miércoles, 3 de julio de 2024

El Papa: servidor de la unidad de los cristianos

"El Obispo de Roma" es un documento del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que recoge el fruto de los diálogos ecuménicos sobre el ministerio del Papa en respuesta a la invitación formulada hace casi treinta años por san Juan Pablo II tras los pasos dados desde el Concilio Vaticano II. En el respeto a los valores de la jerarquía apostólica ("Apacienta mis corderos", Jn 21,15) y de la fraternidad cristiana ("Uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos", Mt 23,8), se trata de buscar una forma de ejercicio del primado que sea compartida por aquellas comunidades que vivieron en plena comunión en siglos precedentes.

----------En el curso de la historia del cristianismo ha sucedido varias veces que grupos de cristianos o incluso enteras comunidades eclesiales se han rebelado o han roto la comunión con el Papa, algunos negando incluso el fundamento evangélico de su autoridad, tomando como pretexto su mal gobierno o incluso el supuesto hecho de haber caído en la herejía o que una mejor exégesis de los textos evangélicos hubiera demostrado que el primado petrino no habría sido querido por Cristo sino que había sido una invención medioeval para justificar la pretensión de la Iglesia Romana de mandar sobre todas las demás Iglesias.
----------Este repudio hacia la autoridad del Papa siempre ha pretendido justificarse con la acusación hecha al Papa de traicionar la doctrina de Cristo expresada ya sea en la Escritura como en la Tradición o en el Magisterio pontificio precedente. De ahí la tesis de todos estos herejes y cismáticos según la cual la Iglesia no está guiada por la mediación del Papa, sino directamente por Cristo y por el Espíritu Santo.
----------Algunas Iglesias han mantenido el episcopado y por tanto todos los sacramentos, por lo cual han conservado la jerarquía, así como la tradición y sucesión apostólicas hasta el momento de la ruptura.
----------Otras comunidades, con el pretexto de que los cristianos son todos hermanos por igual y solo Cristo es el único maestro, han renegado también de estos valores, por lo cual de la Iglesia solo les ha quedado el elemento laical y carismático, y los pastores de las comunidades son elegidos por las mismas comunidades actuando en nombre de la comunidad como en un normal régimen democrático.
----------El Concilio Vaticano II, mediante el decreto Unitatis redintegratio, considerando el deseo manifestado por muchos hermanos separados de recobrar aquella unión y comunión de caridad recíproca que Cristo ha querido bajo un solo pastor, ha promovido la actividad ecuménica dirigida a la reconstitución de la comunión con el Papa de aquellas Iglesias o grupos de fieles que en el pasado se han separado de la plena comunión con la Iglesia católica y, por tanto, ha dado directrices a los católicos para operar con el fin de ayudar a esos hermanos separados que lo deseen a superar los obstáculos que se interponen para su plena comunión con el Vicario de Cristo en la tierra y para alcanzar dicha plena comunión.
----------El método adoptado por la Iglesia siguiendo las huellas de las indicaciones y de la doctrina  eclesiológica del Concilio Vaticano II, consiste ante todo en la puesta en luz de las verdades de fe y valorización de los sacramentos que han sido conservados por los hermanos separados, luego también consiste en la promoción del recíproco reconocimiento, arrepentimiento y reparación de errores y culpas cometidos por ambas partes en el pasado, y finalmente en la promoción de una colaboración recíproca en actividades caritativas, asistenciales, misioneras, políticas, sociales, educativas, culturales y religiosas.
----------Por consiguiente, de tal modo, el Concilio Vaticano II ha marcado un cambio histórico, un giro epocal, por iniciativa de san Juan XXIII, en la relación de la Iglesia con las religiones y culturas no-católicas. En cambio, en los siglos posteriores a la reforma tridentina los Papas estaban preocupados por impedir el ingreso en la Iglesia de los errores de los hermanos separados y, en general, de las culturas no cristianas, lo cual dejó a la Iglesia aislada de los valores culturales y religiosos que maduraban fuera de ella.
----------El remedio así establecido por el papa san Juan XXIII, con la promoción del Concilio Vaticano II, ha tenido indudablemente el efecto positivo de permitir el ingreso en la Iglesia de los valores antes ignorados o mirados con sospecha o desconfianza, pero el Papado se ha encontrado ante un renovado modernismo, cuyo surgir no había previsto y al cual no ha sido capaz de poner un freno.
----------Es así que el papa san Juan Pablo II en su momento ha sentido la necesidad, en la encíclica Ut unum sint, de auspiciar que un específico organismo eclesial tomara bajo examen el proponer al Papa una nueva modalidad de ejercicio del primado petrino adaptada a la actual situación ecuménica, que, sin restar nada a las conquistas del ecumenismo, pudiera ser reformulado de tal modo de conservar en el primado, en la nueva situación histórica que ha venido a crearse tanto por los progresos del ecumenismo como por el retorno del modernismo, una suficiente autoridad y eficacia pastoral en orden al cumplimiento de esa tarea suya que le ha asignado Cristo, de custodiar y apacentar su rebaño con óptimas pasturas, de devolver al redil las ovejas perdidas, de curar a las enfermas, de defender el rebaño de los lobos.
----------La autoridad apostólica tiene su suprema plenitud y manifestación en el Papa, en el Romano Pontífice, y está indudablemente sujeta a una serie de grados descendentes de cada vez menor participación: el Papa hace partícipes de su autoridad a los grados inferiores según una escala descendente, por lo cual la participación en su autoridad degrada a medida que se desciende de los más altos a los más bajos, mientras que el Papa tiene suprema y plena autoridad directa e inmediata sobre todos los fieles, que ejerce cuando quiere. Así el Papa está a la cabeza de los Cardenales; estos, si son Cardenales de Curia, son los superiores de los Obispos diocesanos; estos a su vez guían a sus presbíteros, estos guían a los diáconos, estos guían a los laicos. Sin embargo, estos últimos en el Espíritu Santo pueden ofrecer ayuda e integración y, en determinados casos, también consejo, instrucción y corrección fraterna a la obra de los Pastores.
----------El Papa actual ha utilizado para tal fin los temas conciliares de la colegialidad episcopal, fruente cum Petro y sub Petro de la suprema y plena autoridad sobre los fieles, en cuanto depositario de los dones jerárquicos del Espíritu Santo, y también de los temas de la sinodalidad, de la Iglesia pueblo de Dios sacerdotal, infalible en el creer y animado por los dones carismáticos del Espíritu Santo.
----------El documento Il Vescovo di Roma recientemente publicado sobre este tema por el Dicasterio para la unidad de los cristianos sugiere al Papa algunas líneas de pensamiento y de acción que retoman estos temas con la autoridad propia de este organismo de la Santa Sede, del cual el Papa se sirve como ayuda consultiva en su ministerio de Pastor universal de la Iglesia.

