viernes, 28 de julio de 2023

La Orden Dominicana: decadencia y recuperación (2/3)

La Orden de Frailes Predicadores en muchos aspectos parece haber tocado fondo, y el derrumbe, como en muchos otros casos, se ha iniciado indudablemente con el malentendimiento modernista del Concilio Vaticano II. Sin embargo, no faltan signos alentadores. Gracias a Dios, la Orden actualmente se está extendiendo por todo el mundo, y si en algunas partes (especialmente en el centro-norte de Europa) apenas jadea, en otras partes es floreciente, con conventos que cuentan varias decenas de frailes. [En la imagen: fragmento de "Santo Tomás de Aquino confortado por los ángeles", óleo sobre tela de 1631, obra de Diego Velázquez, actualmente en el Museo Diocesano de Arte Sagrado de Orihuela, España].

La teología de Schillebeeckx
   
----------Edward Schillebeeckx [1914-2009] se había hecho un nombre a principios de la década de 1960 con su tesis doctoral en teología sobre la economía de la salvación (Heilseconomie) asegurada por los sacramentos. El teólogo dominico belga extiende el concepto de sacramento, más allá de su significado físico, al mismo Cristo (véase su libro Cristo, sacramento del encuentro con Dios, Ediciones Dinor, San Sebastián 1966) y también a la Iglesia, donde el sacramento, siguiendo el módulo de la fenomenología husserliana y existencialista, aparecía más como un acto y una experiencia de la persona que como un dato físico-ontológico objetivamente conceptualizado en una fórmula fija. El sacramento no es tanto una causa física de la gracia, cuanto ante todo una presencia espiritual de la gracia, aunque vinculada a un signo físico.
----------Subsecuentemente, en los años setenta, Schillebeeckx elaboraba una cristología y una eclesiología, que prospectaban un cristianismo experiencial, concreto y a-conceptual ("atemático") desprovisto de fijeza y de precisión dogmática, por lo cual, aunque era docente de dogmática en la Universidad de Nijmegen, desaparecía el dogma de la redención expiatoria y reparatoria de Cristo, con la consecuencia de la desaparición de la Misa como sacrificio, la sustitución de la transustanciación eucarística por la transignificación, es decir, la abolición de la dualidad sustancia accidente, sustituida por la presencia personal de Cristo (cf. La presencia de Cristo en la Eucaristía, Ediciones Fax, Madrid 1970) y el sacerdocio no como ofrenda del sacrificio, sino como "servicio de presidencia de la comunidad" elegido por la base (cf. El ministerio eclesial. Responsables en la comunidad cristiana, Ediciones Cristiandad, Madrid 1983), en cuanto viene eliminado el concepto de jerarquía eclesiástica (cf. Per una Chiesa dal volto umano, Brescia 1982).
----------En este punto desaparece la distinción entre sacerdote y laico. El sacerdote es simplemente un operador social, y el laico, también la mujer, puede celebrar Misa. Es evidente en qué se convierte, en este cuadro, el munus dominicano. En este marco relativista, agnóstico e historicista, el Dominico no tiene absolutamente ninguna necesidad, en nombre de un Magisterio infalible e inmutable de la Iglesia, de enseñar a todos en fórmulas fijas una verdad absoluta, eterna y supra-temporal, y por tanto desaparece el concepto de herejía, la cual para Schillebeeckx no es más que el error de ayer y la verdad de mañana.
   
