismo, que consiste en una forma de literalismo que hay que distinguir de la interpretación literal. El fundamentalismo, como explica el documento, "tiende a tratar el texto bíblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espíritu Santo y no llega a reconocer que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y fraseología condicionados por una determinada época" (véase los puntos I, F de este documento que constituye magisterio).
      Estas palabras se refieren evidentemente también a concepciones particulares propias del hagiógrafo, que son ajenas a la verdadera Palabra de Dios, en particular, como ya he dicho y repetido, a una concepción arcaica de Dios.
      Cf. https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_19930415_interpretazione_it.html

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  4. Serafín Savelloni2 de julio de 2024, 5:07

    Ahora bien, volviendo a la objeción que acusaría, la interpretación del sacrificio abrahámico que aquí estoy abogando, de atribuir a Dios un reprobable "engaño" respecto al patriarca, se debería (admitido y no concedido que, como hombres, se tenga el derecho de "sindicar", de algún modo, la obra divina), considerar los muchos e importantes frutos, no solo para Abraham, Isaac y Sara, sino para todos nosotros, su posteridad, que hemos surgido de la convocatoria y de la aprobación de esa prueba. Como dijo Benedicto XVI: "la obediencia de Abraham se ha convertido en fuente de una inmensa bendición hasta hoy". Por citar solo tres: el mensaje perenne para toda la posteridad de poder siempre confiar, confiarse, en Dios, incluso en los momentos más oscuros, más desesperados de nuestra existencia; la confirmación grabada en la Sagrada Escritura de que Dios no desea sacrificios humanos; la disponibilidad de Isaac a poner completamente la propia vida a disposición del padre, como prefiguración del sacrificio de Cristo.
    Y entonces, ante lo que ha surgido para nosotros de la prueba de Abraham, me parece que se puede decir que el llamado "engaño" divino, mientras sea lícito usar este término, se vacía de toda connotación negativa que distingue en cambio a los verdaderos engaños al mal, y solo nos queda arrodillarnos ante Su voluntad. Por lo demás, usted mismo ha escrito:
    "Dios, cuando quiere enviar una prueba, se reserva fijar a su discreción el contenido y la duración. Por lo tanto, si queremos vivir bien nuestra fe, no es el caso de preguntarnos por qué Dios envía ciertas pruebas con ciertos contenidos y con ciertas duraciones. Él sabe lo que hace y lo hace por nuestro bien. Estas consideraciones nos deben bastar para confiar en Él, para obedecerle y para soportar la prueba, en la certeza de que ella sirve para fortalecernos en la fe y en la virtud".
    Por lo tanto, la petición del sacrificio de Isaac no ha sido el fin del querer de Dios, sino el camino elegido por Dios para probar la fe obediencial de Abraham, reservándose para interrumpirla en el momento oportuno".
    La intención del Señor, que está detrás del "divino engaño" (si así queremos llamarlo), es absolutamente a fin de bien, y los frutos producidos han sido de gran valor para toda la humanidad, por lo tanto, podemos absolverlo sin más de la acusación de "impostor", admitido y no concedido, Que él necesite de nuestra absolución.
    No podemos, no debemos detenernos en las definiciones abstractas de "engaño", "impostor", "contraorden", etc... sino que debemos verificar con discernimiento cuándo efectivamente deben ser aplicadas.

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    1. Estimado padre Serafín,
      no hay ninguna duda de que la prueba superada por Abraham ha dado inmensos frutos de bien para toda la humanidad, como usted correctamente señala, pero siempre queda el hecho de que la prueba no ha consistido en un Dios que primero ordena a Abraham sacrificar al hijo y luego se corrige, sino en un Dios que ha requerido fe y obediencia absolutas. Abraham corresponde en plenitud y es recompensado con el cumplimiento de las maravillosas promesas que Dios le había hecho.
      La verdadera voluntad sacrificial de Dios no fue en absoluto el asesinato de Isaac, sino del carnero, un sacrificio del todo razonable y conforme a la sana tradición y sin duda preparatorio para aquel sacrificio del Cordero, que es anunciado por el Bautista y por el libro del Apocalipsis.

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