35 comentarios:

  1. Sergio Villaflores3 de julio de 2024, 8:50

    Estimado Padre, entiendo que, si se habla de "jerarquía", en la Iglesia solo cuenta la jerarquía religiosa que está constituida por Obispos, Presbíteros y Diáconos. No me parece que los Cardenales tengan una función espiritual. Ellos atañen a la estructura organizativa de la Iglesia. En el pasado se podía llegar a ser cardenal sin ser sacerdote. Existían también cardenales niños, hijos de las casas nobiliarias. Y luego el Papa, en cuanto es el vértice, en cuanto Obispo de Roma, sucesor del apóstol Pedro a quien Jesús dio la misión de ser "kefas", piedra de fundamento. Primus ínter pares con los obispos de las demás Iglesias apostólicas. Le ruego que me explique este asunto. Un devoto saludo.

    Sergio Villaflores (Valencia, España)

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    1. Estimado Sergio,
      la institución del cardenalato no es de derecho divino. El cardenalato florece a partir del Medioevo y hace referencia a la necesidad que el Papa tiene de tener buenos consejeros y colaboradores en su ministerio, capaces también de sostener en todo sentido a la Santa Sede. No se trata, pues, de un ministerio sagrado, sino de un servicio del cual el Papa tiene necesidad para desempeñar convenientemente su oficio. El Colegio de Cardenales preside la constitución de la Curia Romana. Actualmente los cardenales son obispos, que pueden ser miembros de la Curia Romana u obispos diocesanos. Como autoridad dependen directamente del Papa y en este sentido, si se trata de encargados de la Curia romana, están por encima de los obispos diocesanos.
      La expresión Primus ínter pares no es adecuada para expresar el primado petrino, porque se refiere solamente a un primado de honor. En cambio, el Papa está en el vértice de la jerarquía eclesiástica, y a quien tiene debajo de sí es objeto de su guía pastoral y de su poder jurisdiccional sobre inferiores según grados decrecientes, hasta descender a la base que constituyen los simples laicos.

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    2. Sergio Villaflores3 de julio de 2024, 16:13

      Estimado Padre: gracias por sus aclaraciones.