La crisis causada por el modernismo
   
----------La teología secularista e historicista de Schillebeeckx conecta bien con la Teología de la liberación, en su orientación praxista y politizante. A este respecto podemos mencionar dos nombres: el del brasileño Carlos Alberto Libânio Christo (Frei Betto) [n.1944], amigo de Fidel Castro, y el del sudafricano Albert Nolan [1934-2022], dos frailes dominicos. Menciono al menos un libro de Nolan: Dios en Sudáfrica. El desafío del Evangelio (Ediciones Sal Terrae, Santander 1989), donde sostiene que el cristianismo debe procurar la felicidad en este mundo, dado que no existe otro mundo trascendente más allá de éste.
----------Como es bien sabido, la teología de la liberación, no exenta de aspectos positivos, tomó vuelo en América Latina hacia la década de 1970 como intento de elaborar una praxis de liberación violenta, como lucha armada, inspirada en el método marxista, contra los regímenes dictatoriales en América Latina. Esta forma de teología, sin embargo, parece brotar más de un estado de comprensible exasperación, que de una serena reflexión. Y el tono agitado y fuertemente polémico es señal de ello.
----------Mientras que, de hecho, en las facultades teológicas alemanas desaparecían las obras de santo Tomás de Aquino, en Argentina desaparecían las personas, y mientras en Alemania se debatía sobre la "experiencia trascendental" y sobre la "dialéctica de la razón", en Argentina corría la sangre y miles de inocentes languidecían en prisión, secuestrados por los terroristas o "desaparecidos" por militares sin escrúpulos ni ley moral.
----------Naturalmente, la Teología de la liberación evitaba el ateísmo; sin embargo, independientemente de la indudable necesidad de liberación social y económica, enteramente justa, la animaba una visión meramente terrenal, y una cierta desconfianza en el método de persuasión y de inmolación, que siempre obtuvo éxitos en los Santos de la Orden Dominicana, sobre todo si eran Religiosos.
----------Respecto al mencionado método de persuasión y de inmolación, vale citar a una santa Rosa de Lima, un san Juan Macías o un san Martín de Porres, todos Santos dominicos sudamericanos del siglo XVII, quienes con su ejemplo, con su sacrificio, con sus oraciones y con su inspirada exhortación, sin violencias ni derramamiento de sangre, ¡he aquí el carisma dominicano! (1 Tm 6,18), pudieron obtener de los ricos y de los poderosos mucho más que la utópica acción revolucionaria promovida por la teología de la liberación, sin provocar las feroces reacciones del poder, que tantos sufrimientos causaron a los frailes dominicos y a tantos civiles. Una historia de esta tragedia, no carente de gloria, es la colección documental de los años 1968-1970, Lettere dal tiradentes, editada por el padre Mariano Foralosso, publicada en Venecia en 2013.
----------Más recientemente, como si ya no fueran suficientes los problemas causados por Schillebeeckx y la teología de la liberación entre los Dominicos, se ha infiltrado en la Orden una forma de falso tomismo idealista influenciado por el panteísmo de Emanuele Severino. La influencia de Karl Rahner, en cambio, que es la plaga que sufre la Compañía de Jesús, parece tener todavía poquísima influencia entre los Dominicos. Vale indicar entre paréntesis que mientras el panteísmo de Rahner es de tipo historicista, estando inspirado en Hegel ("todo deviene"), el panteísmo severiniano es de tipo eternalista ("todo es eterno").
----------Este enfoque modernista de la renovación conciliar, contraria a la interpretación del Concilio hecha por el Magisterio, va de la mano, en estas últimas décadas, con una actitud de arrogancia de la Orden hacia el papado, considerándose a sí misma a la vanguardia de la Iglesia y asumiendo una actitud de auto-referencialidad, que se advierte en las Actas de los últimos Capítulos de la Orden, en los cuales nunca se hace referencia al Magisterio pontificio y a las advertencias que del Magisterio provienen acerca de los errores de nuestro tiempo. Hago la salvedad que no estoy informado de cuál ha sido el tono de los últimos Capítulos celebrados por la Orden, pero conservo siempre la esperanza de que los signos positivos puedan ser reforzados.