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    3. Hemos tenido en el pasado 39 antipapas. Este es el 40º, quien no quiere verlo es cómplice.

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    4. Estimado Anónimo,
      no se ha demostrado en absoluto que el papa Francisco sea antipapa. Y quien expresa tal juicio cae en un grave error.
      Los antipapis surgieron cuando ya estaba el Papa.
      Ahora bien, Francisco, ¿qué es? ¿Antipapa de sí mismo?

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    5. A ver, entendámonos: Francisco no tiene el munus y eso es indiscutible. Benedicto XVI se lo quedó, dividiendo de hecho al sucesor. Así salvó a la Iglesia del ataque de los masones.

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    6. Estimado Anónimo,
      le hago presente que el papa Francisco ha sido válidamente elegido, como ha resultado del consenso universal del Colegio Cardenalicio, que lo ha elegido, y ha sido reconocido como Papa por el mismo Benedicto XVI. Por lo tanto, todos los discursos que se hacen sobre la supuesta invalidez de la dimisión de Benedicto XVI, no tienen fundamento.

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    7. Estimado, discúlpeme, pero no es el consentimiento (¿de conveniencia?) lo que hace válida una elección papal, sino el respeto de las normas canónicas. De lo contrario, incluso los antipapis del pasado no habrían sido definidos como tales.

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    8. Estimado Anónimo,
      efectivamente, para que el Papa pueda ejercer válidamente es necesario el consenso libre y consciente. Pero pretender juzgar en este campo es una grave presunción, porque se trata del fuero interno.
      Los sostenedores del vicio de consenso se basan en un juicio gravemente incorrecto acerca del magisterio del papa Francisco.
      La validez del pontificado requiere un consenso libre en el respeto de las normas canónicas, las cuales por sí solas no son suficientes para garantizar la validez, porque efectivamente es necesario también el consenso libre.
      En el caso del papa Francisco, es absolutamente temerario hablar de vicio de consenso, porque no solo ha sido elegido válidamente con la asistencia del Espíritu Santo, sino que también su papado, desde el punto de vista doctrinal, como el de cualquier Papa, estando libre de errores, no puede ser una razón para creer que hubo un vicio de consenso.

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    9. Aquí no es cuestión de vicio de consentimiento, sino que, aún más en la raíz del problema, Benedicto XVI no ha renunciado al munus petrino, ergo ha permanecido como Papa hasta su muerte. En consecuencia, Bergoglio es un antipapa, aunque fuera el hombre más católico de la Tierra (pero hemos visto que no lo es...).
      Si Ud. me dice dónde Benedicto XVI ha renunciado al munus vengo a su lado (yo no lo veo escrito en la Declaratio), de lo contrario está usted en grave error. Que Dios la ilumine y le dé valor.

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    10. Estimado Anónimo,
      en mi blog, muchas veces anteriormente, he tenido la ocasión de explicar que el papa Benedicto XVI renunció al ministerium, pero no al munus, es decir, renunció al ejercicio del oficio petrino, pero conservó su ser Papa y por esto, con el consenso del papa Francisco, él se denominó a sí mismo "Papa emérito".
      Esto quiere decir que el ministerium del papa Francisco es válido y legítimo, por el hecho de que el papa Benedicto, renunciando al ministerium ha transmitido a Francisco, como su sucesor, el ejercicio del ministerium.
      Por el hecho de que Francisco haya aceptado ejercer el ministerium petrino, Francisco ha adquirido con ello mismo el munus petrino, porque para ejercer el ministerium es necesario el munus.
      En cambio, es posible poseer el munus y no ejercer el ministerium. Esta fue la condición de vida del papa Benedicto en los diez años siguientes al ejercicio del ministerium.

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    11. En este caso es diferente. El hecho de que el actual inquilino del Vaticano sea manifiestamente hostil al Catolicismo es marginal. En gran medida se cuestiona el procedimiento de elección. Por lo tanto, la cuestión es más grave.

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    12. Estimado Franco,
      tus juicios sobre el Santo Padre no tienen fundamento.

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    13. Estimado padre Filemón: sus explicaciones son siempre para agradecer, pero me resulta difícil entender que puedan separarse munus y ministerium en el Papa. ¿No es acaso una idea traída de los pelos por su parte? Discúlpeme la franqueza.