----------Desde hace décadas parece notarse en la Orden, sobre todo en Europa, un declive de la convicción, un debilitamiento de la fe y una crisis de certeza. Ya en 1983, el doctísimo cristólogo cardenal Pietro Parente (antiguo secretario del ex Santo Oficio) hablaba de "crisis de la verdad", en un precioso librito, en el cual analizaba con agudeza la situación de la teología después del Concilio: La crisi della verità e il Concilio Vaticano II (Istituto Padano di Arti Grafiche, Rovigo 1983). En ese librito, también se menciona a Schillebeeckx.
----------El pensamiento dominicano parece haber perdido su solidez de otro tiempo y cede a las influencias desintegradoras. Se ha perdido la resistencia a los factores disolventes. Se ha perdido el sentido crítico y ya no se reconocen las insidias y los peligros. Ya no se es capaz de refutar los errores. Con gran ingenuidad y descuido se bebe todo lo que sugiere la teología de moda y los medios de comunicación difunden. Se abstiene del dar valoraciones en términos de doctrinas por un excesivo temor a equivocar. Se ha perdido el interés por la profundización y por la actualización. Ya no se sabe qué conservar y qué cambiar. No hay preocupación de verificar que lo nuevo esté en continuidad con lo antiguo. No se advierten las contradicciones o se las entiende como signos del "misterio de fe", que es "escándalo para la razón" (Bruno Forte).
----------Esto provoca naturalmente una desorientación y una dispersión en la actividad dominicana, un descenso del fervor y de fuerza persuasiva en la predicación, se establecen contactos humanos o sociales quizás vastos, pero inútiles o nocivos o en todo caso ajenos a la específica misión dominicana, o a la inversa, no se escucha ni se acoge a las personas que plantean justas exigencias e instancias razonables o tienen aptitudes valiosas. Se pierde de vista la tarea específica de la Orden Dominicana y ya no cree en ella a causa de los fracasos y de la sordera de la gente. Y se buscan desfogues compensatorios.
----------La fidelidad a los valores perennes es considerada conservadurismo, por lo cual tiende a venir a menos. Ya no atrae la doctrina del Magisterio de la Iglesia y la de santo Tomás de Aquino, que parecen enseñanzas superadas, abstractas, demasiado rígidas y no adecuadas o incomprensibles a los hombres de nuestro tiempo, por lo cual se pasa a estar aferrados a los teólogos de fama, aunque no sean teólogos ortodoxos. Como dicen las parábolas de Cristo, la casa ya no es construida sobre roca, sino sobre arena. Ya no se entra por la puerta estrecha, sino por la ancha. Se cree que no vale la pena el esforzarse y el sacrificarse por la verdad.
----------La reforma impulsada por el Concilio Vaticano II ha sido mal entendida, no como progreso en la continuidad, en la fidelidad al Magisterio pontificio post-conciliar, sino como permiso para ir a toda velocidad, como ruptura modernista con la tradición y con los valores perennes, en la supina sujeción a los teólogos de moda. Con mentalidad facciosa e ignorante, se identifica tout court el lefebvrismo y el fundamentalismo con el respeto del dogma y de la sana filosofía, y se confunde el ser modernos y progresistas con el ser modernistas, filo-marxistas o filo-protestantes. Ya el cardenal Ratzinger en su famoso Informe sobre la fe (ediciones B.A.C., Madrid 1985) hablaba de "crisis de confianza en el dogma" (p.79).
----------El fervor misionero parece haberse extinguido, o en todo caso se ha reducido a sociologismo, con la idea de que, de todos modos, cada uno se salva en su propia religión. De esta manera, se renuncia a la refutación del error bajo el pretexto de que se debe respetar lo "diferente" y las opiniones de los demás. Da la impresión (naturalmente, hablando de modo general) que entre los Dominicos ya no se sabe cómo afrontar el tema y el problema de la herejía (salvo honrosas excepciones, cada vez más raras).
   