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    14. Estimado Anónimo,
      los católicos nos dejamos guiar humilde y obedientemente por el Magisterio del Romano Pontífice en todo lo referente a la Palabra de Jesucristo, vale decir, en todo aquello referente a la Fe y a la moral.
      A tal propósito, le aclaro que la separación entre munus y ministerium no es en absoluto una idea personal mía, sino que se trata de una declaración magisterial del papa Benedicto XVI cuando aún estaba en ejercicio de su supremo oficio de Maestro de la Fe para todo los católicos.
      Por ende, no se trata de una mera idea u opinión teológica privada de Joseph Ratzinger en cuanto doctor en teología, sino magisterio del Vicario de Cristo, pocas semanas antes de hacer efectiva su dimisión al solio pontificio.
      Ciertamente, lo enseñado allí magisterialmente por Benedicto es un progreso doctrinal, vale decir, una muy importante explicitación del oficio petrino, que incluso el papa Francisco ha validado a posteriori.
      Por consiguiente, a la luz de esta enseñanza, debemos decir que el papa Benedicto XVI verdaderamente siguió siendo Papa en cuanto al munus, no en cuanto al ministerium, claro que "Papa emérito". Mientras que el Papa en ejercicio ha sido y es Francisco desde el momento de su elección en el cónclave y aceptación del cargo.
      Esta explicitación del oficio petrino que ha hecho Benedicto, deberá ciertamente ser regulada en la práctica jurídicamente, en el futuro, a través del Código de Derecho Canónico, como siempre ha ocurrido en la historia de la Iglesia, con todas las explicitaciones que se han hecho a través de los siglos acerca de lo ministerios jerárquicos en la Iglesia.
      Lo que sí, efectivamente, yo personalmente he tratado de hacer es aclarar teológicamente (y lo más sencillo posible) en mi blog la nueva doctrina establecida por Benedicto, nueva doctrina no ciertamente en ruptura con el magisterio precedente relativo al oficio petrino, sino nueva doctrina en cuanto mejor explicación de la divina Revelación acerca del oficio de Pedro. Por ende, para un mejor y más detallado tratamiento de este tema, me remito a lo que ya he publicado en varios artículos de este blog, fácilmente identificables a través del buscador de este sitio web.

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  2. Estimado padre Filemón:
    En este artículo usted sobrevuela muchos temas de importancia, y hoy también candentes, frente a las noticias que nos llegan de procesos canónicos por cisma y herejía.
    Al respecto, indica usted correctamente que las directrices del decreto Unitatis redintegratio, señalan a los católicos el modo de actuar para ayudar a los cismáticos y a los herejes (o para decirlo en términos hoy más pastorales, a las comunidades separadas de la plena comunión eclesial y de la verdad plena, que se encuentra solo en la Iglesia católica) a volver a la Iglesia Una y a la verdad plena. El concepto de "comunión plena" y de "comunión parcial" de estos no-católicos se repite oportunamente en la brevedad de su artículo.
    Ahora bien, quisiera aquí referirme sobre este tema, precisamente a lo que implica el texto de Unitatis redintegratio. Al respecto, entiendo, por supuesto, que las otras religiones tienen elementos de verdad, pero la plenitud de la verdad está solo en la Iglesia católica. Y entiendo también que los no católicos en buena fe están en comunión parcial con la Iglesia católica; pero el Concilio no excluye la existencia del cisma y de la herejía que excluye totalmente de la pertenencia a la Iglesia.
    Ateniéndome entonces a los términos de Unitatis redintegratio, me doy cuenta que la habitual afirmación de que tal o cual comunidad separada de la Iglesia católica está "en comunión parcial con la Iglesia" no es tan simple ni fácil de hacer, sino que deberíamos hablar de condicionamientos. ¿O tal vez estoy equivocado?
    Porque comprendo que el Concilio en Unitatis redintegratio condiciona la "comunión parcial" al hecho de que el no católico se encuentre "en buena fe", es decir, que, aun siendo objetivamente cismático o herético, no lo sea subjetivamente. Y esto precisamente porque entiendo que el Concilio sobreentiende que el cisma y la herejía (conscientes, es decir, de mala fe) excluyen totalmente de la pertenencia a la Iglesia".
    ¿Estoy interpretando correctamente lo que el Concilio quiere decir?