Se ha tocado fondo
   
----------La búsqueda de la verdad en metafísica y en teología especulativa (escolástica) ya no interesa, porque se cree que, después de Kant, no vale la pena, dado que es imposible alcanzar en estos campos certezas objetivas, universales, útiles y definitivas. Parece que no interesan las verdades que no conciernen al obrar ni al aprovechamiento inmediato ni a los hechos del día, ni siquiera si tocan al aquí. Y mucho menos los problemas que tocan al más allá o a los orígenes, a Adán y Eva. A todo eso incluso se lo considera fábulas.
----------El aprecio del martirio, que ha producido a lo largo de los siglos tantos mártires, ha sido sustituida por la ética de la situación y por un tranquilo donabundismo de manzoniana memoria.
----------La pérdida de vista de la importancia y de la utilidad del ideal dominicano ha impulsado a muchos, en los últimos cincuenta años, a abandonar la Orden, mientras que han disminuido los ingresos o por la incapacidad de los frailes para mostrar a los jóvenes la belleza del ideal dominicano o porque los jóvenes mismos son engañados por prejuicios contra la Orden.
----------Ciertamente, no se puede pretender que alguien que no está convencido de algo, pueda convencer de ello a los otros. Sin embargo, se debe añadir el hecho de que el escepticismo imperante en la mentalidad de hoy ha logrado hacer perder a la gente la confianza en la verdad en materia religiosa y teológica, por lo cual se pierden las razones para comunicarla a los demás. Mejor hablar de deportes o contar chistes.
----------Hay que añadir que los contrastes en lo interno de la Orden de Frailes Predicadores hacen que los jóvenes, ante presentaciones contradictorias o falsas de la Orden, no alcanzan a orientarse, mientras sucede que la obra introductoria o formativa realizada por un fraile es destruida por la obra de otro.
----------Ha ocurrido así, en estos cincuenta años que, si bien es cierto que no ha habido un Napoleón que obligara a los frailes a abandonar sus conventos, sin embargo la Orden misma ha sufrido, por así decirlo, de un Napoleón interior, que ha empujado a cerrar los conventos. No ha habido necesidad de compulsión desde afuera, sino que ha tenido lugar una auto-demolición desde adentro. De tal modo, cuando mañana lleguen los musulmanes, encontrarán que su trabajo en gran parte ya está hecho.
----------Conozco algunos ejemplos, que me han dado a conocer amigos dominicos italianos, como el caso de la región dominicana de Piamonte-Liguria, donde en el espacio de unos treinta años (más o menos 1996-2016), no debido a intervenciones del gobierno, no por una conspiración de los comunistas o de los masones, sino por decisión regular de los Superiores, diez conventos habían sido cerrados, tal vez en nombre del "progreso" y de la "renovación conciliar". El motivo oficial había sido: "falta de frailes". Pero mi amigo se lamentaba diciendo: ¿alguna vez se ha planteado seriamente la pregunta: de qué depende y cómo remediarlo?
----------Sin embargo, como excusa parcial de la debilidad de los Dominicos piamonteses, es necesario decir que ellos durante algún tiempo han estado expuestos a la influencia disolvente de los Valdenses y de la Comunidad de Bose, así como a la herencia de la mala administración de monseñor Luigi Bettazzi [1923-2023], obispo de Ivrea, fallecido hace un par de semanas, signatario de aquel "pacto de las catacumbas" durante el Concilio, y del cardenal Michele Pellegrino [1903-1986], que fuera Arzobispo de Turín.
----------Mis buenas fuentes me indican que la provincia piamontesa, hasta la década de 1960, había sido muy floreciente y observante, con buenos frailes y teólogos, como por ejemplo los padres Marcolino Daffara [1893-1952], C. Pera y Raimondo Spiazzi [1918-2002]. También había dado un Santo, beatificado en años recientes, el padre Giuseppe Girotti [1905-1945]. Basta para recordar todo, a modo de ejemplo, la espléndida edición en latín de las obras de santo Tomás de Aquino para las Edizioni Marietti, de Turín. El derrumbe, como en muchos otros casos, se inició con el malentendimiento modernista del Concilio Vaticano II.
----------Gracias a Dios, sin embargo, la Orden de Frailes Predicadores se está extendiendo por todo el mundo, y si en algunas partes (especialmente en el centro-norte de Europa) apenas jadea, en otras partes es floreciente, como por ejemplo en Polonia, donde el convento de Cracovia alberga a unos cien frailes.

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