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    1. Estimado Joaquín,
      la cuestión que usted plantea es muy interesante y merece que nos detengamos en ella con mucha atención.
      El problema esencial es, en primer lugar, el de la pertenencia a la Iglesia. Pertenencia a la Iglesia que está sujeta a diversos grados, llegando hasta el grado de la plena pertenencia. Pero, junto a ese primer problema, en segundo lugar, está el problema de la exclusión o inclusión en la Iglesia.
      Cuando suele decirse que la excomunión pone al excomulgado totalmente fuera de la Iglesia, quizás habría que hacer una distinción, pues al hacerse tal afirmación se suele pensar (correctamente) en el aspecto jurídico. Pero también es necesario considerar el aspecto espiritual. Por consiguiente, y teniendo en cuenta esta distinción, el excomulgado está fuera de la Iglesia en el caso que se trate del ministro del culto (canon 1331 del Código de Derecho Canónico). En cambio, desde el punto de vista espiritual hay que distinguir dos cosas: la voluntad del excomulgado y el conocimiento de fe que el excomulgado tiene acerca de la naturaleza de la Iglesia.
      En el caso de una excomunión injusta, el excomulgado continúa perteneciendo plenamente a la Iglesia, sin embargo, según santo Tomás de Aquino, hace bien en atenerse a las disposiciones de la autoridad eclesiástica.
      Ahora bien, si el fiel católico excomulgado manifiesta tener una mala voluntad hacia el Papa (por ejemplo, animadversión, odio, desprecio, manifestados en burlas, insultos, tratamiento despectivo u ofensivo, etc.), yo creo que se lo puede considerar fuera de la Iglesia.
      Sin embargo, el excomulgado puede conservar el conocimiento de todas las verdades de la fe. De lo que carece es de la caridad hacia la Iglesia.
      Aún con todo esto, creo que se puede decir que, de todos modos, por cuanto respecta a su preparación doctrinal, continúa perteneciendo al menos parcialmente a la Iglesia.
      En este punto podemos relacionar lo que he dicho con la doctrina del decreto Unitatis redintegratio, el cual habla, respecto a los Hermanos separados, de una parcial comunión con la Iglesia. Hay que notar que estos Hermanos separados pueden estar en buena fe, por lo cual ellos, quizás sin saberlo, pertenecen plenamente a la Iglesia a los ojos de Dios.
      Por último, podríamos hacernos una pregunta: ¿qué diferencia hay entre un excomulgado y un hermano separado? Que el excomulgado está excluido de la Iglesia según el can. 1331, mientras que el hermano separado, dado que no cae bajo la jurisdicción de la Iglesia Católica, el Concilio lo considera como objetivamente en una comunión parcial con la Iglesia Católica.

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  3. El pontífice, ¿se equivoca? ¿Puede equivocarse? La respuesta es SÍ, es una persona como todos nosotros, Pedro mismo se ha equivocado, pero los cimientos de la Iglesia Católica NUNCA temblarán, porque están fundados sobre Cristo en persona, Jesús mismo le dice a Pedro, lo que sucede hoy es lo que sucedió ayer, pero, estemos atentos, vigilemos porque si nuestra fe es débil será difícil el camino que cumplamos.

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    1. Estimada María Pilar,
      en la persona del Papa es necesario distinguir dos cosas: su personalidad humana, de hijo de Adán como todos nosotros y por tanto frágil y pecable desde el punto de vista moral y doctrinal; y el otro aspecto a tener presente es su oficio de Sucesor de Pedro y Obispo de Roma. En cuanto tal, cuando enseña en materia de fe a la Iglesia, enseña ciertamente la verdad o, como se dice, es infalible.
      En cambio, como Pastor en el gobierno de la Iglesia puede carecer de justicia o de prudencia, pero se supone que ordinariamente esto no acontece, y si debiera ocurrir debe ser rigurosamente demostrado.

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    2. Buenos días, que Dios lo bendiga, estoy de acuerdo con usted ¿sabe qué, me viene a la mente? ¿Las palabras de Jesús que decía: cuando vuelva, encontraré la fe? Yo soy de la idea como Jesús siempre decía, que yo hablo de las cosas que conozco, vosotros habláis de las cosas que no conocéis.
      Me explico, todos los católicos debemos tener más fe en Dios, en Cristo Jesús, pedir la fe, y cultivarla todos los días, y luego conocer el Evangelio, cosa fundamental que unido todo a la fe hace que uno aunque el Papa pueda un solo instante también enviar la barca no nos escandalice, porque conocemos las escrituras y porque tenemos fe, la verdadera, la viva, si fuera así tampoco existirían estas preguntas.
      Poca fe en Cristo y en la Iglesia Católica hace que se tenga una fe débil. Rezamos por el Papa y rezamos por nosotros. Porque sabe qué, veo muchas veces señalar con el dedo, pero recordemos quién está hablando de un hombre que guía la iglesia, pero estamos tranquilos que el comandante es siempre Cristo Jesús!!!
      Padre, cuando rece y celebre misa, recuérdeme, gracias.

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    3. ¡También cuando hizo esa declaración sobre los gays! Los llamo Frocci si no me equivoco, si me equivoco, corríjame enseguida, escándalo, pero estemos tranquilos. Los lobos siempre están listos para escandalizar... También yo personalmente a veces permanezco un poco así sobre ciertas palabras y afirmaciones, y me digo: ¿cómo es posible, pero conozco el Evangelio y seré siempre fiel a la Iglesia católica, padre, también en su persecución ha sido siempre fiel, y quién soy yo para no serlo?? Hay que tomar inspiración de los santos, y discernimiento siempre antes de abrir la boca, también los hombres de iglesia deberían hacer esto más que nosotros, porque pueden escandalizar mucho más. ¡Les recordaría a ciertos hombres de iglesia lo que decía Don Bosco, que un sacerdote está ante solo dos calles, paraíso o infierno! Si va al cielo traerá muchas almas con él, si va al infierno hará lo mismo...

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    4. Estimada María Pilar,
      comparto sus observaciones. Es necesario fortalecerse continuamente en la fe, porque la fe, por su naturaleza, debe crecer, y debemos encontrar gusto en hacerla crecer, así como un niño está contento en convertirse en adulto y el deportista aspira a convertirse en campeón. La fe aumenta cuando es probada.
      Si a veces el Papa nos hace problema con alguna de sus palabras, no debemos turbarnos. Es un pecador también él. Aprovechemos estas dificultades para apegarnos aún más a Jesús, como usted ha dicho bien, y no olvidemos que el Papa, más allá de sus defectos humanos, sigue siendo el Papa.
      No dejaré de recordarla a usted en la Santa Misa.

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    5. Estimada María Pilar,
      he leído con mucha complacencia también estas otras consideraciones suyas. Observo que usted tiene una excelente formación católica. Sea perseverante en este camino, sin dejarse seducir por cantos de sirenas, ya sean indietristas o modernistas, que se hacen los primeros de la clase, mientras que en realidad son los primeros en tener que corregirse.
      Indudablemente nosotros, sacerdotes, habiendo recibido una formación mayor, somos más responsables y más culpables si caemos, y por eso tenemos mucha necesidad de las oraciones de ustedes los laicos, que nunca como hoy la Iglesia valora en el tema de la sinodalidad.

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    6. ¡Cierto padre, con plena razón, debemos rezar, rezar, rezar! Yo también, que trato de estar cada vez más cerca de Dios, ¿el mal hace de todo para que yo caiga, a veces caigo, pero Jesús me levanta de mi desaliento? al principio de mi camino un poco, pero la fe y la cercanía de Cristo y la Virgen María me han sostenido, testigo de tantos milagros, utilizado por Cristo para ayudar al prójimo, etc., Satanás siempre ha tratado de ponerse en medio y desanimarme, pero con el tiempo Cristo me ha revestido de su armadura el espíritu santo presente en mi vida la fe que ha crecido gracias a tantos testimonios de Cristo en mi vida, he derramado todo en sus manos, Y cuando bajas estás un poco desestabilizada, pero luego lo bueno es que él viene y te levanta y te dice que estoy aquí contigo. Qué hermoso es cuando te envuelve, te aprieta, y ese corazón que arde como un horno.
      Deseo a todos que sus corazones ardan y que estén llenos de gracia...
      Sabe qué padre, Jesús siempre te sorprende, gracias padre por sus atenciones que me ha dirigido, le deseo mucha paz en el corazón...
      Solo una cosa: parece que cuanto más rezo y más gente te usa y parece que a tu alrededor se hace tierra quemada... No me preocupa, porque puedo estar sola en el mundo, pero Cristo está siempre conmigo. Lo importante que él está en mi vida, ¿por qué sin él que voy a hacer? Gracias Dios que estás allí y gracias que estás en mi vida. A veces se olvida, pero gracias a que se recuerda.
      Padre, perdone el desahogo, le agradezco su compartir conmigo. Y gracias por sus hermosas nots siempre muy interesantes... puntos para la reflexión... Pero sé que es Jesús quien planea levantarnos siempre.

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    7. Estimada María Pilar,
      quedo contento por su exposición de su experiencia de fe, vivida con sinceridad y con fruto. Le bendigo de corazón y le pido que me recuerde en la oración.

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    8. muchas gracias padre.
      Y yo le recuerdo en mis oraciones, he comprendido en mi vida, cuán importante es rezar por las almas del purgatorio, rezar, tanto por ellos y por los sacerdotes. Porque han sido y son nuestro escudo, Jesús con ustedes sacerdotes además del mayor don: que pueden transformar el pan en el Santísimo en cuerpo sangre y espíritu, gracias al don de la reconciliación renacemos y retomamos nuestro camino.
      Los laicos somos afortunados de que Dios haya creado al Sacerdote.
      Le deseo una vida llena de gracia

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    9. Estimada María Pilar,
      le agradezco por sus oraciones. También ustedes los laicos son valiosos para nosotros los sacerdotes y nos complementamos mutuamente, según el módulo de la Iglesia sinodal, que ha sido muy profundizado en estos últimos tiempos.

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    10. ciertamente, estará usted siempre en mis plegarias, le agradezco. Recuérdeme siempre en la Misa… Gracias.

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  4. Leí el artículo, y lo volví a leer, y luego volví a leer todo el artículo, y luego me pregunté: pero todo esto... ¿Qué ha traído como fruto? ¿Cuántos millones , miles , cientos , decenas de personas han sido devueltas al redil cuántas han sido devueltas a Dios? Si hay que llevarse por ejemplos , entonces... a citar..., y si no hay ejemplos... entonces abandono estos métodos que no dan fruto. De otro modo , yo por prudencia , siempre seré tridentino. Todo lo demás es aire

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    1. Estimado Juan Pedro,
      los resultados del Concilio Vaticano II tienen dificultades para afirmarse, no porque los programas del Concilio carezcan de sabiduría, sino porque por desgracia los modernistas, falsificando los significados de las doctrinas del Concilio, han impedido la difusión de la verdad y han favorecido la propagación de la herejía.
      Además de esto, ha existido la resistencia de los indietristas y de los filolefevrianos, que no han sabido apreciar la bondad de las reformas conciliares.
      De todos modos, es bien sabido que el número de católicos en el mundo, considerados en manera complexiva, está creciendo.
      Lamentablemente es en Europa, donde impera el modernismo, y es allí sobre todo donde el Concilio no consigue producir los frutos que produciría si se lo interpretara en el sentido correcto y si nos determináramos con buena voluntad a ponerlo en práctica.

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  5. Estimadísimo padre, siga así, si me permite decirlo.... sus artículos son para mí y para muchos una gran ayuda.... Que el Espíritu Santo le ilumine siempre así.

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    1. Estimada Rosa Luisa,
      me pone contento lo que usted me dice. Corresponde exactamente a mis deseos y también a mi deber de teólogo. Recuérdeme siempre en la oración, para que yo pueda ser siempre fiel a mi misión.

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  6. Estimado padre Filemón:
    He podido conocer un reciente artículo del profesor Roberto de Mattei en uno de sus portales, comentando el nuevo documento del Dicasterio para la promoción de la unidad de los cristianos, que puede servir para ser difundido entre los lectores de este blog, porque hace referencia al tema de su artículo.

    "El pasado 13 de este mes se presentó en el Vaticano un documento del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos titulado El Obispo de Roma: primacía y sinodalidad en los diálogos ecuménicos y en las respuestas a la encíclica Ut unum sint, publicado con aprobación del papa Francisco.
    El documento pretende ser una síntesis del debate surgido a raíz de la publicación de Ut unum sint por parte de Juan Pablo II sobre la cuestión de la primacía, y concluye con una propuesta del Dicasterio que expone las propuestas más avanzadas para una renovación en el ejercicio del ministerio del Obispo de Roma.
    Hay que destacar que el texto no es una encíclica ni una declaración, ni siquiera un documento pontificio, como por ejemplo lo es la declaración Fiducia supplicans, sino un documento de estudio que no tiene por objeto proponer un nuevo magisterio. El cardenal Koch, prefecto del Dicasterio, lo ha explicado, afirmando que «el documento no pretende agotar el tema ni sintetizar el magisterio católico al respecto».
    Se trata de un documento que compendia un debate y al mismo tiempo lo retoma. Y como es lícito hablar del asunto, me gustaría reseñar los puntos principales de la intervención que hasta este momento me ha parecido la más convincente: la de monseñor Marian Eleganti, que fue hasta 2021 obispo auxiliar de Coira (Suiza).
    En lo referente al tema de la primacía de jurisdicción pontificia, monseñor Eleganti considera erróneo «entender la aceptación de la primacía católico-romana de jurisdicción por parte de otros cristianos como criterio para su validez y legitimidad, y concebir y ejercer el pontificado con arreglo a ello de un modo diferente al anterior. No se puede hablar de degradar la misión del Pontífice a fin de que resulte aceptable para la mayor cantidad posible de cristianos separados y deje de ser lo que Cristo quiere que sea.» El criterio sería, pues, que en su forma actual se corresponda con esa voluntad y a la verdad del Evangelio (…) El factor decisivo tiene que ser la verdad o la voluntad de Dios, no el consenso con los hermanos separados. La cuestión es fundamental. Se trata de las raíces del catolicismo romano.
    »Para la Iglesia –continúa–, se trata de una cuestión de ser o no ser; un asunto de eclesiología fundamental. O sea, de dónde está la única Iglesia verdadera y visible de Cristo. La respuesta católica la conocemos: en la Iglesia Católica Romana. En nuestra opinión, incluso después del Concilio, no hay ni habrá otra. Ahora bien, las otras iglesias nunca estarán de acuerdo. Por ese motivo están visiblemente separadas de nosotros, al menos en lo que se refiere a jurisdicción».
    El desarrollo del ministerio de la Iglesia desde los tiempos de los Apóstoles debe considerarse como un continuum inspirado y guiado por el Espíritu Santo hasta las declaraciones del Concilio Vaticano I. La Iglesia no puede ciertamente volver a la época de la Reforma, al primer milenio ni a la época de los Apóstoles relativizando con ello las declaraciones dogmáticas de los papas y los concilios a lo largo de los siglos.

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  7. Monseñor Eleganti critica además la postura de quienes consideran el Papado un ministerio de unidad pero sinodal, es decir capacitado para imponer una voluntad mayoritaria y que sólo sea vinculante lo que la mayoría de los interesados (o sea, todos los cristianos) decida. «El Papa, como moderador y como presidente del Sínodo, no tendría más autoridad; como máximo, la de un testigo fiable al que evidentemente se contradice».
    A este planteamiento añade la reintroducción del título, abandonado por Benedicto XVI, de Patriarca de Occidente, como atributo del Romano Pontífice. «¿Se gana algo? –se pregunta–. Personalmente –responde– creo que supone un paso atrás y un discutible autocuestionamiento del desarrollo doctrinal católico-romano en lo referente al oficio petrino, que siempre ha sido una manzana de la discordia en este sentido. Y no sólo por la quiebra moral de los papas, sino mucho más en lo fundamental y teológico o en la política eclesiástica. Afirmar otra vez que el Papado es una institución de derecho divino y humano para relativizar en base a argumentos históricos y críticos el ejercicio de su jurisdicción mediante este último añadido significa para mí no creer en la Iglesia como institución divina. Una vez más, “creo en el Espíritu Santo, y en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica”. (…) Poner esto en duda significa, según el concepto católico de desarrollo del dogma, poner en duda la infalibilidad de la Iglesia de Cristo en general y del Papa en particular (…).

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  8. »Se podría hablar también de reunificación», añade, pero tal reunificación debería darse en la verdad, y no como una especie de primacía de honor del Romano Pontífice para mejorar la imagen de una cristiandad que sigue estando visiblemente separada de hecho y no consigue llegar a un acuerdo sobre cuestiones eclesiológicas y dogmáticas esenciales.
    Monseñor Eleganti concluye: «Hay que resolver la cuestión con arreglo a la propia conciencia. Del mismo modo que Jesús anunció pesimista o realísticamente que siempre habrá guerras, el disenso entre cristianos en cuestiones como el ministerio petrino y otras semejantes seguirá siendo por desgracia una realidad (…) Seguimos siendo pecadores, y la nueva propuesta o punto de partida para el debate no es otra cosa que un débil intento de cohesión, no de encontrar la unidad en la verdad indivisible que vale para todos. Para nosotros, esa verdad es claramente la católica romana, ¿o acaso quieren sostener que la Iglesia Católica se apartó de la verdad de Cristo y de su voluntad en el siglo XIX con el Concilio Vaticano I, que promulgó el dogma de la primacía de jurisdicción universal del Papa (ex sese no ex consensu)? ¡Y la cuestión era precisamente la infalibilidad!
    »No. Para mí, la vía propuesta por el nuevo documento es un espejismo sui generis que lleva al caos o contraviene lo actualmente vigente. No podemos menos que estar de acuerdo con esta afirmación de monseñor Eleganti.

    Hasta aquí el escrito del profesor De Mattei.
    Yo lo encuentro muy atinado, compartiendo también las posiciones de monseñor Eleganti. Por supuesto, no le estoy pidiendo que comente el texto, porque sé que es no es su metodología en su blog. Sólo pensé que sería interesante que usted conociera esta publicación.

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